martes, 16 de marzo de 2021

Pico Herrera (1349 metros), desde Herrerra de los Navarros: Subida por sendero y bajada por el camino Reguero


La sierra de Herrera, está situada en las comarcas del Campo de Cariñena y del Jiloca (entre las provincias de Zaragoza y Teruel). Está enclavada en una serranía, de la que forman parten la sierra del Águila, la sierra del Peco, la sierra de la Pajaranca y la sierra Castellanos, en una zona protegida con la figura de Lugar de Importancia Comunitaria “LIC Alto Huerva – Sierra de Herrera”, parte de la Red Natura 2000.

Muestra uno de los mejores bosques de encina de la cordillera Ibérica, que se encuentra en un estado de conservación óptimo, representando bien a la montaña media mediterránea. Entre el carrascal, en las zonas más frescas crece el rebollo o quejigo; hay plantas propias de climas menos frioleras, como el romero o la espeta blanca, además de otras plantas arbustivas como la brecina, el cantueso y la gayuba.

La altitud media alcanza los 900 – 1000 metros, siendo su punto más elevado con 1349, el pico Herrera, en el que erige una ermita o santuario en honor a la Virgen de la Sierra, cuyas primeras construcciones datan del siglo XVI, al que se puede subir desde la población de Herrera de los Navarros, por el PR-Z25, aunque nosotros vamos a realizar una subida alternativa, íntegramente por sendero.


 

Las previsiones meteorológicas para hoy, no son halagüeñas, temperaturas en torno a los 0º, cierzo y nieve en cotas bajas, aunque lo más duro vendrá después de comer. Así que, con estas premisas, nos vamos hasta Herrera de los Navarros, deteniéndonos en un par de ocasiones, para observar una manada de cabras montesas y el pico Herrera.

Pasados unos minutos de las 9, aparco la furgoneta junto a la iglesia de San Juan Bautista, en la que destaca su torre mudéjar de cinco cuerpos, los tres primeros construidos en el siglo XIV, mientras los otros dos, se añadieron en el siglo XVI, decorada con arcos mixtilíneos y esquinillas, típicos del estilo mudéjar.

Sin perder mucho tiempo, comenzamos a caminar en está fría mañana del mes de diciembre, cruzando el cauce del río Herrera, que secciona en dos el núcleo urbano, para seguir hasta la calle Puente, por la que salimos a una zona de eras, en la que encontramos un poste de señales, donde da comienzo la clásica circular al pico Herrera, al que podemos subir por el camino del Reguero o por el camino de Valdelafúen (PR-Z25).

Aunque vamos a subir íntegramente por sendero, de momento, continuamos durante un cien metros, por el camino de Valdelafuén, hasta llegar a la confluencia con un barranco, donde dejamos el sendero de pequeño recorrido, para seguir por medio del lecho repleto de cantos rodados, en el que a medida que vamos ganando desnivel, se va cerrando, por lo cual, decidimos remontar la ladera, hasta localizar un sendero por el que avanzamos paralelos al barranco, entre vegetación arbustiva y alguna carrasca, que vemos en las zonas superiores.

A resguardo del viento, vamos subiendo, mientras poco a poco la pendiente se acentúa, los pinos, empiezan a salpicar el sendero, hasta alcanzar un collado, desde el que visualizamos parte del barranco que acabamos de remontar, para acto seguido, iniciar un corto descenso para adentrarnos en un bello pinar, por el que caminamos a media ladera bordeando el Cabezo de Chusma, disfrutando de las vistas hacia las llanuras, con las sierras de Arcos, Moros y Majalinos de fondo, hasta enlazar con un camino, por el que avanzamos tan solo durante medio centenar de metros, ya que la idea es subir íntegramente por sendero.

De camino, nos detenemos para ver unas de cabras montesas, que pastan en un campo adyacente a la carretera
Pasados unos minutos de las 9, llegamos a Herrera de los Navarros, en la que destaca la torre mudéjar
En la que comenzamos, saliendo a unas eras por la calle Puente, donde continuamos por el camino de Valdelafuén
Hasta llegar a la confluencia de un barranco, donde dejamos el PR-Z25, para avanzar por medio del lecho
En el que a medida que subimos, va empeorando, así que remontamos la ladera, hasta localizar un sendero
Por el que avanzamos entre vegetación arbustiva y algunas carrascas, en las zonas superiores
Poco a poco, la pendiente se acentúa
Los pinos empiezan a salpicar el sendero, y unos metros más arriba
 Alcanzamos un collado, desde el que visualizamos parte del barranco que acabamos de remontar
Para acto seguido, iniciar un corto descenso
Hasta adentrarnos en un bello pinar, por el que caminamos a media ladera, bordeando el cabezo de Chusma
Disfrutando de las vistas hacia las llanuras, con las sierras de Arcos, Moros y Majalinos de fondo
Enlazando con un camino, por el que continuamos durante medio centenar de metros

Mirando en una u otra dirección, localizamos a mano derecha la continuación del sendero, por el que seguimos dirección Suroeste atravesando el pinar, que en esta zona no es muy denso, saliendo a un claro en el bosque donde el sendero se difumina entre la vegetación, por lo que avanzamos despacio buscando un hito, que encontramos justo al otro lado del claro, adentrándonos de nuevo en el bosque, donde los pinos ahora se entremezclan con las encinas y jaras, afrontando de nuevo un corto pero fuerte tramo en subida.

Sobre la cota 1150 metros, el sendero cambia de vertiente, el viento hace acto de presencia con unas fuerte rachas, bien aprovechadas por los buitres, mientras las vistas se amplían hacia las llanuras que ofrecen unos bonitos contrastes, con las sierras de Algairén y Vicort, como telón de fondo, para acto seguido, continuar subiendo por la cara Noroeste de la montaña, en la que se nota como el sol pega durante menos hora al día, encontrando a nuestro paso los restos en forma de hielo, de la anterior nevada.

Unos metros más adelante, el sendero desemboca en la pista asfaltada que sube hasta el pico Herrera, que suele ser utilizada para subir al coche al Santuario, que nosotros tan solo aprovechamos como mirador natural, disfrutando de las vistas hacia Herrera de los Navarros y el camino del Reguero, que discurre bajo el tendido de las líneas de alta tensión.

Mirando en una y otra dirección, localizamos la continuación del sendero, por el que seguimos atravesando el pinar
Saliendo a un claro en el bosque, donde el sendero se difumina, así que avanzamos despacio
Hasta encontrar un hito al otro lado, adentrándonos de nuevo en el bosque, donde los pinos
Se entremezclan con las encinas y las jaras
Sobre la cota 1150 metros, el sendero cambia de vertiente, el viento hace acto de presencia
Bien aprovechado por los buitres
Mientras las vistas se amplían hacia las llanuras
Que ofrecen unos bonitos contrastes con las sierras de Algairén y Vicort
Tras la pausa, continuamos subiendo por la cara Noroeste de la montaña
En la que se nota como el sol pega durante menos horas al día, encontrando a nuestro paso
Restos de la nevada anterior, en forma de hielo
Unos metros más adelante, el sendero desemboca en la pista asfalta que sube al pico Herrera
Que aprovechamos como mirador natural, hacia Herrera de los Navarros y el camino del Reguero

Si bien podríamos subir cómodamente por la pista, retrocedemos una decena de metros hasta enlazar con el sendero, por el que descendemos ligeramente para atravesar una mancha de pinos, al que le sucede un bonito paso entre rocas, que comparten protagonismo con los pinos, encinas y jaras, que amenizan la subida en todo momento, al igual que las vistas, que disfrutamos a ambos lados de la montaña, cuando alcanzamos un collado.

A partir de este punto, los pinos dan paso a una vegetación arbustiva, el sendero, comienza a trazar cortas lazadas y el viento, a cada paso se hace más notable, así que aumentamos el ritmo, ya con la vista puesta en las antenas que pueblan la cima, a la que nos vamos acercando, hasta enlazar con un camino, por el que accedemos a la amplia meseta que conforma la cima del pico Herrera.

Lo primero que capta nuestra atención, es el punto más elevado de la cima, sobre la que se levanta la torre del Santuario de Nuestra Señora de Herrera, compuesta por dos cuerpos, el primero de planta cuadrada y ciego, el segundo con vanos en arco de medio punto en lados alternados, rematada con una terraza además de un pequeño cuerpo octogonal con chapitel piramidal, a la que accederemos para protegernos del viento, aunque de momento, 
vamos a un mirador situado a unos metros de la caseta forestal, desde el que disfrutamos de las vistas a la sierra de Cucalón, en el que destaca con sus 1481 metros, su máxima elevación, el pico Modorra.

Sin apenas detenernos, caminamos hasta la torre, subimos las escaleras y abrimos la puerta, en el mismo instante que una ráfaga de viento me zarandea hasta casi tirarme al suelo. En el último momento, consigo estabilizarme, así que entramos en la torre y subimos hasta el campanario, donde echamos un bocado mientras juego con la cámara.

Luego, retrocedemos una decena de metros, para seguir por el sendero que atraviesa una mancha de pinos
Al que le sucede un bonito paso entre rocas
Que comparten protagonismo con las encinas, jaras
Y pinos, hasta alcanzar un collado
Desde el que disfrutamos de las vistas hacia la sierras del Águila, Algairén y Vicort
Además de toda la llanura, aprovechada para "plantar" aerogeneradores
A partir de este punto, los pinos dan paso a una vegetación arbustiva, el sendero traza cortas lazadas
El viento, a cada paso se hace más notable, así que aumentamos el ritmo
Con las antenas que pueblan la cima, ya a la vista, hasta enlazar con un camino por el que llegamos
A la cima del pico Herrera, presidida por la torre del Santuario de Nuestra Señora de Herrera
Y un mirador,  al que nos acercamos para disfrutar de la panorámica, hacia la sierra de Cucalón
Para acto seguido, acceder a la torre compuesta por dos cuerpos y rematada con un chapitel piramidal
En la que echamos un bocado, mientras juego con la cámara

Pasados unos minutos del mediodía, toca bajar hasta Herrera de los Navarros, pero antes, nos acercamos hasta la puerta del Santuario de Nuestra Señora de Herrera, de origen barraco, construido en los siglos XVII-XVIII. Es un conjunto en torno a una plaza central muy frecuentado por las familias los fines de semana, ya que además del santuario, está formado por una hospedería, bar, restaurante y una zona de barbacoas, que hoy nos contentamos con ver desde la puerta, ya que el reciento está cerrado.

Luego, nos acercamos a un segundo mirador, desde el que observamos las sierras limítrofes, ya pertenecientes a la provincia de Teruel, como la sierra de Arcos o la sierra de San Just, que he visitado en un par de ocasiones para disfrutar de sus hocinos y ramblas, para acto seguido, acercarnos hasta la caseta forestal, donde tenemos varias alternativas para la vuelta.

Si bien podemos bajar por el sendero de subida, siempre que es posible nos gusta hacerlo en circular. En esta ocasión, tenemos dos opciones: bajar por el camino de Valdelafuén o por el camino del Reguero, que es la que elegimos, pensando que estaremos más protegidos del viento.

Así que rápidamente, comenzamos el descenso por la pista de tierra durante un centenar de metros, observando en un pequeño saliente, lo que “parecen” los restos de una edificación, hasta tomar a mano derecha un camino, por el que vamos disfrutando de las vistas hacia la sierra de Cucalón, pasando junto a una muralla rocosa, en cuya base se ubica un pequeño aljibe, que nos hace pensar, que en este lugar podría haber existido alguna construcción militar (he buscado información sin encontrar nada). 

Unos metros más abajo, el camino se bifurca en dos, tomando el ramal de la derecha, por el que bordeamos la montaña, hasta alcanzar un cruce de caminos perfectamente señalizado, donde continuamos el descenso por el camino del Reguero (Sendero Naturalístico), que hace de cortafuegos al atravesar un encinar, desde el que divisamos otras de las sierras zaragozanas del Sistema Ibérico, la sierra de la Nava Alta.

Paralelos al barranco de los Cañuelos, finalizamos el tramo más pronunciado del descenso, cuando llegamos a la altura el Salegar, donde el camino gira hacia el Norte, dando paso a un terreno prácticamente llano, que en algunos tramos incluso se ondula, mientras empiezan a caer algunas gotas, así que aceleramos el paso pegados a las encinas, 
que mimetizan en algunos puntos las torres de la red eléctrica, bajo la que andamos por el camino del Reguero, que imaginamos se hizo para su instalación, hasta alcanzar un cruce de caminos, justo a la altura de las ruinas de una paridera, donde tomamos el ramal de la derecha.

Ya con la vista puesta en Herrera de los Navarros, seguimos el descenso pasando junto a las parideras del Reguero, mientras el camino va trazando largas lazadas, comprobando como el panorama va cambiando y las encinas, dan paso al matorral bajo, accediendo después de cuatro horas al núcleo urbano de Herrera de los Navarros, del que se tiene constancia ya en el siglo XII, cuando en el año 1128, Alfonso I concede unas casas en Ribas a García de Aznar de Ferrera, que ahora recorremos por la margen derecha del río Herrera, por el que llegamos a la furgoneta, cerrando está circular por unas tierras poco conocidas, justo en el momento en el que se pone a nevar, nos hemos librado por los pelos!.

Después, nos acercamos a ver desde la puerta, el conjunto que forma el Santuario de Nuestra Señora de Herrera
Y a otro mirador, desde el que disfrutamos de las vistas hacia las sierras de Arcos y San Just
Ahora, nos acercamos a la caseta forestal, donde comenzamos el descenso por el camino del Reguero
Hasta tomar a mano derecha un camino, por el que descendemos con vistas a la sierra de Cucalón
Pasando bajo una muralla rocosa
En cuya base se ubica un pequeño aljibe
Unos metros más abajo, el camino se bifurca, tomando el ramal de la derecha, por el que seguimos
Hasta alcanzar un cruce de caminos, donde continuamos por el camino del Reguero
Que hace de cortafuegos al atravesar un encinar, desde el que divisamos la sierra de la Nava Alta
Paralelos al barranco de los Cañuelos, finalizamos el descenso cuando llegamos a la altura de el Salegar
Dando paso a un terreno prácticamente llano, donde las encinas mimetizan las torres de la red eléctrica
Alcanzando un cruce de caminos, cerca de las ruinas de una paridera
Donde continuamos por el camino del Reguero, ya con la vista puesta en Herrera de los Navarros
Mientras el camino va trazando largas lazadas y las encinas, dan paso al matorral bajo
Accediendo después de cuatro horas, al núcleo urbano de Herrera de los Navarros, cerrando la circular

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