lunes, 9 de abril de 2018

Ruesta


El río Aragón, nace a 2.092 metros en el circo glaciar del valle de Astún, cuya cabecera se nutre de los ibónes de Escalar y las Truchas, atravesando la población de Jaca, capital de la comarca de la Jacetanía, que da paso a la depresión de la Canal del Berdún, que se extiende hasta la población navarra de Yesa, conocida por albergar la presa del embalse de Yesa, que acumula las aguas del río Aragón.

La construcción del embalse, se produjo para regar las Bardenas Reales y la comarca zaragozana de las Cinco Villas a través del Canal de las Bardenas, que trajo como contrapunto, la necesidad de inundar 2.400 ha de tierras de labor, de las que vivían más de 1.500 personas, pertenecientes a los municipios de Escó, Tiermás y Ruesta, que ocasiono el despoblamiento masivo.


Tras la visita a la villa de Sos del Rey Católico, regresamos a Jaca por la tortuosa carretera A-1601, donde hacemos un alto en el camino, para ver la localidad de Ruesta, que a día de hoy pertenece a los términos municipales de Sigüés y Urriés, que poco a poco va despertando del letargo, en que quedo sumida después de la construcción del embalse.

En una explanada situadas a las afueras del núcleo urbano, declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, ya que por sus calles transcurre la variante del Camino de Santiago, denominado camino francés, aparcamos la furgoneta, desde la que nos acercamos caminando hasta la plaza de la Iglesia, en la que se ubica la Iglesia parroquial de la Asunción, construida en la segunda mitad del S.XVI, de origen renacentista.

Fijándonos en los materiales utilizados, podemos apreciar como se construyo en dos fases. Por un lado el templo, al que se accedía por la fachada occidental a través de una portada formada por un arco de medio punto, actualmente desaparecido, y por otro la torre fortificada del campanario, en la que podemos ver el carácter defensivo de está construcción, al identificar hasta tres aspilleras (dos en la torre y una en los muros).

Debido al estado ruinoso de está construcción, todo el perímetro se encuentra vallado, y la entrada por la portada está tapada por una reja metálica, desde la que podemos intuir la nave principal, en forma de cruz latina con crucero, con varias capillas laterales comunicadas entre si.

Por el mismo camino, regresamos a la plaza de la Iglesia, en la que nos detenemos para leer un texto reivindicativo, que nos recuerda que los vecinos de la Canal del Berdún siguen activos, ya que en los años 70 surgió el planteamiento del recrecimiento del embalse de Yesa, que triplicaría el agua embalsada, que pasaría de los 446,86 hm³ a 1.525 hm³, lo que conllevaría la desaparición del núcleo urbano de Sigües, además de las expropiaciones de terrenos de Artieda y Mianos (si no quieres una taza, taza y media).

Desde la misma plaza, accedemos al núcleo urbano, compuesto principalmente por dos calles; la calle Mayor, que va desde la Iglesia hasta el Castillo, y la calle del Centro, que es por la que comenzamos a caminar, en la que podemos ver que se han reconstruido varias viviendas, como es el caso de Casa Alfonso reconvertido en la casa de cultural Ramón Asin, o Casa Valentín, que es el actual albergue de peregrinos, debido a que en el año 1988 la Confederación Hidrográfica del Ebro cedió el pueblo y parte de su término municipal a una organización sindical.

Viendo el estado en el que se encuentra, el tema está complicado, ya que hace falta una gran inyección económica para levantar de nuevo el núcleo urbano, así como un plan de vida, que sea lo suficientemente atractivo para que los descendientes de los antiguos habitantes de Ruesta vuelvan a sus orígenes.

Nosotros por el momento nos adentramos entre las ruinas de la calle Mayor, para intentar acceder hasta los restos del castillo de origen musulmán, conquistado por Sancho Garcés en el año 911, aunque la actual fortaleza data de los siglos XI y XII, siendo ahora de propiedad privada.

Si complicado resultaba el acceso a los enemigos, debido a que un barranco protege dos flancos del castillo, tanto o más resulta ahora, ya que la vegetación y las vallas que protegen las ruinas, no permiten llegar hasta la base del castillo. 

Como no queremos irnos sin disfrutar de este emblema del Reino de Aragón, salimos a la carretera por la que caminamos con cuidado unos metros, hasta poder comprobar como entre las ruinas del recinto fortificado, que tenía una planta rectangular de unos 45 por 20 metros, emergen dos torres, siendo la más elevada la torre del homenaje, que se calcula que tendría una altura de 25 metros.

Siguiendo la carretera entre los árboles, echamos una última mirada, para observar al responsable para unos del despoblación de Ruesta; para otros del avance de su forma de vida, el embalse de Yesa, que con sus aguas color turquesa y la sierra de Leyre de fondo, nos ofrece una bonita estampa, con la que regresamos al coche, con la esperanza que Ruesta resurja entre sus ruinas.

Desde la explanada, nos acercamos a la plaza de la Iglesia, en la que se ubica la iglesia de la Asunción
Con una portada de medio punto, y dos aspilleras en la torre del campanario
Y una tercera en los muros
Luego, regresamos a la plaza de la Iglesia, donde hacemos una pausa, para leer un texto reivindicativ
Que tras finalizar, nos adentramos en el núcleo urbano, compuesto por la calle Mayor y la calle del Centro
Por la que caminamos, observando como se han rehabilitado un par de viviendas
Al final de la calle, nos internamos en las ruinas de la calle Mayor
Para intentar acceder a la base del castillo de origen musulmán, que resulta complejo
Debido a la maleza y a las mallas que cercan gran parte de los edificios
Así que salimos a la carretera por la que caminamos, hasta poder ver en la distancia el recinto amurallado
En el que emergen dos torres, siendo la más elevada la torre del homenaje
Antes de partir a Jaca, echamos una mirada al embalse de Yesa, con la sierra de Leyre de fondo

12 comentarios:

  1. Es Ruesa uno de los pueblos que, por su historia, dejan una impronta que, en mi caso, resulta muy duradera y produce melancolía.

    Buenas fotos y relato, Eduardo, que transmiten la realidad de "un fue" que, a causa del destino, se transformo en "un es" bien distinto.

    Un saludo

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    1. Hola Carmar.

      Y que esperemos que en un futuro no muy lejano, vuelva a ser lo que fue ... aunque por el momento el estado ruinoso de algunas edificaciones va a más.

      Una lastima, saludos.

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  2. ¡Hola, Eduardo! Tu entrada me ha traído gratísimos recuerdos de mi paso por Ruesta, haciendo el Camino Aragonés. Lástima que estos pueblos tuvieran que perder sus habitantes por culpa del embalse. Tengo entendido que hay un proyecto de ampliación del embalse por el que otros pueblos seguirían los mismos pasos. Espero que no se lleve a término el plan.
    Saludos.

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    1. Hola Emilio.

      Me alegra que te traiga buenos recuerdo, la verdad que Ruesta,es un buen lugar para reposar en el Camino de Santiago.

      El recrecimiento sigue su curso, al igual que la lucha, esperemos que no prosiga ya que suficiente sufrimiento ha habido.

      Un saludo

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  3. Hola Eduardo:

    Hace un tiempo hicimos también una ruta y uno de sus puntos fuertes o para nosotros lo era, era visitar un despoblado, cuando caminábamos por sus calles nos recorría una gran tristeza y esa misma sensación me ha vuelto a suceder, viendo tus fotos y leyendo la descripción de la ruta. Por un motivo o por otro, nos estamos cargando esos pueblos tan bonitos y que de alguna forma, nos han enriquecido culturalmente.

    Saludos y a seguir disfrutando de la montaña.

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    1. Hola Eulogio.

      En las últimas décadas el "progreso" ha hecho que la gente abandone los pueblos, para irse a núcleos más grandes o las ciudades, en busca de trabajo.

      La agricultura y ganadería, es el principal sustento, los precios que se pagan son ridículos, lo que hace que no resulte rentable tanto esfuerzo.

      En el caso de Ruesta aun es más grave, ya que las aguas del embalse inundaron las zonas de cultivo, si haces esto y no ofreces alternativas, ¿de que van a vivir?

      Un saludo.

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  4. Hola Eduardo,

    Merece mucho la pena aprovechar el viaje de vuelta después de un ruta si es para visitar lugares tan mágicos y con tanta historia como este que nos muestras en esta entrada.

    Un apena que estén despoblados pueblos tan bonitos y con tanta historia como este.

    Salud y montaña.

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    1. Hola David.

      Nosotros en vacaciones siempre intentamos combinar actividades de montaña, con visitas culturales.

      La visita a Ruesta no estaba prevista, cuando fuimos a Sos del Rey Católico, vimos las torres que emergían cerca de la carretera, cuando pasamos y vimos que era el castillo de Ruesta fue una grata sorpresa, así que decidimos que a la vuelta fuese la hora que fue, pararíamos.

      Ruesta desprende magia, y tristeza, al ver el estado ruinoso en el que está, donde como siempre la DGA está dejando caer, sin hacer nada, un pequeño pedazo de la historia de Aragón.

      Salud y montaña!

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  5. Hola Eduardo.

    Me encantan estas fotos que muestran la combinación Historia/Despoblación de manera tan bella y contundente como son las calles y construcciones de Ruesta.
    Ay los pantanos, bonitos por un lado, y problemáticos por otro....

    Ha caído por la zona de Tragacete casi un metro de nieve, pero en unos días con la subida de las temperaturas, se irá. Vamos a tener agua a mansalva...a ver si nada se tuerce y podemos quedar.

    Toni MS.
    Un saludo.

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    1. Hola Toni.

      Con los pantanos pasa como con las antenas de televisión, todos queremos tener cobertura, pero nadie quiere las antenas en el tejado de su casa o cerca.

      Ya me imagino que estará a tope de agua, la autovía por Teruel la tuvieron que cerrar, y aquí en Zaragoza se ha pegado 2/3 días sin parar de llover.

      Me conformo con que el tiempo nos respete.

      Un saludo

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  6. Una localidad interesante, con su historia y paisaje.
    De vez en cuando, alternando bichos con poblaciones, aunque éstas sean deshabitadas, me gusta recrear mentalmente los quehaceres de la gente que las habitaba.
    Me quedo perplejo mirando cada detalle en las ruinas, sus piedras, la vida que emerge de ellas, las maderas resquebrajadas por el tiempo, etc. Hay tantas cosas que admirar que, a mí particularmente, cuando quedo embobado, el tiempo se me escapa sin poder frenarlo.
    Bonito paseo.

    Saludos

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    1. Hola Javier.

      Para poder apreciar los detalles que muchos no ven, hace falta ser buen observador, y no tener prisa, normal, que el tiempo se te pase volando.

      Un saludo.

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