La
sierra del Moncayo, tiene una extensión de 25 kilómetros de largo
por 8 kilómetros de ancho, siendo su máxima elevación con sus
2.314 metros, el pico Moncayo o San Miguel, situado entre las
provincias de Zaragoza y Soria.
Desde
el punto de vista geológico, el espacio está dominado por
materiales silíceos (areniscas, lutitas, conglomerados) que
constituyen el núcleo del macizo, si bien en las zonas periféricas
aparecen materiales calcáreos (calizas y dolomías).
Con
dos vertientes claramente diferenciadas, la cara Sur es más soleada,
contiene una representación de pinares, encinares, quejigos o arces,
que en las zonas altas dan paso a los sabinares rastreros con efedras
y cojines de monjas, que sobre un suelo calizo erosionado por el
agua a lo largo de los siglos, a formando un sinfín de barrancos,
simas o cuevas.
En
contraste, la cara Norte es más húmeda y fría. Alberga bosques
húmedos, dispuestos en pisos altitudinales, en función de
sus requerimientos de humedad y temperatura, situándose en las
zonas más bajas los encinares, que dan paso a mayor altitud a
rebollares y hayedos, enlazando en las partes altas con frondosos
pinares de pino silvestre, que a partir de los 1.700 metros son
formados de pino negro, siendo ambas especies fruto de una
repoblación, debido al pastoreo intensivo y al carboneo, que dejo
desnudo una importante parte del monte.
Para la jornada de hoy, en compañía de Carlos (Zancadas Ligeras), queremos subir a la cima de la Peña Negrilla, también conocida como el Moncayo de Castilla, partiendo del término municipal de Aldehuela de Ágreda, donde cogeremos una senda tradicional recientemente recuperada, que atraviesa el hayedo de la Hoyada, para una vez coronada, regresar por el barranco de Agramonte y el hayedo de las Canalejas.
Desde Cuarte de Huerva, partimos temprano hacia la población soriana de Aldehuela de Ágreda, situada a las faldas del Moncayo, donde en vez de dejar el coche en su núcleo urbano, preferimos hacerlo un poco más arriba, en el refugio de Ágreda, así que un kilómetro antes de llegar, cogemos a mano derecha una pista de tierra en buen estado, por la que alcanzamos el refugio, en el que dejamos aparcado el coche en un apeadero junto a la pista.
Mientras
preparamos las mochilas, comemos un plátano y echamos un trago de
agua. Cuando el reloj marca las 9, iniciamos la circular,
retrocedemos unos metros por la pista, hasta el inicio de la senda,
en la que se encuentra un panel informativo con las dos circulares
que recorren el hayedo de la Hoyada; la corta que va hasta los
neveros del Moncayo y la larga, que sube hasta le Peña Negrilla, cuya
cima Norte vemos desde aquí, pero que arriba que esta!
Sin
apenas detenernos, cogemos la senda balizada con las marcas blancas y
azules, que rápidamente dirección Sur nos adentran en el hayedo de
la Hoyada, un espectacular bosque de hayas, en el que la mano del
hombre hace años que no lo ha modificado, ya que la senda que se
utilizaba antiguamente para acceder a los neveros del Moncayo,
situado en los Cejos, quedo cerrada por la vegetación, siendo
recuperada hace un año, por un grupo de amigos montañeros de la
población de Ágreda y el ayuntamiento.
Tras
unos primeros compases con una pendiente moderada, la senda gana en
inclinación, lo que nos obliga a caminar pausadamente disfrutando
de este mágico bosque de hadas, que nos lleva paralelos al barranco
de la Hoyada (barranco de los Prados según los mapas), que hace de frontera natural, entre el pinar situado
en la margen derecha y el hayedo de la margen izquierda, por el que avanzamos observando como los rayos de sol van
penetrando en el interior del bosque, reflejándose en las hojas de
las hayas, potenciando aún más si cabe el color.
Sobre
la cota 1.620 metros, alcanzamos un cruce de sendas, donde tenemos la
posibilidad de ir al Peirón de Peña Rajada, para luego subir por el
cordal a la Peña Negrilla, opción que dejamos para otra ocasión,
para continuar por la senda principal hacia los Neveros y la Peña
Negrilla, atravesando el hayedo en el que notamos como a medida que
vamos ganando desnivel, va clareando, mientras vemos como algunos
pinos se van entremezclando con las hayas, señal inequívoca de que
el bosque se va terminando y por ende la sombra, así que nos detenemos un instante para quitarnos el cortavientos.
Después,
salimos a cielo abierto, atravesamos una sencilla pedrera, para acto
seguido continuar por la senda jalonada con algunos pinos negros, a
los que nos acercamos buscando la sombra, hasta que sobre la cota
1.780 metros, el arbolado da paso a una vegetación arbustiva que
cubre toda la ladera que conforma la cima Norte de la Peña Negrilla,
que vemos desde aquí.
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Desde el refugio de Ágreda, cogemos la senda donde al fondo vemos la cima Norte de la Peña Negrilla |
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Que rápidamente nos adentra en el hayedo de la Hoyada |
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Un espectacular bosque de hayas, apenas tocado por la mano del hombre |
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Que tras unos compases con una pendiente moderada, pronto gana en inclinación |
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Lo que nos obliga a caminar pausadamente, disfrutando del bosque, paralelos al barranco de la Hoyada |
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Tomando de referencia las marcas blancas y azules, del sendero local |
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Observando como los rayos de sol van penetrando en el bosque, potenciando más el color |
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Hasta que sobre la cota 1.620 metros, alcanzamos un cruce de sendas |
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Donde podemos ir al Peirón de Peña Rajada o a los Neveros y la Peña Negrilla |
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Opción está última que es la que escogemos, para continuar subiendo por el hayedo que va clareando |
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Mientras vemos como algunos pinos se entremezclan con las hayas, señal de que el bosque finaliza |
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Una vez a cielo abierto, atravesamos un corta pedrera |
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Que da paso a una senda salpicada de pinos negros, hasta que sobre la cota 1780 metros |
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El arbolado de paso a una vegetación arbustiva, que puebla la cara Norte de la Peña Negrilla |
Tomando
de referencia las marcas blancas y azules, salimos definitivamente a
cielo abierto, atravesamos una espesa manta
arbustiva, compuesta principalmente por enebros rastreros y retama, ya
florecida, que pone el color a un paisaje, donde disfrutamos de las
vistas hacia la llanura, alcanzando el chozo pastoril del refugio
de los Cejos, en el que se sitúa un curioso banco de forja, para
continuar por la senda, que desemboca en el collado de los Cejos.
En el collado, la senda da paso a un amplio camino de tierra totalmente llano, por el que avanzamos gozando de la amplia panorámica que tenemos, con un primer plano de la sierra del Madero, además de otras más lejanas como la sierra Cebollera, los picos de Urbión y la sierra de la Demanda, estás dos
ultimas todavía con nieve, mientras a nuestra izquierda observamos
como se elevan las dos cimas de la Peña Negrilla, la inferior
conocida como Peña Negrilla Norte o Cerro Cagalobos y la principal
como Peña Negrilla o el Moncayo de Castilla.
Parcialmente
recuperados, llegamos a un desvío perfectamente señalizado, donde
abandonamos el camino por el que podíamos regresar hasta el
aparcamiento por el Canto Hincado, para tomar la senda que nos ha de
llevar a la cima de la Peña Negrilla Norte, en el que a pie de senda, nos detenemos para ver los restos de uno de los
cuatro neveros ubicados en los Cejos, que se construyeron debido al
auge del comercio de la nieve vivido entre los siglos XVI y XIX.
Mirando
sus dimensiones, nos quedamos pensativos al imaginar la dura tarea
que debía suponer pisar la nieve para que se compactará hasta
convertirla en hielo, para después cortarla en bloques y bajarla por
el hayedo, sin duda aquellos hombres estaban hechos de otra de otra
pasta.
Después, continuamos por la senda que nos conduce hasta la base de la
Peña Negrilla Norte, donde desaparece entre un canchal, por
el que avanzamos a tramos buscando los hitos que hay colocados a lo
largo de la ladera y a tramos, por donde mejor nos parece, realizando
pequeñas lazadas que nos permiten subir por el firme canchal, más
cómodo de la esperado, echando de vez en cuando una mirada atrás, para comprobar como la panorámica se va ampliando, dejando ver otras sierras colindantes, como la querida sierra del Tablado, hasta llegar a la cima de la
Peña Negrilla Norte, rodeada de un círculo de piedras, en la que
descansamos mientras comemos.
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Tomando de referencias las marcas blancas y azules, atravesamos una espesa manta arbustiva |
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Donde disfrutamos de las vistas hacia la llanura |
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Alcanzando el chozo pastoril del refugio de los Cejos, en el que hay un curioso banco de forja |
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Para continuar hasta el collado de los Cejos, donde la senda da paso a un amplio camino por el que avanzamos |
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Gozando de una amplia panorámica, hacia las sierras del Madero, Cebollera, la Demanda y los Picos de Urbión |
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Mientras a la izquierda, asoman las dos cimas de la Peña Negrilla |
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Tras unos 300 metros, llegamos a un cruce, donde abandonamos el camino que va a el Canto Hincado |
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Para tomar a mano izquierda una senda, en la que vemos uno de los cuatro pozos de nieve de los Cejos |
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Después, continuamos por la senda hasta la base de la Peña Negrilla Norte |
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Donde desaparece entre un canchal, por el que subimos a ratos por donde nos parece |
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Y otros siguiendo los hitos |
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Echando de vez en cuando una mirada atrás, para observar en la llanura la sierra del Tablado |
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Hasta alcanzar la parte superior de la loma redondeada |
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Que conforma la Peña Negrilla Norte, también conocida como Cerro Cagalobos, en la que descansamos |
Tras
reponer energías, continuamos por una senda por la que caminamos por
el amplio cordal, admirando la cara Norte por la que subiremos desde el
collado de Castilla o Pasalobos y por la “directa”, por la que
queremos bajar, mientras nos acercamos a la visible cima de la Peña
Negrilla, deteniéndonos un instante en otro chozo pastoril que sirve
de refugio, donde comprobamos el grosor de sus muros.
Después,
recuperamos la senda por la que en suave ascenso llegamos a la cruz
que marca la cima de la Peña Negrilla, también conocida como el
Moncayo de Castilla, que con sus 2.118 metros, es el dos mil más
occidental del macizo del Moncayo y el más alto del Moncayo soriano,
donde las vistas se amplían, pudiendo disfrutar de la sierra de la Virgen.
En
la cima, nos cruzamos con los primeros montañeros, se nota que nos
estamos acercando al Moncayo!. Nos saludamos, para actor seguido
comenzar el descenso hacia el collado de Castilla o Pasalobos,
dejando a un lado la senda marcada con hitos, para bajar de forma
directa por el firme canchal, siempre con la imponente cara Norte del
Moncayo, a la que vamos mirando de reojo, cuando llegamos a la muga
que marca el collado de Castilla, que delimita las provincias de
Zaragoza y Soria, donde echamos una mirada atrás para contemplar
desde aquí la Peña Negrilla.
En
este punto, tenemos que tomar una decisión importante: continuar con
la circular original o incluir en está la ascensión al Moncayo, que
el día anterior sugirió el amigo Carlos. Si bien mientras subía
las duras rampas del hayedo, la idea de subir se me hacía
impensable, ahora recuperado del esfuerzo y viendo que corre una
fresca brisa, al final me animo.
Así
que desde el collado de Castilla, dejamos a nuestra izquierda la
senda que baja paralelo al barranco de Castilla o Agramonte, por la
que más tarde enlazaremos para bajar hasta el refugio, para
continuar por la senda que nos lleva hasta la base de la cara Norte
del Moncayo, en la que enlazamos con la trocha que realizando
pequeñas lazadas, nos va permitiendo ganar poco a poco lo casi 300
metros de desnivel que nos separan de la cima, siempre atentos a los
hitos, porque aquí si, perder la trocha supondría un esfuerzo
superior.
Con
más soltura de lo esperado, seguimos avanzando, en ocasiones echamos
una mirada en rededor donde buscamos con la mirada la Cueva de
Agreda, cuya carretera de acceso divisamos con la sierra del Tablado
a su izquierda, mientras a nuestras espalda observamos el cordal que
une las dos cimas de la Peña Negrilla, que hemos recorrido hace un
rato, con la sierra de la Demanda de fondo.
A
medida que vamos ganando desnivel, la tranquilidad con la que hemos
caminado hasta ahora, se va esfumando, el gentío comienza a notarse,
suben, bajan, presagio de que la cima ya está cerca, coronando la
cima del Moncayo tras poco más de tres horas y media, donde pasamos
de largo el vértice geodésico, en el que como suele ser habitual
hay que sacar ticket, para irnos a uno de los vivac de la cumbre, en
el que nos vamos a refugiar, pero como la gente es tan guarra y tira
los restos de comida en su interior, el vivac está plagado de
moscas, por lo que preferimos comer fuera, apoyado en sus muros.
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Tras reponer energías, continuamos por la senda que recorre el cordal |
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Observando la cara Norte del Moncayo, mientras nos acercamos |
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A la visible cima de la Peña Negrilla, deteniéndonos un instante en otro chozo pastoril |
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Para acto seguido, recuperar la senda por la que subimos a |
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La Peña Negrilla coronada por una cruz metálica |
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Donde las vistas se amplían a la sierra de la Virgen |
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En la cima, comenzamos el descenso hacia el collado de Castilla, dejando a un lado la senda |
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Para continuar monte a través, hasta alcanzar la muga que marca el collado de Castilla o Pasalobos |
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Obviando el sendero que baja al barranco de Agramonte, para seguir rectos hacia la base de la cara Oeste del Moncayo |
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En la que enlazamos con la trocha que realizando pequeñas lazadas, nos permite ganar poco a poco desnivel |
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Echando de vez en cuando una mirada en rededor, buscando la Cueva de Ágreda |
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Y a nuestra espalda, las dos cimas que conforman la Peña Negrilla |
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A medida que vamos ganando desnivel, la soledad que nos ha acompañado durante todo el recorrido |
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Se va esfumando, síntoma de que alcanzamos la cima del Moncayo, tras poco más de tres horas y media |
Para
la vuelta, tenemos tres opciones, regresar sobre nuestros pasos hasta
el collado de Castilla, que es la que barajamos, hacerlo por la vía
normal hacia el Santuario del Moncayo o una tercera que es conocida
como “la directa”, que es la vía más rápida de acceso a la
cima desde el aparcamiento de Haya Seca, que se utiliza para subir en
invierno con los esquíes de travesía o con raquetas, que es la que
nosotros queremos explorar para hacerla el próximo invierno, aunque
sabemos que no hay rastro de trocha, ni senda, lo que nos inclina a
realizar la primera opción.
Mientras
Carlos termina de comer, yo me acerco hasta el inicio de la pala, la
verdad que no me apetece nada bajar por allí, porque me imagino lo
que vamos a encontrar, se lo digo a Carlos y le parece bien, pero
mientras recojo la mochila Carlos se acerca al borde y muy
“entusiasmado” me llama con la mano para que vaya … este quiero
bajar, seguro!
Como
ya nos conocemos, me acerco, me comenta que “no se ve mal”, ¿no?,
le miro y tira para abajo, que ya nos conocemos, así que por medio
del canchal iniciamos el descenso por “la directa”, tomando de
referencia la franja de pinos que se encuentra al final, por donde
discurre la senda de los Cazadores, que rodea la cara Norte del
Moncayo, buscando siempre las zonas de roca, evitando las retamas, en
las que se acumulan nubes de mosquitos y tirando siempre ligeramente
hacia el Oeste, para intentar coger la senda de los Cazadores, lo más
arriba posible.
Pensando
que los únicos inconsciente que bajamos por allí éramos nosotros,
unos metros más abajo vemos que a otro se le ha
ocurrido también la brillante idea de bajar por aquí, Carlos le
silva para hacerle notar nuestra presencia y nos espera. Charrando
con el, al final resulta que es el hermano del “Patillas”, que
suele acompañar a Daniel del blog “Crónicas Montañeras”, en
sus peripecias por la montaña, que pequeño es el monte!
Nos
comenta que va a bajar a Agramonte por el barranco de Agramonte o de Castilla, pero
que a decidido bajar por aquí para ver los restos de los dos aviones
americanos que se estrellaron en los años 80 por causa de la niebla
(un cazabonbardero F-16 en el año 1984 y un Hércules C-130 en el
año 1986), por lo que decidimos formar un trío, para ir
descubriendo algunos restos que se encuentran diseminados a lo largo
de la pedrera, en la que conseguimos dar con parte de la cola del
F-16, las dos ametralladoras, que están en muy buen estado para llevar aquí más
de tres décadas y una de las turbinas, además de algunos restos del
Hércules.
Tras
echar un ojo a la turbina, decidimos que es hora de acortar, así que
tiramos todo lo que podemos hacia el Oeste, hasta enlazar con la
senda de los Cazadores, por la que rodeamos a media ladera la cara Norte hacia el barranco de Agramonte, hasta que entramos en un bonito
bosque de pino negro, por el que caminamos hasta alcanzar el gran
hito que marca la entrada de la senda de los Cazadores y en nuestro
caso, el enlace con el barranco de Agramonte, en el
que decidimos hacer una pausa a la sombra de los pinos, para reponer
fuerzas.
Después,
nos ponemos en marcha, cogemos la senda que baja paralela al barranco, algo perdedora en sus primeros metros, pero que
rápidamente se vuelve más clara, para adentrarnos de nuevo en un
bonito pinar, en el que a medida que vamos perdiendo desnivel se va
entremezclando con algunas hayas, hasta que estás se apoderan del
entorno, estamos en el hayedo de Peña Roya.
A
estas horas se agradece la sombra, al ser cara Norte la humedad se
hace latente en el entorno, el musgo cubre las rocas, el verde de las
hayas nos cubre, mientras el sol realza el color de las hojas, por lo
que vamos descendiendo chino a chano, disfrutando del entorno, hasta
que la senda desemboca en la pista de Peña Roya.
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Para la vuelta, elegimos "la directa", para ello, iniciamos el descenso por medio del canchal |
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Tomando de referencia la franja de pinos por la que discurre la senda de los Cazadores |
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Encontrando a nuestros pasos los restos de un F-16, entre los que destaca las dos ametralladoras |
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Y una turbina, además de algunos fragmentos de un Hércules |
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Tras echar un ojo a la turbina, seguimos bajando tirando siempre hacia el Oeste |
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Donde el cordal de la Peña Negrilla se vuelve hacer visible |
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Enlazando con la senda de los Cazadores, por la que nos encaminamos hacia el barranco de Agramonte |
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A media ladera |
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Hasta introducirnos en un bonito bosque de pino negro |
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Por el que llegamos al gran hito que marca el cruce del barranco de Agramonte, en el que descansamos |
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Después, cogemos la senda algo difusa al inicio, que va paralela al barranco |
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Que rápidamente se vuelve más clara y nos introduce de nuevo en el pinar |
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En el que a medida que vamos perdiendo desnivel, se entremezclan con algunas hayas |
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Hasta que estás se apoderan del entorno, estamos en el hayedo de Peña Roya |
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Al ser cara Norte, la humedad se hace latente, la sombra se agradece |
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Y vamos bajando chino a chano, hasta llegar a la pista de Peña Roya |
En
este punto, nos despedimos de Javi, mientras el retrocede unos metros
por la pista para coger la continuación de la senda del barranco de
Castilla, nosotros tomamos otra sin señalizar, que se encuentra
justo en la curva, al lado de un cartel señalizador, por la que nos
adentramos de nuevo en el hayedo, cruzando el barranco de Agramonte,
que todavía en este tramo baja prácticamente seco.
Una
vez en la margen izquierda, seguimos caminando por la senda en ligero
descenso paralelos al barranco, disfrutando de este tupido hayedo,
que en ocasiones se abre ligeramente, pudiendo disfrutar de la cara
Norte del Moncayo, donde mentalmente recorremos el tramo de pedrera
por el que hemos descendido.
Cuando
el bosque se abre ligeramente, enlazamos con el camino por el que discurre el hayedo de las Canalejas, en el que podemos retroceder
para bajar unos metros paralelos al barranco de Agramonte y enlazar
con la pista del refugio de las Canalejas o seguir por la parte
superior, opción que elegimos ya que el calor comienza a notarse a
pesar de llevar un buen rato a la sombra, por lo cual tomamos el
camino por el que discurre la circular del PRC-SO79 “Hayedo del
Moncayo” en el sentido de las agujas del reloj.
Tomando
de referencia las marcas blancas y amarillas, caminamos disfrutando
del hayedo de las Canalejas, que junto con el de la Hoyada y Peña
Roya, conforman uno de los hayedos más meridionales de Europa, que
ahora vamos atravesando, alternando largos tramos de bosque con
pequeñas zonas despejadas, debido a que los ejemplares son de menor
porte y se entremezclan con algunos robles, aunque en las laderas
el espesor apenas deja filtrar los rayos de sol.
Poco
a poco, vamos llegando al final del camino, entre las hayas ya
intuimos la pista que viene del refugio de las Canalejas, cuyo cruce
alcanzamos unos metros más adelante, tomando el camino que dirección
Oeste nos lleva hacia el Canto Hincado, donde notamos como las hayas
se van entremezclando con los coloridos acebos, para más tarde dar
paso al pinar, en el que intentamos ir por un extremo del camino,
aprovechando la poca sombra que ofrecen, mientras disfrutamos del
skiline de sierras colindantes que tenemos, además de la población
de Vozmediano, fácilmente reconocible por el castillo que corona el
cerro sobre el que se asienta, alcanzando después de casi ocho horas
de caminata, el refugio de Ágreda, donde cerramos está magnífica
circular, por un terreno inicialmente desconocido (hayedo de la
Hoyada), en el que sin duda tendremos que escudriñar las otras
alternativas.
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Una vez en la pista, retrocedemos unos metros hasta una curva, en el que a mano izquierda |
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Cogemos una senda, por la que nos internamos en el hayedo |
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Cruzando el barranco de Agramonte |
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Aprovechando algunos claros para fotografiar la cara Norte del Moncayo |
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Cuando el bosque se va abriendo |
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Enlazamos con el hayedo de las Canalejas, siguiendo el camino por el que discurre el PRC-SO79 |
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En el que vamos alternando largos tramos de tupido bosque |
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Con pequeños tramos despejados, debidos al poco porte de las hayas y algún roble a pie de camino |
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Aunque en las laderas, el espesor es tal, que apenas deja pasar la luz del sol |
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Cuando intuimos al otro lado, la pista que viene del refugio de las Canalejas |
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Alcanzamos un cruce de caminos, donde continuamos hacia el Canto Hincado |
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Por amplio camino de tierra, pegados a los pinos |
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Disfrutando del skiline que conforman las sierras colindantes |
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Y de Vozmediano, llegando tras casi ocho horas al refugio de Ágreda, donde cerramos la circular |
¡Hola Eduardo!
ResponderEliminarEl Moncayo nos cae lejos y vamos de higos a peras. Consecuentemente conocemos la Normal desde el Santuario, hemos estado un par de veces y el pasado año la circular que hicimos desde Cueva de Agreda de Lobera hasta Negrilla.
La circular que acabas de hacer la desconocemos pero quizás algún día nos perdamos por allí pues si las cimas no son nada especiales y a veces el tiempo las hace muy desagradables, la biodiversidad vegetal de sus faldas es extraordinaria.
¡Que vaya bueno!
Hola Mariano.
EliminarUna circular muy recomendable, que se puede acortar y alargar de muchas formas. Otra alternativa es empezar desde Agramonte y luego en la cima del Moncayo o desde el aparcamiento de Haya Seca, enlazar con está otra, para terminar uniéndolas con la pista que va hacia Agramonte.
Un saludo
¡Pedazo ruta para ascender al Moncayo! Tengo intención de visitar el lugar tras el verano, así que me guardo el track. Me cae muy lejos de mi zona, pero creo que ya toca hacerle una visita. Siempre le he tenido ganas a esta cumbre :)
ResponderEliminarHola Guilem.
EliminarPues si, espera a que pase el verano que ahora hace mucha calor. En otoño sería una buena opción, el hayedo tiene que estar espectacular y además, por esta cara Norte soriana apenas encontraras a nadie.
Un saludo
Nos salió, Eduardo, una circular "algo" más consistente que la original, pues poco a poco y casi sobre la marcha fuimos añadiendo cosas.
ResponderEliminar¡Cuantas opciones tiene el Parque cuando dejas de ceñirte a lo pre-establecido!
Antonio y Guillem, animaos y no lo dejéis pasar a la menor ocasión que tengáis.
Salud y Montaña para todos
Hola Carmar.
EliminarDesde que era un chaval he subido al Moncayo, ahora ya me canso y subir no me ofrece ningún aliciente. Desde hace tiempo tengo claro que solo haré cima en casos "excepcionales", como por ejemplo subirlo con esquíes o con algún conocido que nunca ha subido.
Está circular tenía los alicientes suficientes para no tener que subir, pero bueno otra vez más, tampoco pasa nada :)
Salud y montaña!
Hola Eduardo,
ResponderEliminarQue cantidad de paisajes distintos que recorre esta ruta, hayedos, pinares, pedreras, prados, y hasta dos aviones estrellados.
Que diferente se ve el Montacyo sin nieve, parece una montaña completamente distinta.
Esos dos hayedos por donde habéis pasado me han encantado, dan ganas de perderse una horas por ellos y olvidarse de todo.
Salud y montaña.
Hola David.
EliminarSi, está circular es muy variada, en general el Parque Natural ofrece paisajes muy diversos, dependiendo de la orientación que se elija. Hay lugares que apenas son visitados, pequeñas joyas que solo algunos frecuentamos, es una lastima o una suerte según se mira, pero para muchos el Moncayo tan solo es la cima.
El Moncayo con nieve, resulta mucho más atractivo, como bien dices parecen dos cimas totalmente diferentes y según por donde se suba, cambia mucho.
Un saludo
Hola Eduardo.
ResponderEliminarUna vuelta interesante, habrá que hacerle una visita a ese hayedo que tiene muy buena pinta!!
Salud¡
Fer
Hola Fer.
EliminarEste otoño sería una buena opción!.
Saludos
Hola Eduardo. Gracias a este artículo, ahora tenemos más información sobre esta zona. El año pasado estuvimos a punto de ir, pero por culpa del mal tiempo no pudimos ir. Como siempre me encanta leer tus artículos ya que están muy completos en cuanto a información y una gran cantidad de fotos.
ResponderEliminarUn saludo compañero.
Hola Eulogio.
EliminarSi que lo recuerdo, a ver si este otoño puede ser y si queréis, os puedo acompañar.
Un saludo
Un gran clásico cualquier espacio del Moncayo para disfrutar de sus variados paisajes.
ResponderEliminarSiempre me ha gustado dedicarle unas vistas para localizar diversas especies, tan curiosas por el pinar y el hayedo.
La caminata es espectacular y con muchos detalles.
Saludos.
Hola Javier.
EliminarSi, está circular ofrece muchas alternativas, tanto en paisajes, bosques y fauna.
Un saludo
Hola Eduardo.
ResponderEliminarYa me lo habías comentado en alguna otra ocasión, lo de otras maneras de ver y subir al Moncayo, y tu ruta crónica tan espectacular lo corrobora.
La variedad de paisajes y naturaleza en una ruta hace la entrada muy enriquecedora, con ese verdor contrastado con los canchales pedregosos.
Vamos que solo pensar en que hacer esta ruta en otoño con temperaturas más fresquitas y el bosque otoñal, me entra un cosquilleo en la piernas que no veas.
Un saludo.
Hola Toni.
EliminarMuchas y muy variadas, para mi por la normal de verano, que es la que realiza la mayoría de personas, es la más fea con diferencia, aunque en invierno la cosa cambia.
Para el próximo otoño, no descarto hacer alguna variante del hayedo de la Hoyada, el Moncayo ya para el invierno con esquíes si se da la ocasión.
Un saludo
Hola Eduardo,
ResponderEliminarque ruta tan completa y variada has diseñado! Viendo las fotos entre la espesura del hayedo casi se puede sentir el frescor y olvidar por unos minutos el calor agobiante que estamos pasando en Madrid.Cuantas ganas tengo de acercarme por allí a recorrer esos bosques. Me ha llamado la atención que todavía sigan por ahí restos de los aviones después de tantos años, supongo que será por lo complicado del terreno que no se han retirado.
saludos,
Hola Nuria.
EliminarPues si, es un recorrido de contrastes, muy variado, que seguro te gustará, además siempre se le puede quitar o añadir zonas. Lo de los aviones, me da a mi que es más desidia y el clásico lío entre administraciones, echándole el muerto una a otra.
Un saludo
Hola Eduardo...
ResponderEliminarUna ruta de contrastes.Hay que ver el cambio radical de vegetación,en cuanto se pasa de cierta altitud,en esa Sierra del Moncayo.
La primera y ultima parte de la ruta,por esos hayedos,es realmente espectacular y desde luego en otoño,deben ser la bomba.Recuerdo una entrada tuya por la Fuente de La Teja y del Sacristán,que me gusto mucho,con pocos kilómetros,pero que se le pueden añadir.
La parte mas montañera,a la vez que mas exigente con esa subida a Peña Negrilla y Moncayo y esa posterior bajada por la directa,impresionante sin duda.La verdad es que he solido ver crónicas del Moncayo nevado y coincido en que es un cambio radical,pero por supuesto con todo el encanto de esa Sierra del Moncayo.
Exigente ruta con buen desnivel y que por esa parte soriana,como apuntas,esta menos transitada.
Saludos.
Hola Juane.
EliminarPues si, a medida que se va cogiendo altura, el panorama cambia por completo. Si te gusto el recorrido de la fuente de la Teja, esa misma circular se puede ampliar subiendo al Moncayo, compartiendo el tramo que va desde la senda de los cazadores hasta la pista del Hayedo de Peña Roya, eso si esa zona esta mucho más trillada que la soriana.
Este vez lo más exigente del recorrido a pesar del desnivel, fue el calor, al final ya se notaba de lo lindo y eso que íbamos caminando por el hayedo.
Si alguna vez venís por aquí y necesitáis guía ya sabéis.
Un saludo
Bonita y larga ruta. Muy detallada! Coincido que estará más bonita en otoño y que la ruta normal es la más fea para subir al Moncayo.
ResponderEliminarHola David.
EliminarSeguro que en otoño estará aún más espectacular, yo igual hago alguna variante más sencilla con mi mujer, subiendo por el Canto Hincado.
La subida por la normal, no tiene mayor aliciente que hacer cima de forma rápida y con poco desnivel, salvo en invierno, yo suelo evitar subir salvo por compromiso.
Un saludo