lunes, 9 de noviembre de 2020

Alcornocal de Sestrica y del Prado, desde Sestrica


La Sierra de la Virgen, conocida en época romana como Voberca Mons, se encuentra en la comarca del Aranda, al sur del macizo del Moncayo, en la conocida como cara Oculta, entre los valles de Ribota y Aranda, ambos afluentes del río Jalón.

Su nombre, se debe al Santuario de la Virgen de la Sierra, lugar de culto a la virgen María, ubicado en lo alto de la segunda elevación la sierra, el pico Virgen de la Sierra (1413 metros), que alcanza su punto culminante en el pico Cabrera (1433 metros).

Entre los 800 a 1411 metros, existe un enclave botánico extraordinariamente singular, de gran interés naturalístico, el Alcornocal de Sestrica, único bosque de este tipo en Aragón, que se encuentra fuera del área de distribución actual del alcornoque en la Península Ibérica, el cual se reparte por la mitad Sur Occidental de la península y en zonas de Cataluña. 

Para la jornada de hoy, aprovecho está mañana de verano, donde las temperaturas son benignas, para visitar está pequeña mancha compuesta por unas 500 hectáreas, de las cuales 300 hectáreas se encuentran en fincas de propiedad privada y el resto, en monte de titularidad público, que es la porción que voy a recorrer empezando desde la localidad de Sestrica.


Para coger las mejores horas de la mañana, me levanto temprano y pasados unos minutos de las 8, llego a la pequeña localidad zaragozana (352 habitantes en 2019), donde se elevan por encima de las casas, la Torre de los Urrea, también denominada Torre de Sestrica o Castillo de Sestrica, catalogada como B.I.C y la torre del campanario de la Iglesia de San Miguel Arcángel, un templo de fábrica barroca, levantado en el siglo XVII. 

En la calle Arrabal, aparco la furgoneta a la altura del Peirón de San Bartolomé, donde comienzo a caminar por una pista de asfaltada que unos metros más adelante da paso a la tierra, por la que avanzo durante medio kilómetro, hasta llegar a la ermita barroca de San Bartolomé, construida en una sola nave en el S.XII, en cuyo interior a través de las rejas, veo un retablo y un lienzo de San Bartolomé, patrón de Sestrica.

Encrucijada de caminos, en este lugar inicio el tramo circular en sentido antihorario (da igual el sentido de la marcha), para continuar por el camino de Sestrica, dejando para la vuelta el PR-Z9 que se dirige a Viver de la Sierra, pasando junto al Parque que se ha construido en torno a la fuente de la Hiedra, mientras avanzo pausadamente entre campos de cultivo (almendros, cerezos y alguna higuera silvestre), en el que destacan preciosos ejemplares de olivos, ofreciendo un entorno sencillo pero atractivo.

Unos metros más adelante, el camino se bifurca en dos, por lo que tomo el ramal de la izquierda, donde continúo avanzando por el camino del Prado, en el que a medida que voy acercando a mi destino, las vistas se van ampliando hacia la sierra de Vicort, cuya máxima elevación con sus 1427 metros, es el pico del Rayo, aunque esto no fue así hasta la década de 1950, cuando se decidió aplanar la cima del pico de la Nevera, para la construcción del Escuadrón de Vigilancia Aérea nº1, lo que hizo que se rebajara su cima hasta los 1411 metros, que desde aquí localizo fácilmente, por el radar en forma de globo que domina su cima. 

Luego, continúo caminando hasta el desvío al alcornoque del Prado (kilómetro 2.5), al que me acerco por un camino comido por la vegetación, que en sus metros finales se transforma en una tímida trocha, por la que llego hasta la base de este enorme ejemplar de Quercus suber, con casi 10 metros de altura (9.9), un perímetro en la base de 640 centímetros y un tronco dividido en casi diez “recepes”, que le convierte en “árbol singular”, que observo entusiasmado desde distintas perspectivas y bajo la protección de su ramaje, decido descansar unos minutos.

Después, regreso al camino principal, por el que continúo dirección Noroeste con la mirada puesta ya en la loma del Mingoaranda (1307 metros) y la Peña de Guzmán (1356 metros), en la que se ubica la mayor mancha de alcornoques que voy a visitar, aunque de momento al llegar a un cruce de caminos, abandono el que en “teoría” va más directo (no va hacia el alcornocal sino que lo rodea por la parte baja), para seguir dirección Oeste por el ramal de la izquierda, entre campos de cultivo, hasta alcanzar tras un corto repecho, el refugio de Sestrica.

Pasados unos minutos de las 8, llego a Sestrica, donde destacan las torres de los Urrera, de la iglesia de San Miguel
Y el Peirón de San Bartolomé, ubicado en la calle Arrabal, junto al que aparco la furgoneta
Donde comienzo a caminar por una pista asfaltada que da paso a la tierra, durante medio kilómetro
Hasta llegar a la ermita de San Bartolomé, en la que comienzo el tramo circular, para continuar por el camino de Sestrica
Pasando junto al parque que se ha construido en torno a la fuente de la Hiedra
Mientras avanzo pausadamente entre campos de cultivo, en los que destacan unos preciosos olivos
E higueras silvestres, ofreciendo un entorno sencillo pero atractivo
Unos metros más adelante, enlazo con el camino del Prado, en el que a medida que me voy acercando
A mi destino, las vistas se van ampliando hacia la sierra de Vicort
Luego, sigo caminando hasta el desvío al alcornoque del Prado, al que me acerco por un camino difuso
Que da paso a una trocha, por la que llego a este enorme ejemplar de Quercus suber, con cerca de 10 metros de altura
Un perímetro en la base de 640 centímetros y un tronco dividido en casi 10 "recepes", para acto seguido  
Regresar al camino, por el que continúo con la mirada puesta en las laderas del Mingoaranda y la Peña de Guzmán
Hasta alcanzar un cruce de caminos, donde tomo el ramal de la izquierda y avanzo entre campos de cultivo
Acometiendo una última subida
Para llegar al refugio de Sestrica

Tras echar un vistazo al refugio, regreso al camino donde enlazo con el PR-Z72, que une las localidades de Viver de la Sierra e Illueca, que voy a utilizar en su tramo intermedio para visitar el alcornocal, por el que continúo hacia el Oeste en ligero ascenso, por un bonito camino que entre pinos y carrascas, me va acercando a las faldas del Mingoaranda, estrechándose poco a poco, hasta convertirse en un sendero por el que llego a la base de la montaña.

Unos metros más adelante, localizo a mano derecha un hito, que marca el comienzo del sendero del alcornocal, por el que sigo caminando subiendo una fuerte rampa, en el que a uno y otro lado, empiezo a ver los primeros ejemplares de Quercus suber, hasta adentrarme definitivamente en el alcornocal, que ocupa la parte superior de la ladera que tiene un cierto grado de inclinación, lo que me permite que paso a paso, las vistas se vayan ampliando, observando entre las ramas de los árboles, la población de Illueca con la sierra de Nava Alta, cuyo máximo exponente es la Peña de las Armas y por primera vez, las moles calizas de las Peñas de Herrera, que he ascendido en un par de ocasiones.

Siguiendo las marcas blancas y amarillas, avanzo pausadamente ya por un terreno más suave, atravesando preciosos tramos donde las rocas se entremezclan con los alcornoques, algunos con varios troncos, que se encuentran en un estado aceptable, ya que la última pela se efectuó en el año 2006, realizándose está tarea cada 10 o 12 años, aunque este periodo se va alargando, debido a que los años son cada vez más secos. 

A medida que voy ganando desnivel, la pendiente disminuye hasta casi ser imperceptible, síntoma de que estoy llegando al punto más elevado, que corono al alcanzar un pequeño collado, desde el que visualizo cubierto por una boina ,el Moncayo, que con sus 2314 metros, es la máxima elevación del Sistema Ibérico, al que le sobran presentaciones.

Tras echar un vistazo, enlazo con el PR-Z72, para visitar el alcornocal, por el que continúo hacia el Oeste
En ligero ascenso, por un bonito camino entre pinos y carrascas,  que me va acercando
A las faldas del Mingoaranda, estrechándose a poco a poco, hasta transformarse
En un sendero, por el que llego a la base de la montaña
Donde a mano derecha, marcado con un hito, localizo el sendero por el que en fuerte ascenso
 Empiezo a ver los primeros ejemplares de Quercus suber
Hasta adentrarme definitivamente en el alcornocal, que ocupa la parte superior de la ladera
Con una fuerte inclinación, lo que me permite que paso a paso, las vistas se vayan ampliando
Hacia la sierra de Nava Alta, cuyo máximo exponente es la Peña de las Armas
Y de las Peñas de Herrera
Siguiendo las marcas blancas y amarillas, la pendiente se suaviza, atravesando preciosos tramos
Donde las rocas se entremezclan con los alcornoques, cuya última pela se efectuó en 2006
Alcanzando un pequeño collado, marcado con las marcas blancas y amarillas, que es el punto más elevado de hoy
Desde el que disfruto de las vistas hacia el Moncayo, cuya cima permanece tapada por las nubes

Para otra ocasión, continuaré por el sendero, pero ahora, retrocedo sobre mis pasos disfrutando de este precioso bosque de alcornoques, de las vistas y los detalles que ofrece el entorno, dejando atrás el sendero para conectar con el camino, por el que desciendo tranquilamente, hasta llegar al refugio, en el que me detengo a la sombra para leer unos paneles informativos.

Si bien desde el refugio, podría bajar de forma directa por la vereda de la Sierra, hacia Sestrica, que veo desde aquí con la sierras de Mores y Valdoña de fondo, prefiero alargar la ruta dando un rodeo, así que dirección Sur, continúo tomando de referencia las marcas del PR-Z72, de momento hacia Viver de la Sierra, entre campos de olivos, mientras intento identificar en el mapa la sucesión de lomas que tengo frente a mí, pobladas de molinos, que me ayudan a reconocer el Alto de la Aguilera, en el que se ha construido el Parque eólico Sierra de la Virgen. 

Sobre el kilómetro 8, llego a la altura del barranco de Las Umbrías, lugar donde el camino se bifurca en dos, en el que abandono el  PR-Z72 que se dirige a Viver de la Sierra, para tomar el PR-Z9 que va a Sestrica, por el que avanzo en ligero descenso dirección Este, caminando con la boca abierta, ante el imponente porte de los olivos centenarios que hay a ambos lados del camino, en el que sin duda destacan los que se ubican en la finca El Escopetero, junto a los que me detengo para fotografiarlos. 

Luego, continúo en ligero descenso ya con la vista puesta en Sestrica, mientras el camino realiza largas lazadas, pasando junto a la ermita de San Bartolomé, donde cierro el tramo circular, para acto seguido, recorrer el último medio kilómetro hasta llegar al Peirón de San Bartolomé, finalizando este sencillo pero atractivo recorrido por la sierra de la Virgen, a la que sin duda regresaré con la BTT.

Para otra ocasión, continuare por el sendero, ahora, regreso sobre mis pasos
Disfrutando de este precioso bosque de alcornoques
Los detalles
Y las vistas, que ofrece este sencillo entorno
Dejando atrás el sendero para conectar con el camino, por el que desciendo
Hasta llegar al refugio, en el que me detengo para leer un par de paneles informativos
Si bien podría bajar directamente por la vereda de la Sierra, a Sestrica, que veo con las sierras de Mores y Valdoña
Prefiero alargar la ruta, para continuar por el PR-Z72 hacia Viver de la Sierra, entre campos de olivos
Fijándome en la sucesión de lomas, pobladas de molinos, donde se sitúa el Alto de la Aguilera
Sobre el kilómetro 8, a la altura del barranco de la Umbría, abandono el PR-Z72 para seguir por el PR-Z9
Por el que desciendo con la boca abierta, ante el imponente porte de los olivos centenarios, para continuar
En suave descenso hacia Sestrica, por el camino que traza largas lazadas
Pasando por la ermita de San Bartolomé, donde cierro la circular, para acto seguido
Recorrer el último medio kilómetro hasta Sestrica
Hasta llegar al Peirón de San Bartolomé, donde finalizo esta sencilla pero atractiva ruta por la sierra de la Virgen

Mis tracks en Wikiloc