lunes, 23 de enero de 2023

Circular a la Selva de Oza y Camino Viejo del Puente Sil


El Parque Natural de los Valles Occidentales, se encuentra en el extremo más occidental del Pirineo aragonés, en la comarca de la Jacetania, que abarca los municipios de Aísa, Ansó, Aragüés del Puerto, Borau y Valle de Hecho.

Se extiende por las cabeceras de los ríos Veral, Aragón Subordán, Osia, Estarrún y Lubierre, con una altitud que oscila entre los 900 metros en el fondo del valle y los 2670 metros de la cima del Bisaurín, donde también destaca el Aspe (2643 metros), La Mesa de los Tres Reyes (2428 metros), Peña Forca (2391 metros) o Ezcaurri (2050 metros).

Cuenta con 27.073 ha, más otras 7.335 de zona periférica de protección, donde destaca un espacio natural atravesado por el río Aragón Subordán, la Selva de Oza, en la cual, se ha formado un tupido bosque de abetos, mezclado con pinos y hayas 
(también con otras especies naturales, como tejos, arces y abedules), rodeados de picos, en el que resaltan las laderas rojizas del Castillo d'Acher (2384 metros).
 
Además, acoge la mayor concentración megalítica de Aragón y los restos de la calzada romana de Antonino Pio (Tito Aurelio Fulvo Boyonio Antonino), que comunicaba ambas vertientes de los pirineos y fue también utilizada como camino de peregrinación a Santiago de Compostela. En la jornada de hoy, vamos a conocer uno de esos monumentos megalíticos, la Corona de los Muertos, a la que accederemos, realizando la pequeña circular a la Selva de Oza.


 

Hablando con unos amigos, me comentan que van a pasar el fin de semana en el albergue de Aisa. No conocen mucho la zona, así que me dicen que les diga algún lugar, para dar un paseo y que luego, los chicos puedan jugar un rato, así que les recomiendo la circular a la Selva de Oza.

Si bien el lunes no podemos, el domingo lo tenemos libre, por lo cual, al final les vamos a acompañar. Como suele ser habitual cuando salimos en grupo, nos amoldamos a los hábitos de la mayoría, no madrugamos, salimos hacia Selva de Oza, haciendo parada obligada en Ayerbe, donde tomamos un café y compramos unas tortas de anís, en la panadería Ascaso.

Entre pitos y flautas, sobre las 12 llegamos al aparcamiento de Selva de Oza, un paraje en el que disfrutamos de una espléndida panorámica de la Peña Forca, el Chipeta Alto y al otro lado, del Castillo d'Acher, mientras 
comenzamos a caminar por la pista que sube al aparcamiento de Guarrinza, que recorremos tan solo en sus primeros compases, hasta llegar a una bifurcación, donde tomamos la pista de la Espata, por la que nos adentramos en la Selva de Oza, un espectacular bosque de abetos, pinos y hayas, que discurre paralelo al barranco de la Ñetera.

Unos metros más adelante, alcanzamos el desvío a la Corona de los Muertos, donde dejamos la pista principal, a la que más tarde regresaremos, para continuar caminando durante doscientos metros, por un bonito sendero acondicionado con un tramo de pasarela, que permite salvar lo que parece el cauce de un barranco, hasta llegar al yacimiento arqueológico de la Corona de los Muertos, un conjunto de círculos de roca, que se construyeron entre el Neolítico Final hasta el fin de la Primera Edad de Hierro (3000 a.C. - 500 a.C.), que tradicionalmente han sido considerados como monumentos funerarios, aunque este en concreto, también podría tratarse, de zócalos de cabañas, construidas con madera y pieles, que servían de vivienda, en los periodos de verano, cuando el hombre viniera a estos parajes con sus ganado.

Después, desandamos el sendero, disfrutando del bosque, además de la muralla caliza que compone hacia el Este, el cordal de la Sierra de Alanos, que, por localización, intuyo será el Lenito o la Peña Forca, hasta enlazar de nuevo con la pista de la Espata, por la que continuamos caminando por este frondoso bosque de hayas y abetos, tomando de referencia las balizas de la <<Circular a la Selva de Oza>>, en un rincón espectacular, donde caminamos mirando a uno u otro lado, hasta enlazar con el sendero que sube al Castillo d’Acher, que tomamos en sentido descendente, perdiendo mediante varias lazadas, el poco desnivel que hemos ganando, hasta enlazar con el Camino Viejo al Puente Sil.

Sobre las 12, llegamos al aparcamiento de Selva de Oza, donde obtenemos una panorámica a  Peña Forca
Chipeta Alto
Y al otro lado, del Castillo d'Acher, para acto seguido, comenzar a caminar por la pista que sube a Guarrinza
Que seguimos en sus primeros compases, para tomar a mano derecha la pista de la Espata
Por la que nos adentramos en la Selva de Oza, un espectacular bosque de abetos, pinos y hayas
Que discurre paralelo al barranco de la Ñetera
Hasta alcanzar el desvío a la Corona de los Muertos, donde dejamos la pista principal
Para tomar un bonito sendero, acondicionado con un tramo de pasarelas, que evitan una zona inundable
Por el que llegamos al yacimiento arqueológico de la Corona de los Muertos, compuestos por un conjunto de círculos de roca
Que tradicionalmente han sido considerados como monumentos funerarios, pero estos, pueden ser los restos de unas cabañas
Después, regresamos sobre nuestros pasos
Disfrutando del bosque
Y de la muralla caliza, que compone hacia el Este, el cordal de la sierra de Alanos
Hasta enlazar con la pista de la Espata
Por la que continuamos caminando por este frondoso bosque de hayas y abetos
Enlazando con el sendero que sube al Castillo d'Acher, que tomamos en sentido descendente
Perdiendo mediante varias lazadas
El poco desnivel que hemos ganado
Hasta enlazar con el Camino Viejo a Puente Sil

Como llevamos una hora caminando y a muchos, se les ha quedado corto el recorrido. Les comento, que en vez de terminar la circular (quedan unos 10-15 minutos a paso tranquilo), podemos continuar por el Camino Viejo a Puente Sil hasta una pasarela metálica, que cruza el cauce del río Aragón Subordán y volver por la pista asfaltada, que a esas horas no tendrá mucho tráfico, además, si vemos que alguno está cansado, siempre queda la opción de recogerlo con el coche.

A la mayoría, les parece una buena idea, salvo a uno de los chavales, que comenta <<que para ver paisajes ya tiene el GoogleMaps>>, pero, al final no le queda otra que acatar la decisión de la mayoría, así que, a regañadientes, seguimos caminando dándonos un relajante baño de bosque, realizando un pequeño descenso hacia el barranco de la Espata, que cruzamos por una pasarela de madera y en el que nos detenemos para que los chic@s se diviertan un rato.

Después, regresamos al camino que se transforma en sendero, por el que poco a poco vamos ganando desnivel, atravesando un denso bosque en el que apenas entran los rayos del sol, hasta que, sobre el tercer kilómetro (kilómetro 3.3), en un pequeño claro, observamos la pasarela que cruza el río Aragón Subordán, he iniciamos un fuerte descenso, amortiguado por las lazadas que realiza el sendero, por el que llegamos al cauce del río Aragón Subordán, en el que permanecemos un buen rato jugando en sus gélidas aguas.

Si bien podríamos continuar hasta el puente de Santa Ana, por la senda de los Ganchos o por la Calzada Romana, como hemos venido tarde y se ha hecho la hora de comer, dejamos para otra ocasión ambas opciones (se podría trazar una circular, yendo por la Senda de los Ganchos y regresando por la Calzada Romana o viceversa), así que cruzamos el río por la pasarela, para acto seguido, remontar el cauce del río Aragón Subordán pegados a la carretera, disfrutando de la belleza que ofrece este río aragonés, que nace en la cara Norte de la sierra Bernera, atraviesa Aguas Tuertas y recorre el Valle de Hecho, hasta desembocar cerca de Puente la Reina, en el río Aragón, formando una serie de cascadas, badinas y rincones de gran belleza, sin perder de vista la carretera.

Tras algo más de tres horas, alcanzamos de nuevo el paraje de la Selva de Oza, donde observamos uno de los emblemas de la zona, el Castillo d’Acher, en el que contrastan sus laderas rojizas con la caliza y el verdor del bosque. Ya en los coches, aprovechamos para pedir unas cervezas en el chiringuito y comer, luego, los chicos juegan un rato en el agua, mientras los mayores charramos un rato.

A última hora, nos vamos a Jaca, donde hemos quedado con el resto, que suben para hacer la entrada en el refugio, aunque le comento a mí mujer, que se nota, que no conocen la carretera que sube a Aisa y que dudo, bajen, como así sucede al rato, que nos llaman para decirnos que son fiestas en Aisa y que les da parece bajar para volver a subir, así que nos damos un paseo por la Ciudadela, cenamos como siempre en La Lola, que está hasta la bandera y ya de noche, vuelta a casa.

Como llevamos una hora caminando, seguimos por el Camino Viajo a Puente Sil
Dándonos un relajante baño de bosque
Realizando un corto descenso hasta el cauce del barranco de la Espata, que cruzamos por una pasarela de madera
Y en el que nos detenemos unos minutos
Después, regresamos al camino que se transforma en un bonito sendero
Por el que poco a poco, vamos ganando desnivel
Atravesando un denso bosque, en el que apenas penetran los rayos del sol
Hasta que, sobre el tercer kilómetro, divisamos en lo hondo, la pasarela que cruza el río Aragón Subordán
He iniciamos un fuerte descenso, amortiguado por las lazadas que realiza el sendero
Hasta alcanzar la pasarela, que de momento no utilizamos, para quedarnos un rato jugando en las gélidas aguas del río Aragón Subordán
Si bien podríamos continuar hacia el puente de Santa Ana, se nos ha hecho tarde, cruzamos por la pasarela
El cauce del río Aragón Subordán, que ofrece unas bonitas vistas
Para acto seguido, remontar su cauce por la pista asfaltada
Disfrutando a cada paso de este río aragonés
Formando a su paso, una serie de badinas, cascadas
Y rincones de gran belleza
Hasta alcanzar de nuevo el aparcamiento de la Selva de Oza, donde admiramos uno de sus emblemas, el Castillo d'Acher

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