lunes, 16 de febrero de 2015

Trail Running por los Galachos de Juslibol y el Castillo de Miranda


Desde hace un par de meses he comenzado a correr para mantener la forma, ya que no siempre puedo salir todos los fines de semana.

Como llevaba muchos años sin correr, he empezado poco a poco sobre asfalto, que siempre es más fácil y más accesible, ya que puedo hacerlo desde la misma puerta de casa. 

Pero como correr por asfalto es bastante aburrido, una vez que más o menos he cogido algo de forma, quiero pasar a correr por el monte, o como ahora lo llaman los modernos "Trail Running", y aprovechando que para navidad tengo un par de semanas de fiesta, pues hoy me acerco hasta los galachos de Juslibol, para estrenarme. Para descargar el track, haz clic en el símbolo de Wikiloc.



Como vivo en Cuarte me acerco hasta el barrio de Juslibol en coche, lo cruzo, hasta que enlazo con la pista de tierra por la que voy hasta la barrera que impide el paso de vehículos, y aparco a un lado sin molestar el paso.

Hoy hace un día fantástico, así que en vez de ir por la pista de acceso a los galachos de Juslibol, quiero ir por arriba de los escarpes, así que desde el coche, retrocedo unos metros y comienzo a trotar hasta que enlazo con una amplia pista, por la que comienzo a ganar desnivel de forma rápida.

La subida es bastante larga, y el tramo final se me atraganta, así que tengo que bajar el ritmo, una vez arriba, comienzo a descender, poco a poco la pista se va estrechando hasta convertirse en una senda perfectamente trazada, que unos metros más adelante se divide en dos.

Como el cielo está muy despejado, yo opto por coger la senda de la izquierda, dirección O bordeando los escarpes, con unas fantásticas vistas de los galachos e incluso el Moncayo.








Sin duda ha sido una buena elección tomar este sendero, ya que es bastante entretenido, ya cerca de los galachos, alcanzo una zona de sube y bajas, en un tramo de bajada que está algo embarrado, echo el pie, resbalo, y acabo en el suelo rodando como un croqueta.

Con las mallas manchadas de barro me recompongo, y continúo corriendo, después de subir una última rampa, corta pero bastante dura, alcanzo el mirador de las estepas, en el que se junta con la ruta que viene desde el Centro de Interpretación, y desde el que se obtienen unas fantásticas vistas de la huerta de Zaragoza, y de la ciudad.

Desde el mirador, la senda se convierte en amplio camino totalmente llano, por el que corro a buen ritmo, tras subir otra corta pero dura rampa, llego hasta el mirador de los Galachos, desde el que se obtiene una amplia panorámica de los galachos de Juslibol.




Fotografía tomada en el mes de Septiembre
Fotografía tomada en el mes de Septiembre

Sin detenerme, inicio el descenso entre medio de un joven pinar de repoblación, tras dejarlo atrás, el camino se bifurca en dos, de hacerlo recto, el camino muere unos metros más adelante, así que yo me desvío hacia la derecha y desciendo por amplio sendero, con el piso bastante descompuesto, por el que bajo hasta la base de la atalaya sobre la que se asienta el Castillo de Miranda.

Antes de iniciar el ascenso, cruzo el cauce seco de un barranco, teniendo que hacer un sencillo destrepe, después enlazo con la estrecha senda, por la que comienzo a trotar, ganando altura de forma rápida.

Los últimos metros me toca subir caminando, tras un giro a la izquierda, llego a los restos del Castillo de Miranda que fue construido en S.XII, y que tuvo una gran importancia estratégica, ya que permitía tener controlada gran parte de la vega del Ebro a su paso por Zaragoza, y debido a su ubicación, servía de refugio en caso de inundaciones y riadas.

Me detengo un par de minutos para disfrutar de las vistas, los galachos se encuentran con bastante agua, y con el día tan fantástico que ha salido, puedo ver perfectamente el Pico Moncayo, cuya cumbre tiene algo de nieve.











Después de la parada, comienzo el descenso con precaución por la senda, hasta alcanzar de nuevo la base de la atalaya, una vez aquí giro a la derecha, y enlazo con una senda, por la que rodeo parte de la atalaya por una densa zona con vegetación ribereña, hasta que alcanzo la pasarela de hormigón, por la que salvo la acequia de Juslibol.

Tras cruzarla, poco a poco la senda se va ampliando, hasta convertirse en un cómodo camino de tierra totalmente llano, por el que voy rodeando los galachos durante un kilómetro, hasta que llego a una bifurcación de caminos, donde giro a la izquierda y enlazo con el GR.99.





Tras pasar la valla que prohibe el paso de vehículos, accedo a los galachos de Juslibol, que recorro siempre por el camino principal, siguiendo las marcas rojas y blancas del GR, ya que los galachos tienen bastante agua, y no me fío de entrar en los senderos secundarios, no vaya a ser que se encuentren inundados.

Como ya es algo tarde, los galachos se encuentran bastante tranquilos, apenas hay gente, y puedo correr disfrutando del entorno, al final de los galachos cruzo la pasarela de madera, en la zona conocida como el Carrizal, donde me detengo un instante para disfrutar de las vistas que hay desde ella.

Nada más cruzar, accedo a la antigua área recreativa, giro a la derecha y enseguida llego al Centro de Interpretación, donde tengo la opción de continuar por el camino de acceso a los galachos o coger una senda a mano derecha, que había antiguamente y que no se, si con las acondicionamientos que se han hecho en los últimos años, seguirá existiendo.








La ruta normal son unos ocho kilómetros, y el continuar por la senda serán unos doce kilómetros, que es una distancia a la que todavía no he entrenado, aun así me tiro a la aventura, giro a la derecha, y nada más coger el camino que va hacia el observatorio, cojo una senda a mano derecha por la que me introduzco en un tupido bosque de ribera.

La senda se mantiene muy parecida a como yo la recordaba, paso junto a los muros de una casa, y tras pasar una cerca me introduzco en una selva donde el carrizo forma pequeños túneles naturales.

Como ha llovido en los últimos días, hay zonas con algo de barro, que intento salvar como puedo, aunque en alguno meto el pie de lleno, después de una corta subida abandono la senda, en la que he vuelto a disfrutar de ella después de muchos años.

Una vez fuera de la selva, la senda poco a poco se va convirtiendo en una amplio camino de tierra, totalmente llano, por el que voy bordeando el meandro de Juslibol. 






Tras rodear todo el meandro, la pista se bifurca en dos, aquí abandono la compañía del río, y giro a la izquierda teniendo de referencia los escarpes que quedan enfrente mío.

Ya por amplia pista, paso junto a una explotación ganadera, el último kilómetro se me hace bastante largo y ando unos metros para descansar, después afronto una última subida, por la que salgo al camino de Juslibol, y desde allí en un par de minutos al coche, donde doy por finalizada la circular.

Al final han salido casi doce kilómetros, y algo menos de cuatrocientos metros de desnivel, que prácticamente se superan en los primeros kilómetros. La verdad que aunque he acabado bastante cansado, me voy contento, ya que para mi primera salida de trail he tenido muy buenas sensaciones y me he divertido.










5 comentarios:

  1. Anda, fuiste a entrenar a “mi territorio”, entre semana entreno habitualmente por aquí. Veo que hiciste el recorrido clásico y más asequible pero la zona tiene muchas más posibilidades. Yo suelo estar rodando por aquí entre semana a partir de las 6 de tarde así que si algún día te apetece y puedes, me avisas y quedamos, te enseñaré rutas chulas por trialeras y barrancos. Veo que estás haciendo tus primeros pinitos con el trail running, por si te interesa a primeros de marzo tienes la Carrera del Ebro que discurre por parte de este circuito, la opción de 30km igual se te queda grande pero la opción corta la podrías hacer sin problemas.
    Salud(os)

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    1. Hola Ruben, ya se que los Galachos y Escarpes del Ebro son tu territorio, de hecho más de un día me he acordado de ti. Pues ya ves, que ahora me ha dado por correr, más que nada para mantener la forma, y si se puede mejorar, mejor que mejor, y está zona de los galachos me gusta, es más el domingo estuve con un amigo corriendo por el Meandro de Juslibol.

      De momento hago cosas sencillas, carreras entre 6 y 12 kilómetros. Yo por mi encantado de correr contigo, eso si, ya puedes bajar el ritmo que yo voy entre 5:30 y 6:00, vamos al trote cochinero. Está semana no puedo porque voy de tarde, pero la siguiente te doy un toque, y así me enseñas algún truquillo :).

      Lo de la carrera del Ebro, me lo dijo mi compañero de carrera, que la ha corrido alguna vez, pero ya me dijo que la de treinta es demasiado. Poco a poco ya se verá, pero yo lo que quiero es disfrutar corriendo, así que chino a chano. Un saludo y te doy un toque la semana que viene.

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  2. La próxima semana seguramente iré el lunes y el miércoles, a las 6 de la tarde cuando salga de currar me tendrás allí como un clavo, si te apetece, ya sabes.
    Saludos

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  3. Hola Eduardo.

    Toda la razón, correr por asfalto me parece de lo más aburrido, con todos mis respetos a la gente que corre en asfalto, por eso tenía unas ganas enormes de que empezara a alargar el día, y poder escaparme, aunque sea solo media hora, a correr por el monte, que lo tengo al lado de casa.
    Yo empecé a correr allá por 2010, y hubo una época en la que realmente me obsesioné en mirar demasiado el reloj e incluso cabrearme si el mismo recorrido me había costado unos minutos más, incluso tomaba parte en bastantes carreras, ahora ya llevo un tiempo que salgo más tranquilamente, disfrutando con las perras, y ni siquiera llevo reloj, y si me tengo que parar a echar una foto, ver un paisaje, o simplemente parar si me encuentro cansado,sinceramente, creo que disfruto más así.

    Por cierto, vaya día despejados los de las dos últimas entradas, tanto en la de BTT como en esta...y menudas vistas del Moncayo, unos amigos míos estuvieron el domingo allí y vieron como se las gasta con mal tiempo.

    Un saludo.

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    1. Hola Dani, yo me lo tomo con tranquilidad, al principio intentaba mejorar el crono, pero no disfrutaba, así que decidí aminorar la marcha, y si hace falta andar unos metros se anda, y así mucho mejor, eso si, con compañía mucho mejor.

      La verdad que hizo un día muy bueno, los Galachos es una zona muy guapa, y esta en el extrarradio de la ciudad, un pequeño vergel en medio del desierto. De hecho el otro fin de semana volví a correr, variando el recorrido, y si puedo la semana que viene vuelvo.

      El Moncayo es una montaña muy traicionera, échale un vistazo a esta entrada y mira como se las gasta el viento http://www.elnidodeaguilasdelmoncayo.com/2015/02/molino-eolico-tumbado-en-la-sierra-del.html

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