El Pic du Midi d'Ossau,
con sus 2.884 metros es la montaña más emblemática de los Pirineos
Occidentales. Su nombre le viene al elevarse al Sur, al Mediodía, del
valle de Ossau, siendo uno de las primeras montañas pirenaicas en
ser ascendidas.
En realidad está montaña,
es un antiguo estratovolcán, ya que su característico color negro, es la lava solidificada en el interior de la chimenea del viejo volcán
ya desaparecido. Una vez erosionada, la montaña que componía el
volcán, ha dejado a la vista el contenido de la chimenea, dándole
una verticalidad que hace que incluso en invierno, la nieve no se
acumule en sus aristas y paredes.
Desde la lejanía, son dos
cimas las que habitualmente vemos, el Gram Pic y el Petit Pic, por lo
que antiguamente a esta montaña se le conocía como “Los Gemelos”,
aunque también recibe otros nombres como Pic du Midi de Pau o
popularmente Jean Pierre. A las dos cimas principales, hay que
sumarles otras tres puntas más secundarias, como son la Punta de
Aragón, Punta de Francia y Punta Jean Santé, que con sus
2.573 metros es la de menor altitud.
De todas ellas, la más
ascendida es el Gram Pic, que fue coronada por primera vez en el año
1787 por un pastor del valle del Aspe, que en la actualidad cuenta
con varias vías de acceso de diferentes dificultades, siendo las
menos habituales las de la cara Norte por la vía de l' Embarradère
con pasos de escalada de III o la vía Clásica que por un itinerario
de bloques y chimeneas permite acceder a la cresta, a la altura de la
Punta de Francia.
Por la cara Sur se puede ascender por el contrafuerte Oriental, con pasos de
escalada de hasta IV, por la brecha de Moundelhs con pasos de III, que es
una alternativa a la vía clásica, por el Corredor de la Fourche, que con
nieve es la vía clásica de invierno con un paso de IV- o por la vía
Normal desde el coll de Suzón, compuesta por tres chimeneas con pasos
de II-III, que es la elejida para la jornada de hoy, en la que me
acompañará Rubén y Segis, aunque este último tan solo vendrá con nosotros hasta el coll de
Suzón.
Largo tiempo el que
llevaba esperando este momento, después de varios fin de semanas de
mal tiempo, nos lo jugamos todo a una sola carta y según la
previsiones meteorológicas, el tiempo para esta jornada nos es
favorable, a pesar de que hasta ayer estuvo lloviendo.
Como suele ser habitual
cuando nos vamos a la provincia de Huesca, quedamos a las 07:00 de la
mañana en Villanueva de Gállego, para desde allí en un solo coche
irnos hasta el Portalet, donde tras tomar un café cruzamos la
frontera y descendemos el poco más de un kilómetro que tenemos
hasta el aparcamiento de Anéou, donde dejamos el coche.
Aunque hace frío el cielo
está despejado, las cimas del Peyreget y del Midi d'Ossau están
limpias de nieve, por lo que dejo las botas en el maletero para
calzarme las zapatillas de trail e ir más ligero, porque hoy nos
espera una larga jornada.
Cuando las manetas del
reloj marcas las 09:30, iniciamos la marcha, cruzamos la carretera
del Portalet para descender por una trocha hasta enlazar con la pista
que se dirige hacia varias cabañas de pastores, por la que caminamos
pausadamente disfrutando de las vistas que tenemos hacia el circo
d'Anéou, abandonándola en cuanto llegamos a la primera bifurcación perfectamente señalizada, donde cogemos el camino que va al refugio
du Pombie, cruzando por un puente de hormigón el Gave de Brousset y
casi de seguido por una pasarela metálica uno de sus brazos.
Una vez en la margen
izquierda, continuamos dirección Norte por amplio camino de tierra,
pasamos junto la cabaña de Senescau que se ubica en una extensa
pradera en la que más tarde seguro vemos pastando a los caballos,
vacas y sobre todo a la reina de la zona, la oveja Latxa o manech que
es como se denomina en Francia, originaria del Pais Vasco, Navarra y
la Cordillera Cantábrica, cuyo origen de la palabra “latxa”
proviene del Euskera y significa “basta”, en referencia a la áspera lana de las ovejas de está raza, que hace que resistan mejor
a la lluvia de esta zona, produciendo una leche con la que se elabora el queso brevis, que habitualmente se
suele vender en el Centro Pastoril y en las diversas cabañas que se extienden a lo largo del valle.
Siguiendo el camino que
nos ha de llevar hasta el col de Soum de Pombie, comenzamos poco a
poco a ganar los casi 1.400 metros de desnivel positivo que nos
espera en esta larga jornada, alcanzando a un grupo de franceses que
han iniciado el recorrido unos minutos antes, que nos comentan que
van a realizar la cresta que une las cimas del Pic de Saoubiste con el
Pic de Pombie.
Mientras ellos se
reagrupan, nosotros continuamos subiendo cómodamente ya por un
amplio sendero, donde de vez en cuando echamos una mirada atrás para
disfrutar de las vistas hacia el cirque d'Anéou, al que se le suma
otro de los antiguos volcanes de la zona, el pico Anayet, a cuyos
ibones queremos subir con la familia antes de que el manto nivoso
cubra el terreno.
Cuando sobrepasamos la
cota 2.000 metros, el sendero se bifurca en dos, teniendo la
posibilidad de seguir a nuestra izquierda o todo recto de forma más
directa que es la que vamos a coger, pero observamos como una línea
de piedras cierra el sendero invitándonos a seguir por el otro
ramal, que tras una larga lazada nos devuelve a la unión de
senderos, por el que continuamos el ascenso, comprobando como a
medida que vamos ganando desnivel, la escarpada silueta del Midi
d'Ossau se va agrandando, hasta poderla ver casi en su integridad al
alcanzar el coll del Soum du Pombie, donde no podemos resistirnos
hacernos una fotografía con uno de los reyes de los pirineos, al que
hoy le brindamos pleitesía.
En tan solo una hora, la
fresca mañana ha dado paso a un día muy agradable, donde el sol
comienza a calentar, por lo que aprovechamos para quitarnos prendas
de abrigo, para acto seguido iniciar el suave descenso que nos ha de
llevar hasta nuestro siguiente objetivo, el refugio de Pombie, que ya
vemos situado en la base del Midi d'Ossau y más lejos el collado du Suzon, que hace de divisoria entre las cimas del Midi d'Ossau y el
Pic de Saoubiste.
A medida que vamos
perdiendo desnivel, la pendiente se vuelve casi imperceptible, tras un recodo en el camino continuamos ya por terreno llano, hasta llegar
al refugio du Pombie que en estás fechas se encuentra cerrado, por
lo que no quedamos con la ganas de echar un trago en la fuente, ya
que cierran el circuito para evitar que el agua se congele y
revienten las tuberías, así que lo rodeamos para echar un vistazo
al lac du Pombie que se encuentra al lado al refugio.
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Desde la carretera bajamos a la pista, por la que vamos mirando al Peyregret (izda), el Midi d'Ossau (dcha) |
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Y al cirque d'Anéou, por la que caminamos hasta un cruce de caminos, donde pasamos el Gave de Brousset |
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Apareciendo entre la claridad la figura del Le Lurien (izda) y su pico satélite, el Pic d'Arrius (dccha) |
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Una vez en la margen izquierda, continuamos atravesando una zona de pastos, ganando suavemente desnivel |
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Echando de vez en cuando una mirada atrás, para mirar al cirque d'Anéou, al que se incorpora el pico Anayet |
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Sobre la cota 2.000 metros, el sendero se bifurca, volviendo a unirse unos metros más adelante, continuando |
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Hacia col del Soum du Pombie, donde se engrandece unos de los reyes de los pirineos, el Midi d'Ossau |
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Con el que nos fotografiamos de fondo, al llegar al col del Soum du Pombie |
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Después, iniciamos el descenso hacia el refugio du Pombie que ya vemos a lo lejos |
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Tras un recodo en el camino, continuamos ya por terreno llano |
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Observando también el col de Suzon, que sirve de divisoria entre el Midi d'Ossau y el Pic de Saoubiste |
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Hasta llegar al refugio du Pombie que se encuentra cerrado, pero que hay uno libre al lado |
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Así que lo rodeamos para ver el lac du Pombie, situado a los pies del Midi d'Ossau |
Pequeño pero recoleto
rincón el que conforma este lac du Pombie, que recoge las aguas de
un torrente que baja entubado en su parte final, siendo la última de las opciones para coger agua, ya que a partir de aquí ya no encontraremos.
Nosotros nos dedicamos a
dar una vuelta entorno a él, hasta llegar a la parte final donde el
sendero gira bruscamente hacia el Oeste encaminándose en fuerte
ascenso hacia el col de Peyregret, que deberíamos seguir en caso de
querer hacer la clásica circular al Pic de Peyregret pero que hoy no
nos ocupa, por lo que subimos unos metros en dirección contraria hasta el refugio, para coger el sendero principal por el que nos
adentramos en una extensa pedrera conocida en el país galo como la
Gran Graillére du Pombie, por la que se puede acceder de forma
directa pero bastante penosa hasta el corredor Sur de la Fourche.
A pesar de que hay un sendero bastante definido que la atraviesa, el terreno es incómodo porque muchas de las piedras que pisamos se mueven, por lo cual vamos con cuidado para no acabar metiendo el pie entre ellas y evitar un esguince que nos fastidie el día, dejando pasar a un grupo de franceses que van con una pareja de perros que nos llaman la atención al ir sueltos, ya que en esta zona está prohibido.
Mientras ellos se alejan, nosotros seguimos caminando por medio de la pedrera, que paso a paso nos permite rodear la extensa lengua del antiguo glaciar, que finaliza varios centenares de metros más abajo de donde nos encontramos, disfrutando de las vistas hacia el Este, donde despuntan el Pico Palas que subimos el año pasado desde la Sarra y el Balaitous, que será el objetivo principal para el año que viene, que de forma puntual se cubren parcialmente.
Tras algo más de un
cuarto de hora, salimos de la Gram Graillère que da paso a un cómodo
sendero por el que ligeramente vamos ganando desnivel hacia el col de Suzon, en el que destaca el Pic Saoubisque, al que quiere subir
Segis mientras nosotros hacemos lo propio con el Midi d'Ossau.
Justo cuando llegamos a
las dos horas, alcanzamos el col de Suzon (cota 2.120 metros), en
el que hacemos la primera pausa de la jornada, para comer algo, echar
un trago y descansar, ya que nos apetece afrontar el tramo más
técnico de la ascensión, lo más descansados posible tanto de
cabeza como de piernas, aunque este tramo de aproximación a la base
del Midi ha sido bastante sencillo.
Después, dejamos a Segis
almorzando para reencontrarnos con el unas horas más tarde en este
mismo punto o en el refugio libre, así que tras despedirnos, cogemos
el sendero que dirección Oeste nos va acercando en suave ascenso a
las murallas que conforman la cara Sur del Midi d'Ossau, que en sus
últimos coletazos empiezan a serpentear por un terreno mixto de roca
y tierra, por el que llegamos al inicio de la primera chimenea donde
hay una placa.
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En el lac du Pombie damos una vuelta hasta al final |
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Donde el sendero gira bruscamente hacia el Oeste, encaminándose en fuerte ascenso al col de Peyregret |
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Por lo que subimos en dirección contraria hacia el refugio, hasta adentrarnos en la Gram Graillère |
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Por la que se puede acceder de forma directa al corredor Sur de la Fourche |
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Y que avanzamos, rodeando la extensa lengua del antiguo glaciar |
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Mientras disfrutamos de las vistas, en las que sobresalen las puntas del Pico Palas y del Balaitous |
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Tras poco más de un cuarto de hora salimos de la Gram Graillère, que da paso a un cómodo sendero |
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Por el que en suave ascenso llegamos al col de Suzon, que hace de divisoria entre el Midi y el Saoubisque |
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En el que hacemos el primer descanso (fotografía sacada desde la cima del Saoubisque por Segis) |
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Después, cogemos el sendero que dirección Oeste nos va acercando a las murallas de la cara Sur |
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Echando de vez en cuando una mirada atrás |
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Cerca del final, el sendero nos adentra en un terreno mixto de tierra y roca |
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Que serpentea hasta la base de la muralla |
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Donde marcada con una placa se encuentra el inicio de la primera chimenea |
La ubicación de la
placa nos deja un poco desorientados, ya que donde se encuentra no se
intuye chimenea alguna y tampoco observamos marca o hito que la
indique, aunque tan solo puede ser una que está a la derecha o una
segunda que se encuentra a la izquierda de la placa, que es la más factible, ya que recordamos que tiene pasos de II y unos 25 metros
de largo, por lo que comenzamos a subir realizando sencillas trepadas
en las que tan solo vamos apoyando las manos.
Una vez pasado este primer
tramo, llegamos a la base de una larga fisura que nos suena de
haberla visto en algunas reseñas que leí en su día, como no
estamos seguros, por si tenemos que destreparla preferimos sacar la
cuerda y asegurarnos, así que puestos arnés, casco y mosquetones nos
dirigimos hacia el inicio de la fisura, trepando primero por un
bloque alto donde las piernas no me da de sí para superarlo de
frente, por lo que tengo que hacerlo utilizando la técnica de
oposición, para acto seguido continuar subiendo por la fisura que
finaliza a la altura de una placa de unos 4 metros bastante pulida,
que vemos que estaba equipada antiguamente con dos clavijas pero que
ahora la inferior se encuentra serrada, lo que nos confirma que
estamos en la chimenea correcta, que pasamos metiendo un fisurero en
una pequeña grieta, agarrándonos a él para coger la clavija
superior y llegar al final de la primera chimenea, siendo esta placa
el paso más comprometido.
Finalizada, recogemos la
cuerda pero no nos quitamos el resto del material, para seguir por
una terraza por la que caminamos sin dificultad hasta cruzar una
canal que nos podría subir de forma más directa, pero que
preferimos obviar, para trazar una larga diagonal marcada con hitos
por la que cruzamos una zona de bloques, en los que tan solo vamos
apoyando las manos y donde gracias a que un grupo la esta rapelando,
podemos ver la segunda chimenea a cuya base llegamos en apenas unos
minutos.
La chimenea, se encuentra
justo a nuestra izquierda por la que está bajando una pareja sin
cuerda, para subir vemos más cómodo tirarnos un poco a la derecha,
que es por donde están rapelando un grupo de franceses, así que sin
molestarlos, comenzamos a subir la larga chimenea de unos 30 metros
de altura, que a pesar de ser vertical nos resulta más sencilla que
la primera, ya que tiene buenas presas tanto para pies como manos,
con pasos que no superan el II+, lo que nos permite progresar de
forma rápida llegando a una terraza superior, en la que mientras
Rubén recoge la cuerda, yo disfruto de las vistas que a medida que
vamos ganando desnivel se van ampliando hacia otros valles
colindantes.
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Ubicada en el lado izquierdo de la placa, comenzamos a trepar por la primera chimenea |
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De unos 25 metros de altura, en la que tan solo debemos apoyar las manos |
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Hasta alcanzar el inicio de una larga fisura |
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Con pasos de II, que poco a poco vamos superando hasta llegar a una placa de unos 4 metros |
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En la que metemos un fisurero para agarrarnos a él y llegar a la clavija superior (foto de Rubén) |
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Una vez arriba, caminamos por una terraza |
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Hasta cruzar una canal que nos podría llevar de forma más directa, que preferimos obviar |
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Para trazar una diagonal, por la que cruzamos una zona de bloques, en la que tan solo apoyamos las manos |
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Alcanzando la base de la segunda chimenea de unos 30 metros, que se encuentra en el lado izquierdo |
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Que empezamos a subir un poco más a la derecha, ya que a pesar de ser más vertical |
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Tiene buenas presas tanto para pies como manos, con pasos que no superan el II+, que nos permiten llegar |
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A una terraza superior, donde disfruto de las vistas, que a medida que hemos ido ganando desnivel |
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Se amplían a valles circundantes |
Tras recoger el material,
continuamos con una sencilla trepada que nos deja frente a un circo que rompe por el extremo izquierdo, por lo cual
cogemos una cornisa que asiéndonos a las rocas nos va elevando poco a
poco hasta un resalte equipado con dos viejas clavijas
dobladas hacia abajo, que casi en vez de ayudar molestan, ya que las
zapatillas resbalan, por lo que preferimos buscarnos la vida en la
roca, superando este sencillo paso de I sin apenas complicaciones.
Ya en la parte superior del circo, seguimos por un terreno mixto de roca y tierra dirección
Norte/Oeste, por una tímida trocha que nos acerca a una nueva
muralla, realizada por el paso de los numerosos montañeros que
habitualmente suben a la cima del Midi d'ossau y que hoy por suerte
no encontramos, ya que quitando el grupo inicial de franceses, apenas
nos hemos cruzado con media docena de montañeros.
Una vez a los pies de la
muralla, echamos una mirada atrás para disfrutar de las vistas hacia
la zona de los lacs d'Ayous, que veremos desde la cima si las nubes
nos dejan, mientras la trocha realiza un giro a la izquierda, para prácticamente desaparecer entre la roca, trazando una nueva
diagonal por la que vamos progresando a ratos caminando y otras
apoyando las manos, tomando de referencia algunos hitos que aparecen
de forma puntual, hasta llegar a la base de la tercera chimenea que vemos
como un grupo la está rapelando.
A pesar de ser la más
larga de las tres chimeneas (±40
metros), es la más sencilla con pasos que no superan el I, por lo
que preferimos no sacar la cuerda, para comenzar a trepar por una
sucesión de bloques, en los que incluso podemos descansar, mientras
nos vamos alternando con la cordada francesa que van con guía y
se les ve algo torpes rapelando.
Sin apenas dificultad,
llegamos al final de la tercera chimenea, donde hacemos una pequeña
pausa para echar un trago de agua, ya que el día es espectacular,
con un cielo azul y despejado, que ni en los mejores sueños
habríamos esperado después de tantos días de lluvia.
Después, destrepamos unos
metros hasta alcanzar una canal por la que avanzamos, hasta tomar una
cornisa bastante aérea en la que tenemos que asirnos a la roca, para
llegar a la cruz de hierro del Portillón, donde nos encontramos
con un grupo que va a rapelar una chimenea que nos comentan que es la
tercera, que no está equipada y que les comentamos que no es esa,
sino una que está a unos 100 metros más al Este, haciendo caso
omiso a nuestras palabras … así que cada uno a lo suyo y nosotros
a disfrutar de las vistas hacia el valle d'Ossau, que a medida que vamos subiendo se van ampliando.
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Tras recoger el material, realizamos una sencilla trepada que nos deja frente a un circo |
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Que rompe por el extremo izquierdo, por lo cual cogemos una cornisa que poco a poco nos va elevando |
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Hasta alcanzar un resalte equipado con dos clavijas, que superamos agarrándonos en la roca |
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Ya en la parte superior, seguimos por un terreno mixto de tierra y roca, que nos acerca a la base de una muralla |
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Donde disfrutamos de las vistas hacia la zona de los lacs d'Ayous, que desde la cima visualizaremos mejor |
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Mientras la trocha desaparece entre la roca, trazando una diagonal |
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Por la que llegamos al inicio de la tercera chimenea, que es la más larga de las tres, pero la más sencilla |
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Con pasos de I, por la que vamos progresando por una sucesión de bloques |
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En los que incluso podemos descansar, para dejar paso a la cordada francesa (foto de Rubén) |
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Llegando sin apenas dificultad al final de la tercera chimenea, donde destrepamos unos metros |
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Para alcanzar una canal, por la que ascendemos hasta tomar a mano derecha |
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Una cornisa bastante aérea, por la que accedemos a la cruz de hierro del Portillón |
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Donde disfrutamos de las vistas hacia el valle d'Ossau |
Aunque la mayor dificultad
la hemos dejado atrás, aún nos queda una buena tirada hasta la
cima, así que sin apenas detenernos continuamos dirección Este por
un sendero en el que aparecen pequeñas manchas de nieve que no nos
impiden avanzar, alcanzando la base de la pedrera del Rein du Pombie,
en el que los hitos comienzan a multiplicarse por todos los lados, eligiendo siempre los que nos conducen hacia el extremo Este de la pedrera, donde a medida que avanzamos las vistas
se van abriendo, hasta disfrutar de una amplia panorámica de la
sierra de la Partacua y la Peña Collarada.
Con todo el sol dándonos
de pleno, Rubén se adelanta unos metros lo que yo aprovecho para
sentarme en una roca y echar un trago de agua, que hace rato que lo
necesito, ya que no hemos parado a comer en toda la ascensión, salvo
en el col de Suzon.
Después, continuamos por un
extremo de la pedrera hasta que esta finalizada en un cortado, donde
ahora nos toca retroceder los metros que hemos hecho de más, trepando
por una afilada cresta, hasta alcanzar el punto en el
que converge con la vía de la cara Norte (Ad), donde vemos por
primera vez la cima del Midi d'Ossau y echando una mirada atrás, el
sendero que de forma directa atraviesa el Rein du Pombie, que
utilizaremos para la bajada.
Ahora, acometemos el tramo
final de la ascensión, subiendo un poco más por la pedrera, hasta
alcanzar el collado que separa el Gran Pic de otra cima secundaria,
que obviamos para continuar hacia la principal, realizando un
sencillo destrepe con un buen patio hacia el valle en el que se
ubican los lacs d'Ayous, hasta llegar a un pequeño collado donde
iniciamos la trepada final a la cima, con buenas presas para las
manos pero con algo de hielo, lo que nos obliga a subir con mucho
cuidado, ya que el patio es de los que quitan el hipo.
Tras cinco horas de
ascensión, coronamos los 2.884 metros de la cima principal del Midi,
d'Ossau, el Gram Pic, donde tenemos un día reluciente que vemos que
dentro de un rato comenzará a cubrirse por las nubes, por lo que
aprovechamos para realizar una larga parada disfrutando de una
panorámica de 360º, mientras reponemos fuerzas, ya que todavía nos
queda bajar hasta el Portalet.
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Desde el Portillón, trazamos una diagonal en la que aparecen algunas manchas de nieve |
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Por el que accedemos a la pedrera del Rein du Pombie, por la que avanzamos tomando de referencia los hitos |
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Que nos llevan hacia el extremo Este de la pedrera, donde a medida que avanzamos las vistas se van abriendo |
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Hasta disfrutar de una amplia panorámica de la sierra de la Partacua y la Peña Collarada |
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Ahora, retrocedemos los metros que hemos realizado de más |
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Realizando una trepada por una afilada cresta, que nos deja en un punto en el que converge con la vía Norte |
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Donde ya podemos ver la cima principal del Midi d'Ossau |
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A la que nos dirigimos atravesando la pedrera, hasta alcanzar un collado que hace de divisoria |
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Entre una cima secundaria y el Midi, al que nos dirigimos, realizando un sencillo destrepe pero con patio |
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Llegando a un pequeño collado, desde el que disfrutamos de unas excelentes vistas a los lacs d'Ayous |
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Donde iniciamos la trepada final a la cima, con buenas presas pero con algo de hielo |
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Alcanzado la cima tras cinco horas |
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Donde disfrutamos de las vistas hacia los valles d'Ossau y d'Azún |
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A la sierra de la Partacua, el Portalet y la Peña Collarada (valle del Aragón) |
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Y a la zona de los lacs d'Ayous y tapados por las nubes el Petrechema, la Mesa de los Tres Reyes o el Anie |
Casi una hora más tarde,
iniciamos el descenso destrepando el tramo final con cuidado, ya que
le pega la sombra y el tacto con la roca congelada es bastante
desagradable, alcanzando el collado donde realizamos una
trepada que nos deja en la parte superior del Rein du Pombie, por el
que descendemos disfrutando de las vistas hacia la zona del Portalet
y la sierra de la Partacua.
Una vez en la unión de
las vías de acceso a la cumbre, según lo acordado seguimos el
sendero que de forma directa atraviesa la pedrera, realizando en
ocasiones alguna lazada para que las rodillas no sufran, aunque la
pendiente no es muy acuciada, bajando hasta la cruz de hierro del
Portillon, a la que nos quedamos a escasos metros, para girar hacia
el Este y evitar la cornisa de acceso a ella, alcanzando la canal
pedregrosa por la que bajamos hasta llegar a la tercera chimenea, que
podríamos bajar destrepándola ya que no ofrece muchas dificultades.
Ya que llevamos el
material, sacamos la cuerda para montar el rápel en un anclaje
natural, compuesto por una cinta lazada a un bloque, que se ve en
buen estado y que rápidamente prepara Rubén, lanzando la
cuerda de 60 metros en doble, que comprobamos como se engancha en
algunas de las puntas de las rocas que sobresalen, viendo que
seguramente no llegará hasta el final de la chimenea.
Como estamos solos,
bajamos uno a uno la chimenea de forma integra para evitar lanzarnos
las piedras sueltas que hay a lo largo de esta y comprobando como
efectivamente no llega hasta el final, cosa que tampoco nos preocupa
ya que tras recoger la cuerda, bajamos el resto caminando, apoyando
en contadas ocasiones las manos.
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Casi una hora después, iniciamos el descenso destrepando el tramo final, hasta alcanzar el collado |
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Donde realizamos una trepada |
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Que nos deja en la parte superior del Rein du Pombie, por el que bajamos |
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Disfrutando de las vistas hacia la sierra de la Partacua y la zona de Panticosa |
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Llegando rápidamente a la unión de las vías de acceso de la cara Norte y Sur |
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Donde esta vez si, cogemos el sendero que de forma directa |
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Y realizando alguna lazadas para que las rodillas no sufran |
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Nos bajan hasta cerca de la cruz de hierro del Portillón |
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A la que no llegamos, para evitar la cornisa de acceso a ella |
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Hasta alcanzar la canal pedregosa |
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Por la que accedemos a la tercera chimenea, donde Rubén monta el rápel |
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Y que uno a uno vamos rapelando íntegramente |
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Comprobando como la cuerda de 60 metros no llega hasta el final, bajando a pie los últimos metros |
Situados a los pies de la
chimenea, cogemos el sendero que se va difuminando entre la roca
saliendo del alcance de la muralla, donde seguimos ya por una trocha
hasta alcanzar la parte superior del circo, que esta vez sí
destrepamos utilizando las dos clavijas dobladas, que vienen mejor
para bajar que para subir.
Siguiendo la cornisa,
realizamos un pequeño destrepe por el cual llegamos a la parte
superior de la segunda chimenea, que hemos visto a la subida que se
podía destrepar por la parte derecha (bajando), pero que preferimos
rapelar, así que nos ponemos a buscar la instalación de rápel que
nos cuesta lo suyo encontrar, formada por un parabol y una argolla
donde Rubén monta el rápel.
Igual que la anterior,
rapelamos uno a uno por la parte exterior la chimenea, que es prácticamente vertical en esta zona, pero que a cambio ofrece una
pared más lisa, ligeramente con panza en la parte final, que nos
permite disfrutar al máximo del rápel, sin estar atento de ir
tirando piedras abajo.
Tras recoger la cuerda,
continuamos trazando una diagonal, disfrutando de las vistas donde
las nubes todavía se resisten a cubrir la zona y observando como un
grupo se encuentra rapelando la primera de las chimeneas, a la que
llegamos tras caminar por una corta terraza, donde nos encontramos
con un segundo grupo de cinco de jóvenes (tres mujeres y dos
hombres), que comienzan a subir a la cima del Midi d'Ossau para hacer
vivac esta noche, que envidia!
Para no esperar mucho rato
ya que estamos a la sombra, el grupo de franceses monta el rápel y
nosotros hacemos lo mismo pero un poco más a la derecha, en una
reunión equipada con clavos, donde rapelamos en doble de forma
directa, evitando meter los pies en la grieta y utilizando sus paredes
para hacer oposición con los pies, alcanzando sin apenas dificultad la
parte baja de la chimenea donde definitivamente recogemos el
material.
Finalizada la parte más
comprometida, destrepamos un último resalte apoyando tan solo las
manos, para alcanzar el sendero por el que descendemos hacia el col
de Suzon, que a cada minuto que pasa se va cubriendo por la sombra
que produce el Midi d'Ossau, que nos recuerda la leyenda de aquel
pastor que corono por primera vez la cima de esta gran montaña,
seguramente con pocos o ningún medio, que veía como cada mañana la
sombra del Midi d'Ossau se proyectaba sobre su cabaña, de tal modo
que la misma punta del pico se situaba junto a la puerta, invitándolo a subir a su cima, que valiente!
Nosotros nos contentamos
con rememorar nuestra ascensión, llegando rápidamente al col de
Suzon, donde Segis ya no esta e imaginamos, que con lo tarde que se
nos ha hecho estará esperándonos en el refugio libre o se habrá
vuelto al coche, así que antes de marchar, echamos una mirada al Pic de Saoubisque, donde vemos a una pareja de sarrios encaramados en un saliente, que observan nuestros movimientos.
Después, emprendemos el camino de regreso hacia el refugio du Pombie, observando como los últimos rayos de sol atraviesan tímidamente el paso entre el Peyregret y el Midi d'Ossau, al que no podemos evitar mirar en varias ocasiones, viendo como al otro lado las nubes poco a poco se van apoderando del entorno, cubriendo parcialmente el cordal occidental que une el Pic de la Sagette con el Le Lurien, que todavía se deja ver, siendo otra de las míticas cumbre del valle de Ossau, que hace tiempo anda en la larga lista de pendientes.
En suave descenso, nos adentramos en la Gram Raillère que en sus primeros pasos solventamos sin mucha dificultad, pero en cuanto se pone cuesta arriba, comenzamos a notar el cansancio en la piernas. Una vez superado, alcanzamos el refugio du Pombie donde comprobamos que Segis no está, por lo cual suponemos que andará en el coche o de camino, ya que apenas hemos tenido cobertura en toda la ascensión.
Con energías renovadas, ascendemos ligeramente ya por amplio camino de tierra hacia el col de Soum du Pombie, al que llegamos en poco más de diez minutos, en el que por última vez echamos una mirada atrás para disfrutar de la espectacular panorámica que tenemos en este punto del Midi d'Ossau, el col de Suzon y el Pic de Saoubisque, donde antes de partir comprobamos si tenemos cobertura para llamar a Segis, que nos comenta que está de regreso en la zona de pastos.
Rápidamente, nos ponemos las mochilas para comenzar a perder los poco más de 400 metros de desnivel que nos quedan hasta el aparcamiento d'Anéou, donde elegimos siempre el ramal del sendero que va más directo, que comienza a trazar largas lazadas, alcanzando la pradera en la que están pastando un grupo de caballos, observando como las nubes cubren casi en su totalidad todo el entorno, salvo en la zona del Portalet, llegando después de algo más de 9 horas al Gave de Brousset, que cruzamos para enlazar con la pista por la que alcanzamos definitivamente al aparcamiento d'Anéou, donde recogemos todo y marchamos a Zaragoza, con la idea de parar en el camino a echar la cerveza del triunfo, que bien no la hemos ganado.
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Situados a los pies de la chimenea, descendemos por una trocha hasta alcanzar la parte superior del circo |
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Donde esta vez si destrepamos utilizando las dos clavijas |
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Para continuar por la cornisa, hasta el inicio de la segunda chimenea (foto de Rubén) |
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Que rapelamos en doble por la parte exterior, que es más vertical |
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Pero a cambio ofrece una pared más lisa y limpia |
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Una vez abajo, recogemos la cuerda y continuamos por una terraza hacia la primera chimenea |
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Donde vemos como un grupo está montando un rápel y nosotros hacemos lo mismo un poco más a la derecha |
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En una reunión equipada con clavos, donde rapelamos en doble |
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De forma directa (foto de Rubén) |
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Evitando meter los pies dentro de la grieta |
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Alcanzando la base de la chimenea, donde recogemos todo mientras disfrutamos de las vistas |
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Después, enlazamos con el sendero por el que descendemos, hasta el col de Suzon |
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E iniciamos el descenso, observando como se cubre el cordal, que une el Pic de la Sagette con el Le Lurien |
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Adentramos en la Gram Graillère, por la que accedemos al refugio de Pombie, donde hacemos una pausa para echar un bocado |
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Para acto seguido, continuar bordeando el Midi d'Ossau, hasta el col de Soum du Pombie |
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Donde realizamos el descenso hacia el aparcamiento d'Anéou, cogiendo siempre el ramal más directo |
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Pasando junto a unas lomas, donde pasta un grupo de caballos donde cruzamos el Gave de Brousset y finalizamos el recorrido |