martes, 22 de marzo de 2022

Ascensión al Puy Moné 1302 m y Punta Cabo Bal 1312 m, desde el Pozo Pígalo (subida por la loma Josepín y bajada por Mal Paso)

La Sierra de Santo Domingo, se encuentra ubicada al norte de la comarca zaragozana de las Cinco Villas, albergando los términos municipales de Biel, Fuencalderas, Longás y Luesia.

Posee,
 un gran valor ecológico y geológico, constituyendo una zona de transición entre el valle del Ebro y los Pirineos, en un entorno con una orografía accidentada, que culmina con los estratos calizos verticales y cumbres de más de 1200 metros, con una variada vegetación, compuesta por encinas, robles y pinos, aunque por su singularidad, destacan los hayedos, que son los más exteriores del Pirineo Aragonés, que se localizan principalmente en la ladera oriental del Monte de la Bal.

Es por ello, que el 8 de abril de 2015, fue declarado <<Espacio Protegido>>, formando a pasar parte de este reducido círculo, que, en Aragón, lo comparte con Fago, San Juan de la Peña y los Pinares de Rodeno, donde de las 9.639 hectáreas, el término municipal de Luesia, aporta 4.276 hectáreas (44,3%).

Las montañas más representativas son: el pico Santo Domingo (1524 metros), constituido por dos cotas separadas por un collado herboso, en el que se ubica la ermita de Santo Domingo y en la parte de la sierra de Luesia: el Puy Moné o Puig Moné (1302 metros), al que esta mañana quiero subir por la loma Josepín y bajar por Mal Paso, desde el aparcamiento del Pozo Pígalo.

 

Como es una ruta de media jornada, me acerco con tranquilidad hasta la villa medieval de Luesia, dominada por el castillo y la iglesia de San Salvador, donde atravieso su núcleo urbano hasta salir a la carretera A-1202, que sigo dirección Uncastillo (±1 kilómetro), para tomar a mano derecha una pista de tierra, en buen estado, que recorro durante ocho kilómetros, hasta alcanzar el aparcamiento del Pozo Pígalo, que a estas horas está vacío, pero en los meses de verano, está muy concurrido y es de pago.

En este punto, comienzo la circular en sentido antihorario, acercándome primero al Pozo Pígalo, una gran poza que recoge las aguas del río Arba de Luesia, rodeada de enormes pliegues de roca, que forman paredes naturales de piedra estratificadas, que fotografío desde diferentes perspectivas, para acto seguido, regresar a la pista por la que retrocedo unos metros, hasta alcanzar una bifurcación, donde tomo el ramal que se dirige al refugio del Corral del Curro, por la que desciendo hacia el cauce del río Arba de Luesia, que cruzo por las piedras, deteniéndome en el medio, para fotografiar su cauce, tintado con los primeros colores del otoño.

Una vez en la margen izquierda, recupero los metros perdidos, caminando por un bonito tramo de pista, que va por las lindes de un bosque mixto de robles y pinos, que, tras una curva, abandono, para tomar un sendero por el que rápidamente accedo a una amplia pradera, en la que se ubica el refugio forestal del Corral del Curro, desde el que disfruto de las vistas hacia el Puy Moné (Loma de las Trancas) y toda la masa forestal que conforma este Espacio Protegido de la Sierra de Santo Domingo.

Si bien, un camino invita a seguir hacia el Puy Moné, escondido entre la vegetación, se halla el inicio del sendero S-4, que localizo visualizando el track que llevo en el GPS. Al principio, no es muy claro, pero enseguida, se vuelve más nítido y en fuerte ascenso, me introduzco en un espeso bosque de bojes y pinos, que poco a poco, se van entremezclando con los robles, aprovechando los escasos claros, para observar los montes cercanos, hasta alcanzar una encrucijada, donde el sendero se divide en dos.

Desde la villa medieval de Luesia
Me acerco con la furgoneta hasta el aparcamiento del Pozo Pígalo, donde comienzo a caminar
En sentido antihorario, acercándome al Pozo Pígalo, una zona de baño, que en verano está muy concurrida
Para acto seguido, regresar a la pista, por la que retrocedo unos metros, hasta alcanzar una bifurcación
Donde continúo en ligero descenso, hacia el refugio del Corral del Curro
Vadeando por las piedras, el cauce del río Arba de Luesia
Tintado con los primeros colores del otoño
Una vez en la margen izquierda, recupero los metros perdidos, hasta tomar a mano derecha un sendero
Por el que accedo a la pradera, en la que se ubica el refugio del Corral del Curro, que ofrece unas bonitas vistas hacia el Puy Moné
Y toda la masa forestal, que ofrece este Espacio Protegido de la sierra de Santo Domingo
Si bien, un camino invita a seguir hacia el Puy Moné, escondido entre la vegetación. se halla el inicio del sendero S-4
Algo difuso al comienzo, pero enseguida se vuelve más nítido, adentrándome en fuerte ascenso en un bosque de pinos y bojes
Que poco a poco se van entremezclando con los robles, aprovechando los claros, para disfrutar de las vistas hacia los montes cercanos
Hasta alcanzar una encrucijada, donde el sendero se divide en dos

Tomando de referencia las marcas blancas y verdes, me voy hacia Malpaso para subir al Puy Moné, donde el sendero pierde en inclinación, alternando tramos llanos con otros en suave ascenso, en el que las hayas, comienzan a ganar protagonismo, ofreciendo una variada paleta de colores, a pesar de que el otoño, todavía no está en su máximo apogeo, hasta alcanzar una baliza que cruza el sendero, donde continúo un suave descenso hacia el barranco de las Raíces, donde el sendero se difumina, por lo que intuyo, que me he colado.

Si bien podría seguir caminado por su cauce, ya que hay un sendero trazado, regreso sobre mis pasos hasta la baliza, donde compruebo, que debería haber girado a la izquierda. Tras recuperar la traza original, inicio un corto pero pronunciado descenso, en el que avanzo con cuidado, ya que la hojarasca cubre el suelo, deteniéndome de vez en cuando para disfrutar de este bello bosque de hayas, alcanzando de nuevo el barranco de las Raíces, que cruzo por una pasarela de madera, para acto seguido, recuperar el desnivel perdido, hasta que el sendero desemboca en un camino.

Al igual que pasa en la zaragozana sierra de Algairén, aquí, existe una gran red de senderos, todos muy bien indicados, así que nada más cruzar el camino, tomo la continuación del sendero, pero está vez, hacia la Loma Josepín, atravesando un espectacular pinar, donde las hayas casi han desaparecido, algo realmente sorprendente, porque en apenas unos metros, la vegetación ha cambiado radicalmente, hasta alcanzar un pequeño claro, desde el que disfruto de las vistas

Sobre la cota 1310 metros, la pendiente da paso a una zona llano, en la que localizo una paleta direccional, que indica que la Loma Puy Moné (Loma Josepín), se encuentra a un kilómetro, por lo cual, me dedico a caminar plácidamente por el pinar, 
para afrontar el tramo más “delicado” de toda la circular, observando como la vegetación va desapareciendo, hasta alcanzar el inicio de la Loma Josepín, deteniéndome un instante, para encaramarme en unas rocas y observar todo el conjunto de lomas, que se desprenden del cordal principal hacia el sector occidental de la sierra de Uncastillo-Petilla, que resulta fácil de localizar, por el parque eólico que se ubica en el monte La Selva (1158 metros), mientras tirando de zoom, observo el corral de las Casas, por el que más tarde regresaré al Pozo Pígalo.

Tomando de referencia las marcas blancas y verdes, me dirijo hacia Mal paso para subir al Puy Moné
Alternando tramos llanos con otros en suave ascenso, donde las hayas comienzan a ganar protagonismo
Hasta alcanzar una baliza que cruza el sendero, donde realiza un giro de 90º a la izquierda
E inicio un descenso, deteniéndome de vez en cuando, para disfrutar de tan bello bosque de hayas
Alcanzando el barranco de las Raíces, que cruzo por una pasarela de madera
Para acto seguido, recuperar el desnivel perdido, hasta salir a un camino
Donde al otro lado, localizo la continuación del sendero, pero esta vez, hacia la Loma Josepín
Atravesando un espectacular pinar
Donde las hayas casi han desaparecido, aunque las que hay, tienen un buen porte
Saliendo a un pequeño claro, en el que disfruto de las vistas
Sobre la cota 1310 metros, alcanzo una paleta direccional, que indica que la Loma Puy Moné
Está cerca, así que camino plácidamente por el pinar, para afrontar el tramo más "delicado" de la circular
Hasta llegar el inicio de la Loma Josepín, donde me encaramo a una rocas, para ver
Todo el entramado de lomas, que se desprenden del cordal principal, hacia el sector occidental de la sierra de Uncastillo - Petilla
Mientras tirando de zoom, observo el corral de las Casas, por el que más tarde regresaré al Pozo Pígalo

De momento, me centro en la cresta de conglomerado que conforma la Loma Josepín, que, si bien desde la lejanía, parece estrecha, una vez metido en harina, es lo suficientemente ancha, como para no tener la sensación de vacío, teniendo que apoyar las manos en un pequeño resalte, que, tras superar, aprovecho para echar un vistazo al entorno, donde destacan además de todo el entramado de lomas, algunas formaciones en forma de cuchillo, la sierra de Santo Domingo y despuntando entre la masa forestal, la Peña Ezcaurre.

Luego, continúo caminando por el filo de la cresta, en la que incluso se dibuja una senda, por la que avanzo despacio pero seguro, hasta alcanzar un pequeño paso entre robles, en el que me entretengo fotografiando algunas bellotas. A partir de este punto, la loma pierde toda su dificultad, la tímida senda, se convierte en un claro sendero, por el que comienzo a ganar desnivel, acometiendo un último repecho por el que accedo al amplio cordal, que une la Punta de Cabo Bal y el Puy Moné, donde no puedo evitar echar una mirada atrás, para disfrutar de una panorámica de toda la muralla natural que conforma la sierra de Santo Domingo (la Raya Alta, el Portillo Longas y Los Tablados), teniendo su punto culminante, en el pico Santo Domingo (1524 metros), que visite hace unos cuantos años con el amigo Carlos, que tiene como telón de fondo, a varias de las principales montañas del pirineo, como el Kartxela, Peña Ezcaurre, Peña Forca, Bisaurín, el Macizo de Bernera, el Aspe o Collarada, entre otros muchos.

Tras disfrutar de las vistas, continúo mi camino, salgo a la pista que sube al Puy Moné, que recorto en la última curva para subir monte a través, hasta alcanzar la caseta contra incendios que hay ubicada en la cima, junto a la que me siento apoyando la espalda, en la que aprovecho para comer mientras observo el resto de sierras colindantes, como la sierra de Leire, la sierra de Guara e incluso, los Mallos de Riglos.

De momento, me centro en la cresta de conglomerado, que si bien en la lejanía, parece estrecha, es lo suficientemente ancha
Para no dar sensación de vacío, teniendo que apoyar las manos, en un pequeño resalte
Que, tras superar, aprovecho para echar un vistazo al entorno, de todo el entramado de lomas
Algunas formaciones 
La sierra de Santo Domingo
Y despuntando entre la masa forestal, la Peña Ezcaurre
Luego, continúo caminando por el filo de la cresta, en la que se dibuja una senda
Por la que avanzo despacio pero seguro, atravesando una mancha de robles, donde me entretengo fotografiando las bellotas
A partir de este punto, la loma pierde dificultad y da paso a un sendero, por el que gano desnivel
Hasta salir al amplio cordal, desde el que disfruto de las vistas la sierra de Santo Domingo con el pirineo de fondo
Que tiene como punto culminante, el pico Santo Domingo
Tras disfrutar de las vistas, continúo mi camino, salgo a la pista que sube al Puy Moné, que recorto en la última curva
Para subir monte a través, hasta alcanzar la caseta contra incendios, junto a la que descanso
Mientras observo las sierras circundantes, como la sierra de Leyre
Y la sierra de Guara

Después, regreso sobre mis pasos, observando las dos lomas que conforman la circular: la Loma Josepín y detrás Malpaso, hacia la cual me dirijo, subiendo por el lomo herboso hasta alcanzar la Punta del Cabo Bal, desde la que observo todo el cordal que va al Gozopaño, que recorro tan solo en sus primeros compases, disfrutando de las vistas hacia la sierra de Guara, hasta llegar al collado que hace de divisoria entre la Punta del Cabo Bal y el Puy Fongera, donde enlazo con el sendero botánico, por el que me adentro en una mancha de pinos, hayas y bojes.

Unos metros más abajo, alcanzo la loma de conglomerado de Mal Paso, donde el sendero botánico desciende de forma directa hacia el barranco de Embite, dejándolo a mi derecha, para continuar por el filo de la cresta, mucho más ancha que la Loma Josepín, por la que avanzo disfrutando de las vistas hacia la sierra de Santo Domingo y los Pirineos, alcanzando su punto más estrecho en la parte superior, que evito, tomando un sendero a mano izquierda, por el que camino observando las formaciones que la erosión ha perfilado, la loma Josepín y al fondo, el Puy Moné, mientras poco a poco, la vegetación vuelve hacer acto de presencia, primero los bojes, para más adelante los pinos y las hayas, cuyas hojas cubren el sendero.

Sobre la cota 1200 metros, alcanzo el collado de Erica la Fosa, una encrucijada, donde confluye el tramo del GR.1, que va de Biel a Petilla de Aragón, en el que me detengo un instante, para disfrutar del vuelo de un buitre y de un bonito skiline, de las montañas que emergen sobre la masa forestal del Paraje Protegido de la sierra de Santo Domingo.

Después, regreso sobre mis pasos
Observando las dos lomas que conforman la circular: la Loma Josepín y Malpaso
Hacia la cual me dirijo, subiendo por el lomo herboso, hasta alcanzar la Punta del Cabo Bal
Desde la que observo todo el cordal que va al Gozopaño, que recorro en sus primeros compases
Hasta llegar a un collado, donde tomando de referencia las marcas del sendero botánico
Me adentro en una mancha de pinos, hayas y bojes
Unos metros más abajo, alcanzo la loma de conglomerado de Malpaso, donde el sendero botánico desciende hacia el barranco de Embite
Dejándolo a la derecha, para continuar por el filo de la cresta, disfrutando de las vistas hacia la sierra de Santo Domingo y los Pirineos
Alcanzando su punto más estrecho en la parte superior, que evito tomando un sendero a mano izquierda
Por el que camino observando las formaciones, que la erosión ha ido perfilando
Mientras poco a poco, la vegetación vuelve hacer acto de presencia, primero los bojes
Para más adelante, los pinos
Y las hayas
Hasta que sobre la cota 1200 metros, llego al collado de Erica la Fosa, encrucijada donde converge el GR.1
En el que me detengo, para ver el vuelo de un buitre
Además de un bonito skiline, de las montañas que emergen sobre la masa forestal 

De todas las opciones, tomo el ramal del GR.1 que pasa por el Pozo Pígalo, donde por un bonito sendero, me adentro en un frondoso bosque de pinos y hayas, en el que apenas entra la la luz del sol, aprovechando algunos claros, para observar la parte más "aventurera" de la circular, en el que a medida que voy perdiendo desnivel, la vegetación va cambiando, dando paso los árboles a una vegetación arbustiva, compuesta principalmente por bojes, hasta salir a la pista que sube del refugio del Corral del Curro, que recorro durante medio kilómetro, haciendo una pausa bajo la copa de unos robles, que se encuentran a pie de pista.

Unos metros más adelante, alcanzo el corral de las Casas, donde capta mi atención un panel que indica "Fuente de las Casas 0.3 km", que no aparece en los mapas que había consultado e imagino, puede ser utilizada como abrevadero para el ganado, aunque está duda la solventaré otro día, ya que ahora, prefiero seguir con el plan inicial, caminando por la pista que abandono, para tomar la continuación del GR.1, por el que en suave descenso atravieso un pasillo de bojes, que rápidamente se mezclan con pinos y hayas, cuyas hojas cubren el sendero, por lo que desciendo con cuidado.

Cerca del final, el sendero desemboca en la pista que viene del Paco de la Selva, por  la que continúo en sentido descendente, que va trazando largas lazadas,
 hasta que después de casi cinco horas, alcanzo el aparcamiento del Pozo Pígalo, dando por finalizada esta bonita circular, que a buen seguro ampliare en futuras ocasiones, caminando o en BTT, ya que quiero empezar a caminar desde la misma villa, para conocer íntegramente la famosa senda del Correo y el castillo de Sibirana.

De todas las opciones, tomo el ramal del GR.1 que pasa por el Pozo Pígalo, donde por un bonito sendero
Me adentro en un frondoso bosque de pinos y hayas, en el que apenas entra la luz del sol
Aprovechando los escasos claros
Para observar la parte más aventurera de la circular
A medida que voy perdiendo desnivel, los árboles dan paso a una vegetación arbustiva
Por la que accedo a la pista que sube del refugio corral del Curro, parando bajo las copas de unos robles
Unos metros más adelante, alcanzo el corral de las Casas, donde dejo la pista para coger la continuación del GR.1
No sin antes, echar una última mirada al Puy Moné y sus lomas
Atravesando un pasillo de bojes, que rápidamente
Se mezclan con los pinos 
Y las hayas
Cuyas hojas cubren el sendero, por lo que desciendo con cuidado
Hasta salir a la pista que viene del Paco de la Selva, que tomo en sentido descendente
Que va trazando largas lazadas, alcanzando tras casi cinco horas, el aparcamiento del Pozo Pígalo, dando por finalizada la circular

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