Llegar hasta Alquezar es bastante sencillo, vamos por la A-23 hasta Huesca (sin entrar) y después cogemos la N-240 dirección Barbastro hasta enlazar con la A-22, cogiendo el desvío hacia Abiego. Aparcar en Alquezar esta prohibido, y hay varios aparcamiento públicos a las afueras.
El coche lo dejamos en el aparcamiento, que se encuentra en lo alto del pueblo, descendemos hasta la colegiata, vamos hasta la parte trasera, donde se sitúa un mirador, en el que podemos ver el barranco por el que discurre la ruta.
Desde el mirador, comenzamos la ruta, los primeros metros discurren por un suelo adoquinado, con tramos de escalera, enseguida tomamos un desvío a mano derecha, que en un ligero descenso nos lleva hacia el interior del barranco de la Fuente.
A los pocos metros de tomar el desvío, comienzan los tramos de pasarelas de madera, equipados con sirga a ambos lados, que nos permiten salvar con facilidad los tramos más complicados. El peque esta encantado y se pone el primero todo el rato, el quiere "hacerlo el solo" y no quiere la ayuda de los mayores.
Prácticamente en esta primera parte, todo el recorrido se encuentra equipados, mientras descendemos por el barranco, vamos alternando tramos de pasarelas, con escaleras de madera y un pequeño tramo con sirga, para evitar una caída en un tramo empedrado.
A medida que nos vamos acercando al cauce del río Vero, la vegetación se espesa, en ella podemos ver litoneros, higueras, sabinas, bojes, arces y saucos, entre muchos otros, la zona es espectacular.
Tras pasar una corta pasarela de madera, llegamos a una intersección, a mano derecha hacia la central hidroeléctrica y a mano izquierda a la Cueva de Picamartillo, nosotros primero vamos hacia la cueva y después volveremos hasta este punto para ir a la central que es por donde va la ruta.
Continuamos caminando, por un camino de piedras, poco trazado, y en un par de minutos llegamos a la Cueva de Picamartillo, una gran oquedad abierta en la roca caliza por la incesante labor erosiva del río a lo largo de millones de años.
Como el caudal del Vero, esta muy menguado, por las pocas precipitaciones, en los últimos meses, pasamos al interior de la cueva, donde hacemos una parada, para que el peque juegue un rato tirando piedras, mientras tanto aprovecho para realizar unas fotografías de la cueva, y las vistas que hay desde ella.
Para salvarlo, vamos por un tramo de pasarelas metálicas, sujetas a la roca, tras pasar este primer tramo, y tras jugar a la rana, pasamos por debajo de una gran higuera.
Por unos minutos dejamos las pasarelas y vamos a ras del cauce del Vero, por un amplio sendero, el peque, se lo esta pasando pipa, y va corriendo a descubrir el próximo tramo, que es otra pasarela metálica, por la que superamos una presa y en la que se pueden ver restos de un azud, y la canalización, que llevaba el agua antiguamente a un molino harinero y posteriormente a la Central hidroeléctrica.
Bajo la presa, se ha formado una gran poza, con el agua cristalina, a la que bajamos por unas escaleras talladas en la roca. A pesar de que estamos a finales de Septiembre, no puedo resistirme a darme un baño, el agua esta fría, pero con unas cuantas brazadas, entro rápidamente en calor.
Después de ponerme un poco al sol, para secarme, ya que no llevo ni bañador ni toalla, continuamos la ruta por un estrecho sendero, pasamos por debajo de una gran roca, y enlazamos de nuevo con otro tramo de pasarelas metálicas, que nos lleva hasta la antigua central eléctrica.
La central se construyo a principios del S.XX para aprovechar las aguas de los barrancos y los ríos de la zona, y obtener electricidad, estuvo en marcha hasta el año 1964, en la actualidad esta parada, pero hay un proyecto de rehabilitación, para utilizarla como centro de interpretación del barranquismo en el río Vero y como refugio, pero con la que esta cayendo, me da a mí, que para día lo veremos en funcionamiento.
A partir de este punto, nos toca subir hasta Alquezar, para ello, continuamos por un amplio sendero en continua subida, desde el que podemos contemplar por donde va el río. Después de una curva, llegamos hasta un desvío, debidamente señalizado, tomamos el que va hacia la derecha y tras pasar varios campos de olivos, llegamos a la Iglesia de San Miguel, donde damos por finalizada la ruta.
Unos metros más abajo hay un mirador con varios bancos de piedra, y una buena sombra, mi mujer y el peque, se quedan allí, mientras yo me acerco al coche a coger la comida, después de comer, nos vamos a Rodellar, para hacer alguna ferrata, pero eso es otra historia.
Estuve en Alquezar antes de verano y me encantó. Hicimos barranquismo y una ferrata, pero me quedé con las ganas de recorrer las pasarelas. Las ví un par de veces, pero sin tiempo para caminar.
ResponderEliminarA ver si en una próxima visita...
Saludos
Si me acuerdo que hicisteis el Peonera bajo. La ruta es muy sencilla, pero muy bonita, se puede hacer en poco más de una hora, así que para la próxima, ya sabes, saludos
EliminarYo empecé en esto del monte casi de la misma manera que tu peque, cuando era pequeño mis padres me llevaban de acampada y a hacer excursiones fáciles. Como anécdota, no me gustaba nada andar.......y mira ahora, que estoy deseando que se acabe la semana para salir al monte a patear, escalar, barranquear o lo que se tercie......ja,ja,ja.
ResponderEliminarSalud(os)
La idea es llevarlo alguna ruta, que se corta y se lo pase bien, y esta lo cumple con creces. Haber si le gusta y se aficiona, así cuando crezca se llevará a su padre con el, jaja, saludos
EliminarHola Eduardo;
ResponderEliminarCiertamente el itinerario es muy sencillo y apto para casi todas las edades.
Seguramente llevará las mismas aficiones que su padre. Creo que a casi todos nos ha pasado prácticamente lo mismo.
Te paso el siguiente enlace por si te interesa...
http://chescomontanias.blogspot.com.es/
Un saludo,
Chesco
Hola Chesco, haber si hay suerte y le gusta este mundillo, de todas formas me conformo con algún paseo de estos de vez en cuando. En cuanto tenga un rato me paso por tu blog y le hecho un vistazo, un saludo
EliminarQué maravilla, la cueva preciosa, el puente creo que me daría miedo!!!
ResponderEliminarEste paseo me encanta, la pena es que no se les ocurra hacer una ferrata en semejantes paredones.Sera porque turisticamente no lo necesitan. Un saludo.
ResponderEliminarUna ferrata en esta zona, estaría genial, eso si, de hacerla que fuera en condiciones, porque para hacer una como la del Puente de Rodellar, mejor nada. Saludos
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