Ubicada al noroeste de la
provincia de Zaragoza, limita con la vecina comunidad Foral de
Navarra. En 1711 es nombrada capital de la comarca de las Cinco
Villas, compuesta a su vez por las villas de Tauste, Ejea, Sádaba y
Uncastillo, cuyos términos municipales, abarcan el Espacio Protegido
de la Sierra de Santo Domingo, de gran valor ecológico y geológico.
Pero hoy, nos vamos a
centrar en su casco histórico, declarado Conjunto Histórico
Artístico, y Bien de Interés Cultural en el año 1968, entrando a
formar parte en enero de 2016 de La asociación de los pueblos más
bonitos de España.
Sobre las once de la
mañana, llegamos a Sos del Rey Católico, aunque se puede aparcar en
la zona de extramuros, nosotros dejamos el coche en la plaza del
Mesón, que da acceso al casco histórico.
A escasos metros, en la
zona de los jardines, se inicia la ruta de la Vaquilla, un recorrido
que se realizo en el año 2009 con motivo del 25 aniversario de la
película dirigida por Luis García Berlanga “La Vaquilla”, que
fue rodada en la villa, en la que se han colocado un conjunto de 12
esculturas, formadas por una silla de director y una claqueta, en la
que se reproducen algunas de las mejores frases de la película,
distribuidas a lo largo de la villa, en algunos de los lugares que
sirvieron de escenario.
Desde la plaza del Mesón,
caminamos hacia la calle Emilio Alfaro, donde podemos ver la silla del productor Alfredo Matas, “que
gracias a su tesón, fue posible el rodaje de la Vaquilla, la
película más cara del cine español hasta 1984”, junto a ella se
sitúa el crucero del Portal de Zaragoza, que habitualmente era un
monumento religioso, generalmente construido en piedra y coronado
con una cruz, que se situaban en encrucijadas, atrios de iglesias o
lugares elevados, aunque en la actualidad, muchos de ellos, como en este caso, han sido
desplazados a los núcleos urbanos.
Al final de la calle
Emilio Alfaro, pasamos bajo el Portal de Zaragoza, que fue la puerta
principal de acceso al recinto fortificado, que recibe su nombre por
estar orientado hacia la capital aragonesa, en el que podemos ver una
bonita ventana ajimezada, que fue colocada en una restauración
producida en los años 60, sustituyendo a una de menor tamaño,
colocada sobre un arco de medio punto, por el que accedemos a la
calle mayor, conocida como calle de Fernando el Católico.
Principal arteria de la
villa, de suelo empedrado, y preciosas casas construidas en piedra,
caminamos por ella hacia la plaza de la Villa, observando las
fachadas, decoradas algunas con bellas ventanas que hacen guiños a
tiempos pasados, en el que convivieron diferentes culturas,
engalanadas con escudos de armas, como la casona renacentista del
Palacio de Niño, de finales del S.XVI, en el que nos detenemos para
ver su portada formada por un arco almohadillado.
Unos metros más adelante,
dejamos la calle mayor, cogemos la calle Madrigal Altas Torres, por
la que nos encaminamos hacia la plaza de la Hispanidad, en la que se
sitúa el edificio Renacentista del Palacio de Sada, construido en
piedra de sillería en el S.XV, sobre las ruinas del antiguo castillo
del S.XIII, del que tan solo se conserva adosada su capilla, la
Iglesia de San Martín de Tours.
En los jardines contiguos
al palacio, nos detenemos para observar la facha principal, en el que
varios adornos nos llaman la atención; el escudo de armas de los
Sada, y los dos pequeños resaltes a modo de torreones, colocados en
los extremos del edificio, rematados por almenas, que otorgan al
palacio el estilo civil-militar, típicos en las mansiones aragonesas
del S.XV.
A través de una portada
coronada por un arco de medio punto, accedemos al interior del
edificio, en el que un 10 de marzo de 1452, se produjo un importante
acontecimiento histórico, el nacimiento de Fernando el Católico,
que años más tarde se convertiría en Fernando II de Aragón, V de
Castilla, III de Sicilia y Nápoles.
El edificio que perteneció
hasta medidos del S.XV a la familia Sada, en la actualidad ha sido
reconvertido en Centro de Interpretación, que gira entorno a la
figura de Fernando II, que conocemos durante media hora, a través de
una sucesión de panales y audiovisuales, donde se puede contratar una visita guiada por los principales monumentos de la
villa “horarios, y precios de las visitas guiadas”.
Por desgracia, nos
comentan que la visita ha comenzado a las 11, y la siguiente es a las
13 horas. Como falta más de una hora, preferimos hacerlo de forma
libre, así que cogemos un plano de la villa, y comenzamos la visita dirigiéndonos al siguiente punto de interés, el barrio
judío, que se encuentra detrás del Palacio de Sada, el cual
rodeamos por la calle Juana Enriquez, hasta llegar al laberinto de
calles, callejones y túneles, que formaban el antiguo barrio judío
de Sos del Rey Católico.
Compuesto por unas treinta viviendas, en el que se incluía la sinagoga, el hospital y un horno para cocer el pan, actualmente muchas de ellas se mantienen intactas, englobándose alrededor de la plaza de la Sartén, donde en unas de las casas, podemos ver grabada la cruz, y tapada la mezuzah, símbolo de la conversión al cristianismo de un judío.
Compuesto por unas treinta viviendas, en el que se incluía la sinagoga, el hospital y un horno para cocer el pan, actualmente muchas de ellas se mantienen intactas, englobándose alrededor de la plaza de la Sartén, donde en unas de las casas, podemos ver grabada la cruz, y tapada la mezuzah, símbolo de la conversión al cristianismo de un judío.
Aparcamos en la plaza del Mesón y nos acercamos al crucero del Portal de Zaragoza y la silla Alfredo Matas |
Para acto seguido, pasar bajo el Portal de Zaragoza, principal puerta de acceso al recinto amurallado |
Por el que accedemos a la calle Mayor, conocida como calle Fernando el Católico |
En la que se ubica, el Palacio de Niño (izquierda) |
Donde destaca su portada, formada por un arco almohadillado |
Unos metros más adelante, cogemos la calle Madrigal Altas Torres, por la que llegamos al Palacio de Sada |
Desde el palacio, callejeamos por las calles del barrio judío
Compuesto por unas treinta viviendas, que se engloban en torno a la plaza de la Sartén |
Donde vemos la cruz grabada y tapada, la mezuzah (fotografía recogida de http://www.sosdelreycatolico.com |
Y el año de construcción de algunas de ellas |
Desde la plaza de la Sartén, regresamos a la calle mayor, por la que accedemos a través de un soportal a la plaza de la Villa, en el que se celebraba el mercado en la Edad Media, de manera que los puestos, mercaderes y mercancías, pudieran resguardarse de las inclemencias del tiempo.
Formado por tres arcos, uno de medio punto, y dos apuntados, entre los dos arcos interiores, se conserva el hueco en el que se colocaba la balanza, además de la hendidura donde se situaba la vara aragonesa o jaquesa, que era la unidad de medida que se utilizaba antes de instaurarse el Sistema Métrico Decimal.
Numerosos son los
edificios que cierran la plaza, pero dos son sin duda los que nos
llaman la atención. El primero de ellos, es la Casa de la Villa,
construida a finales del S.XVI en piedra de sillería (las obras
empezaron en el año 1595), de estilo renacentista, donde podemos leer
en la fachada dos inscripciones realizadas en el año 1861, que
pertenecen al antiguo testamento, que se utilizaban para que la gente
no dijese palabrotas.
El edificio, está
compuesto por tres plantas, nosotros accedemos al zaguán, que
cuenta con un suelo formado por un mosaico de cantos rodados, sobre el que se sustenta una preciosa galería formada por dos grandes
columnas, y tres arcos, en la cual permanecemos unos minutos.
Después, salimos a la plaza de la Villa, donde vemos el otro edificio que tiene similares
características al de la Casa de la Villa, el Colegio Isidoro Gil de
Jaz, que lleva el nombre del ilustre abogado que lo mando construir
en el año 1762, que fue un alto cargo de la monarquía, bajo los
reinados de Fernando VI y de Carlos III.
Para comprender la
importancia de Sos del Rey Católico, en aquellos años, estuvo
regentado por los Padres Escolapios, tuvo más de 300 alumnos,
todos ellos chicos, siendo ahora el colegio publico de SOS que tan
solo cuenta con 27 alumnos, de entre 3 y 12 años.
En lo referente al
edificio, nos quedamos con dos detalles; la entrada que hay en la
calle Gil de Jaz, compuesta por un arco de medio punto, sobre el que
hay una portada adintelada, y el último piso, compuesto por una
hilada de nueve arcos de medio punto, que ocupa el inicio de la calle
Doña Manuela Pérez de Biel, por la que comenzamos a subir hacia la Peña
Feliciana, sobre la que se construyo el castillo, dejando a nuestra
derecha el edificio de la Lonja, en el que se ubica la biblioteca
pública, que tiene un espacio abierto formado por un soportal porticado,
compuesto por arcos apuntados.
A medida que subimos a la
parte alta de Sos del Rey Católico, entre las casonas, empezamos a
vislumbrar la impresionante espadaña de tres vanos en dos pisos, de
la fachada sur de la Iglesia de San Esteban, que solo se podía
acceder a través del Claustro de Santa María del Perdón, donde en
una placeta situada junto a la entrada, podemos ver la estatua en
homenaje al directo de la Vaquilla, Luis García Berlanga, que es la
única silla de todo el recorrido ocupada, en cuya claqueta podemos
leer “Yo las únicas trincheras que creo que deben existir, son
entre el hombre y la mujer”
Conocido como el
túnel del Perdón, nos adentramos en está galería abovedada, que
demuestra el carácter defensivo de está edificación, que en caso
de guerra podía cerrarse, en la que nos vamos deteniendo para
observar los adornos en forma de cruces y grabados, que la decoran.
En su parte intermedia, se encuentra la coqueta portada de acceso a
la cripta, que habitualmente se encuentra cerrada, compuesta por
cuatro arquivoltas y su vano, sin tímpano.
Al final del túnel del
Perdón, salimos junto a la Iglesia románica de San Esteban, que se
asienta sobre la Peña Feliciana, cerrando uno de los flancos del
castillo. Su construcción se inicio en el S.XI, gracias a las
donaciones de la reina Estefanía de Navarra, está compuesta por
el claustro, la cripta y la iglesia, de la que nos quedamos prendados
de la portada románica del S.XII, en la que podemos apreciar en el
centro un Pantocrátor rodeado del Tetramorfos en el tímpano,
mientras que las arquivoltas recogen escenas figuradas y las jambas
figuras bíblicas, además de santos aragoneses como San Lorenzo, que
debido a las inclemencias del tiempo, se han ido dañando, por lo que
en el S.XVI, se construyó el pórtico para proteger las tallas.
Tras disfrutar de la
portada, accedemos al interior en el que está prohibido realizar
fotografías, el precio de la entrada es de 1 €. La persona que se
encarga de guardar la iglesia, nos la enseña, donde destaca la pila bautismal del S.VIII en la que fue bautizado Fernando el
Católico, el Cristo románico del Perdón y el órgano de estilo
rococó, construido sobre el año 1757 por Silvestre Thomas, gran
maestro organero aragonés.
Por una sinuosa escalera
de caracol, descendemos hacia la iglesia inferior, conocida como la
cripta de Santa María del Perdón a la que también se puede acceder
desde la portada del Claustro, que hemos visto al atravesar el túnel
del Perdón.
De planta rectangular, se
divide en tres pequeñas naves, que desembocan en tres capillas
absidiales, donde las protagonistas son las pinturas originales
del S.XIV, de estilo gótico lineal que narran la vida de Cristo, que
no fueron descubiertas hasta el año 1924.
Luego volvemos a la calle Mayor y accedemos a la plaza de la Villa, donde está el colegio Isidoro Gil de Jazz |
Y la Casa de la Villa |
Que cuenta con dos pisos superiores y zaguán, con una galería con dos grandes columnas y tres arcos |
En la plaza de la Villa, subimos por la calle Doña Manuela Pérez de Biel, dejando la Lonja a nuestra derecha |
Donde vislumbramos la impresionante espadaña de la fachada Sur de la Iglesia de San Esteban |
Cerca del Claustro de Santa María del Perdón, nos detenemos para ver la estatua de Luis García Berlanga |
Luego, cruzamos una galería abovedada, conocida como el túnel del Perdón |
Por la que salimos a la plaza de la Iglesia, en la que se encuentra la Iglesia de San Esteban |
En la que destaca la portada románica del S.XII |
Decorada con jambas de figuras bíblicas y santos aragoneses |
Y en el interior, las pinturas de la cripta (fotografía recogida de http://www.sosdelreycatolico.com/ |
Visitada esta pequeña
gran joya del románico, salimos al exterior, nos dirigimos hacia el
mirador de San Esteban, en el que se ubican las sillas de los actores
Guillermo Montesinos “La viña, … se han cargado la huerta de mi
suegro, me cago en la madre que los echó!...Ha sido la
artillería...!la nuestra, ha sido la nuestra... Hijos de puta!"; de
Alfredo Landa “Has visto, al Teniente? Aquí en pelota, ni enemigos
ni nada … Hasta te invitan a desayunar”, y de José Sacristán “No
digas ¡Por Dios!...¡que somos rojos!", desde las que admiramos el
paisaje, hacia el Sur de la Sierra de Leyre; al Norte del castillo de
Peña Feliciana, al cual nos dirigimos.
Situado en la cumbre de la
Peña Feliciana, punto más alto de la villa, fue construido en el
S.X por el Reino de Pamplona, para frenar el avance musulmán, en
torno al cual se fue formando la actual villa, que fue una plaza
fronteriza durante la Edad Media, inicialmente entre cristianos y
musulmanes, para más tarde, a partir del S.XI, entre los reinos de Aragón y Navarra.
El castillo original, estaba construido en madera, a medida que las técnicas de construcción fueron evolucionando, la madera se fue sustituyendo por piedra. Del actual castillo, tan solo queda en pie la torre del homenaje, de planta cuadrada, rematada con almenas en el centro, y el recinto fortificado, donde nos encaramamos en uno de los torreones circulares.
Desde la zona alta, ahora
toca bajar hasta el recinto amurallado que rodea toda la villa, así
que regresamos hasta la plaza de la Villa, donde cogemos la calle Gil de Jaz, por la que descendemos hasta el Parador de Sos
del Rey Católico, un edificio de nueva planta, inaugurado en 1975, construido entorno a la muralla, aprovechando el
solar y corrales en ruinas, manteniendo la arquitectura popular de la
villa.
Continuando por la calle de
acceso a la villa, vamos rodeando la muralla, hasta alcanzar el
Portal de Sangüesa, también conocido como el Portal de Domínguez o
Portal de Nador, que debe su nombre por estar orientado hacia esta
localidad de Navarra, que esta formado por dos arcos, uno exterior
apuntado, y otro interior de medio punto, que en la actualidad forma
parte de una vivienda.
Unos metros más arriba de
la muralla Oeste, llegamos al Portal de Poniente, que antiguamente
estaba formado por un arco apuntado, que tras una reforma en el siglo
pasado, se transformó en un arco de medio punto, flanqueado por una
torre con saeteras.
Su nombre, proviene porque
está orientado hacia dicho punto cardenal, aunque es más conocido
como el Portal del Mudo, que según cuenta una leyenda que tiene
origen en la guerra de la independencia, durante la ocupación
francesa, un habitante de Sos salía a escondidas para encontrarse
con su novia, hasta que un día los franceses lo arrestaron pensando
que era un espía.
Tras torturarle para
hacerle hablar, este se corto la lengua de un mordisco, para no
traicionar a sus paisanos. Conmovidos por la muestra de valor, los
soldados franceses deciden liberarlo, pero al entrar al pueblo por el
Portal de Poniente, muere desangrado.
Siguiendo los pasos del
pastor, atravesamos el Portal del Mudo, callejeamos por la Villa,
hasta enlazar con la calle Juan II de Aragón, por la que cruzamos
el Portal de la Reina, que debe su nombre a una restauración que
hizo el ayuntamiento de la villa en homenaje a la Reina Doña Juana
Enríquez, también llamado Portal de Maya, porque así se llamaba
antes la calle por la que se accedía al portal, o Portal de la
Fuente Alta, porque pasando el portal se accedía a una fuente
próxima.
Al otro lado, alcanzamos la vía Hispanidad, en la que se ubica el crucero de la
Reina, que en origen estuvo enclavado en las proximidades del
cementerio, siendo trasladado más tarde junto al Portal de la Reina,
adquiriendo su nombre. El crucero, contiene una grada de ocho lados y
dos alturas, coronado con un capitel, sobre la que se asentaba una
cruz de piedra, sustituida por la actual de hierro.
Junto a él, se sitúa la
silla dedicada a la actriz Amparo Soler Leal “Pero , ¡Si es un
teniente! Yo, como no le había visto las estrellas … Adelante, mi
teniente, usted gratis … y espero que no me denuncie”.
Desde la vía Hispanidad, caminamos por ella hasta llegar finalmente a la plaza
del Mesón, donde finalizamos el paseo por la histórica villa de Sos
del Rey Católico, a la que hace más de dos décadas que no volvía,
y que no nos ha defraudado. Ahora vuelta a Jaca para comer, no sin
antes hacer una parada por el camino, para visitar un pequeño núcleo
urbano, de gran importancia, pero eso será otra historia ...
Ahora, vamos al mirador, donde están las sillas de Guillermo Montesinos, Alfredo Landa y José Sacristán |
Mientras disfrutamos de las vistas al Sur de la Sierra de Leyre |
Y al Norte, del castillo de Peña Feliciana |
Del que tan solo se conserva la torre del homenaje |
Y el recinto amurallado, donde nos encaramamos en uno de sus torreones circulares |
Luego, regresamos a la plaza de la Villa |
En la que cogemos la calle Gil de Jaz |
Por la que bajamos hasta el Parador de Turismo |
Donde comenzamos a rodear el recinto amurallado, hasta llegar al Portal de Sangüesa |
Y unos metros más arriba, al Portal de Poniente o del Mudo |
Que atravesamos siguiendo los pasos del pastor, por el que atravesamos el Portal de la Reina |
|
En el que se ubica el crucero de la Reina y la silla de la actriz, Amparo Soler Leal |
Hola Eduardo:
ResponderEliminarMuchas veces Sandra me dice que antes o después de empezar la ruta hagamos una pequeña excursión por la localidad más cerca y la verdad es que siempre acierta, ya que te empapas un poco de esa historia que vivió esa zona y al ver este reportaje fotográfico tan bueno, me recuerda un poco a todos esos lugares que hemos visitado.
Te tengo que felicitar por mostrarnos parte de esa historia, que vivió esta localidad, parece respirar ese ambiente medievo que tanto nos gusta.
Saludos compañero.
Hola Eulogio.
EliminarSos del Rey Católico es un pequeño pedazo de la historia no solo de Aragón, sino también de España. Sin duda la visita merece mucho la pena, y si se puede realizar guiada, mucho mejor, ya que puedes ver el interior de algunos palacios y casas que de forma libre están cerrados al público.
La zona merece mucho la pena, como bien dices se puede visitar la villa por la tarde y por la mañana hacer una ruta de senderismo, por la Sierra de Santo Domingo, o la de Luesia.
Una zona que merece mucho la pena.
Un saludo
Hola Eduardo.
ResponderEliminarApuntado queda la visita a este pueblo por el que hemos pasado cerca unas cuantas veces, y es verdad como dice Eulogio en que antes o despues de las rutas montañeras viene muy bien una cultural para empaparse de la historia de la comarca. Además por tus fotos es el pueblo de lo que no defraudan.
Además, me han entrada ganas de volver a ver la Vaquilla que la vi hace muchos años y apenas la recuerdo.
Toni MS.
Un saludo.
Hola Toni.
EliminarSos del Rey Católico, es de esas villas, que merecen una visita, si o si, no solo por su historia, sino también por la gran riqueza cultural que atesora.
Lo único malo son las carreteras de acceso, que son bastante malas, pero bueno, que le voy a contar a uno de Cuenca ...
Un saludo
Villa señera de las Cinco nombradas, donde hasta películas se ruedan (Berlanga) y por las que callejear resulta placentero, siempre y cuando, en verano, se busque la sombra.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Carmar.
EliminarCualquier época del año es buena para perderse en esta histórica villa, aun en verano, ya que sus calles empedradas son los suficientemente estrechas para no dejar pasar los rayos del sol.
Un saludo
¡Hola, Eduardo! Preciosa villa la que nos muestras con tanto detalle. Intentaremos visitarla si pasamos cerca. Lo que desconocemos es cuando podrá ser, pero lo cierto es que sería un pecado pasar cerca y perderse tanta belleza.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Emilio.
EliminarAunque cae algo a desmano en una visita a los pirineos, una buena opción es cuando el destino es el Valle de Roncal, aunque esta zona ya de por si, merece una visita tanto a sus villas, como a la Sierra de Santo Domingo, que esta declarada "Espacio Protegido".
Un saludo.
Hola Eduardo! he pasado en varias ocasiones por esta bonita población, pero nunca me he detenido con suficiente tiempo para disfrutar de sus calles y monumental casco urbano. Con tu detallado reportaje, no hay duda de que es una buena elección hacer esa parada.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Alex.
EliminarPues para la siguiente no lo dudes, y disfruta de una mañana o tarde por sus calles, no te defraudará, es más, si puedes ir un fin de semana, aún mejor porque por la zona se puede disfrutar de unas fantásticas rutas de senderismo, que poco o nada tienen que envidiar al cercano pirineo.
Un saludo