Como las horas de luz en
invierno son escasas, madrugamos a pesar del frío, desde Zaragoza
llegamos hasta las estribaciones de la bonita población de Rodellar,
que se alza sobre el barranco de Mascún, que en la última década
se ha convertido en un lugar de peregrinaje para los amantes de los
deportes de aventura (escalada, barrancos, senderismo y vías
ferratas), por lo que está prohibido aparcar dentro del núcleo
urbano, así que dejamos el coche en el aparcamiento que se encuentra
a las afueras del pueblo, donde echamos un bocado mientras preparamos
las mochilas.
Pasadas las 09:30,
caminamos hacia el final del aparcamiento, en el que se ubica un
refugio. Aquí, cogemos el inicio del sendero S3, por el que dirección
Norte nos dirigimos entre muros de piedra que delimitan el sendero,
de los campos de cultivo adyacentes, al núcleo urbano de Rodellar,
que no tardamos en alcanzar tras subir un suave repecho.
Desde la calle principal,
continuamos durante cien metros hasta que llegamos a la altura del bar
restaurante Casa Florentino, en cuya esquina hay un panel direccional,
que indica Virgen del Castillo/Cheto, en el que comienza la circular.
Aunque se puede realizar
en ambas direcciones, nosotros optamos por hacerlo en sentido
antihorario, así que desde este punto, tomamos la calle que a
nuestra derecha rápidamente se transforma en una calzada, conocida
como el “Camino de la Montaña” o Camino de Cheto, cubierto por un denso bosque de
carrascas y bojes, flanqueado por unos bonitos muros construidos en
piedra seca, que antaño, los agricultores levantaban para evitar que
los rebaños entrasen en sus campos, mientras oculta entre el denso
carrascal, vamos ladeando la loma San Chil, que según la tradición
oral, fue donde estuvo el origen de Rodellar, en lo que hoy en día
es el despoblado de Cheto, al que llegamos nada más salir del
bosque.
La mayoría de las casas
se encuentran en ruinas, pero dos de ellas todavía permanecen en
pie, e incluso son habitadas de forma puntual, como Casa Antón y
Casa Narciso, aunque en otros tiempos este despoblado tuvo mayor
importancia, ya que en el existió un castillo de época medieval,
que así lo atestiguan los restos de cierre de la fortificación, una
iglesia, además de un pequeño poblado, del que tan solo quedan
piedras amontonadas.
En Cheto, continuamos
dirección Norte/Este hacia la ermita románica de la Virgen del
Castillo/Pozo de Bagüeste, donde la calzada se va estrechando hasta
convertirse en un estrecho sendero, por el que avanzamos en
suave descenso, tomando de referencia las marcas verdes y amarillas
de un sendero local, dejando a nuestra izquierda el barranco de
Cheto.
Unos metros más adelante,
alcanzamos el desvío que va a la ermita de la Virgen del Castillo,
que obviamos, y seguimos todo recto por terreno llano, hacia los
Pozos de Bagüeste, donde no tardamos en vislumbrar el barranco de la
Virgen, que nos permite ver por primera vez las curiosas formaciones
del barranco de Mascún, que más de cerca veremos a nuestro regreso por el camino de la Costera de Otín.
Si hasta el momento todo
había sido coser y cantar, ahora el sendero atraviesa una pedrera,
por la que comenzamos a ganar desnivel rápidamente. Una vez
alcanzamos la parte alta, nos desviamos unos metros del sendero, para
llegar hasta un saliente desde el que tenemos una amplia panorámica
del barranco del Mascún, repleto de múltiples formaciones y
afiladas agujas, en las que destacan la Ciudadela, Cuca Bellostas o las Puntas de Cagatés, mientras
las llanuras del Valle de Rodellar van quedando atrás.
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Desde el aparcamiento, cogemos el sendero S3, por el que entre muros de piedra seca, tras un suave repecho |
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Salimos a Rodellar, a la altura de Casa Florentino, donde iniciamos la circular en sentido antihorario |
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Para continuar por el camino de Cheto, adentrándonos en un precioso carrascal |
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Flanqueado por muros de piedra seca, por el que vamos ladeando la loma San Chil |
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Hasta llegar al despoblado de Cheto, que todavía conserva un par de casas en pie |
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Donde seguimos dirección Noroeste, hacia la ermita de la Virgen del Castillo/Pozo Bagüeste |
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Caminando por la calzada, que rápidamente se transforma en sendero |
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Dejando a nuestra izquierda, los barrancos de Cheto y de la Virgen, donde aparecen las primeras formaciones |
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A partir de este punto, la pendiente se acentúa, atravesamos una corta pero pronunciada pedrera |
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Por la que llegamos a un saliente, desde el que disfrutamos de una amplia panorámica del Mascún Inferior |
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Y las llanuras del Valle de Rodellar, que van quedando atrás |
De vuelta al sendero,
aprovechamos que el terreno es favorable para correr un rato
dirección Norte, por un sendero que nos va alejando unos metros de
las cornisas, entre boj y algún esporádico pino, en el cual
alternamos tramos llanos con ligeras subidas, pasando cerca de la
Peña Picarda, mientras disfrutamos de las crestas calizas que
inundan el entorno, que sobrevuelan un nutrido grupo de
buitres.
Cuando alcanzamos el
primer cuarto del recorrido (5 km), llegamos hasta el barranco de la
Glera, (Glera es una palabra aragonesa que significa pedregal) que
era el límite de tierras entre Rodellar y Otín, que ahora divide el
sendero en dos; derecha hacia los Pozos de Bagüeste, que en la
actualidad reciben este nombre por encontrarse dentro del término de
Bagüeste, aunque históricamente se han conocido como Pozos de Otín,
e izquierda, al despoblado de Letosa, que es la opción que a partir
de ahora debemos tomar de referencia, hasta alcanzar el inicio del sendero d'as Singlas.
Siguiendo estas pautas,
descendemos unos metros por el mar de piedras que conforma el
barranco, con vistas al Cabezo de Guara, hasta que a mano derecha,
encontramos la continuación del sendero, por el que nos adentramos
en un bonito carrascal, tomando de
referencia unas marcas rojas de pintura.
El sol comienza a
calentar, aprovechamos la buena sombra que nos ofrece el bosque para
hacer la primera parada de la jornada, mientras comemos, observamos
entre las ramas de los árboles de nuevo la figura del Cabezo de
Guara, y detrás suyo, la pala sinclinal que forma la cima del Tozal
de Guara, que con sus 2.077 metros, es la máxima elevación de la
Sierra de Guara.
Tras la pausa, continuamos corriendo dirección Norte virando poco a poco hacia el Oeste, hasta
salir a cielo abierto. En un recodo del sendero, nos
encontramos con un par de buenos ejemplares de cabra, que
acostumbradas a la presencia humana, se retiran sosegadamente a un
lateral, mientras nosotros seguimos nuestro camino alterando lo menos
posible su paz, alejándonos del barranco del Mascún, hasta
llegar a una nueva bifurcación.
El
camino de la derecha, se dirige en fuerte ascenso a la ermita de
Santa Marina, nosotros cogemos el sendero principal que va a Letosa, por
el que en suave ascenso, vamos cruzando los diversos barrancos
secundarios que desembocan en el Mascún Superior, que tras unos
minutos trotando entre carrascas, vuelve hacer acto de presencia,
junto con el Cabezo de Guara.
Sobre
la cota 1.170 metros, casi mimetizados por el entorno, encontramos
los restos de los corrales de Letosa (corral de Jimenez y corral de
Molinero), que rodeamos en suave ascenso, hasta llegar al punto más
elevado del recorrido, desde el que disfrutamos de una amplia
panorámica hacia el Mascún Superior, y a los Pirineos, en el que
sin duda destacan las nevadas cumbres de las tres Serols (Monte
Perdido, Cilindro de Marboré y Añisclo).
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De vuelta al sendero, continuamos dirección Norte, alejándonos por unos minutos de las cornisas |
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Entre bojes, carrascas y algún esporádico pino, pasando cerca de la Peña Picarda |
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Disfrutando de las crestas calizas, que sobrevuelan un grupo de buitres |
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Hasta llegar al barranco de la Glera, donde el sendero se bifurca en dos, tomando el ramal que va a Letosa |
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Por el que siguiendo unas marcas de pintura roja |
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Nos adentramos en un precioso carrascal
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Que cuando se abre, entre las ramas, podemos ver la figura del Cabezo Guara, detrás el Tozal de Guara |
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Y en un recodo del sendero, un par de cabras asilvestradas |
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Unos metros más adelante, llegamos a una nueva bifurcación, donde tomamos el sendero hacia Letosa |
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Por el que llegamos a la ruinas de los Corrales de Letosa, que rodeamos por la derecha |
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Hasta alcanzar el punto más elevado, con vistas al barranco del Mascún, Cabezo Guara, Tozal de Guara |
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Y a los Pirineos, en el que destacan las tres Serols (Monte Perdido, Cilindro de Marboré y Añisclo) |
Después de disfrutar de las vistas, descendemos unos metros hasta alcanzar el desvío hacia el Saltador de las Lañas, punto en el que abandonamos el sendero que por la parte alta se dirige al despoblado de Letosa.
Perfectamente
indicado en su inicio, emprendemos el descenso dirección Norte/Oeste,
con vistas al Puyal de Letosa, a los pirineos en el que destaca el
impresionante tajo de más de 100 metros de altura, de la Brecha de
Rolando y a la cabecera del barranco de Mascún, a la cual nos
dirigimos, por un bonito sendero con el piso con bastante piedra
suelta, por el que llegamos al borde de los acantilados, mimetizados
por el boj que cubre la ladera izquierda.
Poco
a poco, vamos virando hasta ganar dirección Norte, con vistas a las
Cascadas de Peña Guara que debido a las escasas precipitaciones
están secas, pero todavía mantienen en sus pozas de recepción, esas aguas color turquesa, tan características de la Sierra de Guara.
En
apenas diez minutos, alcanzamos la base del paredón, sobre el que
cuelga el barranco de as Lañas, donde enlazamos con el sendero d'as
Zinglas, por el que seguimos entre carrascas, enebros y piornos,
atentos a los hitos que nos marcan el sendero, para no acabar
embarcados.
Tras
realizar varias lazadas, llegamos a la altura de un gradón de unos
dos metros de altura, acondicionado en piedra seca y con relleno en
su interior, lo que nos muestra que este camino ya se utilizaba
antaño, aunque según pude informarme antes de preparar el
recorrido, el sendero original conectaba de forma más directa con
los corrales de Letosa, a través de la base de los acantilados.
Como
la piedra resbala bastante, lo destrepamos con cuidado, nada más
superarlo, conectamos con una espectacular faja colgada en el vacío,
pero lo suficientemente ancha para que la sensación de vacío sea
prácticamente nula, por lo que correteamos por ella disfrutando de
este magnífico tramo, con vistas a las magníficas formaciones del
barranco del Mascún, a cuya cabecera llegamos rápidamente, en el
bucólico rincón que forma el Saltadero as Lañas o Saltador de las Lañas, que es una sucesión de pozas escalonadas de 30 metros de altura, donde
aprovechamos para comer, y disfrutar de este fantástico paraje, a
pesar de que no lleva mucha agua.
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Desde el mirador, descendemos hasta alcanzar el desvío hacia el Saltador de las Lañas |
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Por el que iniciamos el descenso dirección Noroeste, con vistas a los Pirineos |
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Y a la cabecera del barranco del Mascún |
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Por un bonito sendero, por el que vamos acercandonos al borde de los acantilados |
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Con vistas a las Cascadas de Peña Guara, que debido a las escasas precipitaciones, no llevan agua |
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Pero mantienen en sus pozas de recepción, esas aguas color turquesa, tan características de Guara |
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Unos metros más abajo, enlazamos con el sendero d'as Zinglas, por el que vamos entre enebros, bojes, y carrascas |
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Hasta que llegamos a la altura de un gradón, de unos dos metros, que destrepamos |
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Que conecta, con una amplia y espectacular faja, por la que correteamos |
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Disfrutando de las vistas del Mascún Superior |
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Hasta llegar al bucólico rincón, que forma el Saltadero as Lañas o Saltador de las Lañas |
En
rincones como este, el tiempo pasa volando, muy a nuestro pesar, es
hora de retomar la circular, que aún nos queda la mitad del
recorrido, y toca afrontar el tramo más delicado, que ralentizara el paso.
Así que nos ponemos en marcha, cruzamos el
exiguo cauce del barranco del Mascún por las piedras, una vez en
la otra margen, continuamos por el sendero d'as Zinglas, por el que
caminamos en suave ascenso por una amplia faja, que a medida que
vamos ganando desnivel se estrecha, hasta convertirse en un estrecho
sendero por el cual rodeamos a media ladera, pegados a la roca el
Puyal de Letosa, con una sensación de vacío total, en el que un mal
paso nos puede precipitar al vacío.
De
vez en cuando, nos detenemos para observar el panorama, no solo por
abajo, sino también por arriba, ya que la pared esta llena de
pequeñas oquedades. En una de ellas, comprobamos como un grupo de
cabras asilvestradas observa nuestros torpes movimientos, en
comparación con ellas, que hacen equilibrismo sobre las rocas, y que
nos recuerdan que antaño, esto sendero d'as Zinglas, era utilizado
por los pastores para llevar el ganado (solo cabras) a los corrales
de Letosa, en unas condiciones que ya quisieran ellos hubiesen sido
las mismas con las que hoy las recorremos.
Tras
pasar este primer estrechamiento, la faja gana en amplitud, el
terreno es llano y bastante cómodo de caminar, lo que nos permite
disfrutar de las múltiples figuras que la erosión ha formado en la
cuenca del Mascún, que en este tramo se estrecha, formando los
Oscuros de Otín, a los que se puede acceder de forma rápida a
través de la cuenca del barranco de Raisén, a cuya altura llegamos
tras realizar un giro a la derecha.
Por
unos minutos, abandonamos la cuenca del Mascún, rodeamos el Puyal de
Letosa siguiendo la senda d'as Zinglas, que en este tramo también es
conocida como la faja de Raisén, donde el sendero es más cómodo,
aunque no pierde un ápice en espectacularidad, disfrutando de cada
paso, hasta que llegamos a la cabecera del barranco, en el salto
conocido como el Saltadero de Raisén, que con un rápel bolado de 30
metros se utiliza como acceso al barranco de Mascún, ya que es el
afluente de la orilla orográfica derecha más cercano al inicio del
Mascún Superior.
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Desde el Saltadero as Lañas, continuamos ganando suavemente desnivel, por el sendero d'as Zinglas |
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Por una faja, que a medida que ganamos desnivel se estrecha, rodeando a media ladera |
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Pegados a la pared del Puyal de Letosa, mientras un grupo de cabras asilvestradas |
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Observan nuestros torpes movimientos |
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En comparación con ellas, que hacen equilibrismo sobre las rocas |
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Tras pasar este estrechamiento, la faja se amplia, lo que nos permite disfrutar de las vistas |
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Del barranco de Mascún, que se estrecha formando los Oscuros de Otín |
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A los que se pueden acceder, por la cuenca del barranco de Raisén, al cual llegamos tras un giro a la derecha |
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Donde dejamos por unos minutos el Mascún, para rodear el barranco de Raisén, por una espectacular faja |
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Desde la que miramos como el barranco de Raisen, desemboca en los Oscuros de Otín |
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Y por la que llegamos a la cabecera del barranco, donde podemos ver la Chopera de Otín |
Desde
la cabecera del barranco de Raisén, podemos ir a Otín por el GR.1
saliendo a la Chopera de Otín, antigua zona de cultivos de los
lugareños de Otín, o continuar rodeando ahora el Puyal de Otín por
el sendero d'as Peñas Altas, que reducirá nuestro avance, pero que
es mucho más atractivo.
Sin
dudarlo un segundo, elegimos está segunda opción, que para eso
somos buscadores de lo intrincado. Así que tras cruzar el barranco
de Raisén, enlazamos con el sendero d'as Peñas Altas, por el que
empezamos a rodear el Puyal de Otín, caminando por la zona alta del
barranco.
En apenas cinco minutos, salimos de nuevo al barranco del Mascún, donde comenzamos una larga travesía
horizontal, por una amplia faja que nos lleva bajo la cueva d'a Pozeta, que en tiempos de
abundantes lluvias se utilizaba para recoger agua, y que desemboca
en la canal d'a Pozeta, único lugar por el que se podía acceder al
cauce del Mascún, aunque viendo la verticalidad del terreno, no
queremos ni imaginarnos como lo harían.
Sin
apenas perder desnivel, vamos disfrutando de las espectaculares
vistas que de nuevo nos ofrece el barranco de Mascún, en el que
destacan las formaciones de la Punta d'o Caracol y la Peña Os Moros,
que indican el final de la zona de Os Oscuros, en cuyos pináculos
adyacentes que forman el Castillo, podemos ver posados un grupo de
buitres, esperando a que las térmicas les sean favorables para
emprender el vuelo.
Sobre
la cota 1.050 metros, dejamos de perder altura, para comenzar a ganar
desnivel de forma moderada, dejando a nuestra derecha los antiguos
huertos de Casa Tejedor y Casa Carretero, en el que no nos cabe en la
cabeza como se les ocurrió cultivar en esta zona tan inhóspita, de
tal complejo acceso, lo que indica que en esta zona como en otras
muchas, se aprovechaban todos los recursos que la tierra daba.
Unos
metros más arriba, el sendero d'as Peñas Altas desemboca en un
saliente, conocido como el Mirador del barranco de Mascún, desde el
que disfrutamos de una amplia panorámica de toda la cuenca del
Mascún, y de los numerosos barrancos que en el desembocan, además del despoblado de Otín, que es nuestro próximo destino.
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Para llegar hasta Otín, cogemos el sendero d'as Peñas Altas, por el que cruzamos el barranco de Raisén |
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Y caminamos por las alturas |
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Viendo como el barranco de Raisén, desemboca en el Mascún |
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Donde empezamos una larga travesía horizontal, por una amplia faja |
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Que en suave descenso, nos lleva por debajo de la cueva d'a Pozeta |
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Desde la que podemos ver, como se estrecha el barranco de Mascún, formando Os Escuros |
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Sin apenas perder desnivel, observamos otras formaciones |
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Como la Peña Os Moros, que unidas con dos torres forman el Castillo, que indican el final de Os Oscuros |
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En cuyos pináculos se posan un grupo de buitres |
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Sobre la cota 1050 metros, comenzamos a ganar desnivel, dejando a nuestra derecha antiguos huertos |
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Hasta salir a la parte alta del Puyal de Otín, conocido como el Mirador del Mascún Superior |
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E Inferior, el cual disfrutaremos más adelante por el camino de la Costera |
Después de la pausa, nos ponemos en marcha, iniciamos el descenso hacia el
despoblado de Otín, que vemos a vista de pájaro, por una pista de
tierra que nace en el mismo mirador, por la que avanzamos rápidamente hasta llegar en poco más de cinco minutos a un cruce
de caminos, a las afueras de Otín.
Aunque regresaremos a este punto, ahora nos vamos a Otín, que recorremos por su calle principal, que antaño tuvo su importancia, ya que se componía de 11 viviendas, repartidas en dos barrios (Otín Bajo y Otín Alto), en el que se encontraba el famoso bar Manolo.
Visitadas las ruinas de Otín Bajo, regresamos hasta el cruce, donde está vez cogemos el sendero que se dirige al barranco de Mascún por Turno, por el que continuamos tomando de referencia las marcas verdes y amarillas de un sendero local, paralelos al cauce seco del barranco de Otín, por el que atravesamos la era Cebollero, de la que aún se mantiene en pie la borda, además del muro de piedra seca que delimita la finca.
Tras
dejar le era, caminamos atentos al sendero, que en algunos puntos se
difumina, aunque rápidamente lo volvemos a encontrar, hasta que
enlazamos con el sendero que desciende desde Otín Alto, en el que se
conservan los restos de una ermita y un molino, que ya visite en otra
ocasión cuando realice la ruta circular del Real de Mascún.
Entre
muros de piedra seca, seguimos unos metros en suave ascenso, hasta
adentrarnos en uno bonito bosque mixto de caxicos (robles) y bojes,
con un suelo empedrado cubierto por una alfombra de hojas, por el que
descendemos disfrutando de tan precioso paraje, también atentos al suelo, para
evitar las trampas naturales que ocultas entre las hojas nos pueden
llevar de bruces al suelo.
Una
vez fuera del bosque, llegamos a un pequeño rellano, donde nos
detenemos para observar dos enormes ejemplares de caxicos, punto en
el que tenemos la posibilidad de regresar a Rodellar por el dolmen de
la Losa Mora, para después bajar Mascún por el barranco de Andrébod, o
hacerlo por el sendero de la Costera, opción por la que nos
decantamos, ya que visualmente es más espectacular.
Dicho
y hecho, cogemos el sendero por el que dirección Sur nos adentramos
en el corto, pero bello tramo que forma el Cajigar de Otín, donde
los árboles mantienen las hojas secas en las ramas. Nada más
dejarlo atrás, enlazamos con el sendero de la Costera d'e Otín, que
por una preciosa faja prácticamente llana, nos aproxima de nuevo al
barranco de Mascún, donde comenzamos a vislumbrar un sin fin de
agujas e inverosímiles formaciones, hasta que poco a poco,
comenzamos a descender cerca del Puntal d'a Costera, en el cual nos
aproximamos al borde del precipicio, para disfrutar del barranco de
Mascún en su máximo esplendor.
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Desde el Mirador del Mascún, descendemos por pista hacia Otín |
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Donde caminamos por la calle principal |
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Para acto seguido, regresar a un cruce, donde cogemos el sendero que va al Mascún por Turno |
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Por el que cruzamos la era Cebollero |
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Hasta enlazar con el sendero que viene desde Otín Alto |
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Adentrándonos en un precioso bosque de caxicos y bojes |
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Con el suelo empedrado, cubierto de hojas, por el que llegamos a un rellano |
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En el que nos encontramos con dos buenos ejemplares de caxicos, donde el sendero se bifurca en dos |
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Nosotros cogemos el sendero que dirección Sur, atraviesa el Cajigar de Otín |
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Por el que enlazamos con el Camino de la Costera |
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Desde el cual, volvemos a disfrutar de un sin fin de agujas e inverosímiles formaciones |
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Hasta que llegamos cerca de la Punta d'a Costera, donde disfrutamos del Mascún en su máximo esplendor |
De
vuelta al sendero, iniciamos un largo y pronunciado descenso, con el
piso lleno de piedras, que se clavan en nuestros pies, resultando
bastante molesto. Tras varias lazadas, llegamos al fondo del
barranco del Mascún, en el conocido tramo como O Real de Mascún,
donde echamos una mirada a nuestra espalda, para disfrutar de tres
emblemáticas figuras del Mascún, como la Torre Santiago, la
Ciudadela y la afilada aguja de la Cuca Bellostas, que tiene una vía
de escalada con pasos de hasta VI.
Después, continuamos caminando por
el interior del barranco de Mascún, donde alternamos tramos de
sendero, con otros por lo que avanzamos por medio del lecho pedregoso
del barranco. Cuando el cañón por el avanzamos se estrecha,
aparece ante nosotros, la que es sin duda unas de las figuras más
representativas del Parque Natural, el Delfín.
También
conocida como la Ventana, está formación rocosa está compuesta
por 27 vías de escalada, repartidas en dos sectores, Norte (20 vías
con una dificultad máxima de 9a) y la Sur (7 vías con una
dificultad máxima de 7c+) que es la que vemos desde esté lado del
barranco, donde vemos colgado a un escalador, que nos sirve para
comprobar la grandeza de la oquedad.
La
proximidad de la fuente del Mascún se hace notar, aunque todavía no
la vemos, el barranco empieza a llevar caudal, que nos obliga a
caminar por un sendero pegados a la roca caliza, por el que vadeamos
por las piedras el lecho del barranco, hasta que llegamos a la
fuente del Mascún, de la que durante todo el año mana agua, aunque no se sabe a ciencia cierta, cual es su procedencia.
Según
la tradición oral, cuando venían las crecidas, de la boca de la
surgencia salían hojas de haya, debido a la ausencia de este árbol
en la zona, la explicación vendría por el terreno kárstico del
cual está formada la Sierra de Guara, una red de laberínticas
simas, y corrientes subterráneas de agua, que serían las
responsables del transporte de estas hojas, procedentes de los
hayedos de la cuenca del Ara en la Sierra de Jánovas.
Si
bien esta parece la explicación más lógica, la larga distancia que
hay entre la surgencia y la cuenca del Ara, ofrece muchas dudas. En
la anterior vez que visite la fuente, me estuve informando en varias
páginas, encontrando otra teoría que sin poder ser probada, no me pareció
del todo descabellada, y es la que apunta a la existencia de hayas en
varias cuencas de ríos próximos al Mascún, como sucede en las cuencas del
Alcanadre, Balcez o Guatizalema por citar algunas.
Si
bien no nombra en ningún momento la cuenca del Mascún, hay un hecho
significativo cuando se comprueba la toponimia, y es que aguas arriba
de Letosa, se unen los barrancos de San Poliz y San Lázaro, que dan
origen al Mascún
Este
barranco de San Lázaro, y su tributario el Foroñón se juntan en A
Fabosa, topónimo en aragonés, que al igual que fabar, significa
“hayedo” (fau=haya), lo que significaría que en otros tiempos si
que hubo hayas en la zona y por eso en épocas de crecida aparecían,
cosa que en la actualidad no sucede, ya que las hayas han
desaparecido de la cuenca del Mascún … cierto o no, ahí queda la
duda, de difícil solución, ya que en varias ocasiones se ha
intentado acceder con técnicas de buceo hasta la boca de la
surgencia, pero cuando se llega a -10m, la galería continúa por un
laminador de apenas 40 centímetros, que nadie a pasado. Más información sobre está teoría en a0avista.
Junto
a la surgencia, hacemos la última parada de la jornada para comer
unos frutos secos, que las horas de luz comienzan a contarse por
minutos. Desde la fuente, continuamos por el pedregoso lecho del
Mascún, pasamos junto a las vías de escalada del sector de la Fuente, que cuenta
con 16 vías, en su mayoría de iniciación que van del IV al 6b+, y
unos metros más adelante dejamos a la izquierda los antiguos huertos
de Mascún.
Nada
más pasarlos, vadeamos por última vez el barranco del Mascún, que
en este tramo es mas ancho, lo que facilita su paso, nada más
cruzar, enlazamos con el precioso Camino d'as Graderas, por el que en
sucesivas lazadas vamos ganando desnivel, quedando abajo el huerto de
Lafarga y el monolito calizo del O Picón d'o Cuervo.
A
medida que ascendemos, el camino se estrecha hasta convertirse a
media ladera en una bonita faja, desde la que divisamos de nuevo la
figura del Delfín. Tras un giro a la derecha, la faja se transforma
de nuevo en un amplio camino por el que llegamos junto a las vías de
escalada del sector Camino, uno de las más numerosas, ya que cuenta
con 32 vías, con niveles que oscilan desde el grado V de la vía Que
Majete, al 7b+ de Jauría de Perros.
Aunque
ahora no vemos ni un solo escalador, debido a su ubicación cercana a
Rodellar, es uno de los sectores más frecuentados, nosotros
continuamos ascendiendo hasta llegar a la altura de la A Cruz d'as
Graderas, desde la que divisamos la bonita población de Rodellar, en
la que emerge la torre de la iglesia de San Juan Bautista.
Superado
prácticamente todo el desnivel de la ruta, desde la cruz,
emprendemos el camino de vuelta hacia Rodellar, por una bonita
calzada, por la que llegamos con las últimas luces del día, al casco
urbano de Rodellar, que atravesamos por su calle principal, hasta
salir a las afueras.
A mano derecha enlazamos con el sendero
S3, por el dirección Sur entre campos de labor, alcanzamos después
de 22 km y 1200 metros de d+ el aparcamiento, tras casi 8 horas
caminando, dando por finalizada esta magnífica circular, que hemos podido disfrutar gracias al blog Enrique Salamero, que es sin duda,una de las personas que mejor conoce está sierra de Guara, a la que sin duda regresaremos, para volver a dar la vuelta al Mascún, pero está vez desde la población de las Bellostas, para recorrer el sendero de los Quejigos Centenarios, pero eso ya será otra historia.
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De vuelta al sendero, iniciamos un largo y pronunciado descenso, por un sendero con el piso pedregoso |
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Por el que tras varias lazadas, vamos llegando al cauce del barranco de Mascún |
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Donde echamos una miradas atrás, para contemplar la Torre Santiago, la Ciudadela y la Cuca Bellostas |
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Unos metros más abajo, llegamos al cauce, en el tramo conocido como O Real de Mascún |
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Por el que vamos alternando tramos en los que caminamos por el lecho, con otros por sendero |
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En el que aparece la figura del Delfín, también conocida como la Ventana |
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A partir de este punto, el barranco lleva caudal |
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Y alcanzamos la fuente del Mascún
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Tras la pausa, seguimos vadeando por las piedras el barranco, dejando a mano izquierda los antiguos huertos |
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Enlazando con el Camino d'as Graderas, por el subimos hacia Rodellar, disfrutando de el Delfín |
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Quedando abajo el huerto Lafarga y el monolito de, O Picón d'o Cuervo |
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Pasando junto a las vías de escalada del sector Camino
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Una vez arriba, llegamos A Cruz d'as Graderas, donde divisamos Rodellar |
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Al que llegamos, cerrando la circular y retrocediendo sobre nuestros pasos hasta el aparcamiento |
Hola Eduardo,
ResponderEliminarSierra de Guara, el paraíso de los deportes de montaña...
Hace años estuve por allí para hacer algún barranco y quedé enamorado de la zona, y ahora que he visto los impresionantes senderos y paisajes que esconde, tomo nota para acercarme a la zona para descubrirla de verdad.
Salud y montaña.
Hola David.
EliminarGuara es total! Barrancos, escalada, vías ferratas, y senderismo, además de preciosas montañas, como el Peiró, Fragineto, Borón o el Tozal de Guara, conocido como el falso 3.000 ya que con tan solo 2.077 metros, para coronarlo, hay que superar un desnivel positivo de unos 1.500 metros.
En cuanto puedas, ven y disfruta!
Un saludo.
Hola Eduardo¡
ResponderEliminarUna excursión preciosa e imprescindible en el sector.
Gracias por compartirla¡¡
Salud¡
Fer
Hola Fer.
EliminarDe las que crean afición, y que sin duda se ha convertido en un clásico de la zona, que no debe faltar en el curriculum de cualquier montañero.
Un saludo
Sendas estrechas y colgadas, inadvertidas e impensables desde la distancia, e incluso desde cerca en algunos tramos, nos permitieron recorrer la maravilla del Mascún.
ResponderEliminarQueda tan buena sensación que repetir es un deseo acuciante.
Salud y Montaña, Eduardo
Hola Carmar.
EliminarEn cuanto los caducifolios tengan hoja, y podemos quedar un día, regresaremos para disfrutar de esta maravilla de la naturaleza.
Un saludo
Hola Eduardo.
ResponderEliminarYa había visto fotos de la orografía y erosión del Mascún en algún sitio, pero con tu entrada he viajado a su interior. Impresionante se queda corto, y esas sendas fajeras por la roca y por los Cajigales o Quejigales que decimos por aquí son realmente atractivas. Guara a los que venimos de más al sur nos queda fuera porque normalmente nuestro fin del viaje son los Pirineos pero está claro que se merece con creces no una sino varias visitas.
Un saludo.
Hola Toni.
EliminarCuando veo la serranía, me recuerda mucho a Guara, con esas fajas, y las múltiples formas que adoptan las rocas con la erosión.
Alguna vez se lo he dicho a Dani, que cuando vaya al pirineo, se reserve un día para la Sierra de Guara, este recorrido por ejemplo, nada tiene que envidiar a los Pirineos, eso si, por aquí se puede venir hasta finales de Mayo, después sino es para mojarse mejor a otros lares.
Un saludo.
Así es Eduardo, nada tiene que envidiarle este espectacular recorrido a muchos de los Pirineos. Menudo rutón, 22 kilómetros en los que no hay ningún altibajo a nivel pasisajístico, desde esas repisas a esos increíbles barrancos salpicadas de impresionantes agujas y formaciones, y sin olvidarnos de esos despoblados. Enhorabuena por esta circular tan espectacular y potente.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Dani.
EliminarPues si, una ruta potente tanto por su belleza como por el despliegue físico y psicológico, ya que hay un par de pasos donde la senda se estrecha a la mínima expresión, no apta para personas con vértigo.
Además permite conocer varios despoblados, que en su día tuvieron una gran importancia, por desgracia, está zona esta plagada de ellos.
Un saludo.
Hola Eduardo:
ResponderEliminarPedazo de fajas que nos muestras esta vez, todo un abanico de opciones, tanto para los más atrevidos como para los más conservadores y como muy bien apuntas, pedazo de sangre fría hay que tener en alguna de ellas para pasar y seguir con la ruta.
Y encima le añades bastante distancia y desnivel, creo que no se le puede pedir más a esta ruta.
Felicidades y un fuerte abrazo compañero.
Hola Eulogio.
EliminarRecorrido muy completo, de lo mejor que se puede hacer en Aragón, y mira que los hay bonitos, además de principio a fin uno va embelesado ante tanta belleza, eso si, hay un par de pasos, que hay que estar bien atento.
Un saludo.