La sierra de Albarracín,
es una comarca aragonesa situada al suroeste de la provincia de
Teruel. Su capital es la ciudad medieval de Albarracín que también
da nombre a la serranía, incluida en la Reserva Nacional de Caza de
los Montes Universales, donde nacen los ríos Tajo, Júcar y sus
afluentes el Gabriel, el Gallo o el Guadalaviar, que más adelante se
transforma en el Turia, formando todos ellos una de las más extensas
redes hidrológicas de España.
Con una extensión 1.414
km², engloba a 25 municipios con
una densidad de 3,56 habitantes por km², en el que la despoblación
avanza a pasos agigantados. Uno de estos municipios, es Calomarde, que
cuenta con tan solo 80 habitantes, situado en el centro de la sierra
de Albarracín, a 17 kilómetros de la capital, en el que el río de
la Fuente del Berro o río Blanco, a su paso ha horadado un precioso
barranco calizo de rocas jurásicas conocido en la zona como el
barranco de la Hoz.
Hasta hace unos años solo se podía ver caminando por la parte superior del barranco, recorriendo el PR-TE2 que va desde Calomarde a Frías de Albarracín, pero en el año 2015 se instalaron una serie de pasarelas que permiten visitar el interior del cañón, por lo que hoy nos
acercamos con varias familias para conocer este paraje, aprovechando el puente
de la Constitución.
A
pesar de que el viaje es largo, el recorrido es corto y calculamos
que con parada a comer incluida nos costará unas tres horas, así
que no madrugamos. Sobre las 13:00 horas llegamos a Calomarde, donde
cruzamos el pueblo hasta alcanzar el aparcamiento situado al comienzo
de la ruta que se encuentra completo, por lo que seguimos por la carretera observando a mano izquierda un camino de tierra en el que hay aparcado varios coches, que cogemos para continuar por el unos metros, alcanzando el antiguo campo de fútbol habilitado como aparcamiento, en el que dejamos los coches.
Una
vez preparadas las mochilas, retrocedemos caminando con cuidado por
la carretera hasta alcanzar el aparcamiento, donde un panel direccional marca el comienzo del recorrido de hoy (SL-TE40 Ruta del barranco
de la Hoz), que forma parte del recorrido de pequeño recorrido
(PR-TE2) que une las localidades de Calomarde con Frías de
Albarracín, en el que capta nuestra atención un lindo gatito que
toma el sol sobre un muro de piedra, que hace las delicias de los más
pequeños.
Sin
más preámbulos, cuando todo el mundo
vuelve a comer, comenzamos el recorrido dirección Oeste por
un amplio camino de tierra, paralelos al cauce del río Blanco, por el
que rápidamente llegamos a la aguja calcárea de 25 metros de altura
del Moricacho, a cuya punta se puede acceder por una vía equipada
(seguros y reunión), compuesta por dos largos con una dificultad de V
(primer largo) y V+ (segundo largo), en la que los chic@s se
conforman con subir por una trocha, hasta una oquedad que se encuentra
en la base del Moricacho, donde además de disfrutar de las vistas,
nos hacemos un sinfín de fotografías.
Después,
descendemos con cuidado por la trocha hasta el camino principal, donde nos reagrupamos para continuar caminando pegados al cauce río Blanco, que vemos como se represa unos metros más adelante,
formando una pequeña cascada en la presa de los ahogados, que debe
su nombre a un triste suceso acaecido un 17 de agosto de 1876, cuando Joaquín Lozano (El Molinero) y Pedro Lahuerta, murieron aquí tras
intentar atravesar el río después de una tormenta, salvándose la
yegua, que ahora se encuentra vallado, afeando notablemente el entorno, acompañándonos unos metros hasta que la fina lámina de agua que forma el río en
este tramo, se une casi con el camino, pasando junto a los barrancos Mingona y de Morte que bajan secos, pero que observamos como este último se encuentra encauzado, por lo que imaginamos que después de fuerte lluvias llevará caudal.
Poco a poco, el camino se va estrechando hasta transformarse en un sendero justo cuando se bifurca en dos, punto en el que damos comienzo al tramo circular del
recorrido, donde dejamos para la vuelta el tramo de las pasarelas que
discurre por el fondo del barranco de la Hoz, para tomar el ramal de
la derecha que se dirige a Frías de Albarracín y el molino de
Enmedio, donde continuamos en ligero ascenso por un precioso sendero que recorre la parte superior del barranco, que nos ofrece
una perspectiva a vista de pájaro de la hoz que a formando en este
tramo el río Blanco, cubierto en gran parte por un espeso pinar.
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Preparados, retrocedemos hasta el aparcamiento, en el que se encuentra el inicio del recorrido |
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Donde capta nuestra atención un lindo gatito, que está tomando el sol sobre un muro de piedra |
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Cuando todo el mundo regresa a comer, nosotros comenzamos a caminar dirección Oeste |
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Por un amplio camino de tierra, por el que rápidamente alcanzamos la aguja caliza del Moricacho |
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En la que se ubica una vía de escalada, aunque nosotros tan solo subimos por una trocha hasta su base |
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Donde se ha formado una oquedad, desde la que disfrutamos de las vistas |
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Después, bajamos hasta el camino principal, donde el río Blanco represado ha formado una pequeña cascada |
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En la conocida como presa de los Ahogados, que ahora se encuentra vallada hasta |
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Que la fina lámina de agua que forma el río en este tramo, casi se junta con el camino |
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Pasando junto a los barrancos Mingona y de Morte que bajan secos |
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Cuando el camino se transforma en sendero, iniciamos el tramo circular dejando para la vuelta el cañón |
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Y tomando el ramal de la derecha que se dirige a Frías de Albarracín y el molino de Enmedio |
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Donde en suave ascenso, continuamos por un precioso sendero que recorre la parte superior del barranco |
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Ofreciéndonos una perspectiva a vista de pájaro de la hoz, que ha formado a su paso el río Blanco |
Unos
metros más adelante, llegamos a una nueva bifurcación perfectamente
señalizada, donde tenemos la opción de realizar la variante corta
del SL-TE40 (SL-TE40.1 Ruta del Puente de Toba del río Blanco), que
baja de forma directa al tramo del cañón de los Arcos en el que se encuentra el Puente de Toba, que descartamos, para continuar ganando desnivel salvando un par de pequeños resaltes calizos, en los que tan solo
tenemos que apoyar las manos, aunque no podemos evitar oír las quejas
de algún adulto, que al contrario que las más pequeñas, pasan sin ninguna
dificultad correteando por el sendero.
Para evitar perderles de vista, hacemos una pequeña pausa para reagruparnos, mientras observamos como el matorral y el pino negral, especie que puede llegar a vivir más de 1.000 años, pueblan las laderas que en algunos meandros cuelgan sobre el cauce del río Blanco.
Reagrupados, continuamos caminando por el sendero, tomando
de referencia las marcas blancas, amarillas y verdes de los dos
recorridos (PR-TE2 y SL-TE40), que en este tramo todavía comparten
terreno, alcanzando un pequeño collado donde finalizamos la subida, para comenzar a bajar
hacia el molino de Abajo, que vemos como se ubica en una chopera
junto al río, al que nos vamos acercando descendiendo por un pronunciado sendero en su inicio, con algo de piedra
suelta, pero que a medida que vamos perdiendo desnivel se va
suavizando, llegando a las ruinas del molino de Abajo, que
antiguamente fabricaba harina que suministraba a las poblaciones de
Calomarde y Frías de Albarracín.
Como
es la hora de comer, aprovechamos la sombra que nos ofrece el molino
para descansar e hincar los dientes a los bocatas de tortilla de
patata que hemos traído, mientras los chic@s se divierten al mismo
tiempo cruzando una y otra vez el cauce del río Blanco, que en este
tramo hace honor al nombre con el que figura en la mayoría de los
mapas, el río de la Fuente del Berro, debido a los berros que
pueblan el cauce que indican la limpieza y pureza de estas aguas.
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Unos metros más adelante, llegamos a una nueva bifurcación |
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Donde continuamos por la parte superior del barranco, salvando un par de resaltes |
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En los que tan solo tenemos que apoyar las manos, aprovechando una pausa para reagruparnos |
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Mientras observamos como el matorral y el pino negral, pueblan las laderas |
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Que en algunos meandros, cuelgan sobre el cauce del río Blanco |
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Tomando de referencia las marcas blancas y verdes, alcanzamos un pequeño collado, donde finalizamos la subida |
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Echando una mirada atrás, para disfrutar de las vistas |
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Para acto seguido, comenzar a descender hacia el molino de Abajo, por un bonito sendero |
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Con algo de piedra suelta, en el que a medida que vamos perdiendo desnivel, la pendiente se suaviza |
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Alcanzando la chopera en la que se ubica el molino de Abajo |
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Situado junto al río, que hace honor al nombre, en el que aparece en los mapas, el río de la Fuente del Berro |
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Donde aprovechamos la sombra que ofrecen las ruinas del molino, para comer |
Después
de comer, nos acercamos hasta el cauce del río, donde vemos que se puede cruzar por unas piedras colocadas para tal efecto, pero que hoy debido a las últimas lluvias se encuentran cubiertas por el agua, aunque resulta sencillo pasar.
Como los chicos han estado jugando en el río, nos comentan que aguas abajo hay un puente de troncos, por el que ellos han pasado varias veces, así que dejamos este paso para irnos hacia el puente, siguiendo las trazas de una senda hasta
encontrar el puente, que consiste en dos finos troncos que dan poca
seguridad y encima están colocados sobre una poza, que si nos caemos, en el mejor de la casos "tan solo nos meteremos con agua hasta la cintura", aunque ante la insistencia de los chicos y pese a las reticencias de algunos adultos (yo no hubiese pasado, el otro es mucho más seguro), comenzamos a cruzar el río con mayor o menor dificultad, pero por suerte sin ningún contratiempo.
Una
vez en la margen derecha, el PR-TE2 sigue aguas arriba hacia Frías
de Albarracín, opción que quiero realizar otro día porque para
hacerla en familia resulta algo larga, salvo si se hace en travesía,
así que en este punto lo abandonamos para retornar a Calomarde, pero
está vez por el fondo del barranco, siguiendo las marcas blancas y
verdes del SL-Z40, por un bonito sendero que nos lleva por las lindes
del pinar, internándonos en el de vez en cuando para evitar algunas
zonas en el que el sendero está embarrado.
Cuando
el río comienza a encajonarse, el sendero desaparece entre las
aguas, para dar paso a un sistema de pasarelas de 900 metros de
longitud seccionadas en varios tramos, por las que nos adentramos en
el interior del barranco de la Hoz, ante la atónita mirada de los
chic@s que corretean por el metal, mientras el resto caminamos por
encima de las aguas disfrutando del entorno, terminando el primer tramo de pasarelas para acometer una corta subida acondicionada con
peldaños de madera, que sirven también para afianzar el terreno,
para acto seguido coger una nueva pasarela por la que cambiamos de
margen.
Ya
en la margen izquierda, descendemos por una escalera hasta el cauce
del río, donde avanzamos paralelos a este por una bonita senda
salpicada de pinos, fijándonos en las curiosas formas que han ido
adoptando algunos troncos, hasta cruzar por una pasarela el río
Blanco, momento en el que aprovechamos para echar atrás una mirada y
observar las capas de estratos rocosos que forman las laderas del
barranco, que caen vertiginosamente sobre el río.
Luego,
seguimos caminando tranquilamente por la senda que tras girar a la
izquierda da paso al siguiente tramo de pasarelas, que nos permite
cambiar de nuevo de margen mientras nos va elevando unos metros por
encima del cauce del río, dando paso una espectacular faja equipada
inicialmente con sirga a la que nos asimos y más adelante con una
barandilla, que sirve de quitamiedos, ya que en este segundo tramo es
mucho más cómodo, porque el piso esta acondicionado con una tarima, desde la que observamos la ladera del meandro que hemos visto hace un rato desde la parte superior del barranco de la Hoz.
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Debido a las últimas lluvias, el agua cubre las piedras, así que cruzamos aguas abajo, por un precario puente |
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A la margen derecha, donde continuamos por un sendero que nos lleva por las lindes del pinar |
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Hasta que el río se encajona y el sendero da paso a un sistema de pasarelas |
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Que nos permite adentrarnos en el interior del barranco de la Hoz, caminando por encima de las aguas |
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Terminado el primer tramo, acometemos una pequeña subida acondicionada con peldaños |
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Para acto seguido, coger un segundo tramo de pasarelas por las que cruzamos a la margen izquierda del río |
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A cuyo cauce llegamos tras bajar por unas escaleras, para seguir por una preciosa senda salpicada por pinos |
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Por la que avanzamos observando las diferentes formas que han ido adquiriendo algunos troncos |
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Hasta cruzar el río por una pasarela, en la que miramos los estratos rocosos que conforman las laderas |
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Luego, seguimos caminando por la senda, que gira para dar paso al siguiente tramo de pasarelas |
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Que nos deja en una faja equipada inicialmente con sirga y más adelante con barandilla |
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En la que observamos la ladera que hemos visualizado desde la parte alto del barranco de la Hoz |
Al final de la faja, descendemos por una fuerte pendiente acondicionada con escalones, en la que vamos alternando con algún tramo de roca húmeda y pulida por el paso de la gente, que salvamos agarrándonos a la sirga colocada para tal efecto, llegando al cauce del río Blanco donde pasamos a la margen izquierda por un puente, observando como el río que baja encajonado en este tramo, ha formado unas pequeñas gradas.
Siguiendo
la senda, alcanzamos una larga y vertical escalera metálica que
rápidamente nos eleva por encima del cauce del río, hasta dejarnos
en el inicio de una amplia senda por la que en suave descenso llegamos de nuevo el curso del río, en el lugar donde confluye con
la variante corta (SL-TE40.1 Ruta del Puente de Toba del río
Blanco), en el que el río se interna en el tramo conocido como el cañón
de los Arcos.
Imitando
al río, hacemos lo propio pero de forma artificial por una larga
pasarela metálica, que nos permite disfrutar de este angosto pero
espectacular tramo, donde la precipitación de carbonatos ha formado
una roca caliza muy porosa conocida como Toba, material que se
utiliza para la construcción debido a su fácil manipulación, pero
que aquí de forma natural ha formado un espectacular Puente de Toba,
que es el lugar más visitado de todo el recorrido.
Aprovechamos
que estamos prácticamente solos, para hacernos unas cuantas
fotografías, después, continuamos por la pasarela que nos saca del
cañón, no sin antes echar una última mirada atrás, para seguir
caminando por la margen izquierda del río Blanco, salvando un
pequeño resalte acondicionado con una escalera y seguir por una
bonita senda que nos conduce por el pinar, que de forma muy original
aprovecha la parte baja de un estrato rocoso, que a modo de faja nos
permite continuar pegados al río, que va formando pequeñas
cascadas.
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Al final de la faja |
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Descendemos alternando tramos de escalones con la roca, agarrándonos a la sirga
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Hasta alcanzar el cauce del río, que cruzamos por un puente, observando como el río |
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Que baja encañonado, ha formado unas pequeñas gradas |
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Siguiendo la senda, alcanzamos una larga y vertical escalera, que nos eleva por encima del río |
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Hasta dejarnos en el inicio de una amplia senda, que nos conduce de nuevo hasta el río |
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Que se interna en el cañón de los Arcos, imitándolo nosotros pero de forma artificial |
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Por una larga pasarela que nos permite disfrutar de este angosto cañón |
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Donde la precipitación de carbonatos ha formado un espectacular puente de Toba |
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Luego, continuamos caminando, salvando un resalte acondicionado con una escalera |
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Para seguir plácidamente con la ruta que nos lleva por el pinar y que de forma original |
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Aprovecha un estrato rocoso, que a modo de faja nos permite salvar el río |
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Que va formando preciosas cascadas |
Nada
más pasar, llegamos a una bifurcación donde la variante corta sube
de forma directa hacia la parte superior del barranco, mientras
nosotros cogemos el ramal que continúa siguiendo el curso del río
Blanco que vuelve a encajonarse, sorteándolo por una larga escalera metálica que nos eleva por encima del río, hasta alcanzar un puente metálico que nos pasa a la margen derecha, pero que no tiene continuidad.
Desde el puente, observamos unos abrigos rocosos que se encuentran junto a la senda principal, así que regresamos para coger una trocha que nos deja en la base de los abrigos, a los
que accedemos por una pequeña escalera que nos permite acercarnos
casi hasta su interior, aunque no adentramos, ya que hay un resalte
de unos dos metros de altura que nos impide entrar y que al no tener
ningún interés decidimos dejar, para bajar de nuevo a la senda que
nos ofrece unas bonitas vistas de las laderas del barranco.
Ya
en la senda, bajamos hacia el río por un tramo acondicionado con sirga que sirve de pasamanos, que da paso a una larga escalera
por la que bajamos hasta el cauce del río, por el que a medida que
avanzamos el barranco va perdiendo altura, donde los pinos poco a
poco van dando paso a un bosque de ribera, que debido a la cercanía del río se encuentra embarrado, por lo que vamos buscando las zonas verdes y las piedras para intentar mancharnos lo meno posible, aunque los chicos se lo pasan pipa pasando por medio.
Cerca del kilómetro 4, cruzamos a la margen derecha por un puente metálico, mientras el ruido de un paramotor que sobrevuela el barranco, capta nuestra atención. Después, continuamos por la senda que es engullida por el río, para lo cual, realizamos un corto vadeo hasta alcanzar los restos de dicha senda, que nos lleva por medio del cauce, realizando equilibrismo para no mojarnos, hasta que está llega a la altura de unos bloques de piedra, que utilizamos para pasar al otro lado y cerrar la circular.
Ahora,
regresamos sobre nuestros pasos disfrutando del entorno, dejando
atrás la presa de los ahogados, pasando junto al Moricacho y viendo
como los últimos rayos de sol iluminan las partes altas del
barranco, en la que todavía se posan varios grupos de buitres,
llegando después de tres horas y media a las estribaciones de
Calomarde, dando por finalizado este bello recorrido, que sin duda ha
dado vida a esta pequeña población de la sierra de Albarracín.
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Nada más pasar, alcanzamos una bifurcación donde tomamos el ramal que continúa por el río |
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Que se vuelve a encajonar, sorteándolo por una larga pasarela, por el que llegamos hasta un puente |
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En el que sin cruzar, seguimos por la senda principal hasta unos abrigos rocosos |
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Después, regresamos a la senda por la que disfrutamos de las laderas del barranco |
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Hasta coger una larga escalera por la que descendemos al cauce del río Blanco |
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En el que los pinos van dando paso a un bosque de ribera |
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Cerca del cuarto kilómetro, cruzamos por un puente a la margen derecha del río |
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Donde capta nuestra atención el ruido de las hélices de un paramotor, que sobrevuela el barranco |
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Siguiendo la senda, vadeamos el río para continuar por medio del cauce haciendo equilibrismos |
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Hasta llegar a la altura de unos bloques de piedra, por los que terminamos de vadear el río, cerrando la circular |
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Ahora, retrocedemos sobre nuestros pasos, pasando junto a la presa de los Ahogados y el Moricacho |
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Mientras los últimos rayos de sol, iluminan las partes altas del barranco |
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En las que todavía se posan varios grupos de buitres |
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Finalizando el recorrido tras tres horas y media |
Hola Eduardo, esta excursión, si me lo permites te la copiaré, para ir con los peques tiene muy buena pinta, gracias por compartirla.
ResponderEliminarHola Ángel.
EliminarUna excursión muy bonita, seguro que los peques se lo pasan pipa y los mayores también, eso si, lo malo son las 5 horas de coche, pero bueno, con una parada para echar un café, suficiente.
Un saludo
Hola Eduardo,
ResponderEliminarVistosa y entretenida ruta para hacer con niños, y más aún, con adultos que no siendo amantes de la montaña, sí que disfrutan saliendo al campo para hacer rutas cortas y de poca dificultad. Los cañones habilitados con pasarelas que permiten caminar por encima del rio hacen las delicias de grandes y pequeños. Nosotros tenemos en mente para este año visitar otro barranco con el mismo nombre, el barranco de la Hoz, en Corduente (Guadalajara) que también tiene un sencillo y bonito paseo.
Un saludo
Hola Nuria.
EliminarEste tipo de recorridos gustan a todo el mundo. Yo también tengo pendiente el barranco de la Hoz en Corduente y por esa zona también el Salto de Poveda, la verdad que la provincia de Guadalajara es una asignatura pendiente.
Un saludo.
Hola Eduardo.
ResponderEliminarNo hay dos sin tres, ya tenemos el triplete de puntos de vista del Cañón de Calomarde, entre tu, yo y Dani.
Además, al hacerlo al revés, las fotos y perspectivas del encañonamiento son distintas a las de Dani y mías.
Se ve que fue un día de puro disfrute entre ñiños y adultos. Me alegro pues es un paraje que no defrauda.
A ver si me pongo y hago la entrada del Barranco de la Hoz del río Gallo que lo hicimos hace años, y así le echáis un ojo.
Un saludo.
Hola Toni.
EliminarLa idea siempre fue realizar la circular en sentido contrario a las agujas del reloj y cuando vi vuestras entradas que os daba el sol de frente lo tuve aún más claro, aunque el hacerlo algo tarde en invierno la luz no era muy buena.
Este tipo de recorridos los crios se lo pasan en grande, ese barranco de la Hoz del río Gallo lo quiero hacer esta primavera solo o con chicos, pero solo se me queda algo corto el recorrido.
Un saludo
Hola Eduardo¡
ResponderEliminarUna excursión bien maja, la apunto para la lista de pendientes por Teruel.
¡Gracias por compartirla!
Fer
Hola Fer.
EliminarPara los adultos se queda algo corta, pero se puede alargar hasta Frías de Albarracín.
Un saludo
Genial Eduardo. Me la guardo para mis cercanos no habituados/as al monte que seguro que se lo van a pasar como niños. Gracias!
ResponderEliminarHola Gabi.
EliminarSeguro, es un paseo que no deja a nadie indiferentes, os gustará!
Un saludo
Hola Eduardo.
ResponderEliminarUn lugar de gran belleza este, y el que la construcción de esas pasarelas nos han otorgado la oportunidad de disfrutarlo, además del empujón turístico que suponen para Calomarde. Como dicen los demás compis una ruta ideal para que los más peques se lo pasen de lo más grande, y también ideal para llevar allí a amigos, aunque se quejen jeje, que no estén acostumbrados a salir al monte. Buen caudal llevaba el río, así da gusto.
Un saludo.
Hola Dani.
EliminarEconómicamente seguro que el pueblo lo nota, pero creo que lo más importante en este caso, es que le da vida a un pueblo, en el que apenas viven 80 personas.
Un saludo
Hola Eduardo:
ResponderEliminarMe has traído buenos recuerdos de cuando nosotros la hicimos, aunque la nuestra fue algo más larga, pero no por ello mejor.
Rutas como esta en la cual se mezclan, ríos, pasarelas, y zonas encañonadas, seguro que entre los más jóvenes y los no iniciados en el senderismo, harán afición.
Un saludo y a seguir disfrutando de la montaña.
Hola Eulogio.
EliminarSi recuerdo cuando la publicaste, por aquel entonces el río llevaba poco caudal, en cambio ahora baja muy bien de agua.
El recorrido es corto pero intenso, siempre intento adaptarlo al más "floj@" del grupo, para que no sufra, aún así siempre alguno se queja, pero vamos al final se lo pasan en grande.
Un saludo
Albarracín, y en general la sierra turolense, se nos hace lejos, pero no lo está tanto, lo que ocurre, al menos en mi caso, es que tenemos la costumbre de mirar más al Norte, aunque esto ya se está corrigiendo gracias a propuestas como esta.
ResponderEliminarSalud y Montaña, Eduardo.
Ya lo se, ya. Te tira más el pirineo y últimamente la sierra de Guara, pero la provincia de Teruel tiene parajes muy bonitos como este del barranco de la Hoz.
EliminarPoco a poco iremos remediando está asignatura pendiente que es la provincia de Teruel, quizás la siguiente ... veremos.
Un saludo
Aupa Eduardo!! Chulo lugar. Casualidad tengo que preparar este año un finde por alla, asi que vuelvo a tomar tus referencia =) gracias.
ResponderEliminarHola Oscar.
EliminarSi no has estado por la zona te gustará, no hay grandes montañas, pero tiene unos paisajes bien chulos.
Un saludo
Mira que cosica más maja!! me la apunto, oyes. A ver si hacemos un finde romántico con Bonito del Norte por esa zona.
ResponderEliminarSalud y monte!
Hola Pirene.
EliminarSi vais os gustará, además se puede alargar al gusto o dejarla así como complemento a una visita a Albarracín u otra actividad por la zona.
Un saludo
Hola Eduardo,
ResponderEliminarImpresionante ruta con dos parte muy marcadas, primero un precioso sendero por la parte alta y luego esas espectaculares pasarelas a escasos metros del cauce.
Aunque el hierro se apodere de estas zonas, gracias a ellos muchos pueblo que estaban condenados a la despoblación están viendo como vuelvena a aparecer en los mapas y vuelven a llenarse de vida.
Salud y montaña.
Hola David.
EliminarMucha gente solo hace la parte del fondo del barranco de la Hoz, pero a mi me parece mucho mejor realizar la circular, ya que de está forma conoces el cañón por dentro y por fuera.
Sin duda esta ruta ha sido un gran reclamo para el pueblo, nosotros después de terminar la ruta, fuimos al bar del pueblo, cuando llegamos había cuatro paisanos jugando a las cartas y en menos de 20 minutos el bar se lleno con forasteros, la mayoría de ellos familias que habían hecho la ruta.
Un saludo