lunes, 19 de febrero de 2018

Vuelta al barranco de Mascún por las fajas (Sendero d'as Zinglas y Sendero d'as Peñas Altas)


El Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara es la más elevada de las Sierras Exteriores Pireinaicas, una gran barrera calcárea que constituye el límite meridional de los pirineos oscenses, que abarca al oeste las Sierras del Águila, Bonés y Gabardiella; al este las Sierras de Lupera, Balcés y Sevil; al este-oeste la Sierra de Guara, la más importante de todas las sierras, de la que recibe su nombre el Parque Natural, en la que nos vamos a centrar en la jornada de hoy.

Ubicada entre los valles de los ríos Guatizalema y Alcanadre, al noroeste de la ciudad de Huesca, de la Sierra de Guara, destacan los sorprendentes paisajes esculpidos por la acción del agua, donde sus ríos de aguas color turquesa, fluyen formando impresionantes cascadas, sifones, cuevas y barrancos, en el que sin duda el más emblemático, es el barranco de Mascún, caracterizado por sus formaciones pétreas, que hoy en compañía de Carlos (Zancadas Ligeras) vamos a circunvalar, no por su cauce, sino por esos senderos imposibles (Sendero d'as Zinglas y Sendero d'as Peñas Altas) que caracterizan esta sierra.


Como las horas de luz en invierno son escasas, madrugamos a pesar del frío, desde Zaragoza llegamos hasta las estribaciones de la bonita población de Rodellar, que se alza sobre el barranco de Mascún, que en la última década se ha convertido en un lugar de peregrinaje para los amantes de los deportes de aventura (escalada, barrancos, senderismo y vías ferratas), por lo que está prohibido aparcar dentro del núcleo urbano, así que dejamos el coche en el aparcamiento que se encuentra a las afueras del pueblo, donde echamos un bocado mientras preparamos las mochilas.

Pasadas las 09:30, caminamos hacia el final del aparcamiento, en el que se ubica un refugio. Aquí, cogemos el inicio del sendero S3, por el que dirección Norte nos dirigimos entre muros de piedra que delimitan el sendero, de los campos de cultivo adyacentes, al núcleo urbano de Rodellar, que no tardamos en alcanzar tras subir un suave repecho.

Desde la calle principal, continuamos durante cien metros hasta que llegamos a la altura del bar restaurante Casa Florentino, en cuya esquina hay un panel direccional, que indica Virgen del Castillo/Cheto, en el que comienza la circular.

Aunque se puede realizar en ambas direcciones, nosotros optamos por hacerlo en sentido antihorario, así que desde este punto, tomamos la calle que a nuestra derecha rápidamente se transforma en una calzada, conocida como el “Camino de la Montaña” o Camino de Cheto, cubierto por un denso bosque de carrascas y bojes, flanqueado por unos bonitos muros construidos en piedra seca, que antaño, los agricultores levantaban para evitar que los rebaños entrasen en sus campos, mientras oculta entre el denso carrascal, vamos ladeando la loma San Chil, que según la tradición oral, fue donde estuvo el origen de Rodellar, en lo que hoy en día es el despoblado de Cheto, al que llegamos nada más salir del bosque.

La mayoría de las casas se encuentran en ruinas, pero dos de ellas todavía permanecen en pie, e incluso son habitadas de forma puntual, como Casa Antón y Casa Narciso, aunque en otros tiempos este despoblado tuvo mayor importancia, ya que en el existió un castillo de época medieval, que así lo atestiguan los restos de cierre de la fortificación, una iglesia, además de un pequeño poblado, del que tan solo quedan piedras amontonadas.

En Cheto, continuamos dirección Norte/Este hacia la ermita románica de la Virgen del Castillo/Pozo de Bagüeste, donde la calzada se va estrechando hasta convertirse en un estrecho sendero, por el que avanzamos en suave descenso, tomando de referencia las marcas verdes y amarillas de un sendero local, dejando a nuestra izquierda el barranco de Cheto.

Unos metros más adelante, alcanzamos el desvío que va a la ermita de la Virgen del Castillo, que obviamos, y seguimos todo recto por terreno llano, hacia los Pozos de Bagüeste, donde no tardamos en vislumbrar el barranco de la Virgen, que nos permite ver por primera vez las curiosas formaciones del barranco de Mascún, que más de cerca veremos a nuestro regreso por el camino de la Costera de Otín.

Si hasta el momento todo había sido coser y cantar, ahora el sendero atraviesa una pedrera, por la que comenzamos a ganar desnivel rápidamente. Una vez alcanzamos la parte alta, nos desviamos unos metros del sendero, para llegar hasta un saliente desde el que tenemos una amplia panorámica del barranco del Mascún, repleto de múltiples formaciones y afiladas agujas, en las que destacan la Ciudadela, Cuca Bellostas o las Puntas de Cagatés, mientras las llanuras del Valle de Rodellar van quedando atrás.

Desde el aparcamiento, cogemos el sendero S3, por el que entre muros de piedra seca, tras un suave repecho
Salimos a Rodellar, a la altura de Casa Florentino, donde iniciamos la circular en sentido antihorario
Para continuar por el camino de Cheto, adentrándonos en un precioso carrascal
Flanqueado por muros de piedra seca, por el que vamos ladeando la loma San Chil
Hasta llegar al despoblado de Cheto, que todavía conserva un par de casas en pie
Donde seguimos dirección Noroeste, hacia la ermita de la Virgen del Castillo/Pozo Bagüeste
Caminando por la calzada, que rápidamente se transforma en sendero
Dejando a nuestra izquierda, los barrancos de Cheto y de la Virgen, donde aparecen las primeras formaciones
A partir de este punto, la pendiente se acentúa, atravesamos una corta pero pronunciada pedrera
Por la que llegamos a un saliente, desde el que disfrutamos de una amplia panorámica del Mascún Inferior
Y las llanuras del Valle de Rodellar, que van quedando atrás

De vuelta al sendero, aprovechamos que el terreno es favorable para correr un rato dirección Norte, por un sendero que nos va alejando unos metros de las cornisas, entre boj y algún esporádico pino, en el cual alternamos tramos llanos con ligeras subidas, pasando cerca de la Peña Picarda, mientras disfrutamos de las crestas calizas que inundan el entorno, que sobrevuelan un nutrido grupo de buitres.

Cuando alcanzamos el primer cuarto del recorrido (5 km), llegamos hasta el barranco de la Glera, (Glera es una palabra aragonesa que significa pedregal) que era el límite de tierras entre Rodellar y Otín, que ahora divide el sendero en dos; derecha hacia los Pozos de Bagüeste, que en la actualidad reciben este nombre por encontrarse dentro del término de Bagüeste, aunque históricamente se han conocido como Pozos de Otín, e izquierda, al despoblado de Letosa, que es la opción que a partir de ahora debemos tomar de referencia, hasta alcanzar el inicio del sendero d'as Singlas.

Siguiendo estas pautas, descendemos unos metros por el mar de piedras que conforma el barranco, con vistas al Cabezo de Guara, hasta que a mano derecha, encontramos la continuación del sendero, por el que nos adentramos en un bonito carrascal, tomando de referencia unas marcas rojas de pintura.

El sol comienza a calentar, aprovechamos la buena sombra que nos ofrece el bosque para hacer la primera parada de la jornada, mientras comemos, observamos entre las ramas de los árboles de nuevo la figura del Cabezo de Guara, y detrás suyo, la pala sinclinal que forma la cima del Tozal de Guara, que con sus 2.077 metros, es la máxima elevación de la Sierra de Guara.

Tras la pausa, continuamos corriendo dirección Norte virando poco a poco hacia el Oeste, hasta salir a cielo abierto. En un recodo del sendero, nos encontramos con un par de buenos ejemplares de cabra, que acostumbradas a la presencia humana, se retiran sosegadamente a un lateral, mientras nosotros seguimos nuestro camino alterando lo menos posible su paz, alejándonos del barranco del Mascún, hasta llegar a una nueva bifurcación.

El camino de la derecha, se dirige en fuerte ascenso a la ermita de Santa Marina, nosotros cogemos el sendero principal que va a Letosa, por el que en suave ascenso, vamos cruzando los diversos barrancos secundarios que desembocan en el Mascún Superior, que tras unos minutos trotando entre carrascas, vuelve hacer acto de presencia, junto con el Cabezo de Guara.

Sobre la cota 1.170 metros, casi mimetizados por el entorno, encontramos los restos de los corrales de Letosa (corral de Jimenez y corral de Molinero), que rodeamos en suave ascenso, hasta llegar al punto más elevado del recorrido, desde el que disfrutamos de una amplia panorámica hacia el Mascún Superior, y a los Pirineos, en el que sin duda destacan las nevadas cumbres de las tres Serols (Monte Perdido, Cilindro de Marboré y Añisclo).

De vuelta al sendero, continuamos dirección Norte, alejándonos por unos minutos de las cornisas
Entre bojes, carrascas y algún esporádico pino, pasando cerca de la Peña Picarda
Disfrutando de las crestas calizas, que sobrevuelan un grupo de buitres
Hasta llegar al barranco de la Glera, donde el sendero se bifurca en dos, tomando el ramal que va a Letosa
Por el que siguiendo unas marcas de pintura roja
Nos adentramos en un precioso carrascal
Que cuando se abre, entre las ramas, podemos ver la figura del Cabezo Guara, detrás el Tozal de Guara
Y en un recodo del sendero, un par de cabras asilvestradas
Unos metros más adelante, llegamos a una nueva bifurcación, donde tomamos el sendero hacia Letosa
Por el que llegamos a la ruinas de los Corrales de Letosa, que rodeamos por la derecha
Hasta alcanzar el punto más elevado, con vistas al barranco del Mascún, Cabezo Guara, Tozal de Guara
Y a los Pirineos, en el que destacan las tres Serols (Monte Perdido, Cilindro de Marboré y Añisclo)

Después de disfrutar de las vistas, descendemos unos metros hasta alcanzar el desvío hacia el Saltador de las Lañas, punto en el que abandonamos el sendero que por la parte alta se dirige al despoblado de Letosa.

Perfectamente indicado en su inicio, emprendemos el descenso dirección Norte/Oeste, con vistas al Puyal de Letosa, a los pirineos en el que destaca el impresionante tajo de más de 100 metros de altura, de la Brecha de Rolando y a la cabecera del barranco de Mascún, a la cual nos dirigimos, por un bonito sendero con el piso con bastante piedra suelta, por el que llegamos al borde de los acantilados, mimetizados por el boj que cubre la ladera izquierda.

Poco a poco, vamos virando hasta ganar dirección Norte, con vistas a las Cascadas de Peña Guara que debido a las escasas precipitaciones están secas, pero todavía mantienen en sus pozas de recepción, esas aguas color turquesa, tan características de la Sierra de Guara.

En apenas diez minutos, alcanzamos la base del paredón, sobre el que cuelga el barranco de as Lañas, donde enlazamos con el sendero d'as Zinglas, por el que seguimos entre carrascas, enebros y piornos, atentos a los hitos que nos marcan el sendero, para no acabar embarcados.

Tras realizar varias lazadas, llegamos a la altura de un gradón de unos dos metros de altura, acondicionado en piedra seca y con relleno en su interior, lo que nos muestra que este camino ya se utilizaba antaño, aunque según pude informarme antes de preparar el recorrido, el sendero original conectaba de forma más directa con los corrales de Letosa, a través de la base de los acantilados.

Como la piedra resbala bastante, lo destrepamos con cuidado, nada más superarlo, conectamos con una espectacular faja colgada en el vacío, pero lo suficientemente ancha para que la sensación de vacío sea prácticamente nula, por lo que correteamos por ella disfrutando de este magnífico tramo, con vistas a las magníficas formaciones del barranco del Mascún, a cuya cabecera llegamos rápidamente, en el bucólico rincón que forma el Saltadero as Lañas o Saltador de las Lañas, que es una sucesión de pozas escalonadas de 30 metros de altura, donde aprovechamos para comer, y disfrutar de este fantástico paraje, a pesar de que no lleva mucha agua.

Desde el mirador, descendemos hasta alcanzar el desvío hacia el Saltador de las Lañas
Por el que iniciamos el descenso dirección Noroeste, con vistas a los Pirineos
Y a la cabecera del barranco del Mascún
Por un bonito sendero, por el que vamos acercandonos al borde de los acantilados
Con vistas a las Cascadas de Peña Guara, que debido a las escasas precipitaciones, no llevan agua
Pero mantienen en sus pozas de recepción, esas aguas color turquesa, tan características de Guara
Unos metros más abajo, enlazamos con el sendero d'as Zinglas, por el que vamos entre enebros, bojes, y carrascas
Hasta que llegamos a la altura de un gradón, de unos dos metros, que destrepamos 
Que conecta, con una amplia y espectacular faja, por la que correteamos
Disfrutando de las vistas del Mascún Superior
Hasta llegar al bucólico rincón, que forma el Saltadero as Lañas o Saltador de las Lañas

En rincones como este, el tiempo pasa volando, muy a nuestro pesar, es hora de retomar la circular, que aún nos queda la mitad del recorrido, y toca afrontar el tramo más delicado, que ralentizara el paso.

Así que nos ponemos en marcha, cruzamos el exiguo cauce del barranco del Mascún por las piedras, una vez en la otra margen, continuamos por el sendero d'as Zinglas, por el que caminamos en suave ascenso por una amplia faja, que a medida que vamos ganando desnivel se estrecha, hasta convertirse en un estrecho sendero por el cual rodeamos a media ladera, pegados a la roca el Puyal de Letosa, con una sensación de vacío total, en el que un mal paso nos puede precipitar al vacío.

De vez en cuando, nos detenemos para observar el panorama, no solo por abajo, sino también por arriba, ya que la pared esta llena de pequeñas oquedades. En una de ellas, comprobamos como un grupo de cabras asilvestradas observa nuestros torpes movimientos, en comparación con ellas, que hacen equilibrismo sobre las rocas, y que nos recuerdan que antaño, esto sendero d'as Zinglas, era utilizado por los pastores para llevar el ganado (solo cabras) a los corrales de Letosa, en unas condiciones que ya quisieran ellos hubiesen sido las mismas con las que hoy las recorremos.

Tras pasar este primer estrechamiento, la faja gana en amplitud, el terreno es llano y bastante cómodo de caminar, lo que nos permite disfrutar de las múltiples figuras que la erosión ha formado en la cuenca del Mascún, que en este tramo se estrecha, formando los Oscuros de Otín, a los que se puede acceder de forma rápida a través de la cuenca del barranco de Raisén, a cuya altura llegamos tras realizar un giro a la derecha.

Por unos minutos, abandonamos la cuenca del Mascún, rodeamos el Puyal de Letosa siguiendo la senda d'as Zinglas, que en este tramo también es conocida como la faja de Raisén, donde el sendero es más cómodo, aunque no pierde un ápice en espectacularidad, disfrutando de cada paso, hasta que llegamos a la cabecera del barranco, en el salto conocido como el Saltadero de Raisén, que con un rápel bolado de 30 metros se utiliza como acceso al barranco de Mascún, ya que es el afluente de la orilla orográfica derecha más cercano al inicio del Mascún Superior.

Desde el Saltadero as Lañas, continuamos ganando suavemente desnivel, por el sendero d'as Zinglas
Por una faja, que a medida que ganamos desnivel se estrecha, rodeando a media ladera
Pegados a la pared del Puyal de Letosa, mientras un grupo de cabras asilvestradas
Observan nuestros torpes movimientos
En comparación con ellas, que hacen equilibrismo sobre las rocas
Tras pasar este estrechamiento, la faja se amplia, lo que nos permite disfrutar de las vistas
Del barranco de Mascún, que se estrecha formando los Oscuros de Otín
A los que se pueden acceder, por la cuenca del barranco de Raisén, al cual llegamos tras un giro a la derecha
Donde dejamos por unos minutos el Mascún, para rodear el barranco de Raisén, por una espectacular faja
Desde la que miramos como el barranco de Raisen, desemboca en los Oscuros de Otín
Y por la que llegamos a la cabecera del barranco, donde podemos ver la Chopera de Otín

Desde la cabecera del barranco de Raisén, podemos ir a Otín por el GR.1 saliendo a la Chopera de Otín, antigua zona de cultivos de los lugareños de Otín, o continuar rodeando ahora el Puyal de Otín por el sendero d'as Peñas Altas, que reducirá nuestro avance, pero que es mucho más atractivo.

Sin dudarlo un segundo, elegimos está segunda opción, que para eso somos buscadores de lo intrincado. Así que tras cruzar el barranco de Raisén, enlazamos con el sendero d'as Peñas Altas, por el que empezamos a rodear el Puyal de Otín, caminando por la zona alta del barranco. 

En apenas cinco minutos, salimos de nuevo al barranco del Mascún, donde comenzamos una larga travesía horizontal, por una amplia faja que nos lleva bajo la cueva d'a Pozeta, que en tiempos de abundantes lluvias se utilizaba para recoger agua, y que desemboca en la canal d'a Pozeta, único lugar por el que se podía acceder al cauce del Mascún, aunque viendo la verticalidad del terreno, no queremos ni imaginarnos como lo harían.

Sin apenas perder desnivel, vamos disfrutando de las espectaculares vistas que de nuevo nos ofrece el barranco de Mascún, en el que destacan las formaciones de la Punta d'o Caracol y la Peña Os Moros, que indican el final de la zona de Os Oscuros, en cuyos pináculos adyacentes que forman el Castillo, podemos ver posados un grupo de buitres, esperando a que las térmicas les sean favorables para emprender el vuelo.

Sobre la cota 1.050 metros, dejamos de perder altura, para comenzar a ganar desnivel de forma moderada, dejando a nuestra derecha los antiguos huertos de Casa Tejedor y Casa Carretero, en el que no nos cabe en la cabeza como se les ocurrió cultivar en esta zona tan inhóspita, de tal complejo acceso, lo que indica que en esta zona como en otras muchas, se aprovechaban todos los recursos que la tierra daba. 

Unos metros más arriba, el sendero d'as Peñas Altas desemboca en un saliente, conocido como el Mirador del barranco de Mascún, desde el que disfrutamos de una amplia panorámica de toda la cuenca del Mascún, y de los numerosos barrancos que en el desembocan, además del despoblado de Otín, que es nuestro próximo destino.

Para llegar hasta Otín, cogemos el sendero d'as Peñas Altas, por el que cruzamos el barranco de Raisén
 Y caminamos por las alturas
Viendo como el barranco de Raisén, desemboca en el Mascún
 Donde empezamos una larga travesía horizontal, por una amplia faja
Que en suave descenso, nos lleva por debajo de la cueva d'a Pozeta
Desde la que podemos ver, como se estrecha el barranco de Mascún, formando Os Escuros
Sin apenas perder desnivel, observamos otras formaciones
Como la Peña Os Moros, que unidas con dos torres forman el Castillo, que indican el final de Os Oscuros
En cuyos pináculos se posan un grupo de buitres
Sobre la cota 1050 metros, comenzamos a ganar desnivel, dejando a nuestra derecha antiguos huertos
Hasta salir a la parte alta del Puyal de Otín, conocido como el Mirador del Mascún Superior
E Inferior, el cual disfrutaremos más adelante por el camino de la Costera

Después de la pausa, nos ponemos en marcha, iniciamos el descenso hacia el despoblado de Otín, que vemos a vista de pájaro, por una pista de tierra que nace en el mismo mirador, por la que avanzamos rápidamente hasta llegar en poco más de cinco minutos a un cruce de caminos, a las afueras de Otín.

Aunque regresaremos a este punto, ahora nos vamos a Otín, que recorremos por su calle principal, que antaño tuvo su importancia, ya que se componía de 11 viviendas, repartidas en dos barrios (Otín Bajo y Otín Alto), en el que se encontraba el famoso bar Manolo.

Visitadas las ruinas de Otín Bajo, regresamos hasta el cruce, donde está vez cogemos el sendero que se dirige al barranco de Mascún por Turno, por el que continuamos tomando de referencia las marcas verdes y amarillas de un sendero local, paralelos al cauce seco del barranco de Otín, por el que atravesamos la era Cebollero, de la que aún se mantiene en pie la borda, además del muro de piedra seca que delimita la finca.

Tras dejar le era, caminamos atentos al sendero, que en algunos puntos se difumina, aunque rápidamente lo volvemos a encontrar, hasta que enlazamos con el sendero que desciende desde Otín Alto, en el que se conservan los restos de una ermita y un molino, que ya visite en otra ocasión cuando realice la ruta circular del Real de Mascún.

Entre muros de piedra seca, seguimos unos metros en suave ascenso, hasta adentrarnos en uno bonito bosque mixto de caxicos (robles) y bojes, con un suelo empedrado cubierto por una alfombra de hojas, por el que descendemos disfrutando de tan precioso paraje, también atentos al suelo, para evitar las trampas naturales que ocultas entre las hojas nos pueden llevar de bruces al suelo.

Una vez fuera del bosque, llegamos a un pequeño rellano, donde nos detenemos para observar dos enormes ejemplares de caxicos, punto en el que tenemos la posibilidad de regresar a Rodellar por el dolmen de la Losa Mora, para después bajar Mascún por el barranco de Andrébod, o hacerlo por el sendero de la Costera, opción por la que nos decantamos, ya que visualmente es más espectacular.

Dicho y hecho, cogemos el sendero por el que dirección Sur nos adentramos en el corto, pero bello tramo que forma el Cajigar de Otín, donde los árboles mantienen las hojas secas en las ramas. Nada más dejarlo atrás, enlazamos con el sendero de la Costera d'e Otín, que por una preciosa faja prácticamente llana, nos aproxima de nuevo al barranco de Mascún, donde comenzamos a vislumbrar un sin fin de agujas e inverosímiles formaciones, hasta que poco a poco, comenzamos a descender cerca del Puntal d'a Costera, en el cual nos aproximamos al borde del precipicio, para disfrutar del barranco de Mascún en su máximo esplendor. 

Desde el Mirador del Mascún, descendemos por pista hacia Otín
Donde caminamos por la calle principal
Para acto seguido, regresar a un cruce, donde cogemos el sendero que va al Mascún por Turno
Por el que cruzamos la era Cebollero
Hasta enlazar con el sendero que viene desde Otín Alto
 Adentrándonos en un precioso bosque de caxicos y bojes
Con el suelo empedrado, cubierto de hojas, por el que llegamos a un rellano
En el que nos encontramos con dos buenos ejemplares de caxicos, donde el sendero se bifurca en dos
Nosotros cogemos el sendero que dirección Sur, atraviesa el Cajigar de Otín
Por el que enlazamos con el Camino de la Costera
Desde el cual, volvemos a disfrutar de un sin fin de agujas e inverosímiles formaciones
Hasta que llegamos cerca de la Punta d'a Costera, donde disfrutamos del Mascún en su máximo esplendor

De vuelta al sendero, iniciamos un largo y pronunciado descenso, con el piso lleno de piedras, que se clavan en nuestros pies, resultando bastante molesto. Tras varias lazadas, llegamos al fondo del barranco del Mascún, en el conocido tramo como O Real de Mascún, donde echamos una mirada a nuestra espalda, para disfrutar de tres emblemáticas figuras del Mascún, como la Torre Santiago, la Ciudadela y la afilada aguja de la Cuca Bellostas, que tiene una vía de escalada con pasos de hasta VI.

Después, continuamos caminando por el interior del barranco de Mascún, donde alternamos tramos de sendero, con otros por lo que avanzamos por medio del lecho pedregoso del barranco. Cuando el cañón por el avanzamos se estrecha, aparece ante nosotros, la que es sin duda unas de las figuras más representativas del Parque Natural, el Delfín.

También conocida como la Ventana, está formación rocosa está compuesta por 27 vías de escalada, repartidas en dos sectores, Norte (20 vías con una dificultad máxima de 9a) y la Sur (7 vías con una dificultad máxima de 7c+) que es la que vemos desde esté lado del barranco, donde vemos colgado a un escalador, que nos sirve para comprobar la grandeza de la oquedad.

La proximidad de la fuente del Mascún se hace notar, aunque todavía no la vemos, el barranco empieza a llevar caudal, que nos obliga a caminar por un sendero pegados a la roca caliza, por el que vadeamos por las piedras el lecho del barranco, hasta que llegamos a la fuente del Mascún, de la que durante todo el año mana agua, aunque no se sabe a ciencia cierta, cual es su procedencia.

Según la tradición oral, cuando venían las crecidas, de la boca de la surgencia salían hojas de haya, debido a la ausencia de este árbol en la zona, la explicación vendría por el terreno kárstico del cual está formada la Sierra de Guara, una red de laberínticas simas, y corrientes subterráneas de agua, que serían las responsables del transporte de estas hojas, procedentes de los hayedos de la cuenca del Ara en la Sierra de Jánovas.

Si bien esta parece la explicación más lógica, la larga distancia que hay entre la surgencia y la cuenca del Ara, ofrece muchas dudas. En la anterior vez que visite la fuente, me estuve informando en varias páginas, encontrando otra teoría que sin poder ser probada, no me pareció del todo descabellada, y es la que apunta a la existencia de hayas en varias cuencas de ríos próximos al Mascún, como sucede en las cuencas del Alcanadre, Balcez o Guatizalema por citar algunas.

Si bien no nombra en ningún momento la cuenca del Mascún, hay un hecho significativo cuando se comprueba la toponimia, y es que aguas arriba de Letosa, se unen los barrancos de San Poliz y San Lázaro, que dan origen al Mascún

Este barranco de San Lázaro, y su tributario el Foroñón se juntan en A Fabosa, topónimo en aragonés, que al igual que fabar, significa “hayedo” (fau=haya), lo que significaría que en otros tiempos si que hubo hayas en la zona y por eso en épocas de crecida aparecían, cosa que en la actualidad no sucede, ya que las hayas han desaparecido de la cuenca del Mascún … cierto o no, ahí queda la duda, de difícil solución, ya que en varias ocasiones se ha intentado acceder con técnicas de buceo hasta la boca de la surgencia, pero cuando se llega a -10m, la galería continúa por un laminador de apenas 40 centímetros, que nadie a pasado. Más información sobre está teoría en a0avista.

Junto a la surgencia, hacemos la última parada de la jornada para comer unos frutos secos, que las horas de luz comienzan a contarse por minutos. Desde la fuente, continuamos por el pedregoso lecho del Mascún, pasamos junto a las vías de escalada del sector de la Fuente, que cuenta con 16 vías, en su mayoría de iniciación que van del IV al 6b+, y unos metros más adelante dejamos a la izquierda los antiguos huertos de Mascún.

Nada más pasarlos, vadeamos por última vez el barranco del Mascún, que en este tramo es mas ancho, lo que facilita su paso, nada más cruzar, enlazamos con el precioso Camino d'as Graderas, por el que en sucesivas lazadas vamos ganando desnivel, quedando abajo el huerto de Lafarga y el monolito calizo del O Picón d'o Cuervo.

A medida que ascendemos, el camino se estrecha hasta convertirse a media ladera en una bonita faja, desde la que divisamos de nuevo la figura del Delfín. Tras un giro a la derecha, la faja se transforma de nuevo en un amplio camino por el que llegamos junto a las vías de escalada del sector Camino, uno de las más numerosas, ya que cuenta con 32 vías, con niveles que oscilan desde el grado V de la vía Que Majete, al 7b+ de Jauría de Perros.

Aunque ahora no vemos ni un solo escalador, debido a su ubicación cercana a Rodellar, es uno de los sectores más frecuentados, nosotros continuamos ascendiendo hasta llegar a la altura de la A Cruz d'as Graderas, desde la que divisamos la bonita población de Rodellar, en la que emerge la torre de la iglesia de San Juan Bautista.

Superado prácticamente todo el desnivel de la ruta, desde la cruz, emprendemos el camino de vuelta hacia Rodellar, por una bonita calzada, por la que llegamos con las últimas luces del día, al casco urbano de Rodellar, que atravesamos por su calle principal, hasta salir a las afueras.

A mano derecha enlazamos con el sendero S3, por el dirección Sur entre campos de labor, alcanzamos después de 22 km y 1200 metros de d+ el aparcamiento, tras casi 8 horas caminando, dando por finalizada esta magnífica circular, que hemos podido disfrutar gracias al blog  Enrique Salamero, que es sin duda,una de las personas que mejor conoce está sierra de Guara, a la que sin duda regresaremos, para volver a dar la vuelta al Mascún, pero está vez desde la población de las Bellostas, para recorrer el sendero de los Quejigos Centenarios, pero eso ya será otra historia.

De vuelta al sendero, iniciamos un largo y pronunciado descenso, por un sendero con el piso pedregoso
Por el que tras varias lazadas, vamos llegando al cauce del barranco de Mascún
Donde echamos una miradas atrás, para contemplar la Torre Santiago, la Ciudadela y la Cuca Bellostas
Unos metros más abajo, llegamos al cauce, en el tramo conocido como O Real de Mascún
Por el que vamos alternando tramos en los que caminamos por el lecho, con otros por sendero
En el que aparece la figura del Delfín, también conocida como la Ventana
A partir de este punto, el barranco lleva caudal
Y alcanzamos la fuente del Mascún
Tras la pausa, seguimos vadeando por las piedras el barranco, dejando a mano izquierda los antiguos huertos
Enlazando con el Camino d'as Graderas, por el subimos hacia Rodellar, disfrutando de el Delfín
Quedando abajo el huerto Lafarga y el monolito de, O Picón d'o Cuervo
Pasando junto a las vías de escalada del sector Camino
Una vez arriba, llegamos A Cruz d'as Graderas, donde divisamos Rodellar
 Al que llegamos, cerrando la circular y retrocediendo sobre nuestros pasos hasta el aparcamiento

12 comentarios:

  1. Hola Eduardo,

    Sierra de Guara, el paraíso de los deportes de montaña...
    Hace años estuve por allí para hacer algún barranco y quedé enamorado de la zona, y ahora que he visto los impresionantes senderos y paisajes que esconde, tomo nota para acercarme a la zona para descubrirla de verdad.

    Salud y montaña.

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    1. Hola David.

      Guara es total! Barrancos, escalada, vías ferratas, y senderismo, además de preciosas montañas, como el Peiró, Fragineto, Borón o el Tozal de Guara, conocido como el falso 3.000 ya que con tan solo 2.077 metros, para coronarlo, hay que superar un desnivel positivo de unos 1.500 metros.

      En cuanto puedas, ven y disfruta!

      Un saludo.

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  2. Hola Eduardo¡

    Una excursión preciosa e imprescindible en el sector.

    Gracias por compartirla¡¡

    Salud¡

    Fer

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    1. Hola Fer.

      De las que crean afición, y que sin duda se ha convertido en un clásico de la zona, que no debe faltar en el curriculum de cualquier montañero.

      Un saludo

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  3. Sendas estrechas y colgadas, inadvertidas e impensables desde la distancia, e incluso desde cerca en algunos tramos, nos permitieron recorrer la maravilla del Mascún.

    Queda tan buena sensación que repetir es un deseo acuciante.

    Salud y Montaña, Eduardo

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    1. Hola Carmar.

      En cuanto los caducifolios tengan hoja, y podemos quedar un día, regresaremos para disfrutar de esta maravilla de la naturaleza.

      Un saludo

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  4. Hola Eduardo.

    Ya había visto fotos de la orografía y erosión del Mascún en algún sitio, pero con tu entrada he viajado a su interior. Impresionante se queda corto, y esas sendas fajeras por la roca y por los Cajigales o Quejigales que decimos por aquí son realmente atractivas. Guara a los que venimos de más al sur nos queda fuera porque normalmente nuestro fin del viaje son los Pirineos pero está claro que se merece con creces no una sino varias visitas.

    Un saludo.

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    1. Hola Toni.

      Cuando veo la serranía, me recuerda mucho a Guara, con esas fajas, y las múltiples formas que adoptan las rocas con la erosión.

      Alguna vez se lo he dicho a Dani, que cuando vaya al pirineo, se reserve un día para la Sierra de Guara, este recorrido por ejemplo, nada tiene que envidiar a los Pirineos, eso si, por aquí se puede venir hasta finales de Mayo, después sino es para mojarse mejor a otros lares.

      Un saludo.

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  5. Así es Eduardo, nada tiene que envidiarle este espectacular recorrido a muchos de los Pirineos. Menudo rutón, 22 kilómetros en los que no hay ningún altibajo a nivel pasisajístico, desde esas repisas a esos increíbles barrancos salpicadas de impresionantes agujas y formaciones, y sin olvidarnos de esos despoblados. Enhorabuena por esta circular tan espectacular y potente.

    Un saludo.

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    1. Hola Dani.

      Pues si, una ruta potente tanto por su belleza como por el despliegue físico y psicológico, ya que hay un par de pasos donde la senda se estrecha a la mínima expresión, no apta para personas con vértigo.

      Además permite conocer varios despoblados, que en su día tuvieron una gran importancia, por desgracia, está zona esta plagada de ellos.

      Un saludo.

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  6. Hola Eduardo:

    Pedazo de fajas que nos muestras esta vez, todo un abanico de opciones, tanto para los más atrevidos como para los más conservadores y como muy bien apuntas, pedazo de sangre fría hay que tener en alguna de ellas para pasar y seguir con la ruta.

    Y encima le añades bastante distancia y desnivel, creo que no se le puede pedir más a esta ruta.

    Felicidades y un fuerte abrazo compañero.

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    1. Hola Eulogio.

      Recorrido muy completo, de lo mejor que se puede hacer en Aragón, y mira que los hay bonitos, además de principio a fin uno va embelesado ante tanta belleza, eso si, hay un par de pasos, que hay que estar bien atento.

      Un saludo.

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