domingo, 13 de febrero de 2022

Ascensión al Puntal de San Iñigo 1185 metros y Peña Cedrón 1090 metros, por la fuente Molina, desde Codos

La sierra de Vicor, también llamada sierra de Vicort o, comúnmente entre los habitantes de la zona, sierra Vicora, es una serranía que se encuentra en la región más occidental de la provincia de Zaragoza, en la rama aragonesa de la Cordillera Ibérica, que se extiende dirección Noroeste - Sureste a lo largo de 19 kilómetros, desde el puerto de Cavero hasta la meseta de Mieres.

Sus principales cimas son, el pico de Santa Brígida o de la Nevera (1411 m), el pico Piquillo o Calvario (1221 m) y el pico del Rayo (1427 m), que es la máxima elevación de la sierra, además de la tercera cumbre más prominente del Sistema Ibérico zaragozano, después del Moncayo (2316 m) y el pico Cabrera (1433 m).

En su parte más meridional, casi haciendo frontera con la sierra del Espigar, se eleva una modesta cumbre, el Puntal de San Iñigo (1185 m), al que, hoy voy a visitar, subiendo por el collado de Valdeolivo y bajando por el GR.90, desde la población de Codos, ubicada en la comarca de Calatayud, en el valle del río Grío.



Ayer estuve con la bicicleta, ya que, para hoy, daban fuertes rachas de viento. Como se trata de una circular sencilla, tanto en kilómetros como en desnivel, sobre las 9:30, llego a la población de Codos, donde aparco a las afueras, junto a una nave industrial, para acto seguido, comenzar la circular en sentido antihorario, caminando por la carretera que va a Tobed, paralela al cauce del río Grío, que nace en las faldas del pico Atalaya y desemboca en el río Jalón, afluente del río Ebro, cerca de la población de Ricla.

Cuando mire el mapa en casa, pensaba que el tramo de carretera era más corto, pero, son algo más de dos kilómetros, que, amenizo disfrutando de las vistas a la sierra de Algairén, con el pico Valdemadera y el pico de la Nevera o mirador de la Falaguera, hasta localizar a mano izquierda una pista de tierra (kilómetro 2.3), donde abandono la carretera, para comenzar a ganar desnivel de forma suave pero continuada, en el que rápidamente, empiezan hacer acto de presencia las carrascas, que se van entremezclando con algún pino laricio, dos especies muy características de estas sierras zaragozanas, que ofrecen zonas de umbría, donde la pista que describe varias lazadas, está cubierta por la escarcha.

A medida que voy ganando desnivel, las vistas se amplían hacia la sierra de la Nava Alta, donde destaca la muela rocosa que conforma la Peñas Las Armas, que era otra opción que barajaba, pero al estar más desprotegida, no he querido arriesgar, mientras también me fijo, en los barrancos que surcan la sierra de Algairén, como el barranco de Tracastillo, donde se ubican unas formaciones arcillosas, modeladas por la erosión, conocidas como Los Abuelos o, el tajo que conforma el barranco de Valdesancho.

Poco a poco, la pendiente se va suavizando, hasta casi ser imperceptible, el bosque, cada vez más denso, ofrece largos tramos de sombra, que, combinado con las bajas temperaturas de la noche, hace que los charcos estén congelados, mientras, unos metros más adelante, la pista se bifurca en dos.

Si bien, ambas opciones, acaban convergiendo en el collado de Valdeolivo, aquí, hago una variación del track original, ya que quiero visitar de forma directa la Fuente Molina, así que continúo por el ramal de la derecha, donde el pinar se apodera del entorno, enlazando con el sendero Ibérico Zaragozano, el GR.90, que durante 170 kilómetros, une las poblaciones de Tarazona con Daroca.

A las afueras de Codos, junto a una nave industrial, deja la furgoneta, para acto seguido, comenzar la circular
En sentido antihorario, caminando por la carretera que va a Tobed, paralela al cauce del río Grío
Que recorro durante algo más de dos kilómetros, amenizando este tramo, con las vistas al pico de Valdemadera
Y el pico de la Nevera o mirador de la Falaguera
Sobre el kilómetro 2.3, abandono la carretera, para tomar a mano izquierda una pista de tierra
Por la que comienzo a ganar desnivel, de forma suave pero continuada
Donde rápidamente, empiezan hacer acto de presencia, las carrascas, que se entremezclan con algún pino laricio
Que ofrecen largos tramos de sombra
A medida que voy ganando desnivel, las vistas se amplían
Hacia la sierra de la Nava Alta, donde destaca la muela rocosa, que conforma la Peña Las Armas, aunque también me fijo
En los barrancos que surcan la sierra de Algairén, como el barranco de Tracastillo, en el que se ubican las formaciones de "Los Abuelos"
O el tajo que conforma el barranco de Valdesancho
Poco a poco, la pendiente se va suavizando, hasta casi ser imperceptible, el bosque cada vez más denso
Combinado con las bajas temperaturas de la noche, hace que los charcos, estén helados
Y unos metros más adelante, la pista se bifurca en dos, tomando el ramal de la derecha, ya que si bien
Ambos ramales se vuelven a juntar en el collado de Valdeolivo, yo quiero visitar de forma directa la fuente Molina
Enlazando con Sendero Ibérico Zaragozano, el GR.90, que une las poblaciones de Tarazona con Daroca

Tras una curva a la izquierda, la pista se adentra en el barranco de Valdeolivo, lo que proporciona por unos instantes, una bonita panorámica de la sierra de la Nava Alta con el Moncayo, cubierto parcialmente por las nubes, por lo que ha sido un acierto, elegir esta zona, para acto seguido, continuar caminando por el GR.90, hasta alcanzar el desvío a la fuente Molina, cuyo acceso está cubierto por una gruesa capa de hielo, que fotografío.

Al levantar el pie, resbalo y caigo al suelo, junto con la cámara que sale despedida, golpeando el objetivo abierto contra el hielo. En un principio, parece que está bien, pero al intentar hacer una foto, está no hace nada y en la pantalla, pone que reinicie la cámara, pero al hacer la comprobación, el objetivo está quieto, saliendo al poco rato un mensaje de, error de sistema <<zoom>>, que mala pinta tiene …, aunque, como es algo que en pleno monte, no puedo solucionar, la guardo en la mochila, saco el móvil, que con unas buenas condiciones de luz y sin abusar del zoom, hace unas fotos decentes.

Ya que he parado, aprovecho para cambiar el abrigo por el cortavientos, después, abandono el camino principal, para tomar un sendero, que nace en el mismo área recreativa, por el que, en fuerte ascenso, atravieso el pinar, hasta salir a un pequeño claro, en el que el sendero traza una zeta, donde me detengo para disfrutar de las vistas hacia la Peña del Acivillo y el barranco de Valdeolivo, con la sierra de Algairén de fondo.

Superado este bonito paso, continúo subiendo por el pinar, en el que a medida que voy ganando desnivel, la pendiente va disminuyendo, hasta alcanzar el collado de Valdeolivo, que hace de divisoria entre el Puntal de San Iñigo y la Peña del Acivillo, en cuya cima se ha instalado una caseta con antena de telefonía, a la que podría subir por su cercanía, pero, prefiero dejar para otro día, ya que llevo idea de realizar una circular, que reúna las principales cimas de esta parte de la sierra de Vicort.

Ahora, sigo la ascensión hacia el Puntal de San Iñigo, tomando de referencia las marcas blancas y rojas del GR.90, que no abandonaré hasta Codos, subiendo por un bonito sendero, que recorre las lindes del pinar, salpicado también por los Enebros, que comienzan hacer acto de presencia en esta cara de la montaña, donde el cierzo comienza a notarse, coronando una primera elevación, desde la que aprovecho para echar una mirada atrás, hacia la Peña del Acivillo y el dúo, que conforma el pico Codos con el pico San Gil.

Tras esta pequeña elevación, el sendero continúa subiendo hasta alcanzar la antecima y unos metros más arriba, llego a la amplia cima del Puntal de San Iñigo, marcada con un hito, en la que pega el viento con ganas, así que me resguardo en un vivac, con capacidad para una o dos personas, en el que echo un bocado mientras observo el Campo Romamos con la sierra de Cucalón de fondo, ya en la provincia de Teruel.

Tras una curva a la izquierda, la pista se adentra en el barranco de Valdeolivo
Lo que proporciona una bonita panorámica de la sierra de la Nava Alta, con el Moncayo cubierto por las nubes
Para acto seguido, continuar caminando por el GR.90
Hasta alcanzar el desvío a la fuente Molina, cuyo acceso se encuentra cubierto por una gruesa capa de hielo
En el que nace un sendero, que atraviesa el pinar, hasta salir a un pequeño claro, en el que el sendero, traza una zeta
Donde me detengo para disfrutar de las vistas al barranco de Valdeolivo con la sierra de Algairén
Luego, continúo subiendo por el pinar, en el que a medida que voy ganando desnivel, la pendiente se suaviza
Hasta alcanzar el collado de Valdeolivo, que hace de divisoria entre la Peña del Acivillo y el Puntal de San Iñigo
Hacia el que sigo subiendo, por un bonito sendero que recorre las lindes del pinar
Salpicado de enebros, por el que avanzo tomando de referencia las marcas blancas y rojas del GR.90
Coronando una primera elevación, desde la que observo a mi espalda, la Peña del Acivillo
Y el dúo que conforma el pico Codos y el pico San Gil (sierra Modorra)
Tras esta elevación, el sendero continúa subiendo hasta la antecima, desde la que accedo
A la cima del Puntal de San Iñigo, donde me resguardo en un vivac
En el que echo un bocado, mientras observo el Campo Romamos con la sierra de Cucalón de fondo

De la cima a Codos, el descenso es bastante directo, ya que apenas son unos 4 kilómetros (menos de la mitad de los que llevo en ascenso), así que recojo todo e inicio el descenso, caminando por el amplio cordal, que une esta cima con la Peña Cedrón, salpicado de enebros, que atravieso por un bonito sendero tomando de referencia el GR.90, disfrutando de las vistas hacia la sierra Modorra (pico Codos y pico San Gil), donde al fondo, asoma la forma piramidal del pico San Bartolomé, que con sus 1300 metros, es el punto más elevado de la sierra del Peco.

En poco más de diez minutos, el sendero desemboca en una aplanada loma, defendida por un grupo de rocas, que utilizo como marco, para fotografiar la sierra de la Nava Alta con las poblaciones de Tobed y Santa Cruz de Grío, que da paso, a un terreno con algo más roca pero perfectamente trazado, por el que llego a la cima amojonada de la Peña Cedrón (1090 metros), desde la que contemplo por última vez el Puntal de San Iñigo, donde agudizando la vista, puedo apreciar la cima del Moncayo teñida de blanco.

A partir de este punto, la pendiente gana en inclinación, el sendero atraviesa un mar de piedras, que, al ser de un tamaño reducido, hace que las zapatillas se hundan ligeramente, por lo que desciendo bastante cómodo, aunque de vez en cuando, doy algún que otro patinazo, algo habitual en este tipo de terrenos, donde los enebros ganan envergadura, teniendo que ir atento a las marcas blancas y rojas del GR.90, ya con la población de Codos a la vista.

Unos metros más abajo, cuando alcanzo las ruinas de una paridera, la pendiente disminuye, los enebros dan paso a las carrascas, mientras el sendero se transforma en un cómodo camino, por el que disfruto de las vistas hacia pico Codos y el pico Valdemadera, alternando el camino con pequeños tramos de sendero, hasta enlazar con un camino asfaltado por el que se accede al núcleo urbano de Codos, aunque cerca del camposanto, tomo a mano izquierda un camino forestal, por el que desciendo justo hasta la nave industrial donde tengo aparcada la furgoneta, finalizando esta sencilla pero bonita circular, por un sector de la sierra de Vicort, poco transitado, en el que tendré que hacer más incursiones.

Desde la cima, inicio el descenso por el cordal, tomando de referencia el GR.90, disfrutando de las vistas a la sierra Modorra
Y al fondo, con su forma piramidal, el pico San Bartolomé, que con sus 1300 metros, es la máxima elevación de la sierra del Peco
En poco más de diez minutos, el sendero desemboca en una aplanada loma, cubierta de vegetación
Defendida por un grupo de rocas, que utilizo
 Como marco, para fotografiar la sierra de la Nava Alta, con las poblaciones de Tobed y Santa Cruz de Grío
Que da paso a un terreno con algo más de roca, pero perfectamente trazado
Por el que accedo al hito, que marca la cima de la Peña Cedrón
Desde la que contemplo por última vez, el Puntal de San Iñigo
A partir de este punto, la pendiente gana en inclinación
Mientras el sendero, atraviesa un mar de piedras y los helechos ganan envergadura
Hasta alcanzar una paridera en ruinas, donde la pendiente disminuye y los enebros 
Dan paso a las carrascas, mientras el sendero se transforma en un camino
Desde el que disfruto de las vistas hacia el pico Codos
Y el pico Valdemadera, hasta enlazar con un camino asfaltado
Que da acceso al núcleo urbano, aunque cerca del camposanto, tomo un ramal a la izquierda, por el que desciendo hasta la furgoneta

miércoles, 19 de enero de 2022

Ermita Virgen de la Peña, desde Aniés


La Comarca de la Hoya de Huesca, se encuentra en la zona intermedia del Alto Aragón, enmarcada al Norte, entre las sierras prepirenaicas de Santo Domingo, Loarre, Caballera, Gratal y Guara; al Sur, de las llanuras meridionales que suponen la antesala de la Estepa Monegrina, lo que garantiza una gran diversidad natural.

Toda la zona, está salpicada por campos de almendros y cerezos, que, en época de floración, brindan un espectáculo, con sus flores blancas, que son regados por las aguas de los ríos Isuela, Flumen y Guatizalema, mientras sus cielos, son sobrevolados por el buitre leonado, el milano o el quebrantahuesos.

Está compuesta, por cuarenta municipios, perteneciendo a la provincia de Zaragoza, Murillo de Gállego y Santa Eulalia de Gállego, ubicándose el resto en la provincia de Huesca, al que pertenece la villa de Aniés (La Sotonera), enclavada entre las villas de Bolea y Loarre, donde en uno de sus cerros, como si de un nido de águilas se tratase, se construyó la ermita de Nuestra Señora de la Virgen de la Peña, siendo su parte más antigua, de la época romana, mientras el resto, pertenece al siglo XIII.

Para la jornada de hoy, en compañía de mi mujer, vamos a realizar una ruta semi circular, utilizando el PR-HU110 y el PR-HU109, para visitar este santuario, donde cada primer sábado de mayo, los fieles de Bolea, Loarre, Lierta, Quinzano, Puibolea, Esquedas y Ayerbe, suben en romería.


 

Habitualmente, cuando salimos al monte, comemos de bocadillo, pero hoy, hacemos una excepción y hemos reservado en Casa O'Caminero, así que, pasadas las 11, llegamos al municipio de Aniés, donde aparcamos en la calle Garisa Alta, que secciona el núcleo urbano en dos, por la que comenzamos a caminar en sentido ascendente, dejando 
atrás las últimas casas, hasta que la calle, se transforma en una pista de tierra, por la que avanzamos con la mirada puesta en los paredones, en los que se ubica la ermita de la Virgen de la Peña y en el castillo de Loarre.

A medida que vamos ganando desnivel, el panorama cambia, los campos cerezos y almendros, dan paso a un precioso pinar, roto tan solo, por un pequeño bosque de ribera, formado entorno al cauce del río Biel, hasta alcanzar una encrucijada, donde se separan el PR-HU109, que se dirige a La Paúl/Rasal y el PR-HU110, que va a la Ermita de la Virgen de la Peña, aunque también, podríamos seguir por la pista, que sirve de acceso a los vehículos.

En este punto, iniciamos el tramo circular del recorrido, donde regresaremos por el PR-HU109, para continuar subiendo por el PR-HU110, por un bonito sendero que ataja la pista principal, entre pinos y un denso sotobosque, compuesto principalmente de bojes, tomando de referencia las marcas blancas y amarillas, por la que salimos definitivamente a la pista, cerca de la base del cerro en el que se ubica el santuario, aunque desde esta posición, tan solo vemos la casa del santero.

Cuando apenas hemos caminado un par de kilómetros (km 2.2), alcanzamos una bifurcación, donde abandonamos la pista que se dirige a la ermita de San Cristóbal, para tomar a mano izquierda un sendero, por el que atravesamos un pequeño vergel, formado entorno a una fuente - manantial, que 
da paso a un terreno rocoso, acondicionado con escalones, por los que subimos disfrutando de las vistas hacia el castillo de Loarre, superando el tramo más duro de todo el recorrido, para continuar, hasta alcanzar las escaleras que dan acceso al conjunto.

La entrada, es gratuita, aunque si se quiere visitar la ermita, está si que es de pago (más información aquí). Como vamos bien de tiempo, descendemos observando el conjunto, formado por la ermita medieval, cuyos restos más antiguos pertenecen al siglo XIII, aunque posteriormente, entre los siglos XVII-XVIII, sufrió modificaciones, en la que sin duda llama la atención, la pequeña espadaña que se eleva sobre su tejado a dos aguas, mientras al fondo, bajo una visera rocosa, se ubica la casa del Santero, a la que subimos a uno de sus balcones, para disfrutar de las vistas hacia la Hoya de Huesca.

Desde la calle alta, caminamos hasta enlazar con una pista, desde la que observamos, la ermita de la Virgen de la Peña
Y a un lado, el castillo de Loarre, con el pico Puchilibro de fondo
A medida que vamos ganando desnivel, los campos de almendros y cerezos, dan paso a un precioso pinar
Roto, tan solo, por un pequeño bosque de ribera, que se ha formando entorno al río Biel
Hasta alcanzar una encrucijada, donde se separan el PR-HU109 y el PR-HU110, que va hacia la ermita
Por el que continuamos por un bonito sendero, que ataja la pista principal
Entre pinos y un denso sotobosque, compuesto principalmente de bojes
Tomando de referencia las marcas blancas y amarillas del PR-HU110
Hasta desembocar en la pista, que recorremos, cerca de los paredones
En los que se ubica la ermita, aunque desde esta perspectiva, tan solo vemos la casa del Santero
Unos metros más adelante, alcanzamos un cruce, donde tomamos un sendero, que atraviesa un pequeño vergel
Que da paso a un terreno rocoso, acondicionado con escalones, por los que subimos
Disfrutando de las vistas hacia el castillo de Loarre, superando el tramo más duro, para acto seguido
Continuar hasta las escaleras de acceso, por las que bajamos, obteniendo una panorámica de la ermita
Y la casa del Santero, a cuyos balcones nos asomamos
Para disfrutar de las vistas hacia la Hoya de Huesca

Luego, regresamos al sendero, por el que rodeamos el perímetro por la parte superior, hasta alcanzar un punto elevado, donde apreciamos claramente la ubicación del santuario, a modo de "nido de Águilas", sobre unas paredes que caen en picado, sin duda ¡espectacular!, mientras oculto en un recodo del cerro, localizamos posado un buitre leonado, que, junto con Quebrantahuesos, águila real, águila perdicera, halcón peregrino, azor y el búho real, surcan los cielos de esta maravillosa sierra de Caballera.

Con estas maravillosas vistas, comenzamos el descenso por la pista de servicio, en el que a medida que vamos perdiendo desnivel, los pinos hacen acto de presencia, por lo que aprovechamos para echar una mirada al castillo de Loarre, antes de introducirnos en el pinar, por el que caminamos plácidamente, enlazando con la Cañada Real de Rasal, que tomamos en sentido descendente, obviando unos metros más abajo, el ramal de la izquierda que sube a la ermita de San Cristóbal, para continuar tomando de referencia las marcas blancas y amarillas del PR-HU109, por las que llegamos a la unificación con el PR-HU110, donde cerramos la  circular, para continuar bajando por la pista principal, disfrutando de las vistas hacia la Hoya de Huesca.

En un pequeño claro en el bosque, hacemos una pausa. Descansamos unos minutos, en unas piedras habilitadas como "bancos", para acto seguido, reanudar la marcha por la pista, que rápidamente nos saca del bosque, hasta alcanzar las primeras casas de Aniés, donde paramos para ver un grupo de caballos y echar un vistazo al cerro, en el que se ubica la ermita de la Virgen de la Peña, dando por finalizado este bonito recorrido, después de tres horas

Luego, regresamos al sendero, por el que bordeamos el perímetro del santuario
Hasta alcanzar un punto elevado, donde apreciamos la ubicación del santuario
A modo de "nido de Águilas"
Mientras en un recodo del cerro, localizamos posado un buitre leonado
Con estas vistas, comenzamos el descenso por la pista de servicio, en el que a medida que perdemos desnivel
Los pinos hace acto de presencia, por lo que aprovechamos para echar una mirada al castillo de Loarre
Antes de introducirnos en el pinar, por el que caminamos plácidamente
Hasta enlazar con la Cañada Real de Rasal
Que tomamos en sentido descendente, obviando otro ramal que sube a la ermita
Hasta alcanzar la confluencia del PR-HU109 y el PR-HU110, para continuar bajando por la pista
Disfrutando de las vistas hacia la Hoya de Huesca
En un pequeño claro en el bosque, descansamos unos minutos, para acto seguido, reanudar la marcha por la pista
Por la que llegamos a las primeras casas de Aniés, donde paramos para ver a un grupo de caballos
Y echar un vistazo a la ermita de la Virgen de la Peña, finalizando el recorrido después de tres horas

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