Para el sábado tenía previsto subir al Moncayo y realizar una circular por los barrancos de la Morana y Horcajuelo, el jueves me mandan un washup posponiendo la ruta para el siguiente fin de semana, así que al final adelanto la salida para el viernes, y tener el fin de semana libre para la familia.
Como hace buen tiempo, y no hace mucho viento, aunque hoy viernes se ha levantado algo de viento, me acerco en coche hasta Zaragoza para realizar el CR 41 La ruta de la Estepa, que parte desde los pinares de Venecia, y que tengo en mi agenda de pendientes desde hace mucho tiempo. Para descargar el track, haz clic en el símbolo de Wikiloc.
El coche lo dejo en el aparcamiento del C.D. Giner, desde allí hago la rotonda del tercer cinturón y continúo recto por la calle Fray Julián Garcés, hasta pasar entre medio del cementerio y el Club de Tiro de Zaragoza, a los cien metros, me encuentro con el primer panel señalizador de la ruta.
Desde este punto tomo el camino que sale a mi izquierda, me adentro en la zona de los pinares de Venecia siguiendo las marcas rojas del CR.41 Camino de la Estepa, que se encuentran puestas en los sitios más complicados, casi sin enterarme llego a las estribaciones del Centro Comercial Puerto Venecia, que dejo a mi izquierda.
Al final del centro comercial, paso por debajo de un túnel, que me permite salvar el cuarto cinturón y las vías del tren, dejando atrás la ciudad.
A partir de aquí me adentro en terreno estepario, el camino con buen piso tiende a subir ligeramente, enseguida me encuentro con la primera bifurcación bien señalizada, sigo dirección SE con vistas a las minas de Torrero.
Por el camino va saliendo algún que otro conejo, se nota que la veda a finalizado y campan a sus anchas, tras superar la cuesta del Royo, llego junto a una balseta que se encuentra vallada, aquí inicio un rápido descenso hasta una nueva bifurcación, donde hay un panel informativo sobre la ruta, la flora y fauna que puebla la estepa.
Yo sigo las indicaciones y continúo por el camino de la izquierda, que durante unos kilómetros llanea, hasta subir una corta, pero dura rampa. Una vez en lo más alto me detengo un instante para contemplar la panorámica, parte del camino que me queda por recorrer.
Tras varios sube y bajas, inicio un largo descenso, que me deja en un camino asfaltado, paralelo a la carretera comarcal de Torrecilla de Valmadrid, sigo por el durante poco más de cien metros, y salgo a la carretera por la que circulo con precaución, ya que aunque no lleva apenas tráfico no es muy ancha.
Ya en las estribaciones de Torrecilla, continúo por la carretera, dejando a mi derecha está pequeña población, y me acerco hasta la Balsa de Torrecilla de Valmadrid, donde hay un pequeño sendero auto guiado.
Después de dar una vuelta a la Balsa, que no tiene mucha agua, regreso hasta Torrecilla, donde paro a descansar unos minutos en el parque municipal, situado junto a la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Para la vuelta tengo varias opciones, la más sencilla es volver por la carretera, hasta la cartuja, y regresar por el Canal Imperial, otra opción es hacerlo por el Camino de la Estepa, pero a mí no me gusta volver por el mismo camino, el tercero es subir hasta las Planas, y descender por el Barranco del Montañés, es el CR41.2 la variante de regreso del Camino de la Estepa.
De las tres me decanto por la última, sin duda la más complicada, ya que desde Torrecilla hasta las Planas es todo subida, con la dificultad añadida que me va a pegar el viento de cara.
Antes de seguir la ruta, hago acopio de agua en la fuente del pueblo, que se encuentra detrás de la iglesia, después callejeo dirección N, hasta salir a las afueras de Toreccilla, donde enlazo con el camino de la Plana, que pasa junto a un silo de la cadena "BONAREA".
Nada más pasarla el camino vira hacia la izquierda, con dirección O, teniendo enfrente de mí las Planas, el sol pega de frente y no me permite hacer buenas fotografías, en un pequeño recodo me detengo un instante para ver los restos del Castillo de Torrecilla de Valmadrid.
Sin apenas detenerme, prosigo la marcha, el camino se encuentra en buen estado, pero como bien sabía, desde Torrecilla va subiendo todo el rato, de vez en cuando sale alguna rampa más dura, que debido a la falta de salidas en bicicleta, me deja las piernas para el arrastre.
Ya en el último kilómetro, la cosa se pone fea, ya que comienzo a subir rampas con porcentajes superiores al 12%, que me hace echar el pie a tierra, agachar la cabeza y tirar andando con la burra a cuestas.
Cuando el camino se suaviza aprovecho para subirme, pero en los últimos doscientos metros, nuevamente me toca echar el pie a tierra. Una vez en las Planas, me detengo para descansar en el mirador del Puntal de las Planas o del Verde, donde hay un banco que me sabe a gloria, las vistas desde el mirador son amplias y puedo ver todo el desnivel que he superado desde Torrecilla al Mirador, además de el entorno de las Planas, la ciudad de Zaragoza y los Pirineos.
Así llego hasta una bifurcación de caminos, donde hay un panel informativo del CR 41, como ambos camino se unen un kilómetro más tarde, para hacerlo más entretenido cojo el camino de la derecha que me lleva dirección NO rodeando un espeso pinar.
Tras pasar los restos de una paridera, me adentro por unos metros en el pinar, enseguida el camino gira a la izquierda y enlazo con el camino de la Plana, que después de un suave descenso me lleva hasta la bifurcación del PR.23 y la Vereda del Montañés, junto a la Caseta del Alcampo Viejo.
Como bien indica el letrero, tomo dirección N hacia Zaragoza siguiendo la Vereda del Montañés, llego hasta una bifurcación de caminos, yo continúo recto, y enseguida llego al inicio del descenso del Montañés.
Como la tarde está siendo calurosa, me detengo debajo de un árbol que me ofrece muy buena sombra y desde donde puedo ver parte del descenso, en este punto aprovecho para hacer una parada técnica, ya que en los últimos kilómetros, he notado como de vez en cuando la cadena salta cuando meto los piñones más pequeños.
Limpio la cadena, y echo un vistazo a los piñones no se hubiese metido algo entre ellos, pero en un principio no veo nada extraño, así que habrá que continuar y ver cómo van sucediendo los acontecimientos.
De vuelta al camino, inicio el descenso al barranco del Montañés, los primeros metros son bastante pendientes, pero el piso es ancho y en muy buen estado, lo que me hace superar sin meterme mucha caña velocidades superiores a los 40 km/h.
En un tramo intermedio, tengo que reducir la velocidad, ya que se encuentra con bastante piedra, tras realizar una curva hacia la derecha, el camino toma dirección NE.
A los dos kilómetros, el camino se bifurca en dos, cualquier opción es buena, ya que más adelante, ambos se vuelven a unir, yo me desvío hacia la derecha, ya que es más técnico. Nada más tomarlo la pista desaparece, y se convierte en un divertido sendero, con continuos subes y bajas, cuatro kilómetros más tarde, después de un largo y pronunciado tobogán, enlazo con la pista principal, junto a las marcas blancas y amarillas del pr.
En este punto el descenso se suaviza, y alterno largos tramos de llaneo, con otros de suave descenso, a la altura de una bifurcación abandono el pr que me ha de llevar hasta Zaragoza pasando por la paridera Gómez, y sigo recto durante unos metros, hasta un nuevo cruce de caminos, donde me desvío hacia la derecha para enlazar con el Camino de Valdeconsejo.
El camino discurre por la Val de Santa Ana, donde puedo disfrutar del contraste de los montes de la estepa, con el verde de los campos de trigo, en este tramo el descenso es mayor y a pesar del viento en contra desciendo a buen ritmo, aunque la fatiga por la falta de entrenamiento se nota.
Ya en las postrimerías del Polígono Industrias de Valdeconsejo, abandono el camino, giro a la derecha, y enlazo con la pista asfaltada de la mina de Torrero, por la que sigo dirección E, subiendo por una larga y dura rampa con porcentajes superiores al 14%, que me obligan en el último tramo a continuar a pie.
Ya en lo alto del cerro aprovecho para disfrutar de las vistas que hay de la ciudad de Zaragoza, continúo por la pista que pasa a ser de tierra, y desciendo por ella, entre un mar de conejos que van saliendo por todas partes, hasta enlazar con el pr.
Con vistas ya de la ciudad, sigo recto, cruzo las vías del tren y el cuarto cinturón por un puente, y me acerco ya con los últimos rayos de sol, a los pinares de Venecia, que los cruzo, paso junto al cementerio y por último al aparcamiento del C.D. Giner, donde doy por finalizada la circular.