miércoles, 24 de agosto de 2011

El Hayedo de Carlac


Tercer y último día en el Valle de Aran, del cual nos llevamos un grato recuerdo, antes de volver a Zaragoza, nos apetece realizar una ruta de senderismo, de entre todas nos decantamos por una circular por el Hayedo de Carlac, en la población de Bausen, a las puertas de la frontera con Francia. Para descargar el track, haz clic en el símbolo de Wikiloc.



El acceso a la población está restringido, ya que una vez, dejaron bloqueada la entrada, y una ambulancia no pudo entrar, así que lo dejamos aparcado a un lado de la carretera.
Nos ponemos las mochilas, y callejeamos por las bonitas calles de Bausen, hasta que llegamos a la parte alta, donde enlazamos con una amplia pista de tierra, junto a la Iglesia Iglesia de Sant Péir Ad Vincula del S.XVIII, y de estilo barroco.

A pesar de ser verano, el día amenece nublado y con algo de niebla, el piso se encuentra algo húmedo, en apenas cinco minutos llegamos a la pequeña Ermita de Sant Roc, que se encuentra cerrada, pero cuyo interior podemos ver por las rejas.

A tan solo unos metros, hay un gran tilo centenario, en este punto abandonamos el camino principal, para acercarnos a visitar el cementerio civil, conocido como el cementerio de Teresa, y que tiene una triste historia, según cuenta los aldeanos, sobre el S.XX una pareja de novios quería casarse, pero el cura no quiso casarlos ya que al parecer tenían algo de parentesco, eso si, si pagaban una cierta cantidad el no tenía ningún problema en casarlos. Como eran bastante pobres y no tenían dinero se casaron por lo civil, pasaron unos años y tuvieron dos hijos, al poco de tener el segundo hijo Teresa murió con 33 años.

Como no estaban casados por la iglesia el cura no permitió que la enterraran en el cementerio parroquial así que los vecinos construyeron uno y la enterraron allí, donde hasta hoy tan solo se encuentra su tumba.







Volvemos sobre nuestros pasos hasta llegamos al camino principal, que pertenece al GR.211.2. y está balizado con marcas blancas y rojas.

A medida que avanzamos la pista desaparece y se convierte en un estrecho sendero, que nos conduce por un desfiladero, por el que vamos ganando altura poco a poco, y desde el que obtenemos unas fantásticas vistas del Valle de Toran, la población de Canejan y el rió Garona. 

Chino a Chano, nos vamos acercando al Hayedo de Carlac, principal punto de interés de la ruta, por el camino vamos viendo la flora de la zona como unos ejemplares de Helianthemun oelandicum y Globularia nudicaulis, esta última muy conocida por todo el pirineo, hasta que llegamos a las primeras estribaciones del Hayedo donde ya podemos ver las primeras hayas y algunos helechos.





Una vez en el Hayedo de Carlac nos lo tomamos con calma, la ruta es corta y nada exigente así que vamos dando un paseo por el hayedo que nos envuelve con sus grandes hayas que nos protegen del sol, aunque hoy no es el día para ello. Por el camino nos encontramos con un un antiguo abrevadero construidos con grandes losas y que todavía permanece en pie y algunos ejemplares de setas y hongos que como no los conocemos mejor los dejamos donde están. 

Pasamos por una zona con bastante barro por lo que es aconsejable ir con calzado de montaña, nada más pasar nos detenemos un momento para beber un poco de agua y nos quedamos mirando un enorme tronco tirado en el suelo que nos hacen pensar como sería cuando se encontrase todo su esplendor.








Tras una breve pausa, continuamos por el sendero, que después de un corto descenso, nos deja junto al cauce del  Arriu de Carlac (Rio de Carlac), que al ser verano no lleva mucho caudal y que sorteamos utilizando un tablón que sirve de pasarela.

Nada más sortear el Arriu de Carlac, pasamos otra zona de barro ocasionado seguramente por la proximidad del rio, en esta zona podemos ver un bonito ejemplar de Escutellaria alpina y otro de Tussilago farfara  a partir de este punto, el camino se va endureciendo, las primeras rampas, vamos ganando altura de forma suave, hasta que llegamos a un desvío debidamente señalizado, donde enlazamos con una larga y dura pendiente, con porcentajes de hasta el 10%, que nos deja en la parte más alta de la ruta.









Por unos instantes, nos apartamos del sendero principal para ver una cabaña de pastores que todavía se mantiene en pie y contemplar las vistas de la zona, aunque la niebla no deja ver mucho.

Volvemos de nuevo al sendero principal para comenzar la bajada que nos lleva de nuevo a pasar por el Arriu de Carlac, habilitado como anteriormente por un tablón que nos sirve de pasarela, debido a la humedad que produce el río, y el hayedo, que apenas deja pasar el sol, nos encontramos con varios tramos embarrados, que a veces sorteamos por los laterales del sendero y otras simplemente pasamos por el centro, que para eso están las botas.






Ya casi fuera del hayedo aprovechamos para hacer las últimas fotografías, y en un momento llegamos a Coret de Pan, una extensa pradera donde predomina el matorral bajo, el helecho y donde vemos pastar a un grupo de vacas. Continuando con el descenso cada vez más pronunciado ya podemos ver a lo lejos las Bòrdes de Sacrotz y de Cap des Camps (que son edificaciones en las que vivían los pastores y guardaban el ganado) a las que llegamos en poco más de diez minutos.






Al poco de pasarlas, abandonamos el sendero para coger una amplia pista forestal, como vanos sobrados de tiempo nos detenemos para hacer alguna fotografía, en la que destaca un gran ejemplar de Achillea millefolium y un Endrino.

Siguiendo la pista ya podemos ver las primeras casas de Bausen, donde hay una gran fuente de la que no bebemos al ir sobrados de agua, y no estar seguros de si es potable, ya en el pueblo callejeamos hasta llegar a la carretera donde tenemos aparcado nuestro coche para dar por finalizada esta bonita ruta.





4 comentarios:

  1. Hola Eduardo,
    Ultimamente escribes comentarios en mi blog. Al igual que yo, veo que eres de Zaragoza. ¿Nos conocemos?. Ya sabes que Zaragoza es un pueblo....
    Saludos,

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  2. Hola Rubén, a pesar de ser de Zaragoza, yo creo que no nos conocemos, aunque Zaragoza no es grande y fácil que hayamos coincidido sin saberlo, Saludos

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  3. Esta ruta tiene una dificultad que se ajusta a nuestras posibilidades y además es preciosa :)

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  4. Preciosa la ruta.. Gracias a las pocas ganas de andar de tu mujer, tuviste ocasión de conocer un entorno precioso!! como ves, la belleza no esta siempre en la dificultad.
    Por cierto, me ha encantado la historia del cementerio de Teresa!

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