El circo de Lescun, es unos de los rincones más bellos de los pirineos; rodeado de extensos prados, y densos bosques de hayas, posee un gran valor ecológico, que durante más de 25 años fue reducto de Camille, el último oso que vivió en la cordillera, ya que de los 20 ejemplares que viven actualmente, provienen de Eslovenia o son descendiente de ejemplares reintroducidos, que se mezclaron con los pirenaicos.
Ubicado en la cabecera de un pequeño valle lateral, del principal valle del Aspe, parte de su territorio se engloba dentro del Parc National des Pyrénées. Rodeado de míticas montañas de más de 2.000 metros, como el Pic d'Anie, Pene Blanque, Mesa de los los Tres Reyes, Petrechema, o las Agujas de Ansabére, que hacen de frontera natural con los valles de Hecho y Roncal, en lo que conforman el Parque Natural de los Valles Occidentales.
Pero si algo destaca de este circo natural, son sin duda sus cumbres afiladas, y altivas que surgen como dentelladas calcáreas, que hacen que a esta zona se le conozca como los “Dolomitas del Pirineo”, en el que sin duda destaca la cima bicéfala del Billare, que con sus 2.318 metros, preside el circo de Lescún, cuyas paredes se desprenden mil metros más abajo sobre bellos pastizales, aunque hoy el protagonista será su vecino, el Dec de Lhurs.
Aprovechamos el cambio de hora para dormir una hora más, a las siete de la mañana quedamos en Villanueva de Gállego, donde nos desplazamos en un solo coche, hasta la población de Lescún. Sin entrar en el núcleo urbano, continuamos por una estrecha carretera, siguiendo las indicaciones hacia el aparcamiento de Napia, al que llegamos tras tres horas de coche.
La mañana es fresca, el termómetro no supera los 4ºC, aunque el sol calienta, y las previsiones meteorológicas nos van a ser favorables, a excepción de las famosas nubes que suelen cubrir el valle de Lescun, que pueden amargarnos las vistas desde la cima del Dec de Lhurs.
Antes de comenzar, echamos un bocado, preparamos las mochilas, mientras miramos embelesados la figura del Billare, que se alza imponente frente a nosotros, y donde comprobamos con tristeza, como el "invierno", ha llegado a estas tierras, dejando las hojas de los árboles caducifolios en el suelo, algo que tampoco nos sorprende, ya que hace un par de semanas estuvimos recorriendo el bosque de la Pardina del Señor, en el que apenas pudimos disfrutar del cambio cromático de las hojas.
Sobre las diez de la
mañana, iniciamos el recorrido, caminamos unos metros por la pista
principal, que rápidamente se bifurca en dos, siendo este el punto
en el que se empieza desde Lescún, la circular a la Mesa de los Tres
Reyes, que seguramente será nuestra próximo objetivo para cuando
volvamos a estas tierras, ya que resulta más atractivo que subir desde el refugio de Linza
Como hoy no es nuestro
destino, nosotros dejamos a nuestra derecha la pista que sube hacia
el Plateau de Sanchése y continuamos por la pista de Lhurs, tomando
de referencia unas marcas amarillas, que nos conducen hacia el Lac de
Lhurs, entre espesos campos de helechos, que con su color rojizo, dan
el toque otoñal al recorrido, haciendo resaltar la silueta grisácea
del Billare.
Apenas transcurridos
cuatrocientos metros, la pista describe una larga ese, en la que se
junta un camino que sirve de alcorce de la pista principal, donde
seguimos dirección Oeste, por terreno totalmente llano, disfrutando
de las bucólicas vistas que tenemos de este pequeño valle, formado
por numerosas bordas, rodeadas de extensas zonas de prados, donde las
vacas pastan a sus anchas; que poco a poco vamos dejando atrás,
mientras las primeras hayas comienzan a poblar la pista.
Tras un suave giro a la
derecha, aparece ante nuestro ojos por primera vez la figura del Dec
de Lhurs, que se muestra desafiante desde esta perspectiva, que se
amplia unos metros más adelante, con la visión también de su
vecino Billare, formando una preciosa estampa, que no podemos evitar
fotografiar, mientras dejamos a nuestra derecha el barranco de Le
Larrangus, que debido a las escasas precipitaciones, apenas lleva
caudal.
Unos metros más adelante,
alcanzamos un cruce de caminos perfectamente identificado, donde
abandonamos la pista principal, y continuamos a mano derecha por un
precioso camino tapizado por las hojas de los árboles, que en estas
latitudes todavía conservan parte de sus hojas, entre las que se
intuyen las paredes graníticas del Billare y el Dec de Lhurs, además
del circo de Lazerque, que vemos desde una pradera donde muere un
ramal del camino, al que regresamos.
Siguiendo las marcas
amarillas, que se encuentran pintadas en un poste, comenzamos a ganar
desnivel de forma rápida, por una larga rampa con el piso
descompuesto, seguramente por el discurrir el agua cuando llueve de
forma torrencial, por el que nos vamos adentrando en el bois de
Larrangus, precioso bosque de hayas, donde nos vamos deteniendo para
disfrutar de las últimas pinceladas del otoño, y buscando setas,
que tan solo encontramos en los troncos de los árboles.
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Desde el aparcamiento de Anapia, miramos embelesados la imponente figura del Billare |
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Al cual nos vamos acercando, tomando a mano izquierda la pista de Lhurs |
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Por la que continuamos dirección Oeste, haciendo acto de presencia las primeras hayas |
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Tras un giro a la derecha, podemos disfrutar de una panorámica del Dec de Lhurs y el Billare |
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Unos metros más adelante, llegamos a un cruce |
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Donde tomamos un precioso camino tapizado de hojas, hacia el Lac de Lhurs |
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En el cual los árboles todavía conservan parte de sus hojas, que dejan entrever la figura del Billare |
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Y el Dec de Lhurs |
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Siguiendo las marcas amarillas, nos internamos en el bois de Larrangus |
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Por el que en fuerte ascenso, vamos disfrutando de las últimas pinceladas del otoño |
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Y buscando setas, que solo encontramos en los troncos de los árboles |
Cerca de un claro, la
pendiente se suaviza, el camino se bifurca en dos, aunque nosotros
vamos por el principal, ya que el otro ramal que se vuelve a juntar a
la altura del barranco de Landrosque, está marcado con una X. Por
unos minutos salimos a cielo abierto, el camino se transforma en un
bonito sendero, por el que vamos ganando desnivel, disfrutando de las
vistas al Dec de Lhurs, con el que nos fotografiamos de fondo.
El día se mantiene
despejado, el sol comienza a calentar, el fuerte repecho que hemos
afrontado, nos ha hecho entrar en calor, así que nos quitamos los
abrigos, que no guardamos en el fondo de la mochila, porque más
adelante los necesitaremos, y continuamos la marcha, caminando por el
sendero en ligero descenso, alternando zonas de
bosque, donde las hayas ya sin hojas, se entremezclan con altivos
abetos que nos proporcionan una agradable sombra, con otras de claros, donde podemos
apreciar la verticalidad de esta cara Sur del Billare, por la que se
desprende el barranco de Landrosque.
Tras unos minutos de tregua, el
sendero se endurece, comienza a describir una sucesión de lazadas,
que nos permite ganar desnivel de forma rápida, sin mucho esfuerzo,
hasta alcanzar un rellano, en el que se unen ambos ramales de la pista de
Lhurs, donde abandonamos la protección del bois de Larrangus y
vadeamos un barranco secundario que apenas llega agua, hasta llegar a la base de la pared del Billare.
Si desde el bosque, teníamos dudas de por donde iba el camino, ahora desde este punto se disipan, ya que comprobamos
como se ha salvado este tramo, con una bonita terraza labrada sobre
la roca, por la que avanzamos sin ninguna dificultad, disfrutando de
este bonito paso, por el que flanqueamos la pared del Billare.
Ya en la otra vertiente, pasamos una mancha de hayas; el camino se transforma de nuevo en un sendero bien definido, por el que en suave ascenso, atravesamos una sencilla pedrera, mientras observamos ensimismados la aguja y los escarpes
calizos que conforman la cara Norte del Dec de Lhurs, al que nos
vamos aproximando, remontando por la margen izquierda el barranco
seco de Landrosque, que hace de divisoria natural entre el Dec de
Lhurs y el Billare, con la cima bicéfala del Midi d'Ossau a nuestras
espaldas.
Aunque se puede seguir
paralelo al barranco, nosotros lo cruzamos, pasamos a la margen
derecha, donde comenzamos a remontar una loma, atentos al sendero que
se confunde con algunos surcos formados por el agua, ganando
suavemente desnivel, apareciendo ante nuestros ojos la figura del
Pics de Péne Blanque.
Unos metros más arriba,
llegamos a los pies del Dec de Lhurs. En un amplio rellano que nos
sirve de mirador natural, disfrutamos de una bonita panorámica del
valle de Lescun, aunque no podemos evitar que se nos vaya la mirada
hacia el Midi d'Ossau, que si las cosas no se tuercen, intentaremos
subir el año que viene.
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Cerca de un claro, la pendiente se suaviza, salimos a cielo abierto |
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Donde nos fotografiamos con la figura del Dec de Lhurs de fondo |
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Para continuar en ligero descenso, alternando tramos de bosque |
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En el que las hayas, ya sin hojas, se entremezclan con altivos ejemplares de abeto |
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Con otras de claros, donde podemos comprobar la verticalidad de la cara Sur del Billare |
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Por la que se desprende el barranco de Landrosque, junto a la pared Sur del Billare |
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Que flanqueamos por una bonita terraza labrada en la roca |
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Donde seguimos atravesando una pedrera, con vistas a la aguja y escarpes de la cara Norte del Dec de Lhurs |
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Remontando el barranco de Landrosque, con la cima del Midi d'Ossau a nuestras espaldas |
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Aunque se puede seguir por el barranco, nosotros lo vadeamos |
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Y pasamos a la margen derecha, por la que remontamos una loma, con vistas al Pics de Pené Blanque |
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Por la que alcanzamos un rellano, que sirve de mirador natural, del valle de Lescun |
Aprovechamos que pega el sol, para hacer un breve descanso, comemos, bebemos y
después regresamos al sendero, donde continuamos caminando en suave
ascenso dirección Oeste, bajo la pared Norte del Dec de Lhurs, hasta
que llegamos a un punto elevado, donde iniciamos el descenso por
medio de un precioso tramo de karst, tomando de referencia los
numerosos hitos que hay colocados a lo largo de este, donde
emerge ante nuestros ojos, la proa de la Mesa de los Tres Reyes, que
en los mapas aparece reflejado como la Table.
Siguiendo el sendero,
alcanzamos la vaguada en la que se ubica el Lac de Lhurs, donde nos
quedamos helados, ya que las altivas paredes del Dec de Lhurs nos
tapan el sol, y además corre una ligera brisa, por lo que
intensificamos el ritmo en busca del sol, que encontramos justo al
llegar a la cubeta del Lac de Lhurs, que conforma una fotografía de
postal, con el anfiteatro de fondo que conforman los picos de la
Table, la Mesa de los Tres Reyes y el Péne Blanque.
Al otro lado del lago,
comprobamos que hay un refugio, como le da el sol, pensamos que es un
buen lugar para descansar, antes de comenzar el ataque final a la
cima. Así que comenzamos
a bordear la cubeta del ibón por la derecha, yendo por el sendero
principal, hasta llegar al otro lado, donde acometemos un corto
repecho, por el que rápidamente alcanzamos la Cabaña de Claveanne,
también conocida como Cabaña de Lhurs.
Aunque una parte esta cerrada, tiene una zona abierta
al público, que no podemos evitar echar un vistazo, quedándonos
maravillados del buen estado en que se encuentra, la limpieza y lo
bien equipado que está, ya que cuenta con una fuente en el exterior,
electricidad, enchufes, luz, una estufa y un altillo donde poder dormir, todo
un lujo!.
A resguardo del viento nos
sentamos al sol, ya con los abrigos puestos, bebemos, comemos,
mientras embelesados miramos a uno y otro lado, disfrutando de tan
fascinante enclave en el que se sitúa el refugio, que pensamos que
puede ser un buen lugar para pernoctar y hacer una actividad de mayor
envergadura desde el.
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Tras la pausa, continuamos en suave ascenso por la loma |
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Hasta alcanzar un punto elevado, donde asoma la proa de la Mesa de los Tres Reyes |
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Donde iniciamos el descenso, por medio de un pequeño tramo de karst |
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Tomando de referencia los hitos que hay colocados a lo largo del tramo |
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Alcanzando la vaguada por el que discurre el barranco por el que desagua |
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El Lac de Lhurs, que conforma una bella postal con la Table, La Mesa de los Tres Reyes y el Pené Blanque |
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Desde el lago, bordeamos la cubeta por la derecha y llegamos a la Cabaña de Claveanne |
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En la que descansamos, mientras disfrutamos de las vistas hacia la Table |
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Y el Lac de Lhurs |
Son las 12:45, hoy con el
cambio horario, disponemos de menos horas de luz, así que nos
ponemos en marcha. Caminamos sin sendero por medio de una zona de
pastos, en la que habitualmente se encuentra el ganado y un
simpáticos border collie, que se recogen en una cabaña que se
encuentran a tan solo unos metros del refugio, a la cual nos
dirigimos.
Sin entrar dentro del
cercado, la rodeamos por la derecha, alcanzamos una zona de caos, por
la que avanzamos tomando de referencia algunos hitos, que hay
colocados a lo largo de este, lo que nos permite orientarnos con
facilidad.
Poco a poco, el collado lo
tenemos más cerca, bajando de este, observamos como una pareja de
montañeros desciende por la otra ladera, echo un vistazo al GPS y
compruebo que existe otro sendero que va más cercano a las paredes
del Dec de Lhurs, ya que por donde transitamos, más tarde se dirige hacia el Oeste para subir a la Mesa de los Tres Reyes.
Por el momento, decidimos
seguir por esta vertiente, ya que nos resulta más sencillo ganar
desnivel, que yendo por los pastizales. Una vez fuera de la zona de
caos, realizamos un largo flanqueo virando hacia el Sur, por terreno
prácticamente llano, en el que apenas ganamos cota, disfrutando de
las vistas que tenemos en todo momento, hasta enlazar con el sendero sobre la cota 1.850 metros, donde el Lac de Lhrus, va quedando
abajo.
Ya sobre el track, continuamos avanzando por un sendero bien trazado, que realiza alguna suave lazada, que nos permite subir sin grandes esfuerzos, guiándonos de los hitos y teniendo de referencia en todo momento el collado, disfrutando hacia el Este de las crestas calizas que conforman esta cara del Dec de Lhurs;
al Oeste de la Table, y la Mesa de los Tres Reyes.
En apenas tres cuartos de
hora, llegamos al collado previo a la cima, donde a las ya conocidas
vistas sobre la Mesa de los Tres Reyes, se unen otros tres gigantes
de la zona, el Petrechema, las Agujas de Ansabére y el Pic d'Anie,
además del Midi d'Ossau, que ya habíamos visto de subida al Lac de
Lhurs.
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Desde el refugio, caminamos sin sendero hacia la cabaña de pastores |
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Que dejamos a nuestra izquierda, mientras nos adentramos en una zona de caos |
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Por el que avanzamos cómodamente, tomando de referencia algunos hitos |
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Una vez salimos del caos, realizamos un largo flanqueo hacia el Sur |
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Hasta enlazar con el sendero que discurre cerca del Dec de Lhurs, en tanto abajo va quedando el Lac de Lhurs |
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Ya sobre el track, continuamos ascendiendo con vistas a las crestas que conforman la cima del Dec de Lhurs |
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Y al Oeste, de la Table y la Mesa de los Tres Reyes |
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En apenas tres cuartos de hora, llegamos al collado previo a la cima |
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Donde a las vistas ya conocidas, se unen el Petrechema y las Agujas de Ansabére |
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Además del Midi d'Ossau, del que ya disfrutamos subiendo al Lac de Lhurs |
Desde el collado, nos
quedan unos 200 metros de desnivel hasta la cima, que por la cercanía
de está, intuimos que no es la que se alza frente a nosotros. Para
disipar las dudas, nos ponemos en marcha , caminamos dirección Este por el amplio cordal, hacia la
arista coronada por una cresta caliza, donde a su izquierda aparece
la vertical pared del Gran Billare, que desde esta perspectiva
intimida.
En apenas un par de
minutos, iniciamos el tramo final de ascensión al Dec de Lhurs,
caminando por el extremo de la arista, que por dura pendiente nos va
acercando hasta las afiladas cuchillas de la cresta, desde la que
podemos comprobar como 1.000 metros más abajo, el río de la Gave
d'Ansabére, serpentea en el valle del mismo nombre, en el que
sobresale la figura del Pic Poure de Lamary, siendo este valle una
buena zona para hacer raquetas.
Tras un par de lazadas, cambiamos de vertiente, acometemos una larga rampa por la que nos adentramos en el laberinto, que forma el roquedo que conforma la cresta de esta primera elevación, donde el sendero es engullido por los bloques de caliza, y nos guiamos por los hitos que hay colocados en abundancia, teniendo que utilizar las manos en contadas ocasiones para seguir progresando, mientras un grupo de sarrios salen huyendo, al notar nuestra presencia.
Sobre la cota 2130 metros
salimos del laberinto de rocas, alcanzamos un collado que hace de
divisoria entre la antecima y la cima principal del Dec de Lhurs, que
ya divisamos, y que se encuentra cercado por otro roquedo, que hemos
de salvar para coronar la cima.
Antes de continuar,
echamos un trago de agua, después, proseguimos la ascensión,
realizamos un sencillo destrepe por el que llegamos a la base del
roquedo, en el que nos internamos tanteando las rocas con los pies,
ya que algunas se mueven, y apoyamos las manos en un par de
ocasiones, para llegar tras cuatro horas a la cima del Dec de Lhurs,
que nos recibe con un cielo azul, prácticamente despejado, donde el
sol está en su máximo apogeo, aunque hace fresco en la cima, así que nos abrigamos.
El Dec de Lhurs, es
conocido como una de las atalayas de Lescun, ya que desde su cima,
se disfrutan de unas panorámicas de 360º, como hoy podemos
atestiguar, donde al Sur destaca el Midi d'Ossau; al Norte el
Petrechema, las Agujas de Ansabére, la Mesa de los Tres Reyes, y el Peneblanque; al Este, del Pic d'Anie y el Billare (Gran
y Petit Billare).
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Desde el collado, caminamos por el cordal hacia la arista coronada por una cresta caliza y en un par de minutos |
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Iniciamos la subida por la arista, desde la que divisamos el valle de la Gave d'Ansabére |
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Tras un par de lazadas, acometemos una larga rampa, por la que nos introducimos en el laberinto |
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Que forma el roquedo, que conforma la cresta caliza que corona esta primera elevación |
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Donde los bloques de caliza, engullen el sendero y tenemos que usar las manos, en contadas ocasiones |
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Mientras un grupo de sarrios, salen huyendo al sentir nuestra presencia |
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Sobre la cota 2130 metros, salimos a un collado que divide la antecima y la cima, del Dec de Lhurs |
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Tras realizar un destrepe, llegamos a la base del roquedo, por el ascendemos con cuidado |
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Hasta llegar a la cima del Dec de Lhurs, tras cuatro horas desde el aparcamiento de Anapia |
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Que es conocido como una de las "atalayas de Lescun", ya que desde su cima, obtenemos unas vistas de 360º |
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Al Norte del Petrechema, las Agujas de Ansabére, la Table y la Mesa de los Tres Reyes |
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Y al Este del Pic d'Anie y el Billare (Gran y Petit Billare) |
Aunque existe la
posibilidad trazar un circular, bajando por el vecino valle
d'Escoueste, nos quedan apenas tres horas de luz, así que para no
complicarnos la vida, iniciamos el descenso por el mismo lugar,
atentos a los hitos, para no salirnos de la traza original, y acabar
embarcados, deteniéndonos de vez en cuando para disfrutar de las
vistas que tenemos hacia el Petrechema, las Agujas de Ansabére y la
Mesa de los Tres Reyes, donde también podemos ver unos metros más
abajo el collado, al cual llegamos en tan solo media hora.
Una vez en el collado,
continuamos por el sendero principal, que nos permite bajar de forma
más directa, mientras disfrutamos de las vistas a la Table, la Mesa
de los Tres Reyes y el Lac de Lhurs, cuya cubeta ya podemos ver
parcialmente, a la que nos vamos acercando ya sin sendero, cerca de
la cabaña de pastores, que dejamos a nuestra izquierda, avanzando
campo a través, tomando de referencia algunos hitos, que nos llevan
hasta el refugio, en el que nos detenemos para comer.
Con energías renovadas,
emprendemos la marcha, rodeamos por la izquierda la cubeta del Lac de
Lhurs, donde enlazamos con el precioso tramo de karst, que nos
deposita a los pies de la base del Dec de Lhurs, donde comprobamos
como las nubes empiezan a cubrir las montañas de los valles
circundantes.
El sol va perdiendo
fuerza, la sombra comienza a dar en todo el valle, las temperaturas
bajan, así que nos abrigamos mientras descendemos paralelos al barranco
de Landrosque, hasta internarnos en el precioso bosque de hayas y
abetos, que conforma el bois de Larrangus, donde disfrutamos de los
últimos coletazos del otoño, bajando hacia el fondo
del valle de Lescun.
Ensimismados, abandonamos
la compañía de este precioso bosque, salimos a la pista de Lhurs,
por la que rodeamos la montaña, dejando a nuestras espaldas la cima
del Dec de Lhurs, ahora completamente tapada por las nubes, mientras
nos acercamos al aparcamiento de Anapia, gozando de las vistas que
tenemos del bucólico valle de Lescun, y los imponente Orges de
Camplong, que se unen a partir de ahora, a la larga lista de
pendientes.
Tras siete horas y media,
alcanzamos el cruce donde se junta con la pista que sube al Plateau
de Sanchése, y unos metros más abajo, llegamos con las últimas
luces del día, al aparcamiento de Anapia, donde damos por finalizada
está espectacular ascensión al Dec de Lhurs, después de 16
kilómetros y 1200 metros de desnivel positivo, en el que es sin
duda, uno de los valles más bonitos de los pirineos, al que
regresaremos este invierno con las raquetas para seguir descubriéndolo
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En la cima, iniciamos el descenso por el mismo itinerario |
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Atentos a los hitos, para no acabar embarcados |
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Disfrutando de las vistas hacia el Petrechema, las Agujas de Ansabére y la Mesa de los Tres Reyes |
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Cuando llevamos apenas media hora, alcanzamos el collado |
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Desde el que descendemos lo más directos posible, por el sendero principal |
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Por el que rápidamente aparece la cubeta del Lac de Lhurs |
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Al que nos acercamos sin sendero, dejando a nuestra izquierda la cabaña de pastores, hasta llegar al refugio |
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Luego, rodeamos por la izquierda el Lac de Lhurs |
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Y enlazamos con el preciso tramo de Karst, que nos deja a los pies del Dec de Lhurs |
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Donde comprobamos como las nubes, empiezan a cubrir las montañas de los valles circundantes |
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Para acto seguido, descender por el barranco de Landrosque |
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Hasta internarnos en el bois de Larrangus, por el que enlazamos |
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Con la pista de Lhurs, en la que disfrutamos de las vistas |
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A los Orges de Camplong |
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Y al bucólico valle de Lescún, llegando al aparcamiento de Anapia, después de algo más de siete horas |
Sencillamente impresionante, Eduardo. Ya desde la Mesa veíamos ese valle de Lhurs con su ibon y me imaginaba un sitio especial, además con su refugiete. Me has trasmitida una envidia sana tremenda, pues yo que he andado un poco por esa zona se de la grandiosidad y belleza de esas paredes y esas verticalidades de los Billares, y por mucha foto (que son cojonudas) no hay nada como sentir aquello real y es muy difícil de trasmitir con fotografías.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Toni.
EliminarEspero yo en 2018 poder contemplarlo desde la Mesa de los Tres Reyes.
Esta zona sin duda, resulta muy fotogénica, no hace falta ser un buen fotógrafo ni llevar una gran cámara, para lograr unas buenas fotografías, aunque están nunca reflejan al 100% todo la grandiosidad de la zona, ni por su puesto lo más importante, las emociones y el sentimiento que se tiene al contemplarlas.
Un saludo.
Excursión realizada en un momento de "transición" entre la belleza apabullante del otoño y la serena hermosura de los lugares nevados pero que en absoluto rebaja la delicia que supone transitar por esos bellos parajes de los que Lescun es tan pródigo.
ResponderEliminarEnhorabuena por el recorrido y hasta pronto ya.
Salud y Montaña.
Hola Carmar.
EliminarUna lastima, porque nos hubiese gustado disfrutar del otoño en todo su explendor. Todo ese colorido, hubiese supuesto un plus al recorrido, que aún así nos resulto cautivador, y del que disfrutamos enormemente de principio a fin.
Nos vemos pronto. Un saludo
Hola Eduardo.
ResponderEliminarFantástico entorno calizo el del Circo de Lescún, coincido plenamente contigo en lo de que es uno de los lugares más bellos de todo el Pirineo. Solo por poder disfrutar de él este Dec de Lhurs ya merece ser apuntado como una opción muy a tener en cuenta si alguna vez vamos expresamente a este valle a hacer rutas, ya que "solo" lo conozco desde las cimas del Petre, la Mesa y el Acherito, y por las dos etapas de la Ruta de las Golondrinas que pasaron por allí. También parecen interesantes las subidas desde allí a la Mesa y al Anie, así como al Ibón de Acherito.
Respecto a la ruta una pasada, con esas vistas iniciales hacia esos mastodontes que son los Billare y hacia el propio Dec, luego el paso por los hayedos y la llegada a esa bonita cubeta en la que están el lago y las cabañas, para luego hacer una bonita combinación entre pasto y roca para culminar la cima, desde donde las vistas son alucinantes. Una gran ascensión que como siempre nos has narrado con todo lujo de detalles ;-)
Un saludo!!
Hola Dani.
EliminarPues si, está zona merece ser recorrida, y disfrutar de unos días por estos deliciosos lares, cubiertos de hayas.
Cualquier montaña desde Lescún, es diferente, la hayas o no subido, yo al año que viene si no pasa nada, subiré a la Mesa de los Tres Reyes o al Billaré.
Un saludo.
Ole! que chulo eh? Nosotros estuvimos hará como cuatro años y nos encantó. De hecho, tengo una foto de aquel día en mi salón ;)
ResponderEliminarCasualidad que ayer le eché un ojo y una foto, que estuve en el Petrechema.
Salud y monte muchacho!
Hola Pirene.
EliminarMe acuerdo de vuestra ascensión al Dec de Lhurs, con David y compañía.
No me extraña que tengas una fotografía en el salón, porque el lugar es precioso, se suba o no a algunas de las cumbres del circo de Lescun.
Un saludo.
Hola Eduardo:
ResponderEliminarMuchas veces, parece que si una montaña no llega a 3.000m, la gente no la tiene en cuenta y gracias a personas como tu, a los que no tenemos la oportunidad de visitar esa zona del pirineo, nos das la oportunidad de disfrutar de lugares que no son tan comunes y que a su vez son tan maravillosos o más que los más conocidos.
Esta montaña me ha sorprendido gratamente porque parece muy fotogénica, parece como si la hubiera construido artificialmente para este propósito y como siempre suele ser en todas tus entradas, la galería fotográfica y la narración de esta preciosa ruta ha sido de sobresaliente.
Saludos compañero.
Hola Eulogio.
EliminarEl Dec de Lhurs es una montaña grandiosa, no por su altura, sino por su belleza, y la del entorno en la que se ubica.
Cualquiera de las cumbres, que forman el circo de Lescún, merecen la pena, e incluso si no se quiere subir hasta ellas, el Lac de Lhurs, es una buena opción.
Animate y venir a pasar unos días a los pirineos, merece la pena!
Un saludo
Impresionante Eduardo!!!En la Camille ya te sorprende con Mayúsculas, la zona del circo de Lescún. Con tu completo reportaje das el gran aliciente de escudriñar este rincón al que le viene al pelo lo de "Dolomitas del Pirineo". Gracias por mostrarnoslo!!!.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Alex.
EliminarPara mi este valle de Lescún, es de los parajes más bellos de los pirineos. Además permite hacer cimas como la Mesa de los Tres Reyes, o el Anie, que son mucho más bonitas desde aquí, que desde la parte española.
Si puedes, escapate, y ve a disfrutarlo, merece la pena!
Un saludo