La sierra de Gratal es una cadena montañosa situada en las estribaciones de los Pirineos, a unos 10 kilómetros al norte de la ciudad de Huesca, que abarca los términos municipales de Nueno, Lierta y Arguis.
Orientada de oeste a este: al oeste, está separada de la sierra Caballera por los barrancos origen del río Salado (cuenca del río Gállego), mientras al este, la Foz de San Climent, excavada por el Río Isuela (cuenca del río Alcanadre), la separa de la sierra del Águila.
El pico más representativo de esta pequeña sierra, se encuentra en la vertiente Sur, la Peña Gratal (1563 metros), aunque el punto más elevado, es el pico de la Calma (1584 metros), también conocido como Las Calmas, ya que, al este de la cima principal, se encuentra la Calma Baja (1454 metros), situadas en la vertiente norte, a los pies del embalse de Arguis, que cuenta con ser el embalse más antiguo de Aragón (construido en el año 1704).
Otras montañas destacables son: el pico Gratal (1567 metros), el pico San Julián (1528 metros) y el pico Peiró (1579 metros), así que, aprovechando que está a una hora en coche de Zaragoza, voy a trazar una larga circular, para recorrer las principales montañas, comenzando por el pico Peiró y finalizando en el pico de la Calma Baja, donde descenderé por una trocha, que atraviesa un manto de erizón.Como quiero llegar a casa a la hora de comer, madrugo y sobre las 08:30, me planto en la hospedería de Arguis, que, a estas horas, apenas tiene media docena de vehículos, para acto seguido, comenzar a caminar hacia el embalse de Arguis, en cuyas aguas se refleja la figura del pico Peiró, hasta alcanzar la presa, por donde cruzo el bonito desfiladero que conforma la Hoz de San Climent.
Después, continúo por un bonito sendero, obviando una tímida trocha, que de forma directa baja desde el pico la Calma Baja, que más tarde utilizaré para cerrar la circular, para seguir avanzando por el sendero principal, que me adentra en un bonito pinar, desde el que observo la franja rocosa por la que discurre la Raya d’as Tiñas, hasta llegar a la altura del barranco de San Antón, donde puedo subir al pico Gratal, pero prefiero seguir con el plan establecido, así que sigo caminando por el pinar, hasta que el sendero desemboca en una pista de tierra, que tomo en sentido descendente.
Unos metros más adelante, la pista se bifurca en dos, por lo que sigo por el ramal de la izquierda, obviando la "Vuelta al Embalse de Arguis", donde la pista poco a poco se va estrechando, hasta convertirse en un bonito camino, que discurre entre un denso pinar, que me recuerda a la "Tierra de Pinares", con ejemplares esbeltos, limpios hasta su copa, pero de menor envergadura.
A medida que voy avanzando, el bosque pierde en frondosidad, la raya d'as Tiñas, se vislumbra entre las ramas, mientras en el horizonte, atisbo la figura del pico Peiró, que un poco más adelante, en un pequeño claro, observo en su integridad, en el que destacan sus característicos estratos verticales de roca caliza, al que poco a poco me voy acercando, hasta llegar al sendero de acceso al pico Peiró, donde hay aparcado un coche, ya que este tramo inicial, se puede hacer acceder en vehículo a motor.
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Aparco la furgoneta en la hospedería, en la que comienzo a caminar, observando como el pico Peiró, se refleja en las aguas |
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Del embalse de Arguis, que cruzo por la presa e inicio el tramo circular, obviando una trocha que baja de la Calma Baja |
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Que utilizaré a la vuelta, para continuar por el sendero principal |
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Por el que camino a la sombra del pinar |
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Desde el que observo la franja rocosa, por la que discurre la Raya d'as Tiñas |
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Hasta llegar a la altura del barranco de San Antón, donde se puede subir de forma directa al pico Gratal |
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Pero prefiero seguir con el plan establecido, así que sigo caminando por el pinar |
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Hasta que el sendero desemboca en una pista, que tomo en sentido descendente, que unos metros más adelante |
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Se bifurca en dos, tomando el ramal de la izquierda, obviando el ramal que da "la Vuelta al Embalse de Arguis" |
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Donde la pista poco a poco, se va estrechando, hasta convertirse en un camino, que discurre por un denso pinar |
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Observando entre las ramas, la Raya d'as Tiñas y la sierra de Bonés |
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Mientras en el horizonte, atisbo la figura del pico Peiró, que un poco más adelante |
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En un pequeño claro, observo en su integridad, con sus característicos estratos verticales de roca caliza |
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Al que poco a poco me voy acercando, hasta llegar al sendero de acceso al pico Peiró |
En este lugar, abandono el camino, para tomar un sendero perfectamente marcado, por el que comienzo un pronunciado ascenso, acondicionado con escalones, que ayudan a sostener el terreno, deteniéndome de vez en cuando para recuperar el aliento, mientras atravieso un pinar con un sotobosque de bojes, que a medida que voy ganando desnivel, dan paso a un bosque de hayas, donde la pendiente se suaviza.
Catalogado como LIC Monte Peiró-Arguis, este hayedo tiene la peculiaridad de ser el más meridional de la provincia de Huesca, por lo que avanzo por un terreno de falso llano, donde el sendero ha sido acondicionado con una larga barandilla, símbolo del despilfarro de estos mal llamados “Caminos Naturales”, por el que avanzo pausadamente, disfrutando de esta pequeña joya, mientras en el horizonte, vislumbro entre las nubes, Collarada, hasta llegar al desvío del collado de Sarramiana (cota 1350 metros), al que más tarde regresaré para subir a la Peña Gratal.
Ahora, continúo caminando por el sendero, donde el bosque de hayas da paso a un manto de erizón, atravesado por un sendero roto por las escorrentías del agua, que de vez en cuando se va bifurcando, por el que sigo subiendo, eligiendo en cada momento el paso más cómodo, ya que tarde o temprano, ambos ramales vuelven a fusionarse, hasta alcanzar el collado previo a la cima del pico Peiró, desde el que disfruto de unas magníficas vistas hacia el embalse de Arguis, con la sierra de Bonés y el pico del Águila de fondo.
En el collado, me encaramo a la pala final, cubierta por un denso manto de bojes y erizones, donde el sendero va trazando largas lazadas, que permiten subir sin demasiado esfuerzo, por el que llego al inicio de la cresta, que no tiene mayor dificultad que ir buscando los mejores pasos, sin sensación de vacío, en el que no es necesario ni de apoyar las manos, por lo que alcanzo el hito, que marca la cima del pico Peiró, que en días despejados en un magnífico mirador del pirineo, pero hoy con las nubes, apenas se distingue la zona de Collarada, San Salvador (San Juan de la Peña) o la Peña Oroel, aunque las vistas hacia la zona del embalse de Arguis son fantásticas y se alargan hasta el Tozal de Guara.
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En este lugar, abandono el camino, para tomar un sendero por el que en fuerte ascenso, atravieso un pinar con sotobosque de bojes |
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Que a medida que voy ganando desnivel, da paso a un bosque de hayas, el más meridional de la provincia de Huesca |
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Acondicionado con barandilla, por el que avanzo disfrutando de esta pequeña joya |
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Y de las vistas hacia el pico Peiró |
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Mientras en el horizonte, entre las nubes, asoma Collarada |
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Hasta llegar al desvío al Collado de Sarramiana, al que más tarde regresaré para subir a la Peña Gratal |
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Ahora, continúo caminando por el sendero, donde el bosque de hayas, da paso a un manto de erizón |
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Atravesado por un sendero roto por las escorrentías del agua, que de vez en cuando se va bifurcando |
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Eligiendo en cada momento, el paso más cómodo, ya que antes o después, se acaban fusionando |
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Hasta alcanzar el collado previo a la cima, desde el que disfruto de las vistas hacia la sierra de Bonés y el pico del Águila |
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En el collado, me encaramo a la pala final, cubierto por un manto de erizones y bojes, donde el sendero va trazando largas lazadas |
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Que permiten subir sin esfuerzo, hasta alcanzar la cresta cimera, por la que avanzo sin apoyar las manos, hasta el hito |
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Cimero del pico Peiró, magnífico mirador en días despejados, aunque hoy solo se puede ver la zona de Collarada |
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San Salvador o la Peña Oroel |
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Aunque las vistas hacia el embalse de Arguis, son fantásticas y se alargan hasta el Tozal de Guara |
En la cima, coincido con una persona de Palencia, que ha venido a trabajar a Huesca. Para hacer tiempo, hasta que le den el alojamiento, ha subido a la cima y quiere ir hasta la Peña Gratal, así que, como no tiene muy claro como unirlas, vamos a compartir trayecto, por lo que invertimos el tramo de la cresta, donde observamos cómo se eleva entre las montañas, la Peña Gratal e iniciamos el descenso hasta el collado, donde me pica la curiosidad, si sería posible trazar una “línea recta” para conectar con la pista que va a la fuente del Fenés, que tiene toda la pinta de ser posible, pero pagando el tributo de unos buenos arañazos.
Al final, decido ir a lo seguro, por lo que bajamos hasta el desvío del collado de Sarramiana, donde, cogemos el sendero por el que en fuerte ascenso, atravesamos el espectacular hayedo, que tiene peculiaridad de convivir con una de las mayores poblaciones de tejos de todo el prepirineo oscense, hasta llegar al collado de Sarramiana, donde el sendero da paso a un camino de tierra, por el que descendemos con la vista puesta en el próximo objetivo, la Peña Gratal, aunque en este primer tramo, el camino en vez de acercarnos, da un largo rodeo, para posicionarnos a su altura.
Una vez conseguido, este desemboca en una encrucijada, a la que más tarde regresaremos, pero ahora, tomamos el camino, por el que, en ligero descenso, vamos acercándonos a su base, haciendo un alto en el camino, para refrescarnos en el oasis que conforma el manantial de la fuente del Fenés, que durante todo el año, mana un agua fresca y cristalina, por lo que aprovechamos para rellenar las botellas, mientras observamos como despuntan las placas calizas de la Peña del Mediodía.
Después, regresamos al camino que sigue dando un largo rodeo, que en un punto determinado, abandonamos, para seguir por un sendero, por el que rápidamente alcanzamos el collado de los Pinos, desde el que disfrutamos de las vistas hacia la Peña del Mediodía y la zona de Monte Perdido, para acto seguido, progresar unos metros por el camino, hasta localizar la continuación del sendero, por el que, trazando varias lazadas, alcanzamos la cima de la Peña Gratal, cuando son las 13:30.
En la cima, coincidimos con una familia, que está comiendo, amablemente, nos dicen que hagamos las fotos como podamos, porque no se van a mover. No nos lo tomamos a malas, pero vamos, poco les cuesta mover el culo o haberse colocado un poco más alejados del vértice geodésico, porque no es precisamente una cima pequeña, pero, como no hemos venido a discutir, hacemos unas fotografías con el pirineo, que ahora está algo más despejado, aunque lo que realmente llama mi atención, es la estética de la Peña del Mediodía, de la que tomo nota, porque no hay mucha información en la red, sobre su acceso.
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En la cima, coincido con una persona que quiere ir a la Peña Gratal, que asoma entre las montañas, así que invertimos la cresta |
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E iniciamos el descenso hacia el collado. por el que regresamos hasta el desvío del collado de Sarramiana |
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Disfrutando de las vistas hacia la zona del embalse de Arguis |
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Una vez en el desvío, cogemos el sendero, por el que en fuerte ascenso |
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Atravesamos el espectacular hayedo, que tiene la peculiaridad |
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De convivir, con una de la mayores poblaciones de Tejos del pirineo oscense |
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Hasta llegar al collado de Sarramiana, donde el sendero da paso |
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A un camino de tierra, por el que descendemos con la mirada puesta en la Peña Gratal |
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Aunque en vez de acercarnos, da un largo rodeo hasta posicionarnos a su altura |
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Donde tomamos un camino que en ligero descenso, va acercándonos a su base |
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Haciendo un alto en el camino, en la fuente del Fenés, un manantial, que lleva caudal hasta en época de estiaje |
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En el que vemos despuntar, las placas calizas de la Peña del Mediodía |
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Luego, regresamos al camino, que sigue dando un largo rodeo, que abandonamos en un punto determinado |
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Para atajar por un sendero, por el que accedemos al collado de los Pinos, desde el que disfrutamos de la Peña del Mediodía |
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Y una buena parte del Pirineo, ahora, que se ha despejado |
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Para acto seguido, localizar la continuación del sendero, por el que realizando pequeñas lazadas |
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Alcanzamos la cima de la Peña Gratal |
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En la que compartimos bocadillo, mientras disfrutamos de las vistas hacia la zona de Monte Perdido |
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Y sobre todo, de la Peña del Mediodía, que se amplían hacia el Pico del Águila y el Tozal de Guara |
El objetivo de llegar a casa a la hora de comer, es impensable, tampoco nos lo vamos a tomar con calma, así que iniciamos el descenso pasando por la fuente del Fenés, hasta alcanzar la encrucijada de hace un rato, donde cada uno sigue a su marcha, ya que ha dejado el coche, en el comienzo del sendero de ascensión al pico Peiró.
Tras darle unas indicaciones, nos despedimos, aquí, continúo por el camino dirección Sureste, por el que a medida que voy avanzando, se va difuminando entre la vegetación y algún árbol caído, con unas espectaculares vistas hacia la Peña de Mediodía, la Sotonera y la Peña Gratal, hasta llegar a una especie de collado, donde las vistas se abren hacia el pico del Águila y el Tozal de Guara, limpio de nubes, donde a mano izquierda, localizo un sendero, por el que rápidamente asciendo al vértice geodésico del pico Gratal, rodeado de un manto de erizones.
Después, continúo el descenso por la arista, por un sendero que resulta lo suficientemente cómodo, como para ir observando el panorama, avanzando a buen ritmo hasta llegar a la zona baja, donde los erizones se entremezclan con pequeños pinos, que sobreviven a las duras condiciones que se producen en esta zona, tanto por el calor como por el frío, en el que localizo los pozos de hielo de Las Calmas, que, de no ser, por un panel indicativo, pasarían desapercibidos, ya que de un conjunto de ocho neveros, tan solo los pozos IV y VII, están bien conservados.
En este punto, podría bajar por el sendero del barranco de San Antón, que va atajando la pista, pero, sigo con el plan inicial de bajar por arista de la Calma Baja, así que continúo subiendo por un sendero, que, en fuerte ascenso, sigue atravesando la mancha de erizones, dirigiéndome hacia el contrafuerte de la cima, que supero caminando, hasta alcanzar el hito que marca la cima del pico La Calma (Alta), en el que me detengo un instante para disfrutar de las vistas hacia los pirineos (Collarada, Somola y la zona del Aspe), el pico del Águila y el Tozal de Guara, para acto seguido, continuar el descenso por el cordal, por una trocha que poco a poco se va difuminando, pero con paciencia y buscando los pasos más claros, avanzo con más o menos facilidad, hasta coronar la cima de la Calma Baja.
Desde la misma cima, inicio el descenso por la arista, siguiendo una trocha por la que atravieso un manto de erizón, en el que me dedico a fotografiar las aguas turquesas del embalse de Arguis, así que a lo que me doy cuenta, me encuentro pisando el erizón, que atraviesa la suela de las zapatillas (estuve dos semanas quitando púas 😅). Para no meterme en un fregado, recojo la cámara y observo como la arista, no cae muy lejos, así que trazo una diagonal, hasta enlazar de nuevo con la trocha, por la que desciendo tomando de referencia una torre de alta tensión, por la que paso hasta salir al sendero principal, cerca de la presa, que cruzo, finalizando está bonita ruta, que recorre las principales montañas de la sierra de Gratal, que tengo que seguir investigando, porque la Peña del Mediodía, me ha dejando encandilado.
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En la cima, iniciamos el descenso hacia la fuente del Fenés, hasta alcanzar la encrucijada |
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Donde continúo solo, por un camino que poco a poco se difumina entre la vegetación y algún árbol caído |
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Con unas espectaculares vistas hacia Peña del Mediodía, la Sotonera |
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Y la Peña Gratal |
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Hasta llegar a una especie de collado, donde las vistas se amplían hasta el Tozal de Guara |
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Donde a mano izquierda, localizo un sendero, por el que asciendo |
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Al vértice geodésico del Pico Gratal, rodeado de un manto de erizones |
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Después, continúo el descenso por el cordal, por un sendero que resulta lo suficientemente cómodo, para ir observando el panorama |
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Avanzando a buen ritmo, hasta llegar a la zona baja, donde los erizones se entremezclan con algunos pinos |
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En el que se ubican, algunos de los pozos de hielo de Las Calmas, que casi pasan desapercibidos |
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En este lugar, puedo bajar por el barranco de San Antón, pero prefiero, subir al pico de la Calma, por un sendero |
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Que en fuerte ascenso, me lleva hasta el mojón que marca la cima, desde el que disfruto de las vistas hacia la zona de Monte Perdido |
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Collarada, Somola, la zona del Aspe |
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El pico del Águila y el Tozal de Guara |
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Para acto seguido, continuar el descenso por el cordal, por una trocha que poco a poco |
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Se va difuminando, pero con paciencia y buscando los pasos más claros |
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Alcanzo la cima de la Calma Baja |
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Desde la que inicio el descenso por la arista, siguiendo una trocha |
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Por la que atravieso un manto de erizón, en el que me dedico a observar las aguas turquesas del embalse de Arguis y los Pirineos |
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Saliéndome de la trocha, que recupero haciendo una diagonal, para continuar el descenso |
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Tomando de referencia una torre de alta tensión, por la que paso y salgo al sendero cerca de la presa, que cruzo, finalizando el recorrido |