lunes, 26 de marzo de 2018

Circular al Espacio Protegido de los Pinares de Rodeno, desde Albarracín (Recorridos S1 Albarracín – Área recreativa del Navazo y S2 Pinturas Rupestres)


La Sierra de Albarracín, es una comarca aragonesa situada al suroeste de la provincia de Teruel, que engloba 25 municipios, siendo la población medieval de Albarracín la capital de la comarca, en cuyo término municipal se encuentran los Pinares de Rodeno, que junto con la Sierra de Santo Domingo, San Juan de la Peña y Fago, conforman los cuatro “Espacios Protegidos” declarados en Aragón.

Con una superficie de 6.829,05 ha, comprende los términos de Albarracín, Bezas y Gea de Albarracín, que dan lugar a un singular paraje compuesto por una densa masa forestal de pino rodeno, que se asienta en una piedra arenisca roja, que debido a la acción de la naturaleza (viento y agua) a formado una sucesión de torreones, callejones y abrigos rocosos, que atestiguan la presencia humana en estas tierras, gracias a las muestras de arte rupestre levantino, que se sitúan en el periodo comprendido entre el 7.000-5.000 a.C, que forma parte del Patrimonio Natural de la Unesco, obteniendo también la denominación de Parque Cultural.

Aunque había visitado con anterioridad Albarracín, está es mi primera incursión en el Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno, así que aprovechando que Carlos (Zancadas Ligeras) está en Zaragoza, nos vamos a ir a conocer este paraje, uniendo dos recorridos circulares balizados como “S1 Albarracín – Área recreativa del Navazo” y “S2 Pinturas Rupestres”, que nos permitirán descubrir una pequeña porción de este Paisaje Protegido.


Hoy no madrugamos en exceso, tras dos horas de coche llegamos a Albarracín, cruzamos el río y al final de la calle Llano del Arrabal, en una pequeña glorieta, aparcamos el coche, donde aprovechamos para comer algo, preparar las mochilas, y disfrutar de las vistas que tenemos del recinto amurallado.

Sobre las 09:45 iniciamos la circular, caminamos unos metros por el Llano del Arrabal, hasta que a mano izquierda perfectamente señalizado, cogemos un camino de tierra por el que tomando de referencia las marcas blancas y rojas del GR.10, nos acercamos hasta las estribaciones del recinto Mar Nummus, que está incluido dentro del territorio Dinópolis.

Confluencia de barrancos (La Tejería y del Cabrerizo), nosotros continuamos dirección Sur por el barranco del Cabrerizo, avanzando pausadamente entre campos de cultivo y antiguas construcciones ya en ruinas, donde la vegetación se va apoderando del entorno, en el que un grupo de caballos pastan a sus anchas ajenos a nuestra presencia.

Cerca de las lindes del pinar, aparecen las primeras formaciones de areniscas rojas, en las que nos detenemos un instante para observarlas. Después, caminamos unos metros hasta adentrarnos en el pinar, compuesto en este tramo de pino rodeno, donde el camino se transforma en un precioso sendero, por el que decidimos trotar aprovechando el frescor de la mañana, alcanzando rápidamente el desvío a la fuente de la Cruz, que se encuentran a escasos metros del sendero, por lo cual, bajamos hasta ella para llenar las botellas.

De nuevo en el sendero, continuamos ahora en suave ascenso, trotando con cuidado para evitar meter la punta de la zapatilla, entre las piedras o las raíces de los pinos que afloran en la tierra, hasta que cerca del tercer kilómetro (2.8 km), llegamos al Abrigo de la Fuente del Cabrerizo, que según indican en un panel adjunto, se encuentran los grabados de un equino y un cérvido que agudizando la vista, conseguimos ver a duras penas la figura de este último, que se engloba dentro del estilo levantino, aunque algunas características pueden indicar que se aproxime al Arte Paleolítico.

Desde el Llano del Arrabal, iniciamos la circular, con vistas al recinto amurallado de Albarracín
Caminando durante un centenar de metros, hasta llegar a un camino a mano izquierda, por el avanzamos
Tomando de referencia las marcas blancas y Rojas del GR.10, hasta la confluencia
Del barranco de la Tejería y del Cabrerizo, donde continuamos dirección Sur, por el barranco del Cabrerizo
Entre campos de cultivo y viejas construcciones, ya en ruinas, donde la vegetación  se va adueñado del entorno
Donde un grupo de caballos, pastan a sus anchas, ajenos a nuestra presencia, cerca de las lindes del pinar
Aparecen las primeras formaciones de arenisca roja, en las cual nos detenemos
Para acto seguido, adentramos en el pinar, compuesto en este tramo de pino rodeno
Por el que en suave ascenso, aprovechamos para correr, por un precioso sendero
Hasta llegar al desvío a la fuente de la Cruz
A la que bajamos para echar un trago, para continuar hasta el abrigo de la Fuente del Cabrerizo
En el que agudizando la vista, podemos apreciar el grabado de un cérvido

Visitado este primer abrigo, seguimos en suave ascenso por medio del pinar durante medio kilómetro; dejamos atrás la fuente del Cabrerizo, y unos metros más arriba, llegamos al desvío del Mirador del Cabrerizo, donde comenzamos a ganar rápidamente desnivel por una escalinata, que tras varias lazadas nos deja en poco más de cinco minutos sobre la base de un saliente, que simulando la proa de un barco, se le conoce como el Mirador del Cabrerizo, desde el que tenemos una bonita perspectiva del barranco que hemos recorrido.

Elevando la mirada, comprobamos que más arriba existe otra gran roca que nos puede servir también de mirador natural, desde el que ampliar las vistas, así que sin apenas pensárnoslo, continuamos subiendo por el sendero que viene desde las Casetas de la Losilla Baja, que se encuentra junto a la carretera que une Albarracín con Bezas.

Una vez alcanzado el punto más elevado, avanzamos unos metros monte a través, hasta que finalmente localizamos la roca que veíamos desde el mirador, por la que caminamos con cuidado, hasta encaramarnos en su punta, desde la que efectivamente la perspectiva se amplia, pudiendo disfrutar en todo su amplitud del barranco del Cabrerizo, que representa la esencia de los Pinares de Rodeno, y que tirando de zoom nos permite ver incluso el recinto amurallado de Albarracín.

Disfrutadas las vistas, regresamos al sendero con cuidado, después, descendemos por la escalinata hasta alcanzar el fondo del barranco, por el que continuamos a la carrera superando una pequeña subida con el piso con bastante piedra suelta, que tras superar, nos deja en la llanura, donde el sendero se transforma en un cómodo camino, por el que avanzamos entre los pinos paralelos al barranco del Cabrerizo, que cambia su denominación por el del Navazo, por el cual llegamos al Prado del Navazo, donde el camino se bifurca en dos.

Ahora debemos abandonar momentáneamente la primera circular, para ir en buscar del inicio de la segunda, que se encuentra en el área recreativa del Navazo. Así que en este punto, cogemos el camino de Cascantejo, por el que dirección Sur vamos descendiendo, tomando de referencia las marcas blancas y rojas del GR.10, hasta llegar a la bulliciosa área recreativa del Navazo, que si a estas horas se encuentra concurrida, a mediodía estará a reventar. 

Luego, reanudamos la marcha por medio del pinar, dejando atrás la fuente del Cabrerizo
Y unos metros más adelante, llegamos al desvío del Mirador del Cabrerizo
Donde comenzamos a ganar rápidamente desnivel,  por una escalinata
Que tras varias lazadas, nos deja en la proa que forma el Mirador del Cabrerizo
Desde el que tenemos una bonita panorámica del barranco, aunque elevando la mirada
Comprobamos que más arriba, hay un gran bloque, al que nos encaramamos
Pudiendo disfrutar del barranco del Cabrerizo, en toda su amplitud
Después, descendemos por la escalinata hasta el fondo del barranco
Por el que atravesamos una pequeña subida, con el piso con bastante piedra suelta
Donde el sendero se transforma en un amplio camino
Por el que llegamos al Prado del Navazo, donde el camino se bifurca en dos
Tomando el camino de Cascantejo, por el que dirección Sur
Llegamos al área recreativa del Navazo, en la que descansamos

Permanecemos unos minutos en una mesa alejados del bullicio, comemos, bebemos y reposamos la comida. Después, bajamos hasta la altura del aparcamiento del área recreativa, donde enlazamos con el sendero accesible, por el que suavemente ganamos desnivel, hasta llegar cerca del Abrigo de la Cocinilla del Obispo que dejamos para la vuelta, e iniciamos la segunda circular balizada como S2 Pinturas Rupestres, junto a un cartel metálico con la figura del arquero, que es el símbolo del Parque Cultural.

En este punto, abandonamos el camino accesible, para tomar a mano derecha un claro sendero, por el que descendemos por  medio del pinar, para salir al camino del Arrastradero, donde continuamos dirección Sur/Este, hasta llegar al desvío de los Abrigos de las Figuras Diversas y del Ciervo, que se encuentra a unos 100 metros del camino.

De los dos, primero nos vamos al Abrigo de las Figuras Diversas que es el más cercano, que se encuentra un  par de  metros por encima del suelo, por lo cual, haciendo un ejercicio de equilibrismo, nos encaramamos a él apoyando los pies sobre la roca, pudiendo contemplar la figura de un ciervo pintado en rojo, y justo debajo la de un ovino negro, ambas realizadas en el Neolítico.

Una vez en en suelo, nos aproximamos al Abrigo del Ciervo, más accesible que el anterior, donde agudizando la vista podemos ver parte de la figura de un cierzo pintado con tintas planas en el Neolítico, que a pesar de nuestros esfuerzos, nos es imposible sacar una buena fotografía.

Después de visitar los dos primeros Abrigos del Arrastradero, regresamos al camino del Arrastradero, por el que transitamos durante unos metros, hasta llegar al desvío del Abrigo del Medio Caballo, que según indica un panel, es el más importante de los Abrigos del Arrastradero, ya que se compone de 43 figuras y 23 restos identificables o “dudosos”, realizados en distintos momentos del Neolítico, entre el 7.000-4.500 a.C, aunque la figura que mejor identificamos, es la parte anterior de un caballo, dibujado en tintas planas y trazo lineal, que es la que da nombre al abrigo.

A medida que transcurre la mañana, la gente comienza a llegar a los primeros abrigos, para alejarnos del bullicio, preferimos ir en busca de la tranquilidad, así que rápidamente salimos al camino principal, por el que a la carrera, nos acercamos hasta el desvío del Abrigo de los Dos Caballos, que con su pelicular forma de hongo, accedemos a su base por unos curiosos escalones tallados en la roca.

Según el panel que hay colocado en el interior, en el abrigo hay un total de 5 pinturas en tonos rojizos, que datan del Neolítico Antiguo, pintadas en el 8.000 años a.C, en la que tan solo somos capaces de ver la figura de dos caballos superpuestos, aunque la cabeza del segundo está bastante borrosa, a lo cual una mujer que se encuentra junto a nosotros nos comenta “que alguien del ayuntamiento tendría que venir con un pincelito y repasar estas pinturas, porque si no, no hay forma de ver nada en absoluto”, dejándonos perplejos.

Haciendo caso omiso a semejante comentario, nos vamos a dar una vuelta por el entorno del abrigo, que resulta muy atractivo; mientras Carlos se entretiene trepando por las rocas para llegar al punto más elevado, y otear el horizonte, yo hago lo propio recorriendo los numerosos callejones que conforman el Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno.

Desde el área recreativa, bajamos hasta cerca del aparcamiento, donde cogemos el sendero accesible
 Hasta a un panel metálico con la figura del arquero, donde iniciamos la segunda circular, bajando por un sendero
Enlazando con el camino del Arrastradero, por el que avanzamos hasta llegar al desvío 
Del Abrigo de las Pinturas Diversas
En el que vemos la figura de un ciervo pintado en rojo y la de un ovino negro, ambas del Neolítico
Visitado los dos primeros abrigos, regresamos a la pista para ver 
El Abrigo del Medio Caballo, en el que visualizamos
 La parte anterior de un caballo, pintado en tintas planas y trazo lineal
Tras visitar el abrigo más importante, regresamos al camino, por el que seguimos hasta llegar al desvío
Del Abrigo de los Dos Caballos, que tiene la forma de hongo, al que accedemos por unos escalones
Para visualizar la figura de dos caballos superpuestos, del Neolítico Antiguo
Donde aprovechamos el entorno en el que se ubica, para otear el horizonte y perdernos por sus callejones

Reagrupados, nos quedamos unos segundos más observando las diferentes formas que la erosión ha originado en estas rocas de arenisca roja. Después, regresamos al camino del Arrastradero, por el que caminamos hasta llegar a una replaceta acondicionada con barandilla, donde enlazamos con el sendero accesible, teniendo la posibilidad de visitar el Abrigo del Arquero de los Callejones Cerrados, que dejamos para la vuelta, para continuar dirección Este hacia el Mirador de la Ventana del Rodeno, al cual llegamos en apenas un par de minutos, tras superar un pronunciado pero corto repecho.

Las vistas desde el mirador son fantásticas, y tenemos una amplia panorámica, que abarca desde pequeños rincones como las Piedras de los Escalones, el Majadal de las Ortigas o la Piedra de la Fuente de la Señora, hasta las llanuras donde se ubican las poblaciones de Cella o Gea de Albarracín, pasando por las vecinas sierra de Gudar o Carbonera, cuya máxima elevación es el Alto de la Mata con sus 1.540 metros.

Aprovechamos que no hay mucha gente, para realizar una segunda parada, después, descendemos por el camino accesible hasta alcanzar la replaceta en la que se ubica el Abrigo del Arquero de los Callejones Cerrados, en cuya parte central podemos apreciar la figura de un arquero pintado en un color violáceo oscuro, que como el resto de pinturas son de época Neolítica (7.000-4.500 años a.C), que es el símbolo que representa al Parque Cultural.

El paso por los sucesivos abrigos, nos ha hecho adaptar la vista a las pinturas, cada vez las vemos mejor y más rápido, así que tras visitar el abrigo, seguimos por el camino accesible durante unos metros, hasta que lo dejamos, para tomar a mano derecha una pasarela de madera, por la que accedemos al Abrigo de la Cocinilla del Obispo, que es uno de los más sobresalientes de Albarracín, ya que podemos ver la representación de varios grupos de toros del Neolítico Antiguo (7.000-6.000 años a.C), que se dejan ver con bastante facilidad, a pesar de la distancia que hay desde la reja a la pared en la que se sitúan, y a los diferentes colores en los que están pintados.

Reagrupados, nos quedamos unos segundos observando las formas que la erosión ha originado en las rocas
Para continuar por el camino principal, hasta una replaceta
Por la que dirección Este, alcanzamos el Mirador de la Ventana del Rodeno
Desde el que disfrutamos de unas amplias panorámicas de la Sierra Carbonera y de los pinares de Rodeno
Además de la Sierra de Gudar y rincones como la Piedra de la Fuente de la Señora
Tras disfrutar de las vistas, descendemos por el camino accesible
Hasta llegar a la replaceta, donde visitamos el Abrigo del Arquero de los Callejones Cerrados
En el que podemos ver la figura del arquero, símbolo que representa al Parque Cultural
Unos metros más adelante, cogemos la pasarela que nos deposita junto al Abrigo de la Cocinilla del Obispo
Donde podemos ver, varios grupos de toros, pintados en varias tonalidades

Tras la visita al Abrigo de la Cocinilla del Obispo, finalizamos el recorrido circular, que nos ha permitido ver el conjunto de pinturas, que componen los Abrigos del Arrastradero.

Ahora, descendemos a la carrera hasta llegar al área recreativa del Navazo, que a estas horas se encuentra overbooking, por lo que decidimos pasar de largo, para seguir por el camino del Cascantejo, tomando de referencias las marcas blancas y rojas del GR.10, hasta arribar al cruce de caminos, que se encuentra en el Prado del Navazo, donde retomamos la primera circular.

Ya más pausados, continuamos dirección Norte/Este por amplio camino de tierra, que nos lleva por las lindes del pinar, hasta que llegamos al desvío a los Abrigos de los Toros del Prado del Navazo y del “Tío Campano”, donde nos encontramos con varios grupos de escaladores que colchoneta a la espalda, caminan hacia los bloques de roca cercanos, para practicar la modalidad de escalada conocida como boulder, siendo está zona de Albarracín el paraíso para estos escaladores, ya que cuenta con más de 1.700 bloques, repartidos en 17 sectores. Información sobre restricciones, normas y zonas de escalada

Siguiendo el sendero, primero nos acercamos hasta el Abrigo de los Toros del Navazo, que es una de las estaciones más importantes del conjunto de Albarracín, en el que se pueden ver hasta 19 representaciones, donde sin duda nos impresiona lo bien conservadas que están, siendo muy fácil identificar la mayoría de ellas, sobre todo en su parte central, en la cual podemos apreciar las figuras de varios toros y ciervos, realizados con tintas planas en diferentes fases del Neolítico (7.000-4.500 años a.C.)

Sorprendidos por la claridad de las pinturas, ascendemos unos metros por medio del pinar, hasta llegar a la altura de unos bloques de roca, en los que imaginamos se encuentra el otro abrigo. Una vez en este punto, realizamos un corto flanqueo a la derecha, por el que llegamos primero a los restos de un abrigo pastoril, y casi a continuación al Abrigo del “Tío Campano”, en el cual podemos ver la representación de un caballo domesticado que podría ser del Neolítico e incluso del Calcolítico (5.000-4.000 a.C), además de los restos de los cuartos traseros de lo que parece un toro, que la erosión ha borrado, y cuyo efecto podemos ver en la roca, donde el agua ha formado múltiples cavidades de diversos tamaños conocidos como Taffoni.

Como vamos bien de tiempo, permanecemos unos minutos por el entorno, descubriendo nuevos rincones, hasta que finalmente monte a través, enlazamos con el sendero de acceso a los abrigos, por el que con cuidado bajamos hasta llegar al camino de Cascantejo.

Tras la visita, cerramos la segunda circular, bajamos hasta el área recreativa
 Y continuamos por el GR.10
Hasta arribar al cruce del Prado del Navazo, donde seguimos con la primera circular (S1)
Por la que llegamos al desvío de los Abrigos de los Toros del Prado del Navazo y "Tío Campano"
Donde nos encontramos con varios grupos de escaladores, que se dirigen a los bloques para practicar boulder
Siguiendo el sendero, llegamos al Abrigo de los Toros del Prado del Navazo
En el que se pueden ver hasta 19 representaciones, en su mayoría en muy buen estado
Unos metros más arriba, hacemos un flanqueo a la derecha, pasando junto a un abrigo pastoril
Y casi a continuación, localizamos el Abrigo del "Tío Campano"
En el cual apreciamos la figura de un caballo y los cuartos traseros de lo que parece un toro
Donde la erosión en forma de agua, ha formado multitud de cavidades, conocidas como Taffoni
Tras visitar el abrigo, damos una vuelta por el entorno, para acto seguido, bajar hacia el Camino del Cascantejo

Ahora, nos vamos en busca de los dos próximos abrigos, que se encuentran a escasos 200 metros de donde nos hayamos, que son los últimos que componen el conjunto de los Abrigos del Prado del Navazo, a cuyo desvío llegamos caminando dirección Norte/Oeste, en apenas un par de minutos.

Siguiendo un amplio sendero marcado con pequeños bloques de piedra en sus extremos, avanzamos en suave ascenso por medio del pinar, en busca de unos bloques de rodeno que tenemos justo enfrente, en el que se ubica el Abrigo de “Lazaro”, cuyo nombre le viene por el vecino de Albarracín Lázaro Jiménez, que lo descubrió en el año 1986, en el que podemos ver las figuras de dos arqueros de origen Neolítico (7.000-4.500 a.C.).

Tras visualizarlas, en vez de seguir por el sendero, nos acercamos por medio de un laberinto rocoso al Abrigo de los Cazadores del Navazo, donde podemos apreciar diferentes grabados de figuras humanas, en los que nos toca tirar de imaginación, ya que no son muy nítidas, algo que no solo nos sucede a nosotros, sino también a los que las estudian, ya que no las han podido catalogar con certeza, aunque se creen que pertenecen a la Edad del Hierro.

De vuelta al camino, aprovechamos la buena sombra que nos ofrecen los pinos, para correr un rato por terreno prácticamente llano, hasta que cerca del Cerro de las Quebradas, el camino se bifurca en dos. Echando un vistazo al GPS, comprobamos que al final ambas opciones se pueden volver a unir, para no hacer más kilómetros por camino, preferimos hacer caso al panel dirección que nos indica “Albarracín”.

Así que sin más dilación, cogemos el sendero que a nuestra izquierda, poco a poco nos va sacando del pinar, por el que comenzamos a perder desnivel, tomando de referencias los hitos apostados a lo largo del sendero, que se va transformando en un camino, que comunica las poblaciones de Gea de Albarracín con Albarracín, cuyo núcleo urbano ya vemos desde el camino, no tardando en alcanzar el barrio del Arrabal, dando por finalizada está primera circular, y cerrando el ocho, después de casi cinco horas, en el que hemos disfrutado de tan singular paraje, que sin duda merece la figura de “Paisaje Protegido”, al que sin duda regresaremos.

Por el que seguimos hasta el desvío de los Abrigos de los Cazadores del Navazo y del "Lázaro"
A los que accedemos por un precioso sendero, delimitado por piedras
Que en suave ascenso, nos dejan a los pies del Abrigo de "Lazaro"
En el que podemos apreciar las figuras de dos arqueros
Tras visitarlo, nos introducimos en un laberinto de bloques de rodeno
Desde el que accedemos al Abrigo de los Cazadores del Navazo
Compuesto por una serie de grabados de figuras humanas
Finalizada la visita al conjunto de pintura que conforman los Abrigos del Prado del Navazo, volvemos al camino
Por el que seguimos dirección Norte, hasta llegar cerca del Cerro de las Quebradas, donde tomamos
El sendero que se dirige a Albarracín, balizado con hitos que nos sacan del pinar
Transformándose más abajo en un cómodo camino, por el que descendemos hasta Albarracín

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