lunes, 14 de mayo de 2018

Circular a la Sierra de Armantes (barranco de la Bartolina, Cruz de Armantes, pico Armantes 973 m, los Castillejos y barranco del Salto)


La sierra de Armantes ocupa una superficie de más de 13.000 hectáreas. Se encuentra en la Comunidad de Calatayud, en el Sistema Ibérico zaragozano, al sur del macizo del Moncayo, entre la vega de los ríos Manubles, Ribota y Jalón.

Salpicada de numerosos barrancos que desembocan en estos tres ríos y colinas en las que se alternan estratos blancos de caliza, con arcilla roja que dan el color rollizo a la tierra, que erosionada por los elementos, han esculpido las formaciones geológicas conocidas como los Castillejos.

Las montañas más conocidas son la Cruz de Armantes, el pico Los Castillos, el Maño Maño, y el Armantes, que con 973 metros es la cumbre más elevada de está sierra, que alcanza una longitud de 11 kilómetros.

Para la jornada de hoy en compañía de Carlos (Zancadas Ligeras), vamos a realizar una primera incursión por esta sierra de Armantes, trazando una larga circular en la que coronaremos la meseta de Armantes, en la que se sitúa el mirador de la Cruz de Armantes, desde el que tendremos una bonita panorámica de los Castillejos.


Como el desplazamiento hasta Calatayud es inferior a una hora, no madrugamos, sobre las 09:00 nos plantamos en la Puerta de Terrer en la que hay aparcamiento, pero nosotros preferimos seguir un poco más con la furgoneta, por lo cual continuamos hasta la Ronda del Puente Seco, donde enlazamos con el camino de las Pozas, hasta salir a una zona industrial en la que aparcamos la furgoneta, justo en la intersección de senderos del barranco de la Bartolina (SL-Z8) y de la Sierra de Armantes (PR-Z95).

A pesar de ser temprano la temperatura es agradable, guardamos la ropa de abrigo en el maletero, nos ponemos los cortavientos, comemos un plátano mientras barajamos en que sentido hacer la circular, que finalmente decidimos realizar en sentido horario, yendo por el barranco de la Bartolina, y regresando por el barranco del Salto, ya que pensamos que de está forma tendremos algo más de sombra a la vuelta.

Con estas premisas, pasadas las 09:15 nos ponemos en marcha, cogemos el camino asfaltado de la izquierda, por el que vamos dejando atrás las últimas casas de Calatayud, tomando de referencias las marcas blancas y verdes del sendero local SL-Z8 durante medio kilómetro, hasta que se bifurca en dos, siguiendo por el ramal de la derecha, donde  el asfalto da paso a un camino de tierra, por el que en suave ascenso vamos avanzando entre antiguos campos de labor, ahora invadidos por la vegetación esteparia típica de estos lares, que nos ofrece un paisaje insulso, que en cuanto el camino tiende a bajar, aprovechamos para correr un rato dirección Norte/Oeste hacia el pinar, al que nos vamos aproximando.

Cuando alcanzamos el tercer kilómetro, cerca de los lindes del pinar, llegamos a un cruce de caminos donde mirando el mapa del GPS, comprobamos como conecta con el que utilizaremos para regresar a Calatayud y que de haber dejado la furgoneta en este lugar, bajo la sombra de un buen ejemplar de pino, nos habríamos ahorrado unos 5 kilómetros, que poco a nada aportan al recorrido.

Para una próxima visita, ya vendremos con la lección aprendida, pero ahora continuamos en ligero descenso por el camino de Moros a Calatayud, hasta llegar a las lindes del pinar, donde comprobamos como el barranco de la Bartolina se incorpora desde el Sur, por lo que buscamos la mejor manera de acceder a él.

Como no hay ninguna opción clara, al final nos decantamos por coger una de las muchas trochas que hay a lo largo del camino, por la que bajamos hasta el cauce seco del barranco, por el que avanzamos por una bonita senda delimitada por los pinos que ofrecen una agradable sombra, atravesando preciosos tramos revestidos de roca, donde el barranco va ganando profundidad pero siempre bastante abierto.

Poco a poco la humedad se va haciendo latente, a nuestro paso aparecen algunos charcos, que nos van indicando la proximidad de la fuente del Maño Maño, que cuando alcanzamos la desembocadura del barranco de los Moros se hace patente, ya que el duro piso por el que trotamos da paso a un granulado típico del lecho de los ríos, llegando unos metros más adelante a una pequeña umbría, en la que se ubica la fuente del Maño Maño, que apenas llevas un hilo de agua, pero que en torno a ella se ha formando un recoleto rincón.

Iniciamos la circular en el camino de las Pozas, siguiendo el SL-Z8 hacia el barranco de la Bartolina
Tomando de referencia las marcas blancas y verdes, hasta llegar a una bifurcación
Donde cogemos el camino de la derecha, por el que vamos entre viejos campos de labor hacia el pinar 
Hasta llegar a un cruce de caminos, en el que se puede dejar el coche y acortar el recorrido
Que obviamos para seguir todo recto, hasta coger una trocha por la que bajamos al barranco de la Bartolina
Por la que avanzamos por una senda delimitada por los pinos, donde poco a poco el barranco va ganando en profundidad
 Donde la humedad se va notando, indicando la proximidad de la fuente Maño Maño
Hasta alcanzar la desembocadura del barranco de los Moros, donde el piso arcilloso cambia por un granulado
Por el que llegamos a la fuente Maño Maño, que apenas lleva un hilo de agua

A la sombra de un grupo de cipreses, de cuya ubicación nos hacemos cruces, ya que son más habituales de ver en los camposantos debido a su carácter religioso, ya que simbolizan la unión entre el cielo y la tierra, descansamos unos minutos.

Con energías renovadas regresamos al sendero, caminamos unos metros por el fondo del barranco, hasta que a mano izquierda tomamos un sendero que en fuerte ascenso nos saca del barranco de la Bartolina, enlazando rápidamente con el camino de las Pozas, por el que continuamos dirección Norte/Oeste paralelos al cauce del barranco, que a medida que avanzamos va perdiendo profundidad, hasta quedar a pie de pista, punto en el que se bifurca en dos, tomando el ramal de la derecha que se dirige hacia los llanos de Maño Maño, en los que atravesamos un pinar colonizado por el liquen, recientemente podado y apilado en un extremo de la pista, a la espera de ser retirado por la maquinaria.

Siguiendo las marcas blancas y amarillas del PR-Z95, comenzamos a ganar desnivel de forma gradual por la amplia pista de tierra que va describiendo largas lazadas, alejándonos de la protección que nos ofrecen los pinos, hasta que sobre la cota 880 metros (10 kilómetros), alcanzamos una bifurcación perfectamente señalizada, donde cogemos el sendero que va al mirador de la Cruz de Armantes, por el que caminamos por un extremo de la meseta sobre la que se sitúa el mirador.

Echando una mirada atrás, comprobamos como un grupo de bikers nos van ganando terreno, mientras afrontamos la rampa más dura de todo el recorrido, que tras superar nos deja en una planicie, desde la que divisamos en el otro extremo la Cruz de Armantes, a la cual nos vamos acercando por una senda disfrutando de las vistas que tenemos hacia el Moncayo.

Una vez llegamos a la parte media de la planicie, enlazamos con el sendero que viene desde el collado de los Castillos, el cual utilizaremos para regresar hasta Calatayud, por el que rápidamente tras dos horas y media llegamos a la Cruz de Armantes, desde la obtenemos una amplia panorámica de las llanuras que conforman el valle del Manubles, con la cumbre nevada del Moncayo de fondo, mientras al Norte disfrutamos de las curiosas formaciones conocidas como los Castillejos, con las que me fotografío desde el vértice geodésico del pico Armantes, situado a escasos metros.

Después, nos ponemos en marcha, caminamos unos metros por el fondo del barranco, hasta que a mano izquierda
Tomamos un sendero que nos saca del barranco de la Bartolina y enlazamos con el camino de las Pozas
Que unos metros más adelante se bifurca en dos, tomando el ramal de la derecha, por el que atravesamos un pinar recientemente podado
Por el que comenzamos a ganar desnivel, tomando de referencia las marcas blancas y amarillas del PR-Z95
Hasta que sobre la cota 880 metros (10 kilómetros), alcanzamos una bifurcación
Donde cogemos el sendero que por un extremo de la meseta, nos lleva al mirador de la Cruz de Armantes
Echando una mirada atrás, vemos como viene un grupo de bikers, mientras afrontamos la rampa más dura
Enlazando unos metros más adelante, con el sendero que viene del collado de los Castillos
Por el que atravesamos la amplia meseta que conforma la cima
Disfrutando de las vistas al Moncayo o pico San Miguel
Hasta que llegamos a la Cruz de Armantes, desde la que tenemos una panorámica del valle del Manubles
Y al Norte, de las curiosas formaciones conocidas como los Castillejos

En la cruz coincidimos con el grupo de bikers que nos han pasado un poco antes de la cima, nos comentan que son de un club de Calatayud, así que aprovechamos para sacarles información sobre la zona para futuras rutas, y especialmente del barranco del Salto por el que más tarde regresaremos.

Aunque la mañana es agradable el tiempo pasa volando, así que mientras ellos regresan para bajar al collado de los Castillos, nosotros nos vamos a visitar la cima Sur de Armantes que se encuentra a medio kilómetro, para lo cual desde la misma cruz, cogemos una senda por la que comenzamos a trotar realizando ligeros subes y bajas, alcanzando en menos de cinco minutos el saliente que conforma la cima, desde la que podemos ver parte del recorrido realizado, además de un sinfín de formaciones arcillosas y tirando del macizo del Moncayo.

Sin apenas detenernos, regresamos primero hasta la Cruz de Armantes que dejamos a nuestra izquierda, para continuar por sendero caminando por la planicie, hasta alcanzar el cruce que hemos obviado hace unos minutos, donde está vez sí, cogemos el sendero de la izquierda, por el cual continuamos hacia el collado de los Castillos, deteniéndonos de vez en cuando para observar a los buitres que sobrevuelan la zona, hasta llegar al extremo Este de la meseta, donde iniciamos el descenso por uno bonito sendero, alternando preciosos tramos de pinar, con otros a cielo abierto, en los que disfrutamos de unas bonitas vistas del Castillo Mayor.

A medida que vamos perdiendo desnivel, la pendiente se suaviza, aprovechamos el buen sendero para trotar un poco, hasta alcanzar sobre la cota 852 metros el collado de los Castillos, donde nos detenemos brevemente para admirar el paisaje, en el que sin duda tres son los elementos a los que se nos va la mirada, el Castillo Menor, el Moncayo y el Castillo Mayor, al cual queremos encaramarnos más tarde.

Antes de dirigirnos al collado de los Castillos, cogemos una senda por la que continuamos hasta la cima Sur 
Desde la que podemos ver parte del recorrido realizado
Además de un sinfín de curiosas formaciones arcillosas
Sin apenas detenernos, regresamos hasta la Cruz de Armantes
Para continuar por sendero, hasta el cruce que hace un rato obviamos, tomando el ramal de la izquierda, por el que seguimos
Parando de vez en cuando, para observar a los buitres que sobrevuelan la zona, hasta llegar al otro extremo de la meseta
Donde iniciamos el descenso, alternando tramos de pinar con otros a cielo abierto
En los que disfrutamos de las vistas al Castillo Mayor
Sobre la cota 852 metros, alcanzamos el collado de los Castillos
En el que nos detenemos para disfrutar del Castillo Menor, el Moncayo
Y el Castillo Mayor, al cual queremos encaramarnos más tarde

Desde el collado, podemos bajar hasta la base del Castillo Menor, pero eso supone tener que remontar luego ese desnivel, así que nos conformamos con bajar unos metros por el centro de una pequeña loma, por la que llegamos a la altura de la parte central del Castillo Menor. donde apreciamos el proceso erosivo sobre la corteza terrestre, que ha originado estás curiosas formaciones geológicas tan características de está sierra.

Tras disfrutar de un primer plano, regresamos al collado por el que caminamos unos metros hasta llegar a la base del Castillo Mayor, donde iniciamos el ascenso buscando las zonas más cómodas, teniendo que realizar alguna sencilla trepada, en la que apenas apoyamos las manos, disfrutando de las vistas que tenemos hacia el valle del Manubles.

Una vez en la parte alta, alcanzamos la base de una repisa, que vamos flanqueando por la derecha hasta que rompe, accediendo fácilmente a la amplia planicie que conforma la cima del Castillo Mayor, por la que caminamos hasta que una brecha nos impide llegar al otro extremo, por lo que damos media vuelta e iniciamos el descenso hacia el collado de los Castillos, donde dos son los senderos que se internan en el pinar.

Nosotros cogemos el que se encuentra justo en la base del Castillo Mayor, por el que nos adentramos en un bonito pinar de repoblación, en sus primeros metros en ligero descenso, que en cuanto perdemos unos metros se vuelve más pronunciado, con el piso descompuesto y bastante piedra suelta en algunos puntos, por el que bajamos con cuidado para no acabar en el suelo.

En apenas un kilómetro (cota (780 metros), conectamos con el barranco del Salto, donde aprovechamos para correr un poco y ganarle metros al recorrido rápidamente, por una bonita senda que nos lleva por la parte alta del barranco, entre pinos y algún ciprés, que de vez en cuando nos baja hasta el cauce habitualmente seco, para volver a ganar la parte alta, por una bonita zona de terrazas, rodeando las lindes del pinar que delimitan el barranco del Salto, lugar muy frecuentado para hacer con la btt.

A medida que vamos perdiendo desnivel, el barranco va perdiendo altura, hasta que cauce y senda se funden en una sola. Unos metros más adelante, el camino de las Pozas se incorpora al cauce del barranco, donde la senda se transforma en una amplia pista de tierra, por la que trotamos por un extremo, aprovechando la sombra que nos ofrece el pinar, que pronto dará paso a un terreno más desértico.

Cerca del kilómetro 21 (20.6 km), alcanzamos la bifurcación en la que de haber dejado la furgoneta aparcada en la explanada junto al pino, tomaríamos para regresar, pero como no lo hemos hecho, continuamos dirección Sur/Este en suave descenso, ya entre antiguos campos de labor y monte estepario, que en los mapas aparece como la “Umbría de las Balsas”, desde el que divisamos en lo alto del recinto fortificado de Calatayud, el castillo de Ayyud, construido por los musulmanes entre los siglos VIII-IX, que es uno de los ejemplos de conjunto fortificados más antiguos de la arquitectura militar andalusí.

Siguiendo el camino, nos internamos en las primeras casas de Calatayud, haciendo caso omiso a los diferentes ramales que se van incorporando al camino principal. Después de seis horas de caminata, alcanzamos el cruce de caminos donde esta mañana iniciamos la circular, completando un recorrido de 23 kilómetros y unos 650 metros de desnivel positivo, por una zona a la que seguro volveremos, ya sea a pie o en btt.

En el collado, descendemos por el centro de una loma, para ver el Castillo Menor
Luego, retrocedemos hasta el collado e iniciamos el ascenso al Castillo Mayor
Disfrutando de las vistas al valle del Manubles
Una vez en la planicie que conforma la cima, caminamos por ella, hasta que una brecha nos impide continuar
Por lo que iniciamos el descenso, hacia el collado de los Castillos
Donde tomamos el sendero que parte junto a la base del castillo Mayor, por el que bajamos
Hasta conectar con el barranco del Salto, que recorremos por la parte alta
Por una bonita senda, entre pinos y algún ciprés
Que de vez en cuando nos baja hasta el cauce del barranco, habitualmente seco
Para volver a ganar la parte alta, que recorremos por unas bonitas terrazas, hasta salir del barranco
Donde el sendero da paso al camino de las Pozas, por el que descendemos
Hacia  calles de Calatayud, con la mirada puesta en el castillo de Ayyud, cerrando la circular

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