domingo, 13 de noviembre de 2016

Circular a las Peñas de Herrera, desde Purujosa; ascensión por el barranco de Valcongosto, y descenso por el barranco de Cuartún



Cuando hablamos del Parque Natural del Moncayo, muchos son los que dirigen su mirada a la cima del Moncayo o Pico San Miguel, dejando de lado otros rincones y montañas, igual o más atractivas.

Este es el caso de las Peñas de Herrera, situadas al Oeste del Pico San Miguel, en lo que antiguamente era una colina, formada por un glaciar que erosiono en la parte más débil, dejando al descubierto las cuatro peñas, conocidas como el Alto del Picarrón (I), Peña del Camino (II), Peña del Medio (III) y Peña Gotera (IV).

Si bien su ascensión más normal, es la vía que se inicia desde la localidad de Talamantes, hoy con la compañía por primera vez de Carlos, del blog Zancadas Ligeras, vamos a realizar una ruta circular más exigente, y completa, comenzando desde la localidad de Purujosa. Para descargar el track, haz clic en el símbolo de Wikiloc.



Sobre las ocho de la mañana quedamos en Cuarte de Huerva, donde tomamos la A-2, dirección Madrid, hasta la salida a Morata, donde tras cruzar el pueblo, y antes de llegar a las vías del tren, cogemos la carretera de Mores, por la que enlazamos con la A-1503 hasta la población de Illueca.

Una vez en dicha población, tenemos dos opciones, nosotros optamos por ir hacia la población de Tierga por la A-1301, y más tarde continuamos por ella, pasando por la localidad de Calcena, famosa entre otras cosas, por sus vías de escalada, y unos minutos más tarde llegamos a nuestro destino, Purujosa, que es la última localidad aragonesa, antes de llegar a tierras sorianas, enclavada en la conocida cara oculta del Moncayo.

El coche, lo dejamos en el aparcamiento situado en la cuesta de acceso a la localidad, antes de iniciar la marcha, aprovechamos para comer algo, y empezar con las energías a tope.

Sobre las diez de la mañana, comenzamos nuestro recorrido, descendemos por la calle hasta alcanzar la carretera, y caminamos por ella, durante un kilómetro, dirección Calcena, hasta que en una curva, vemos el acceso al barranco de Valcongosto, que en está ocasión se encuentra señalizado.

En este punto, abandonamos la carretera, giramos a la izquierda, y cogemos una trocha, por la que poco a poco, nos vamos internando en el barranco, que debido a un verano escaso en precipitaciones, baja seco, aunque esperemos que más adelante lleve caudal, ya que con agua, resulta mucho más atractivo.

A medida que avanzamos, el barranco se va estrechando, vadeamos en sucesivas ocasiones su cauce, hasta que alcanzamos el risco, sobre el que se sitúan las cuevas del Tío Barrigudo, y Tío Cañas, donde el sendero desaparece, y comenzamos a avanzar por medio del cauce, que lamentablemente baja seco, todo lo contrario a como nos lo encontramos hace un par de años, cuando lo recorrí con mi mujer (ver enlace).

Poco a poco, el barranco se va estrechando, alcanzamos el punto más angosto del barranco, conocido como los Estrechos de Gibraltar, en el que casi extendiendo las manos podemos tocar ambas paredes.

Iniciamos el recorrido en Purujosa, conocida como "El nido de Águilas del Moncayo"

Caminamos por la carretera durante un kilómetro, y alcanzamos el acceso al barranco de Valcongosto


Poco a poco se va estrechando, y aparece la vegetación de ribera

 Llegamos a la altura de las cuevas del Tío Barrigudo, y Tío Cañas, nos toca avanzar por medio del cauce

Llegamos a los Estrechos de Gibraltar, parte más "angosta" del barranco, que baja sin agua




Superado este bello tramo, el barranco se va abriendo ligeramente, comienzan a entrar los primero rayos de sol, que nos calientan el cuerpo, ya que la mañana es fresca, y comenzamos a avanzar rodeados de una exuberante vegetación ribereña, alternando tramos de sendero, con otros por los que nos toca caminar por medio del cauce, en el que comienza a aflorar el agua.

Cuando estamos a punto de alcanzar el tercer kilómetro, el barranco se abre definitivamente, el agua comienza a fluir de forma continúa, y aprovechamos el buen sendero, para trotar un rato, mientras de vez en cuando, vadeamos el estrecho cauce del barranco de Valcongosto.

Ya con vistas a la Peña del Tolmo de la Cina, llegamos junto a un gran hito, en el que normalmente se coge la senda, que a mano izquierda, remonta la Hoya Barrán, hasta llegar al Collado Sancho, y desde allí, retornar a Purujosa por el Barranco del Cuartún.

Como nuestra idea es llegar hasta el collado de la Estaca, y días atrás he leído en el blog El Nido de Águilas del Moncayo, que el Parque Natural, ha limpiado el tramo superior, que va desde este punto hasta la Cueva de las Liendres, nosotros optamos por continuar recto, dirección SE, por una bonita, y cómoda senda, por la que nos adentramos en un bosque de ribera, en el que podemos comprobar, que efectivamente la senda ha sido limpiada recientemente, ya que hay muchas ramas, y árboles, cortados a ambas orillas.

Aunque la senda es clara, y por el momento no ofrece pérdida, nosotros continuamos trotando tomando siempre de referencia el cauce del barranco, que no perdemos de vista en todo momento, y el cual vadeamos en varias ocasiones.

Superamos los Estrechos de Gibraltar, el barranco se abre ligeramente


Por fin, el agua fluye de forma continuada, y resulta más atractivo seguir caminando por él

Salimos definitivamente de la angostura del barranco, ya con vistas a la Peña del Tolmo de la Cina

Llegamos al cruce de senderos, nosotros optamos por continuar rectos, hacia la cueva de las Liendres






Hasta el momento está siendo un recorrido de los más vistoso, este tramo superior, nos está gustando bastante, a pesar de no ser tan espectacular como el inferior, pero el bosque de ribera, y transitar por este paraje en soledad, le da un plus al recorrido.

Chino a chano, vamos llegando a la parte final del barranco de Valcongosto, el cauce decrece, y tras realizar un último vadeo, nos colocamos definitivamente en margen derecha del barranco, por la que continuamos ahora ya en ligero ascenso, dejando cada vez, más abajo el cauce.

A media que vamos ganando desnivel, la vegetación de ribera desaparece, dando paso a una vegetación más agreste en el que predominan las aliagas, el romero y algunas carrascas, que nos ofrecen algo de sombra.

Sobre la cota 1.150m, la senda por la que subimos, se bifurca en dos, aquí nos entran las dudas, ya que no llevamos ningún track, y la senda más clara que se dirige hacia el oeste, no creemos que nos lleve a buen puerto, por lo que decidimos consultar el mapa.

Echando un ojo, vemos que efectivamente, esa senda nos encamina hacia la fuente del Col, por lo cual, tomamos la senda que parte a nuestra derecha, dirección N, algo difusa en su entrada, pero bastante más clara unos metros más adelante, por la que comenzamos a ganar desnivel, en fila de a uno, en donde Carlos encabeza el dúo, y que sin darse cuenta, a punto está de pisar, un ejemplar de víbora hocicuda (Vipera latastei), que de las tres especies de víbora que hay en la Península Ibérica, es la que posee el veneno menos tóxico, pero que aun así, requiere tratamiento.

Ante la sorpresa, nos quedamos mirándola, ya que permanece inmóvil, como si estuviese muerta, como Carlos lleva los bastones, la toca con ellos varias veces, pero no se mueve, así que parece que está muerta, pero cuando nos damos media vuelta, desaparece entre la maleza.

Con el susto en el cuerpo, reanudamos la marcha con tranquilidad, afrontamos la rampa más fuerte hasta el momento de todo el recorrido, con la vista puesta en el suelo, que tan solo levantamos en alguna ocasión, buscando la ubicación de la Cueva de las Liendres,que creemos que está en la ladera de la montaña, que tenemos a escasos cien metros.

Tras finalizar el sendero, alcanzamos un amplio camino de tierra, hacia la izquierda vemos que hay un pequeño abrigo en la roca, así que nos acercamos y comprobamos que en efecto, ahí se encuentra la Cueva de las Liendres, en la que vemos mucho rastro de oveja, así que mientras Carlos decide quedarse fuera, yo me adentro un instante, solo para echar un vistazo, ya que no me apetece llevarme a ningún acompañante extra.

Una vez visitada, retrocedemos sobre nuestros pasos, hasta el punto en el que el sendero muere en el camino, y desde el que aprovechamos para echar un vistazo atrás, y disfrutar de las vistas, donde podemos ver a lo lejos, la Peña del Tolmo de la Cina, y la garganta que forma el Barranco de Valcongosto.

Después de un último vadeo, comenzamos a ganar desnivel, por la margen derecha del barranco



Dejamos atrás la vegetación de ribera, y caminamos ahora por terreno más agreste

Este muerto, esta muy vivo!!!. Ejemplar de  víbora hocicuda (Vipera latastei)




Al final de la senda, llegamos a la Cueva de las Liendres



Como aun no hemos recorrido, ni una cuarta parte de la ruta, enseguida nos ponemos en marcha, continuamos a paso rápido por el camino, que tiene toda la pinta de ser poco transitado, ya que se encuentra bastante comido por la vegetación, y poco a poco, en suave ascenso, vamos rodeando la base del Alto del Raso, con vistas a la muela calcárea que forma el Cerro Morrón, que se alza imponente delante nuestro, y donde ya podemos ver también la pista por la que discurre el GR.90.2, a la que llegamos en poco más de cinco minutos, en suave descenso.

Una vez en la encrucijada de caminos, hacemos una pequeña parada para echar un trago, ya que llevamos casi dos horas caminando sin descanso. Después, seguimos subiendo por la pista, tomando de referencia las clásicas marcas rojas y blancas del GR, que al llegar a la altura del pinar, alcorza la pista, y nos permite subir todo recto, siguiendo el límite de los pinos, donde podemos ver alguna que otra seta, que no conseguimos identificar.

Cerca del collado, enlazamos de nuevo con la pista principal, ascendemos por ella durante unos metros más, sobre la cota 1.463m, llegamos al collado de la Estaca, en la que confluyen varios itinerarios, y desde el que podemos ver la pradera de Horcajuelo, donde se juntan los barrancos del Horcajuelo, y la Morana, una de las joyas escondidas del Parque Natural del Moncayo, que Carlos no tiene el placer de conocer, y al cual iremos en otra ocasión.


Caminamos con vistas al Cerro Morrón (izquierda)

En suave descenso, enlazamos con la pista por la que discurre el GR.90.2 (izquierda)

Avanzamos por la pista, en suave ascenso, siguiendo las marcas rojas y blancas


Por el límite del pinar, alcanzamos el collado de la Estaca






Desde el collado, giramos a la derecha, continuamos por amplia pista de tierra, dirección SE, tomando de referencia las marcas rojas y blancas, esta vez del GR.90.1, por el que rápidamente llegamos al collado de las Neveras, en el que se junta el sendero que sube desde Añón, y que más tarde utilizaremos para regresar hasta este lugar.

Por el momento, nosotros seguimos rectos por la pista principal, en ligero descenso, ya con vistas al torreón calizo, de la Peña de Herrera I, o alto del Picarrón, que se alza a unos centenares de metros, de donde nos hayamos.

Tras un par de lazadas en subida, y cuando la tenemos justo enfrente nuestro, abandonamos la pista,  y seguimos monte a través, tomando las diversas trochas que salen a nuestro paso, hasta alcanzar la base caliza del alto del Picarrón, donde nos detenemos un instante para ver el acceso a su cima.

Después de visualizar las distintas opciones, decidimos entrar por una sencilla canal, donde nos toca apoyar las manos para seguir progresando, una vez superada, alcanzamos un amplio pasillo, entre dos bloques de roca, por el que accedemos al alto del Picarrón, que con sus 1.564m,  es la más alta de las cuatro Peñas de Herrera.

Una vez en la cima, aprovechamos para hacer un alto en el camino, comemos, bebemos, mientras disfrutamos de las vistas, y de nuestro próximos objetivo, la Peña de Herrera II, o Peña del Camino.

Desde el collado, continuamos por amplia pista de tierra, siguiendo las marcas rojas y blanca del GR.90.1

Después de un par de lazadas, justo cuando la tenemos enfrente nuestro, abandonamos la pista

Seguimos monte a través, tomando las diversas trochas, que salen a nuestro paso

Hasta que alcanzamos la base de la Peña de Herrera I, o alto del Picarrón

Accedemos a la cima, por una sencilla canal, donde apoyamos las manos en alguna ocasión

Una vez en la cima, disfrutamos de las vistas

Y de nuestro próximo objetivo, la Peña de Herrera II, o Peña del Camino





Después de la pausa, reanudamos la marcha, descendemos por la canal, hasta la base del alto del Picarrón, desde el que divisamos el sendero que sube de Añón, y que se utiliza para unir todas las Peñas. 

Como para subir a la Peña del Camino, queda algo a desmano, preferimos descender unos metros campo a través, hasta enlazar con una trocha, por la que nos acercamos hasta la cara O de la peña.

Una vez bajo sus pies, la rodeamos primero por una amplia terraza herbórea, y más tarde por una repisa, por la que accedemos hasta la canal de acceso a la cima, donde justo en su entrada, hay una cueva, en la que nos adentramos para echar un vistazo, y nos percatamos que en el techo, se abre una oquedad, por la que se puede acceder directamente al interior de la canal, aunque con bastante dificultad, por lo que obviamos esta opción.

De regreso a la canal, nos adentramos en ella, nada más hacerlo, nos encontramos con un resalte de unos tres metros de altura, formado por un gran bloque de roca encajado entre la pared, equipado con una cuerda, en no muy buen estado, pero suficiente, para ayudarnos a superarla sin ningún problema.

Pasado este primer escollo, avanzamos unos metros, hasta que llegamos al inicio de la chimenea, de unos siete metros de altura, bastante vertical, y que en algunas entradas, había leído que la cuerda que la equipaba estaba rota, o directamente la habían quitado, pero nos encontramos con la sorpresa, de que la han cambiado, y está en perfecto estado, así, que ayudándonos de ella, y utilizando la técnica de oposición, (dificultad II+ III) conseguimos acceder hasta la cima a la cima de la Peña del Camino, que con sus 1.542m, resulta ser la más atractiva de las cuatro, por este último paso, no apto para cualquier persona.

Desde la base del alto del Picarón, descendemos monte a través hacia la Peña del Camino


Una vez en la base de la cara O, caminamos por una amplia terraza

Y más tarde por una repisa, por la que llegamos al inicio de la canal de acceso a la cima


Iniciamos el ataque a la cima, afrontamos un resalte de unos tres metros de altura, equipado con cuerda
Superado, llegamos a una chimenea de unos siete metros de altura, equipado con cuerda


Vistas desde la cima, a lo lejos Peña de Herrera I,o alto del Picarrón


Como en la anterior hemos descansado, en este solo paramos para hacer unas fotografías, después iniciamos el descenso por la chimenea, que siempre resulta algo más complicado, pero con precaución logramos solventarlo de forma sencilla, sin hacer grandes esfuerzos.

De nuevo en la base de la peña, retrocedemos por la terraza, hasta salir a campo abierto, aquí descendemos monte a través, para enlazar con el sendero por el que discurre el GR.90.1, y continuamos por el, en cómodo descenso, hasta alcanzar un collado situado entre las Peña del Camino y la Peña del Medio.

En este punto, abandonamos el sendero principal, continuamos todo recto, dirección NE, por una senda algo difusa en algunos puntos, pero fácil de seguir, por la que alcanzamos la base de la cara E de la Peña Herrera III o del Medio, que rodemos hasta su parte intermedia, donde el muro de roca caliza rompe, y por un sencillo paso, accedemos caminando a la extensa planicie que conforma la cima de la Peña del Medio, tras algo más de cuatro horas.

Casi en el intermedio del recorrido, aprovechamos para comer, y beber, mientras disfrutamos de las extensas vistas, que tenemos, con las Peñas del Camino y Gotera en primer plano.

Después, retrocedemos hasta el collado, enlazamos con el sendero por el que discurre el GR.90.1, e iniciamos un fuerte, y largo descenso, hacia la Peña de Herrera IV o Peña Gotera, que se ubica algo alejada del sendero, así que cuando llegamos a su altura, lo abandonamos y continuamos por unas terrazas, que tienen pinta de ser antiguos campos de labor, que al inicio resultan fáciles de caminar, pero que a medida que nos adentramos, se encuentran llenos de ramas, y árboles quemados, en el incendio del 2012, que hacen bastante penoso el avance, ocasionándonos algún que otro arañazo en las piernas.

Con más problemas de lo esperado, alcanzamos la base de la Peña Gotera, oteamos en ambas caras,para encontrar el paso que nos permita acceder a su cima, pero a simple vista no lo vemos, aunque parece que en su parte intermedia, pudiera existir ese paso.

Como estamos bastante cansados, pega un sol de justicia, no tenemos claro que ese sea el paso bueno, y se encuentra bastante alejado, decidimos retirarnos, e intentarlo en otra ocasión, iniciando el recorrido desde la población de Talamantes.

Iniciamos el descenso por la chimenea

Bajamos monte a través, y enlazamos con el GR.90.1, por el que llegamos hasta el collado

Seguimos rectos, por una senda algo difusa, por la que accedemos a la cima de la Peña del Medio


Peña de Herrera II o del Camino

Peña de Herrera IV o Gotera
Regresamos al collado, e iniciamos el largo descenso hacia la Peña Gotera

Dicho y hecho, iniciamos el camino de regreso, por el "agradable" tramo aterrazado, donde me hago una depilación natural de pantorrillas, de lo más agradable. Para acortar lo máximo posible este tramo, en cuanto podemos nos tiramos monte a través, con vistas a las Peñas del Medio, del Camino y el alto del Picarrón, al fondo.

Una vez  en el sendero principal, comenzamos a ganar los casi ciento cincuenta metros de desnivel positivo que tenemos hasta el collado. La pendiente es fuerte y el calor aprieta de lo lindo, así que nos lo tomamos con tranquilidad.

Ya en el collado, a la sombra de la Peña del Camino, hacemos una pausa, para tomar media barrita y un poco de agua, después continuamos a la sombra de la pared O, ahora ya en suave ascenso, desde donde podemos ver la canal por la que hemos ascendido hasta la cima de la Peña del Camino, que como suele ser habitual, siempre desde lejos, parece más complicado, que una vez metido en harina.

Con la mente puesta en el sendero, seguimos nuestro camino, tomando de referencia las marcas rojas y blancas; dejamos a nuestra izquierda el alto del Picarrón, y ya por terreno llano, alcanzamos el collado de las Neveras.

De regreso, evitamos lo máximo posible el tramo aterrazado, avanzamos monte a través

Una vez en el sendero principal, avanzamos con tranquilidad, para superar los casi ciento cincuenta metros de desnivel que tenemos hasta el collado

A la sombra de la Peña del Camino, ascendemos suavemente con vistas al Cerro Morrón
Canal de acceso a la Peña de Herrera II, mucho más fiera desde fuera

Por terreno llano, alcanzamos el collado de las Neveras



Desde el collado, prácticamente todo lo que nos queda es descenso, así que nos apretamos los cordones de las zapatillas, y sin más demora, iniciamos el largo descenso, por amplia pista de tierra, hacia el collado de la Estaca, con vistas a la magnífica mole de roca, que conforma el Cerro Morrón.

En poco más de diez minutos, alcanzamos el collado de la Estaca, giramos a la izquierda, y continuamos por la amplia pista de tierra, ahora en fuerte descenso, haciendo caso omiso a las marcas del GR., que nos indican ir por el linde del bosque, pero preferimos trotar por la pista, mucho más cómoda.

Poco a poco, la pendiente se va suavizando, la pista nos va introduciendo en las lindes de un pinar, donde podemos ver, no muy lejos, una pequeña balsa. Tras un par de revueltas, llegamos al manantial de la Fuente del Col, en la que hacemos una parada, para disfrutar del agua fresca, que mana de ella, con la que rellenamos nuestras botellas, que las están prácticamente vacías.

Con energías renovadas, continuamos con el recorrido, la pista se estrecha, y se convierte en un amplio camino, por el que trotamos, tomando de referencia en las bifurcaciones que salen a nuestro paso, las marcas rojas y blancas del GR.90.2, que seguiremos hasta el final de la ruta.

En suave pendiente, nos vamos acercando a la Muela Cuartún, unos metros antes, llegamos al collado Sancho, donde converge el sendero que viene de la Hoya Barrán; nosotros continuamos rectos, dirección SE, dejamos a nuestra derecha los corrales de Cuartún,y continuamos en ahora en fuerte descenso hacia la Muela de Barrevinoso, que se haya justo enfrente nuestro, con la Sierra del Tablado al fondo, fácilmente reconocible por el parque eólico, que se sitúa en su loma, y que es uno de los más altos de Europa.

Desde el collado de las Neveras, iniciamos el descenso al collado de la Estaca, con vistas al Cerro Morrón

En el collado de la Estaca, giramos a la izquierda, y seguimos el descenso por amplia pista

Entre los pinos, podemos ver una balsa, y al fondo la Peña del Tolmo de la Cina


Manantial de la Fuente del Col, agua fresca y cristalina

En las bifurcaciones, siempre tomamos de referencia, las marcas rojas y blancas del GR.90.2

Ya por camino, descendemos hacia la Muela de Barrevinoso

Cerca de su base, cuando llevamos recorridos casi dieciocho kilómetros, llegamos a una intersección de caminos, donde tenemos la posibilidad de ir a Purujosa, por el barranco de la Virgen (derecha), o por el barranco de Cuartún (recto), opción está última por la que nos decantamos, así que continuamos todo recto, ya por sendero, entre las muelas de Cuartún y Barrevinoso.

Cuando apenas hemos recorrido doscientos metros, tomamos un sendero que nace a nuestra izquierda, por el que llegamos a la cueva de Cuartún, que antaño se utilizaba para guardar el ganado, y a la que accedemos para resguardarnos del sol, mientras tomamos un tentempié, y hacemos algunas fotos al contraluz, que nos quedan bien guapas.

Tras el descanso, regresamos al sendero principal, ,continuamos el descenso, por medio del lecho del barranco, con el suelo bastante pedregoso, por el que vamos caminando con cuidado.

Poco a poco, las paredes del barranco, van perdiendo altura, y se abren definitivamente, cuando llegamos a la confluencia con el barranco del Cuartal de la Virgen, en el que a unos metros a nuestra derecha, se ubica el Peirón de la Virgen de la Leche, construido por los habitantes de Purujosa en el año 2010.

Después de visitarlo, volvemos a la confluencia de barrancos, en está ocasión seguimos rectos dirección NO, tomando de referencia las marcas blancas y rojas del GR.90.2, por el que comenzamos a subir, una corta, pero dura rampa, que gracias a un par de lazadas, se suaviza algo, aunque después del largo recorrido que llevamos, nos deja las piernas para el arrastre.

Al final de la subida, enlazamos con el sendero que viene del barranco de la Virgen, aquí giramos a la izquierda, y continuamos dirección S, por una bonita faja, por la que alcanzamos las primeras casas de Purujosa, y el mirador del Cabezo, donde nos detenemos un instante para disfrutar de las vistas y echar una mirada, al panel informativo en el que se describen varios itinerarios por la zona.

Ahora ya, solo nos queda bajar hasta el aparcamiento, así que nos ponemos en marcha, e iniciamos el descenso callejeando por las calles de Purujosa, pasamos junto a la fuente, donde no podemos evitar coger unas ramitas de menta, y por la Iglesia románica del Salvador, construida en el S.XIII, en la que no nos detenemos.

Al trote, bajamos por la calle Mayor, hasta el aparcamiento dando por finalizada, está bonita e interesante circular, por la cara oculta del Moncayo, con un montaje de 24 kilómetros, y unos 1.300m d+, que no está nada mal.

Una vez en el aparcamiento, hacemos una buena tanda de estiramientos, que no queremos ir con agujetas al día siguiente, y después de regreso a Zaragoza, junto a una fuente, nos comemos unos bocatas de lomo, con su respectiva cerveza, que nos la hemos ganado.

Llegamos a una intersección de caminos, derecha barranco de la Virgen, recto barranco de Cuartún


Cueva de Cuartún



Confluencia del barranco de Cuartún, con el barranco del Cuartal de la Virgen, izquierda Peirón de la Leche

Por una bonita faja, llegamos a Purujosa

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