domingo, 28 de octubre de 2012

Ruta de los Estrechos (Parque Cultural río Martín)


Después de unos cuantos días en casa, me apetecía salir a dar una vuelta por la montaña, ante la negativa de mi mujer, llamo a un amigo para irnos a Ordesa, para realizar la cola de caballo por la Senda de los Cazadores.

Después de ver el tiempo y comprobar que dan temperaturas bajo cero, y fuertes rachas de viento en Ordesa y en el resto de la provincia, decido cambiar de planes y buscar uno alternativo. Para resguardanos del viento, escojo la ruta de los estrechos en  el parque cultural del río Martín, ya que esta discurre por el interior de un barranco y seguro que nos protege del viento.

Para llegar hasta el inicio de la ruta, es bastante sencillo, se puede ir por la carretera de Montalbán, pero yo voy por la N-232 hasta los límites de Hijar (el pueblo de mi madre), desde allí tomo la A-224 hasta Albalate del Arzobispo (sin llegar a entrar), para finalmente coger la A-1401 dirección a Ariño.

A los dos kilómetros de coger la carretera, vemos un panel informativo de la ruta, y un desvío, que cogemos, y nos lleva por una pista de tierra en buen estado que nos deja en un aparcamiento que hace de mirador. Al tratarse de una ruta circular existe la posibilidad de iniciarla en el puente del Batán, eso es cuestión de gustos y por donde se venga. Para descargar el track, haz clic en el símbolo de Wikiloc. 


Salimos del coche, y nos colocamos los bártulos, tras comprobar las vistas que se ven desde el mirador, cogemos un estrecho sendero, que nos lleva por la ladera de la montaña, hasta la central eléctrica de Rivera, donde podemos ver un gran salto de agua.

La central es la tercera más antigua de aragón, después de la de los Fayos y Mores, estuvo en funcionamiento hasta el año 1964, años después fue comprada por eléctricas reunidas de Zaragoza, que tras una remodelación la puso de nuevo en funcionamiento en el año 1989.




Tras acercanos a sus instalaciones, volvemos al sendero de nuevo y enlazamos con una amplia pista de tierra, que es de imaginar que sirve de acceso en coche a la central, tras andar unos metros, tomamos un sendero a mano derecha, debidamente señalizado, que nos lleva hacia el interior de los estrechos.

El sendero se encuentra acondicionado con barandilla y escaleras, talladas en la propia roca, tras realizar varios tramos, llegamos a una intersección, en la que se nos ofrecen dos alternativas, una descender hasta el río para cambiar de orilla e ir por los estrechos o seguir dirección a los chaparros por el río.





Al tratarse de una circular, decidimos seguir por la margén izquierda del río y volver por la otra, a partir de este punto, el sendero discurre por un tramo semi aéreo, equipado con sirga a modo de barandilla, y escaleras, circulamos con precaución y aprovechamos para ver la panorámica que desde el, se nos ofrece.

Tras un rato subiendo, el sendero desciende, hasta que nos lleva junto al cauce del río Martín, el cual llevamos pararelos durante unos metros, hasta cruzar un pequeño puente que nos deja cerca del área recreativa, que por el momento obviamos, y de la dejamos para el regreso.





Al pasar el puente llegamos a un nuevo desvío, a mano izquierda podemos cruzar el río, para ir hacia el área recreativa y después a la cueva de los grabados o ir por el sendero del canal, opción que nosotros escogemos para continuar por la misma margén del río.

Tras una breve pausa para comer algo y quitarnos ropa, ya que al no pegar el aire, hace un día muy bueno, cogemos el sendero, que nos lleva en una corta pero pronunciada subida por encima del cauce del río, hasta enlazar con el canal de agua que alimenta la central eléctrica y que viene desde el puente del Batán.

Una vez alcanzada la cota máxima, el sendero llanea durante una buena parte, hasta que desdendemos hacia el interior del pinar, donde cruzamos el río utilizando una pasarela metálica, en este punto debido a la alta vegetación ribereña, el sendero se encuentra algo difuminado, tiramos hacia la carretera, y a los pocos metros, encontramos el sendero, que nos llega en subida hacia otro desvío.

Por el momento escogemos el que nos lleva hacia el puente del Batán, dejando el otro para la vuelta, en este punto el sendero comienza a subir, y se amplia lo suficiente para ir los dos a la par, la subida es algo larga pero no tiene dificultades, una vez arriba, podemos ver la carretera y el puente del Batán, al que llegamos en un par de minutos tras un breve descenso.





Como es pronto decidimos continuar y comer más adelante, volvemos sobre nuestros pasos hasta llegar al último desvío, donde cogemos el desvío hacia los Chaparros para completar la circular. El sendero es estrecho nos obliga a ir en fila de a uno, rodeando la montañana.

En seguida llegamos a la Cueva de los Grabados, que es un abrigo rocoso que se encuentra vallado, en el podemos ver varios gravados medievales, que hacen referencia a simbolos cristianos, asi como otros modernos.




Tras ver la cueva, descendemos hasta llegar al cauce del río, para comenzar a ascender de nuevo, el sendero es amplio y esta acondicionado con barandilla, para evitar una caida, tras un recodo, en la montaña, llegamos a la zona conocida como el recodo de los Chaparros, en el cual se sitúan varios abrigos rocosos protegidos con verjas en los que podemos ver pinturas rupestres.

Como son más de las dos, decidimos parar a comer en este punto, ya que las vistas son fantásticas, y al estar en un recodo a media altura, no corre ni una pizca de viento.




Abrigo de los Chaparros I

Abrigo de los Chapparos II

Después de comer y reposar un poco la comida, reemprendemos la marcha, nada más salir del recodo, llegamos al tercer abrigo de los Chaparros, donde podemos ver pinturas referentes a animales y la caza, sin duda de los tres es donde mejor se aprecían.

Tras visionarlas y realizar alguna fotografía, descendemos campo a traves, para llegar al sendero principal, que se encuetnra unos metros más abajo,y que nos lleva hasta una pequeña zona recreativa, compuesta por dos mesas con sus respectivos bancos, donde poder comer, y que a su vez sirve de mirador.

En este mismo punto, nos encontramos con un nuevo desvío que se encuentra señalizado, dejamos la pista principal y descendemos por una amplia pista hasta el cauce del río, donde pasamos a la otra margén utilizando una pasarela metálica que se encuentra camuflada entre la vegetación de ribera.

Abrigo de los Chaparros III



Después de cruzar a la otra margén, continuamos por el sendero, que nos primero pararelo al río y después en una ligera subida, cuando llegamos a una intersección de senderos, sin señalizar, tomamos el que desciende de nuevo hasta el río, para cruzar de nuevo a la otra margén, a través de una pasarela metálica azul.

Nada más superarla, comenzamos a ganar altura, de forma considerable, el sendero es pedregroso y se encuentra acondicionado con barandilla, en tan solo cinco minutos llegamos a los Abrigos de los estrechos I, donde en teoría se ven varias pinturas de animales, pero que nosotros no conseguimos ver, y unos metros más adelante los Abrigos de los estrechos II, también con pinturas rupestres, pero que tampoco conseguimos ver, ambos protegidos por verjas.



Abrigo de los Estrechos I
Seguimos por el sendero, que continúa siendo estrecho, áereo y acondicionado, en algunos tramos incluso con escaleras metálicas, cuando nos encontramos cerca de la central eléctrica de la Ribera, tomamos un desvío a mano izquierda, acondicionado con escalers de madera, que nos lleva hasta el mirador de los estrechos, desde el que se obtienen unas fantásticas vistas de los estrechos y del entorno.

Una vez realizadas las pertienentes fotografías, bajamos las escaleras y continumos la marcha, enseguida llegamos a un nuevo cruce de senderos, Jaime coge el que sale a mano derecha y que nos lleva hasta el río, yo cojo el que sale a mano izquierda y que me lleva hasta la Cueva de los Estrechos, donde puedo ver varios grabados en la roca.





Después de verlo, regreso hasta la intersección y tomo el camino que me lleva hasta el cauce del río, allí me espera Jaime, y pasamos a la otra orilla, utilizando una pasarela metálica, el final esta cerca, tan solo debemos subir hasta la altura de la central, para ello utilizamos un largo tramo de escaleras, escavadas en la roca, que nos lleva primero hasta la intersección cercana donde iniciamos la ruta, después a la central eléctrica y tras ladear la montaña, hasta el mirador donde se encuentra aparcado el coche.





jueves, 4 de octubre de 2012

La Faja de las Flores, ascenso por Clavijas de Carriata y descenso por Clavijas de Cotatuero


Hasta principios del siglo XIX, los únicos que conocían Ordesa eran contrabandistas, pastores y cazadores, gente que no sabía escribir o no se preocupaba por hacerlo, así que fuera de los valles nadie tenía noticia de la existencia de este y otros enclaves del pirineo.

A finales del siglo XVIII, los pioneros del turismo de montaña empezaron a explotar la cordillera, en su mayor parte aristócratas franceses, que hacían excursiones desde los balnearios como Barèges o el de Saint Sauveur, adentrándose poco a poco hacia el sur, descubriendo lugares como el Circo de Gavarnie, hasta que en el año 1787, el barón de Carbonnière llega al pirineo, con la intención de descubrir la ruta, a la cima, que los cazadores llamaban 'moum-perguti', la montaña perdida.

Finalmente, el impulsor fue un español; Pedro Pidal, marqués de Villaviciosa de Asturias, que el 16 de agosto de 1918 declaro Parque Nacional, con el nombre de <<Valle de Ordesa>>, que el 13 de julio de 1982 se amplio y recalifico al actual Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdidoque con una superficie de 15.608 ha, engloba los términos municipales de Bielsa, Fanlo, Puértolas, Tella-Sin, Torla-Ordesa y Broto.

Su orografía, está dominada por el macizo de las Tres Sorores, Treserols, el macizo calcáreo más alto de Europa, del que en forma más o menos radical, descienden una serie de impresionantes crestas montañosas y valles glaciares, siendo el más característico, el valle de Ordesa, compuesto por verticales farallones en los que hay pequeñas zonas llanas conocidas como "fajas", que son pasillos muy aéreos que mantienen una altura constante a lo largo de su recorrido, contando el valle de Ordesa con mucho de estos balcones: Faja de Pelay, Faja Petazales, Faja Racún, Faja Blanquera y la que es la más espectacular: La Faja de las Flores, que hoy voy a recorrer con mi hermano subiendo por las clavijas de Carriata y bajando por las clavijas de Cotatuero

Para descargar el track, haz clic en el símbolo de Wikiloc, y para saber como llegar al punto de inicio, en el siguiente enlace. "Como llegar"




Aprovecho un día entre semana, que han dado bueno, para irme con mi hermano a Ordesa, hace ya unos cuantos años que no voy, y desde hace tiempo tenía ganas de volver.

Nos ponemos los bártulos y retrocedemos unos metros por la carretera, hasta que llegamos a la altura de Casa Olivan, donde cogemos el sendero que nos lleva en continuo ascenso, por un bosque de hayas.





El sendero es estrecho y sombrío, no se encuentra balizado, pero no tiene pérdida, el día es muy bueno, y comenzamos a sudar. Llegamos a la altura de una caseta de madera, que puede servir de refugio, reanudamos la marcha y enseguida salimos del hayedo, donde podemos ver el Tozal de Mallo.



A partir de este punto, nos encontramos varios paneles con diferentes alternativas, nosotros nos dirigimos hacia el circo de Carriata, para subir por las clavijas, llegamos a una pequeña trepada con buenos puntos de apoyo en la roca, que superamos sin mayores complicaciones.

Poco después se nos presentan dos alternativas para llegar hasta la faja de las flores, una por una estrecha fajeta equipada con sirga o por las clavijas de Carriata, opción esta última que nosotros escogemos. El sendero nos acerca hasta un gran paredón de roca, y después nos lleva paralelo a este, por el camino podemos ver una marmota, que vigila nuestros pasos.




Cuando el sendero finalizada, llegamos a las clavijas de Carriata, desde la que podemos ver la fajeta, que se encuentra equipada con sirga.

Las clavijas a simple vistas nos dan algo de respeto, ya que no se encuentran equipadas con cable de vida (pensábamos que sí), pero una vez metidos en harina, el primer tramo lo pasamos muy bien, ya que las rocas son grandes, están escalonadas y ofrecen muy buenos apoyos, tras superar el primer tramo y andar unos metros, llegamos al segundo tramo más corto pero más vertical y con apoyos menos claros, que superamos, aunque es un pelín más complicado que el tramo anterior.




Después de superarlas, aprovechamos para hacer una pequeña parada, enseguida continuamos la marcha, y tras realizar alguna fácil y corta trepada, llegamos a la unión del sendero de las clavijas con el de la fajeta, que se encuentra bien señalizado.

Desde este punto, ya podemos ver la Faja de las Flores, para llegar a ella, vamos subiendo por la ladera de la montaña, evitando la zona de pedrera, una vez en lo más alto, justo a unos metros del inicio de la Faja de las Flores, y tras haber superado todo el tramo de subida, decidimos para a comer, y realizar toda la faja y la bajada hasta el aparcamiento de un tirón.



Después de comer, reanudamos la marcha y comenzamos la Faja de las Flores, el sendero es evidente y estrecho, aunque con la suficiente anchura, para caminar tranquilos.

Como vamos bien de tiempo, nos paramos de vez en cuando para fotografiar la faja y su entorno, pasamos por debajo de un gran roca, que se ha quedado encajada, a pesar de que a penas ha llovido en los últimos meses, las rocas manan agua, y en una de ellas, mi hermano aprovecha para llenar la botella.

Las vistas desde la faja son impresionantes y la sensación de vació es enorme, ya que esta se encuentra sobre los 2.400 m, a mitad del recorrido, podemos ver como pasamos por encima del aparcamiento de Ordesa.





Cuando hemos recorrido la mitad de la faja, el sendero empeora considerablemente, ya que se encuentra en peor estado, algo más estrecho y más aéreo, por lo que extremamos las precauciones y reducimos el paso.



Después de recorrer algo más de tres kilómetros por la Faja de las Flores, llegamos al final de esta, que nos dejan en una Tartera (terreno cubierto de grandes piedras), desde la que se obtiene una fantástica panorámica, con el Taillón, la Brecha de Roland, el Casco y la Torre.

Continuamos la marcha, siguiendo los hitos por la tartera, llegamos hasta una canal, por la que realizamos un sencillo destrepe y nos deja junto a un torrente de agua, que utilizamos para guiarnos y realizar el descenso junto a él, que nos lleva, hasta un pradera, donde podemos ver un bonito salto de agua, donde aprovechamos para fotografiarnos y comprobar que las últimas lluvias, han servido para aumentar el caudal.






Volvemos unos metros sobre nuestros pasos, y continuamos por la margen derecha del río de Cotatuero, el cual forma una gran cascada al final de la pradera, nosotros realizamos un corto destrepe, con una gran sensación de vacío, que nos deja en las Clavijas de Cotatuero.

Nos ponemos los arneses y comenzamos las clavijas, que se dividen en tres tramos, el primero de ellos es bastante aéreo, y con tan solo el apoyo de las clavijas para pies y manos. Las clavijas se encuentran bastante distanciadas, por lo que vamos con precaución y aseguramos bien los apoyos (quien mida menos de 1,70 m. le costará llegar a alguna de ellas).

Tras superar el primer tramo, llegamos al segundo, mucho más sencillo, ya que podemos apoyar los pies en la roca, aunque casi al final tenemos que hacer un largo estiramiento para llegar a la roca, que nos deja en el siguiente tramo.

El último tramo es una canal, que se encuentra mojada, ya que la roca esta sudando agua, el destrepe sin agua es sencillo, ya que además de las clavijas, las piedras ofrecen buenos apoyos, pero bajamos con precaución, ya que este tramo no dispone de cable de vida.





Tras finalizar la canal, guardamos los arneses en las mochilas, y proseguimos la marcha, por un sendero bien definido, que nos lleva hasta el interior de un bosque de hayas. 

Cuando llegamos al desvío, donde nos da la opción de ir al Circo de Carriata, nos desviamos unos metros, para ver un torrente de agua, a lo lejos podemos ver la cascada donde hemos comenzado a descender.



Continuamos descendiendo por el hayedo dirección a la pradera, el hayedo esta espectacular, aunque a medida que avanzamos, nuestras rodillas comienzan a resentirse de tan largo descenso. La ruta esta llegando a su fin, cuando llegamos a la altura de la Virgen del Pilar, allí enlazamos con la pista principal, y en menos de cinco minutos llegamos al aparcamiento.


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