Nosotros, hoy la realizamos desde el aparcamiento de la Fuente de los Frailes, dejamos el coche, nos ponemos los bártulos y cogemos la amplia pista de tierra, durante unos metros, hasta que llegamos a una curva, donde tomamos un estrecho sendero, que nos conduce por el interior de un espeso bosque, en el que destaca el pino, el haya y el roble.
El sendero de vez en cuando, nos saca de nuevo a la pista principal, pero enseguida, nos introduce de nuevo en el pinar, chino a chano, vamos subiendo, y en apenas tres cuartos de hora, nos plantamos en el Santuario de Nuestra señora del Moncayo.
En este punto realizamos una breve parada, para echar un trago, enseguida reemprendemos la marcha, y transcurridos cien metros, llegamos a un desvío debidamente señalizado, donde cogemos el sendero que parte a nuestra derecha, hacia el circo de San Miguel, y que después de varias lazadas, nos introduce en el interior de un bosque.
A medida que vamos subiendo, el piso se vuelve pedregoso, la masa boscosa, va decreciendo, y en la lejanía podemos ver el Santuario. Justo cuando los árboles desaparecen, llegamos a la base del Circo de San Miguel, desde donde parten las dos rutas principales de ascenso al Moncayo.
Desde la base, continuamos hacia el lado izquierdo del circo, donde cogemos una estrecha senda, con el suelo pedregoso, y una fuerte pendiente, con la que vamos ganando altura poco a poco. La senda esta muy definida, debido a la multitud de gente, que sube todos los años, pero debido a la fuerte pendiente, y que continuamente va zigzazeando, se nos hace un poco larga.
Una vez arriba, llegamos a la cumbre del Cerro de San Juan (2283 m), desde la que podemos unas buenas vistas del Circo de San Miguel, y de las tierras de Soria.
En este punto, nos detenemos un instante, para abrigarnos, ya que el cierzo, hace acto de presencia, y la sensación térmica es bastante baja, desde el cerro, podemos ver la cima del Moncayo, que se encuentra atestada de gente.
Sin más dilación, nos ponemos en marcha, y continuamos rectos, por el collado del Alto de las Piedras, donde se encuentra el límite imaginario de provincias, tras una sencilla y corta subida, llegamos a la imagen de la Virgén del Pilar, y unos metros después al vértice geodésico, que marca la cima del Moncayo, con sus 2.316.
Debido a la cantidad de gente que hay (parecen las rebajas del Corte Inglés), nos toca esperar un rato para hacernos la foto de rigor, una vez hecha, nos refugiamos en uno de los vivac, para echar un bocado.
La vuelta la realizamos por el mismo camino, y en el albergue nos detenemos una rato para echarnos una cervecita.
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