martes, 28 de junio de 2022

Vía ferrata de la Cascada del Sorrosal (K3)


El valle de Broto, se encuentra en la vertiente sur de los Pirineos, en la comarca aragonesa de Sobrarbe, en el cual se localiza, una de las puertas de entrada al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, por el sector del valle de Ordesa, atravesado de norte a sur por el río Ara, único río sin regular del pirineo, que nace a 2800 metros en las faldas del circo glaciar del Ara, en la falda Sur del pico Meillón, hasta desembocar después de 70 kilómetros, en el río Cinca, afluente del río Ebro.

Su cabecera, la forman a su vez otros dos valles, perpendiculares al de Broto: el valle del Ara y el valle de Ordesa, ambos fronterizos con el valle francés de Gavarnie, entre cuyos puertos destaca el de Bujaruelo, acceso tradicional a Francia.

En el año 2015, entro a formar parte del Geopoarte Mundial UNESCO Sobrarbe – Pirineos, que cuenta con un excepcional patrimonio natural, en el que destacan: el Roble de Asín de Broto, (Quercus cerrioides), con una altura de 27 metros, un perímetro en la base del tronco de 635 cm (554 cm medidos a 1’30 metros de altura), y una edad estimada de unos 500 años: la Bojeda de Oto, conocida por sus vecinos como La Mosquera, que cuenta con una superficie de 3,5 hectáreas, en la que se localizan una gran cantidad de bojes (Buxus sempervirens), de hasta 8 metros de altura y la Cascada del Sorrosal, un impresionante rincón de origen glaciar, a la que se accede caminando en cinco minutos desde la población de Broto, que ostenta la capitalidad del Valle de Broto.

Para la jornada de hoy, en compañía de mi mujer, vamos a realizar la vía ferrata de la Cascada del Sorrosal, que recorre esta bella cascada y parte del barranco del Sorrosal, que está catalogada como K3, en un itinerario de 610 metros y 200 metros de desnivel, que hace de esta vía, una de las más bonitas que he realizado junto con la de Cala Molí (Costa Brava).


 

Como vamos a pasar el día, nos lo tomamos con tranquilidad, salimos de casa, paramos en la Nave y ya en Broto, echamos un café. En vez de dejar la furgoneta a las afueras, cruzamos el puente que salva las aguas del río Ara, donde tomamos la carretera que une Broto con la pedanía de Oto, en el que hay un pequeño aparcamiento, que a estas horas tiene varios huecos.

El inicio de la vía ferrata, está a cinco minutos caminando, así que aprovechamos para ponernos toda la cacharrería, para acto seguido, comenzar a caminar por un bonito paseo, paralelo al río Sorrosal, de aguas cristalinas que nace a 1478 metros de altura, en el valle de Soaso, en las laderas del macizo de Tendeñera, entreteniéndonos un rato con un grupo de cabras, para continuar caminando a la sombra de unos árboles, hasta subir por unas escaleras a una plataforma, que sirve de mirador de la Cascada del Sorrosal, donde enseño a mi mujer, el tramo inicial de la vía ferrata que va hasta la Mina.

Después, descendemos al cauce del río, que cruzamos por una pasarela metálica, donde procedemos a pagar (3.5 € por persona), mientras observamos atónitos, como varios grupos protestan que sea de pago, algo que a mí no me importa, siempre que sea algo "módico", ya que este va destinado al mantenimiento de la vía, que hace que desde su inauguración en el año 2004, siga en perfecto estado, cosa que no ha pasado con otras, que al final se han tenido que clausurar.

Pasando de malos rollos, seguimos a lo nuestro, continuando por un estrecho sendero, hasta llegar cerca de una gran placa, a la que, para acceder, primero subimos por un bloque de forma lateral, agarrándonos a las cadenas mientras caminamos por unos peldaños naturales, que, dan paso a un conjunto de grapas, por las que nos posicionamos en una escalera metálica, salvando una grieta y accediendo a la placa principal, que remontamos por una sucesión de grapas bastante juntas, en un tramo vertical pero sencillo, lo que permite ir cogiendo soltura con los mosquetones, ya que es la primera vía ferrata que hace mi mujer.

Superado este tramo, llegamos a una extensa superficie, donde el pasto se mezcla con grandes bloques de roca (sector 1 Los Bloques), en el que poco a poco vamos ganando desnivel, de forma sencilla pero algo incómoda, ya que el cable de vida esta a ras de suelo y toca ir con el cuerpo arqueado, haciendo alguna pequeña trepada equipada con grapas o cadenas, hasta alcanzar la Escalereta, que da paso a un bonito sinclinal (sector 2 El Pliegue), donde iniciamos un largo flanqueo, avanzando por los pliegues, en un tramo sencillo pero muy estético, donde la mayor dificultad radica en caminar por una roca húmeda.

Unos metros más adelante, alcanzamos un pequeño saliente (sector 3 La Plaza del Pino), en el que aprovechamos para dejar pasar a varios grupos. Después, acometemos una sucesión de escaleras, que sobre todo en la parte intermedia se mueven bastante, en un tramo totalmente vertical, en el que si se tiene vértigo, conviene no mirar abajo, donde la máxima dificultad, radica en posicionarse bien en los cambios de escalera, para que la línea de vida, no quede demasiado abajo y por las que accedemos a otro pequeño rellano, que da acceso a la Mina (sector 4 La Ventana de Broto), que hace honor a su nombre, ya que obtenemos unas bonitas vistas, hacia dicha población.

Luego, nos adentramos en esta galería que fue excavada a mano, en la que avanzamos por oposición, ya que por ella discurre una acequia construida en el siglo XIX, que se utiliza para el riego en tiempos de estiaje, donde se puede utilizar el frontal, cosa que nosotros no hacemos ya que lo hemos dejado en casa, por lo que acabamos andando por medio de la acequia, donde el agua nos lleva a la altura del tobillo.

A medida que avanzamos, la luz se hace patente, llegamos al otro lado (sector 5 La Ventana del Salto), donde observamos como un grupo se está preparando para rapelar, el salto del barranco del Sorrosal, que es sin duda, el tramo más bonito del recorrido, donde remontamos el barranco por una repisa natural, hasta alcanzar un puente tibetano, que la anterior vez que estuve, tenía un tablón para los pies, pero, casi todos los inviernos, alguna crecida se lo acaba llevando, así que lo pasamos sin mayores dificultades, ya que es corto, pero muy fotogénico.

Dejamos la furgoneta en el aparcamiento, que hay cerca de la vía ferrata, donde nos ponemos la cacharrería
Para acto seguido, comenzar a caminar por un paseo
Paralelos al cauce del río Sorrosal, donde nos entretenemos con unas cabras
Y continuamos caminando a la sombra de unos árboles, hasta alcanzar una plataforma
Que sirve de mirador de la Cascada del Sorrosal, donde cruzamos el cauce por una pasarela, para comenzar
El itinerario, subiendo por un bloque, por el que tras pasar una escalera, acedemos a la placa principal
Superado este primer tramo, llegamos a una extensa superficie, donde el pasto se entremezcla con los bloques
Un tramo sencillo pero algo incómodo, ya que el cable de vida esta a ras de suelo, teniendo que ir encorvados
Hasta alcanzar un bonito sinclinal, donde vamos haciendo alguna trepada
Sin dificultad, hasta alcanzar la Escalereta
Iniciando un largo flanqueo, equipado básicamente con varios tramos de cadena
En el que avanzamos con precaución, ya que la roca está húmeda, alcanzando la Plaza del Pino
Donde ganamos rápidamente desnivel, por una sucesión de escaleras metálicas, por las que accedemos
A la Ventana de Broto, donde aprovechamos la entrada de la cueva, para fotografiar esta bella población, para acto seguido
Introducirnos en la Mina, por la que discurre una acequia, que nos conduce a la Ventana del Salto
Sin duda, el tramo más bonito, ya que vamos a recorrer parte del barranco del Sorrosal
Donde remontamos el barranco por una repisa natural, hasta alcanzar 
Un puente tibetano, por el que cruzamos a la margen izquierda

A la salida del puente, comenzamos un bonito flanqueo, remontando por la margen izquierda el barranco del Sorrosal, en un tramo equipado con grapas para los pies y varios tramos de cadena, bastante entretenido ya que no ofrece dificultad, pero en cambio, el rincón es espectacular, hasta llegar cerca de la base de la cascada Brincana, donde comenzamos a ganar rápidamente desnivel, pero sin apenas sensación de vacío.

Tras algo más de hora y media, llegamos a la cabecera de la cascada (sector 6 La Playa), en la que paramos unos minutos para descansar, mientras de paso, disfrutamos del barranco del Sorrosal desde las alturas, para acto seguido, continuar caminando hasta alcanzar la base de una pared completamente vertical (sector 7 La Placa), que no ofrece dificultad, ya que las grapas están bastante juntas y los cambios de mosquetón, son sencillos.

Ya en la parte superior, recorremos una pequeña faja por la que accedemos a un espolón, que, si bien no es difícil, ya que tiene una ascensión escalonada, a mi mujer, le empieza a pasar factura la falta de costumbre a este tipo de actividades, donde aprovechamos la sombra de un quejigo, para observar a vista de pájaro la población de Broto con la sierra de las Mentiras a su espalda.

Luego, continuamos caminando por un tramo de transición, atravesando en ligero descenso un bonito quejigar, que da acceso a una faja, que recorremos a media ladera, ganando poco a poco desnivel, por sendos resaltes escalonados, (sector 8 Escalón Hilario), equipados con grapas y cadenas, que apenas ofrecen resistencia, hasta alcanzar la faja gris, que recorremos hasta finalizar en un sencillo resalte (sector 9 Mirador del Pueyo).

Una vez coronada, llegamos al final de la vía ferrata e iniciamos el camino de vuelta, atravesando un bonito pinar, por el que enlazamos con el PR-HU127, que une las poblaciones de Broto y Fragen, saliendo por unos instantes a cielo abierto, donde observamos parte del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, hasta alcanzar una bifurcación de senderos, donde seguimos rectos.

Tras un giro a la derecha, comenzamos definitivamente el descenso hacia Broto, adentrándonos en un espeso quejigar, por el vamos perdiendo desnivel de forma suave pero continuada, gracias a las lazadas que va trazando el sendero, pasando junto a un mirador donde observamos cómo vamos llegando a Broto y la cascada del Sorrosal, hasta alcanzar el aparcamiento, después de dos horas y media.

Como aún falta un rato para comer, echamos una cerveza en el bar que hay junto al aparcamiento. Para comer, teníamos pensado irnos a la chopera de Broto, pero al final, vamos a Bujaruelo, donde comemos, nos damos un baño en la badina que hay bajo el Puente de Bujaruelo y vuelta a casa.

A la salida del puente, comenzamos un bonito flanqueo, remontando el barranco del Sorrosal
Hasta llegar cerca de la cascada Brincana
Donde comenzamos a ganar rápidamente desnivel, alcanzando la cabecera de la cascada
Conocida como La Playa, donde descansamos unos minutos
Mientras observamos el tajo, que ha formado el barranco del Sorrosal, para acto seguido
Continuar caminando, hasta alcanzar una gran placa, vertical pero con las grapas juntas
Por la que accedemos a una bonita faja, por la que llegamos a un largo espolón
Bastante escalonado, que si bien, se solventa sin dificultad, a mí mujer, que no esta habituada, empieza a pasarle factura
Haciendo una pausa a la sombra de un quejigo, para disfrutar de las vistas de Broto con la sierra de las Mentiras
Luego, continuamos por un tramo de transición, atravesando en ligero descenso un quejigar 
Que da paso a una faja, que recorremos a media ladera
Ganando poco a poco desnivel, por sendos escalones (escalón Hilario), equipados con grapas y cadenas
Hasta alcanzar la faja Gris, que recorremos en su integridad, llegando a un último resalte, que nos deja
En el mirador de El Pueyo, donde finaliza el tramo equipado
Ahora, iniciamos la vuelta, por un sendero que atraviesa un pinar, donde enlazamos con el PR-HU127
Saliendo por unos instantes, a cielo abierto, mientras observamos algunas cimas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
Tras un giro a la derecha, iniciamos el descenso, adentrándonos en un bonito quejigar, pasando junto a un mirador
Donde observamos ya la población de Broto, a la que llegamos tras dos horas y media
Y para finalizar el día, nos vamos a Bujaruelo, donde comemos y nos damos un baño

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