miércoles, 26 de mayo de 2021

Gruta helada de Lecherines por el barranco de Los Meses, desde Canfranc

Durante las glaciaciones, el agua y el hielo excavaron la roca caliza, creando multitud de grutas, que se localizan principalmente en algunos sectores de la cordillera cantábrica y en los pirineos.

En el pirineo aragonés, las más reconocidas están en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en la zona de la Punta de las Olas, la parte Alta del cañón de Añisclo, las Sucas, en el macizo de las Tres Marías, la garganta de Escuaín y el Sistema Otal-Arañonera, cerca de Bujaruelo.

Más al Oeste y en la cabecera del Valle de Aragón, se encuentra el Sistema de Lecherines, enclavado en el macizo del Aspe. En el año 1991, se localizó la primera entrada al sistema, que actualmente cuenta con una profundidad de 1.009 metros y un desarrollo de 15.540 metros.

En estos 25 años, además del Sistema de Lecherines, se han catalogado 323 cavidades, en las que predomina el desarrollo vertical sobre el horizontal. Dos de ellas, han superado los 200 metros de profundidad, entre las que destaca la Gruta Helada de Lecherines, que cuenta con tres entradas a diferente cota, que es la que hoy en compañía de Cosmín y Pablo, vamos a visitar, subiendo por el barranco de los Meses, desde el pueblo de Canfranc. 


A finales del mes de enero, me hice un fuerte esguince de tobillo, que, junto con varios confinamientos perimetrales, hace que en pleno mes de Mayo, salvo algunas salidas en bicicleta por recomendación del fisioterapeuta, lleve la temporada en blanco.

Como tenemos que parar en Villanúa, para que alquilen unos crampones y la tienda, nos han dicho que al estar confinado Jaca, abrirán más tarde (sobre las 9:30), no madrugamos, así que como suele ser habitual, quedamos en Villanueva de Gállego para tomar un café y en un solo coche, vamos hasta el pueblo de Canfranc, cambiando la parada obligatoria en La Nave, para recoger el equipo en Villanúa, en el que tan solo tenemos que esperar cinco minutos.

Unos minutos más tarde, llegamos a Canfranc, donde dejamos la furgoneta en el aparcamiento que hay a la entrada del pueblo, junto al rio Aragón. La mañana está tranquila, sopla una ligera brisa y las nubes, comienzan a desaparecer del valle del Aragón.

Cuando el reloj marca las 10, comenzamos a caminar, salimos a la carretera nacional, por la que retrocedemos hasta localizar al otro lado, junto a un cartel que indica “QUESERÍA 2 km", la continuación del GR.11.1, por el que, en suave ascenso, nos adentramos en un precioso hayedo, avanzando entre los restos de los muros de los antiguos viveros forestales, regados por las aguas del barranco de los Meses (en algunos mapas aparece como barranco Os Arones), que en este tramo baja canalizado, formando preciosas cascada artificiales, una de ellas fuera del GR.11.1, por lo cual, remontamos el barranco por corto sendero, hasta alcanzar la base de la cascada, en la que nos detenemos un instante.

Después, retrocedemos sobre nuestros pasos hasta el sendero principal, por el que continuamos subiendo, obviando los diferentes senderos secundarios que llevan hacia los sectores de escalada de Los Meses (Cueva Oculta, 25 vías entre el IV+ al (b) y Placas al Sol, 11 vías entre el 7a al 8a), por un sendero que va trazando lazadas, intuyendo las paredes de Collarada, entre las ramas de los árboles, mientras en el suelo, disfrutamos cerca de los bojes, de los narcisos en flor (Narcissus asturiensis), que nacen entre los 800 y 1300 metros.

Siguiendo el sendero, pasamos junto al desvío del sector Días de Lluvia (9 vías entre el 6b al 8b+), para continuar ganando suavemente desnivel por un precioso bosque, roto tan solo por una pared vertical, en la que se ubica la fuente de la Pajeta, que mana en su interior un hilillo de agua, que para poder beberla es necesaria la utilización de una pajita, que atravesamos por una preciosa terraza rocosa, con las faldas de Collarada a la espalda, que unos metros más adelante, vemos en su totalidad, aunque la cima de la Moleta, permanece cubierta por las nubes.

Luego, continuamos avanzando hasta adentrarnos en el bosque, donde el sendero serpentea por medio de los pinos, dueños y señores del entorno, entre cuyas ramas observamos la punta herbosa de unos de los picos de Azús, hasta salir al camino de Gabardito.

En Canfranc, comenzamos a caminar, salimos a la carretera nacional, por la que retrocedemos
Hasta localizar al otro lado, junto a un cartel que indica "QUESERÍA 2 km", la continuación del GR.11.1
Por el que, en suave ascenso, nos adentramos
En un precioso hayedo, por el que avanzamos entre los restos de los antiguos viveros forestales
Regados por el barranco de Los Meses, que en este tramo forma bonitas cascadas artificiales
Una de ellas, fuera del sendero principal, a la que accedemos remontando el barranco, por la margen derecha
Después, retrocedemos sobre nuestros pasos, para continuar subiendo por el bosque
Obviando los senderos que llevan hacia los sectores de escalada de Los Meses, para ir subiendo
Por un sendero que trazando lazadas, va atravesando el bosque, en el que disfrutamos de los narcisos
Acometiendo una terraza rocosa, con las faldas de Collarada a la espalda
En la que se ubica la fuente de la Pajeta
Disfrutando unos metros más arriba de Collarada, aunque la Moleta, permanece cubierta por las nubes
Luego, continuamos avanzando hasta adentrarnos de nuevo en el bosque
Donde el sendero serpentea por medio de los pinos, entre cuyas ramas observamos, uno de los picos de Azús

En este punto, continuamos dirección Norte hacia la Mallata de Gabardito, cruzando por las piedras el barranco de Los Meses, disfrutando a cada paso, del espectacular pinar que nos envuelve, hasta que llegamos a la fuente de los Abetazos (1340 metros), en la que me refresco, cuyo nombre le viene por el espectacular bosque de abetos y pinos que la rodea, en el que nos adentramos en suave ascenso, mientras poco a poco, los abetos dan paso a las hayas, aunque en este lugar, el rey, es el pino royo de Gabardito (Pinus sylvestris), un gran ejemplar de unos 20 metros de altura con más de 300 años.

Unos metros más adelante, pasamos junto al desvío del barranco de Aguare, por el que descendimos a Canfranc el año pasado, que, si vamos bien de tiempo, queremos utilizar para hacer una pequeña variante en el regreso, aunque de momento, nos conformamos con seguir por el camino de Gabardito, que desemboca rápidamente en la Mallata de Gabardito, cerrada al Oeste por la sierra de la Magdalena.

Con la mirada puesta en la Punta d'As Blancas (izquierda) y el pico de la Magdalena (derecha), accesibles en bicicleta a través de la pista de las Blancas, avanzamos caminando por la zona de pastos, siguiendo un herboso camino en el que se abren las vistas al Norte, con el espectacular circo rocoso que conforman el pico Rigüelo, los Mallos de Lecherines, el pico Lecherines o de la Garganta de Borau y el pico Tortiellas, que cierra está impresionante muralla natural.

A medida que vamos ganando desnivel, el camino se pierde entre la vegetación hasta convertirse en un sendero, en el que nos guiamos tomando de referencia las balizas blancas y rojas del GR.11.1, hasta alcanzar el refugio de la Mallata de Gabardito, en el que paramos un cuarto de hora para echar un bocado, ya que no tenemos ninguna prisa.

En este punto
Continuamos dirección Norte, hacia la Mallata de Gabardito
Vadeando por las piedras el barranco de Los Meses
Disfrutando a cada paso del pinar que nos envuelve
Hasta que llegamos a la fuente de los Abetazos, en la que me refresco
Cuyo nombre proviene del espectacular bosque de abetos y pinos, en el que nos adentramos en suave ascenso
Mientras poco a poco, los abetos dan paso
A las hayas, aunque aquí, el rey
Es el pino de Gabardito (Pinus sylvestris), un gran ejemplar de 20 metros de altura, con más de 300 años
Unos metros más adelante, alcanzamos el desvío del barranco de Aguaré, que dejamos para continuar
Por el camino de Gabardito, hasta salir a la Mallata de Gabardito, cerrada al Oeste por la sierra Magdalena
En la que avanzamos por un herboso camino, en el que se abren las vistas al Norte
Con el circo rocoso que conforman el pico Rigüelo, los Mallos de Lecherines, el pico Lecherines y el pico Tortiellas
Hasta alcanzar el refugio de la Mallata de Gabardito, en el que paramos a echar un bocado

Luego, regresamos al sendero por el que seguimos caminando por la Mallata de Gabardito, seccionada en dos por el barranco de Aguare, que cruzamos por las piedras, para continuar una larga travesía horizontal, hasta adentrarnos en un precioso pinar, atravesado por un barranco que apenas lleva caudal, en el que una vez superado, nos fijamos como emerge por encima de las copas de los pinos, el pico Lecherines.

De nuevo en el bosque, caminamos unos metros hasta que el sendero desemboca en otro barranco, que remontamos siguiendo las marcas blancas y rojas del GR.11.1, hasta localizar el punto donde vadearlo, para adentrarnos en el pinar, por el que avanzamos mientras oímos rugir las aguas
 del barranco de Campón, que discurre medio centenar de metros más abajo, acercándonos con cuidado al borde de los acantilados, en el que descubrimos un espectacular anticlinal, colonizado en la parte superior por una mancha de pinos.

Tras disfrutar de este fenómeno geológico, regresamos al sendero, por el que iniciamos un corto descenso hacia el cauce del barranco de Campón, que, en pleno deshielo, baja fiero, pero buscando el punto más estrecho, logramos cruzar sin muchas dificultades por las piedras, deteniéndonos un instante en la margen izquierda, para admirar desde esta perspectiva el anticlinal, producido por la deformación en pliegue de las rocas, dispuestas en estratos, donde los más modernos envuelven a los más antiguos. 

Poco a poco, se va despejando, aunque todavía la Moleta sigue cubierta por las nubes, así que tranquilamente, avanzamos siguiendo el sendero, que, tras un paso entre rocas, accedemos a la Majada de Lecherín Bajo, una amplia pradera cerrada por el impresionante circo, que va desde el pico Rigüelo hasta el pico Tortiellas, en la que se ubica el refugio de la Mallata de Lecherín Bajo y la fuente-abrevadero, de la Balsa, en la que nos refrescamos, mientras echamos una mirada atrás.

Luego, regresamos al sendero por el que seguimos caminando por la Mallata de Gabardito
Seccionado en dos por el barranco de Aguare, que cruzamos por las piedras
Para continuar una larga travesía horizontal
Hasta adentrarnos en un precioso pinar
Atravesado por un barranco, en el que una vez superado, nos fijamos como emerge el pico Lecherines
De nuevo en el bosque, caminamos unos metros hasta que el sendero, desemboca en otro barranco
Que remontamos siguiendo las marcas blancas y rojas del GR.11.1, hasta localizar el punto donde vadearlo
Para adentrarnos en el pinar, por el que avanzamos mientras oímos rugir las aguas del barranco de Campón
Que discurre cincuenta metros más abajo, acercándonos al borde del acantilado, descubriendo un anticlinal
Tras disfrutar de este fenómeno geológico, regresamos al sendero, para iniciar un corto descenso
Hacia el barranco de Campón, que en pleno deshielo, baja con agua, pero cruzamos por el punto más estrecho
Deteniéndonos un instante en la margen izquierda, para ver desde otra perspectiva el anticlinal
Poco a poco, el día va mejorando, así que tranquilamente, avanzamos siguiendo el sendero
Que, tras un paso entre rocas, nos permite acceder a la Mallata de Lecherín Bajo
Cerrada por el circo que va del pico Rigüelo al pico Tortiellas, en la que se ubica el refugio de la Mallata de Lecherín Bajo
Y la fuente-abrevadero, de la Balsa, en la que nos refrescamos mientras echamos una mirada atrás

Oteando el horizonte, observamos como una pareja que nos ha pasado esta mañana, mientras descansábamos en el refugio de la Majada de Gabardito, avanza por una canal pedregosa hacia el pico Lecherines, algo que me extraña, ya que intuyo que van a la Gruta helada de Lecherines, pero
 el acceso, es por una canal entre Peña Blanca y el pico Tortiellas, que se encuentran justo en la otra punta.

Con alguna que otra duda, decidimos de momento seguir, tomando de referencia las marcas blancas y rojas del GR.11.1, hasta el final de la mallata, para comenzar a subir por un terreno mixto de roca y prado, cubierto por un manto de narcisos, llegando a la altura de un panel direccional, donde señala el refugio Militar de López Huici, que me descuadra por completo, aunque mirando el track que llevo cargado en el GPS, este me indica que estamos en la dirección correcta.

Si bien, no termino de estar convencido, de momento continuamos subiendo hacia la entrada de la canal, donde nos cruzamos con la pareja que veíamos subiendo, que bajan y nos comentan que se han equivocado, así que vuelvo a mirar el GPS, refresco el mapa, para corroborar que mis sospechas no eran infundadas, ¡no es por aquí!

Mirando el track, una vez en el refugio, deberíamos haber trazado una diagonal hacia el pico Tortiellas, en vez de seguir el GR.11.1. Afortunadamente, observando el terreno, creo que no es necesario volver al punto inicial, así que tan solo bajamos hasta cerca del panel direccional, donde está vez, comenzamos monte a través un flanqueo a la izquierda, hasta conectar con una trocha realizada por el ganado, por la que avanzamos cómodamente a media ladera, tomando de referencia un anticlinal.

Sobre la cota 1800 metros, enlazamos con el “sendero oficial”, comprobando que la variante que hemos realizado sobre la marcha, más o menos es de similar dificultad a la original”, para acto seguido, adentrarnos en una amplia canal, por la que ganamos lentamente desnivel debido a la fuerte pendiente, atentos siempre a los hitos además de unas marcas blancas y verdes de un sendero local, obviando un ramal a mano derecha, para continuar por la canal principal, en el que a medida que vamos ganando desnivel, se va estrechando, apareciendo los primeros neveros, que sorteamos por un lateral, sin necesidad de calzar crampones.

Una vez en la parte superior, la canal pierde inclinación, se amplia y vemos como a partir de este punto, la nieve es continúa, así que avanzamos con cuidado, intentando no salirnos de las huellas, ya que estamos avanzando por un campo de lápiaces, hasta que un poco más adelante, la canal se bifurca en dos, deteniéndonos en una mancha de piedras, para calzar crampones.

Luego, elegimos el ramal de la izquierda, ya que el otro va hacia el paso de Los Sarrios, donde iniciamos una corta pero pronunciada diagonal hacia la izquierda, que en la parte superior alternamos con un pequeño paso entre rocas, ya que, al ser cara Sur, aquí la nieve ha desaparecido, para acto seguido, descender a una amplia vaguada, en la que localizamos l
a entrada a la Gruta helada de Lecherines.

A simple vista, parece que hemos tenido “suerte”, para cerciorarnos, accedemos al interior por una inclinada rampa cubierta de nieve, pero como es tarde, está blanda. Ya en el interior, comprobamos que se conservan la mayoría de las columnas de hielo, lo primero que hacemos, es calibrar su tamaño, ya que algunos al ver las fotografías, se pueden pensar que son chuzos … pero no más lejos de la realidad, ya que el tamaño de algunas es descomunal.

Visualizada esta primera sala, vamos hacia el interior, atentos a los carámbanos del techo, no vaya a ser que alguno se desprenda, mientras en el suelo, observamos como las gotas del agua, debido al deshielo, van formando diferentes figuras. Una vez en la segunda sala, las columnas son más pequeñas debido a que el techo es más bajo, en cambio, aumentan las estalactitas y se forman pequeñas cascadas de hielo en las paredes, aunque la escasa luz que entra, no permite unas buenas fotografías.

De momento, decidimos seguir  tomando de referencia las marcas blancas y rojas del GR.11.1 
Hasta el final de la Mallata, para comenzar a subir por un terreno mixto de roca y prado
Llegando a la altura de un panel direccional, donde señala el refugio militar de López Huici, comprobando que vamos mal
Así que retrocedemos hasta cerca del panel direccional, donde comenzamos monte a través una larga travesía
Hasta enlazar con una trocha de ganado, por la que avanzamos tomando de referencia un anticlinal, enlazando
 Con el "sendero oficial", adentrándonos en una canal, balizada con marcas blancas y verdes, e hitos
Obviando un ramal a la derecha, para continuar subiendo por la canal principal
Que en la parte superior, se va estrechando, apareciendo los primeros neveros, que sorteamos por un lateral
Hasta alcanzar la parte superior, donde pierde inclinación, se amplía y vemos como la nieve es continúa
Así que caminamos con cuidado y en una mancha de piedras, calzamos crampones, para seguir hasta una bifurcación
Tomando el ramal de la izquierda, por el que iniciamos una corta pero pronunciada diagonal
Que en la parte superior, alternamos con un paso entre rocas, para acto seguido, descender a una amplia vaguada
En la que localizamos la entrada a la Gruta helada de Lecherines, que accedemos por una empinada rampa
Ya en el interior, comprobamos que se mantiene la mayoría de columnas, cuyo tamaño calibro con Pablo
Y accedemos a una segunda sala, donde las columnas son más pequeñas, debido a que el techo es más bajo
En cambio, aumentan las estalactitas y se forman cascadas de hielo

Ahora, es hora de echar un bocado, en vez de hacerlo aquí, preferimos quitarnos el tramo más “complicado”, así que regresamos sobre nuestros pasos, despidiéndonos de la pareja que llega justo a la cueva, cuando marchamos, quitándonos los crampones al llegar a la parte superior de la canal, en la que se ubica la Sima del Cuartillo, cuya boca se localizó en 1991, que se exploro hasta llegar a un pequeño pozo soplador, obstruido por las piedras.

Después, continuamos el descenso lentamente, ya que el tobillo en estas pendientes pronunciadas, me molesta, disfrutando de las vistas hacia la Mallata de Lecherín Bajo con el pico Magdalena de fondo, hasta alcanzar el punto "conflictivo", donde esta vez, seguimos por el sendero oficial, que no es más que otra trocha de ganado, por la que atravesamos la Mallata de Lecherín Bajo, en la que vamos desgranando uno a uno, los picos que componen la muralla natural. 

Tras algo más de media hora, alcanzamos el refugio de la Mallata de Lecherín Bajo (está cerrado), en el que nos abrigamos ya que corre una brisa molesta, así que al sol, comemos el bocadillo,  mientras observamos parte del recorrido trazado y a un grupo de sarrios, que corretean en unas terrazas.

Al final, ha quedado un día fantástico, el sol luce, las nubes decoran el cielo, pero toca bajar hasta Canfranc, por lo cual, regresamos al sendero por el atravesamos la mallata, disfrutando del entorno, en forma de cascadas, hasta adentrarnos en el pinar, donde vemos en la rama de un árbol, una ardilla, que trata de pasar desapercibida.

Rápidamente, salimos a la Mallata de Gabardito, donde ahora sí, podemos ver todo el entorno de Collarada, junto con la Punta Escarra y la Moleta, pasando por el refugio de la Mallata de Gabardito, donde echamos una última mirada al circo rocoso, para acto seguido, enlazar con el camino de Gabardito, obviando el desvío al barranco de Aguaré, porque preferimos bajar por el barranco de los Meses, que ha pesar de ser más largo, ofrece un descenso más tendido, algo que agradece el tobillo, mientras lazada a lazadas, perdemos desnivel, disfrutando de un baño de bosque, la flora y en algunos claros, de la Moleta, finalizando este bello recorrido en las calles de Canfranc.

Ahora, preferimos quitarnos el tramo "complicado", por lo que regresamos sobre nuestros pasos
Hasta la parte superior de la canal, donde quitamos crampones e iniciamos el descenso, a la Mallata de Lecherín Bajo
Desgranando los picos que componen la muralla, empezando por el pico Rigüelo
Los Mallos de Lecherines
Y el pico Lecherines o de la Garganta de Borau
Tras algo más de media hora, llegamos al refugio de la Mallata de Lecherín Bajo
En el que comemos, mientras observamos parte del itinerario realizado
Además de un grupo de sarrios, que corretean por unas terrazas
Después, regresamos al sendero por el que atravesamos la mallata
Disfrutando del entorno, en forma de cascadas, adentrándonos en el pinar
En el que sorprendemos a una ardilla, en la rama de un pino
Hasta salir a la Mallata de Gabardito, donde esta vez sí, podemos ver Collarada, la Punta Escarra, la Moleta
Y por última vez el espectacular circo rocoso
Para acto seguido, enlazar con el camino de Gabardito, por el que alcanzamos el desvío al barranco de Los Meses
Por el que lazada a lazada, disfrutamos de un baño de bosque, la flora (Genciana Acaulis)
Y en los claros, de la Moleta
Finalizando este bello recorrido, en las calles de Canfranc

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