La Comarca de los
Monegros, es un territorio semiárido que se encuentra a caballo
entre las provincias de Zaragoza y Huesca, cruzando de punta a punta
el cordal montañoso de la sierra de Alcubierre, que con una
extensión de 40 kilómetros, hace de frontera natural entre ambas
provincias, desde los Llanos de la Violada al Noroeste, hasta las
inmediaciones de La Almolda.
Está pequeña serranía,
incluye a su vez de Noroeste a Sureste, la sierra Alta de Leciñena,
los montes de Perdiguera, además de las sierras de Lanaja,
Pallaruelo, Farlé y Santa Quiteria, que constituyen una zona
subdesértica compuesta por una serie de formaciones carbonatadas, moldeadas fundamentalmente por el agua y el viento, que
han configurado un paisaje de lomas, pequeños relieves tabulares,
áreas llanas a veces endorreicas, barrancos, cárcavas y típicos
valles de fondo plano, sin cauces definidos.
Sus principales cimas son, el Puig Ladrón (699 m), la Torre Ventosa (786 m), el Monte Oscuro (824 m) y su máxima elevación, San Caprasio (834 m), que recibe el nombre de la ermita que se ubica en la cima, que pertenece a los términos municipales de Alcubierre y Farlete, dedicada a un Santo francés del siglo IV, que recaló en tierras aragonesas durante su peregrinaje jacobeo
Después de más de tres años sin tocar la MTB, (salvo dos o tres paseos por la zona de las Planas), quiero retomar la actividad, así que para la jornada de hoy, voy a realizar la clásica subida a San Caprasio, ascendiendo por la cara Sur desde Farlete, por un terreno en el que predomina una vegetación esteparia en las zonas bajas, que da paso a los sabinares y pinares carrascos en la parte superior, además de la cara Norte, por la que descenderé hasta Farlete.
Al ser un recorrido de
apenas un par de horas (a mi me costará más por falta de forma y
porque pararé a realizar algunas fotografías), no madrugo. Salgo
con la furgoneta desde Cuarte de Huerva con un sol radiante, pero en
cuanto llego a la zona de influencia del río Ebro, el sol da paso a
una niebla, que sin ser densa me acompaña hasta mi destino, por lo
que decido hacer tiempo, esperando que la fuerza del día la disipe.
A las 10:30 el sol gana la batalla, por lo que comienzo a pedalear desde las antiguas escuelas, donde continúo unos metros por la avenida Constitución, hasta realizar un giro a la izquierda para continuar por la calle la Virgen, por la que voy dejando atrás el núcleo urbano, pasando junto al Santuario de Nuestra Señora de la Sabina, de estilo barranco, levantada en el S.XVII sobre la original ermita medieval del S.XIII, que se construyo en el mismo lugar donde la Virgen subida en una sabina, se le apareció a un pastor.
En este punto, el asfalto
da paso a un camino de tierra, en el que me detengo un instante, para
visitar los restos de unos hornos, de carácter familiar, con los que
se fabricaba el yeso para el uso domestico. Luego, regreso al camino
de Lanaja, por el que sigo atravesando un terreno estepario,
prácticamente llano, que se rompe principalmente hacia el Norte, con
una sucesión de pequeños relieves tubulares y lomas, sobre las que
se alzan los dos objetivos del día, la ermita de San Caprasio
(izquierda) y la torre de la Torraza (derecha).
Unos metros más adelante
(km.0.9), el camino se bifurca en dos, tomando el ramal de la
derecha, balizado con una estaca de madera (triangulo rojo), que
marca la dirección correcta para realizar la circular a San
Caprasio, donde continúo pedaleando por un camino que serpentea,
mientras va realizando suaves subes y bajas, hasta que justo cuando
el ascenso se hace continúo, me encuentro con un cartel que indica
que están realizando una batida.
Como acabo de ver pasar
varios todoterreno, y con la niebla no se puede cazar, imagino que
todavía no habrán comenzado. Así que de momento, decido seguir
subiendo por el camino de Lanaja, que en general tiene una pendiente
suave, con un piso firme que me permite subir con soltura, a pesar de mi escasa
forma, aunque de vez en cuando, tiene alguna rampa corta pero
dura, que se me atraganta.
Chino a chano, voy ganando desnivel, dejando abajo el barranco de San Caprasio, mientras comienzo a escuchar los primeros ladridos, que por suerte se oyen en el fondo del barranco, hecho que certifico al
cruzarme con un cazador que se encuentra apostado en el camino, que
me indica que puedo subir a San Caprasio pero no acercarme a la torre
de la Torraza, ya que van a cazar esa zona, así que antes de seguir le echo un vistazo, tan cerca pero tan lejos!
Buscando el lado positivo,
ya tengo escusa para volver a la zona. De momento, continúo
pedaleando por un terreno de falso llano, que se intercala con
algunas subidas más duras, dejando a mi derecha el desvío a la
torre de la Torraza, para seguir subiendo por el camino de Lanaja,
hasta alcanzar una encrucijada, donde enlazo con el GR.17 que viene
desde el refugio de Aldea Correo, en el que hago una pequeña pausa
para echar un trago de agua, mientras disfruto de las vistas a la
torre de la Torraza, el valle del Ebro y una bonita sucesión de
lomas salpicadas de pinos.
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En los Monegros, el día amanece con niebla, que se va disipando . Sobre las 10:30, comienzo a pedalear |
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Pasando junto al Santuario de Nuestra Señora de la Sabina, donde el asfalto da paso a un camino de tierra |
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En el que me detengo, para ver los restos de unos hornos de yeso |
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Luego, regreso al camino de Lanaja, por el que atravieso una zona llana rota al Norte |
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Por una sucesión de pequeños relieves tubulares y lomas, sobre las que se alzan |
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La ermita de San Caprasio y la torre de la Torraza. Unos metros más adelante, el camino se bifurca en dos |
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Donde tomo el ramal de la derecha, para continuar por un camino que serpentea |
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Mientras va realizando ligeros subes y bajas, hasta iniciar una subida continua |
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Con un piso firme, que permite subir con soltura, dejando abajo el barranco de San Caprasio |
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Desde el que visualizo la torre de la Torraza, que debido a una batida, no podré visitar |
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Unos metros más arriba, alcanzo el desvío a la torre de la Torraza, que dejo para otra ocasión |
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Para seguir alternando tramos de falso llano, con fuertes pero cortos repechos |
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Hasta llegar a una encrucijada, donde enlazo con el GR.17, haciendo un receso |
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Para disfrutar de las vistas de la torre de la Torraza, el valle del Ebro |
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Y una sucesión de lomas, salpicadas de pinos |
Mirando el GPS, observo
que a excepción de la subida final a San Caprasio, hasta este punto
que me ha costado menos de una hora (±50
minutos), he ganado prácticamente todo el desnivel de la circular.
Ahora, continúo pedaleando subiendo ligeramente por un bonito camino
salpicado de jóvenes pinos, en el que a medida que voy ganando
desnivel, veo como voy dejando atrás la soleada cara Sur, para
dirigirme hacia la cara Norte, rodeando por la Val del barranco de
Zaragoza, el monte San Caprasio, alternando tramos de descenso con
otros totalmente llanos, deteniéndome un instante para
disfrutar de los colores que ofrecen los almendros en flor.
Después, avanzo dirección Norte hasta alcanzar una encrucijada, donde
dejo a mi derecha el camino de la Balsa Nueva, para realizar un giro
de 90º hacia el Oeste (izquierda), para continuar por el camino de
Alcubierre, en el que inicio un bonito descenso entre verdes prados,
bancales que antiguamente fueron cultivados y pinos, que poco a poco
van acaparando el paisaje, pasando junto al corral de Lorenzín,
donde dejo el camino que baja hasta la población de Alcubierre, para seguir a mano izquierda siguiendo las marcas rojas del recorrido circular, desde el que visualizo parte del recorrido que atraviesa la
Val del barranco de Zaragoza, mientras me adentro definitivamente en
el pinar que cubre la cara Norte del monte San Caprasio.
Unos
metros más adelante (km. 8.7), alcanzo la bifurcación que se
encuentra en la base del monte San Caprasio, punto al que regresaré más tarde para seguir bajando por la cara Norte, pero de momento utilizo en
sentido horario, acometiendo los últimos setecientos metros que me
quedan para llegar hasta la ermita de San Caprasio, donde afronto las
rampas más duras del recorrido, aunque la cercanía del objetivo hace que avance con rapidez, pasando junto al vértice
geodésico, para continuar durante poco más de cien
metros por un terreno de transición, hasta conectar con la rampa de
acceso a la ermita de San Caprasio, donde la dura pendiente y el
piso roto en algunos tramos, me hace poner pie en tierra.
Cuando
pasan diez minutos del mediodía, llego a la sencilla ermita de San
Caprasio, construida entre los S.XVIII-XIX, en honor al santo, obispo
de Agen al Sur de Francia, que vivió durante el S.IV. Si bien la
ermita no tiene mayor interés, su ubicación la hace un perfecto
mirador de la zona, donde puedo disfrutar de unas bonitas vistas
hacia de la sierra de Alcubierre, con su característico paisaje de
lomas, barrancos y cárcavas, en el que destaca la torre de vigilancia contra incendios del Puig Enebro y agudizando la vista puedo divisar algunas de las
principales montañas del pirineo (Cotiella y Turbón) o de la sierra
de Guara (Peña Gratal y el Salto de Roldán).
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Ahora, continúo en ligero ascenso, dejando atrás la soleada cara Sur, para dirigirme a la cara Norte |
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Rodeando por la Val de Zaragoza, la ermita de San Caprasio, alternando tramos de descenso |
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Con otros totalmente llanos, en los que me detengo un instante |
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Para disfrutar de los colores de los almendros en flor, que anuncian la llegada de la primavera |
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Después, alcanzo una encrucijada, donde cojo el camino de Alcubierre, por el que inicio un bonito descenso |
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Entre verdes prados, antiguos bancales cultivados y pinos, pasando junto al corral de Lorenzín |
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Donde dejo el camino que baja a Alcubierre, para seguir a mano izquierda siguiendo las marcas rojas |
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Desde el que visualizo parte del recorrido que atraviesa la Val de Zaragoza |
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Mientras me adentro en el pinar que cubre la cara Norte del monte San Caprasio |
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Unos metros más adelante, llego a una bifurcación, donde inicio la subida final al monte San Caprasio |
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Subiendo una larga y dura rampa con buen firme, por el que llego al vértice geodésico |
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Para seguir subiendo, hasta llegar a la ermita de San Caprasio, un buen mirador de la sierra de Alcubierre |
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En el que destaca la torre de vigilancia contra incendios del Puig Enebro |
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Y agudizando la vista, los pirineos (Cotiella y Turbón) y la sierra de Guara (Peña Gratal y Salto de Roldan) |
Antes de comenzar el descenso a Farlete, bajo hasta la caseta que hay instalada cerca del vértice geodésico, donde tomo a mano derecha una bonita senda colgada en el vacío, por la que pedaleo por encima del barranco de San Caprasio, hasta alcanzar el final de la senda, donde dejo la bicicleta para acceder por una escalera metálica, a una amplia terraza en la que se ubican las cuevas de los Monjes, utilizadas antiguamente como refugio para pastores y durante la mitad del S.XIX, por el famoso bandolero aragonés Mariano Gavín Suñen, más conocido como el Cucaracha, por vestir de negro de los pies a la cabeza, que junto con el resto de sus compañeros, murió el 28 de febrero de 1875 en una paridera de Lanaja, donde la Guardia Civil los embosco y acribillo a tiros.
De
todas las cuevas, la que más me llama la atención, es la principal,
conocida como la cueva de la Salud, un pequeño eremitorio rupestre
apuntalado con unas gruesas vigas de madera, que tiene una capilla al fondo. Fue escavada en la segunda mitad del siglo pasado, por los novicios de los
Hermanos de Jesús, como lugar
de retiro y meditación, cuando la orden tuvo que salir de Argelia
para asentarse en el Santuario de Nuestra Señora de la Sabina, donde
además las vistas desde la terraza en la que coincido con un par de
personas, son fantásticas, teniendo ante mí, una amplia panorámica de los barrancos que componen este sector de la
sierra de Alcubierre, con la torre de la Torraza de fondo.
En
este bello rincón, el tiempo se pasa volando, sin darme cuenta he
permanecido casi media hora, así que regreso hasta la bicicleta,
para pedalear por la faja hasta enlazar con la pista principal a la
altura del vértice geodésico de San Caprasio, donde inicio un largo
descenso pasando por la encrucijada, donde esta vez sí, continúo
hacia el Oeste rodeando la cara Norte de San Caprasio, por una
amplia pista de tierra con el firme en buen estado, que entre un
bello pinar invita a lanzarse a tumba abierta, pero las numerosas
curvas de 90º, me obligan a tirar de vez en cuando de freno, para no
salirme de la trazada.
A
medida que voy perdiendo desnivel, la pendiente se va reduciendo
hasta casi desaparecer, alternando tramos llanos con otros de ligero
descenso, en el que el pinar ofrece pequeños claros en los que
admirar el paisaje estepario que ronda el entorno de la torre de la
Torraza , que contrasta con verde del pinar o los antiguos bancales,
en los que se ubican los restos del corral del Posador y unos metros
más adelante, el refugio El Jabalí, desde el que vislumbro la torre
de vigilancia que corona la modesta cima del Puig Enebro.
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Antes de comenzar el descenso a Farlete, bajo hasta la altura de una caseta |
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Donde tomo a mano derecha una senda colgada en el vacío, por la que pedaleo hasta el final de la senda |
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Para acceder por una escalera metálica a una amplia terraza, en la que se ubican las cuevas de los Monjes |
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Un eremitorio rupestre, en el que destaca la cueva de la Salud, que cuenta con una capilla |
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Y que ofrece unas vistas desde la terraza espectaculares, teniendo una amplia panorámica |
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De los barrancos que componen este sector de la sierra de Alcubierre, con la torre de la Torraza de fondo |
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Luego, regreso por la senda hasta el vértice, donde inicio un largo descenso, rodeando la cara Norte |
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Por una amplia pista con el firme en buen estado, que se adentra en un bonito pinar, que invita a lanzarse |
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A medida que voy perdiendo desnivel, la pendiente se suaviza y el pinar ofrece algunos claros |
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En los que admirar el paisaje que envuelve la zona de la torre de la Torraza |
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Que contrasta con el pinar y los verdes bancales |
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En los que se ubican los restos del corral del Posador y unos metros más abajo |
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Paso junto al refugio "El Jabalí", desde el que veo la modesta cima del Puig Enebro |
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En el refugio, hago una pequeña pausa y echo un trago de agua, mientras
miro el mapa del GPS, observando lo curiosa que es la toponimia de
esta zona, relacionada en parte con las plantas autóctonas, como es
el caso del cercano Puig Moreno o el Puig Sabina, árbol que también
da nombre al Santuario de Nuestra Señora de la Sabina.
Después,
continúo por el camino de Cinacorba hasta llegar a una intersección, en el que podría subir al Puig Enebro, pero como voy algo justo de
tiempo, prefiero tomar el desvío a Farlete por las Colladas, para seguir descendiendo por el camino de Alcubierre,
que marca las lindes de un bonito bosque de enebros, encinas y
pinos, donde el camino va trazando largas lazadas que invitan a meterse caña, dejando atrás la collada de Luna.
Unos metros más abajo, alcanzo una bifurcación donde abandono el camino que se dirige al Monte Oscuro, cuya bola del radar meteorológico es visible desde aquí, para continuar a mano izquierda dirección
Sur, en ligero ascenso hasta la collada de Ojos de Mochuelo, donde me
detengo un instante para disfrutar de las vistas hacia la torre de la
Torraza, San Caprasio y algunos barrancos de la zona, con una
toponimia de lo más variopinta (barranco del Carro, barranco de Ojos
de Mochuelo, barranco de Lafachastis y barranco de la Pinadeta).
En
este punto, inicio un largo descenso por el que voy atravesando la
zona conocida como las Escayeruelas, al inicio con un buen firme que
permite bajar a tumba abierta, pero que ya a media ladera, el piso va
empeorando, hasta convertirse en un camino de cabras, en el que toca
ir sorteando algunos escalones, que se combinan con un sinfín de
surcos que hay a lo largo y ancho del camino, evitando meter la rueda
en algunos de ellos, tirando de freno, ya que la inclinación es
bastante fuerte, aunque sin duda es un tramo de lo más divertido, en
el que hay que tener algo de técnica, hasta alcanzar el barranco de
la Loba, donde finalizo el descenso.
Ahora,
continúo pedaleando por el camino de Alcubierre, atravesando la zona
de los Alacranes, que discurre entre los barrancos de las
Escayeruelas y de la Loba, un típico barranco estepario compuesto
por yesos y arcillas, que forman algunos tramos angostos de gran
belleza, donde la mirada se me va también hacia la ermita de San
Caprasio, la torre de la Torraza y el Santuario de Nuestra Señora de
la Sabina, a la que voy acercándome, enlazando con el camino de
Perdiguera, por el que me introduzco en el núcleo urbano de Farlete,
dando por finalizada esta bonita circular, en el que es mi primera
incursión después de varias décadas por tierras monegrinas, aunque
no será la última.
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Después, sigo por el camino de Cinacorba, hasta llegar a una bifurcación, donde tomo el ramal que va a Farlete |
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Por las Colladas, para seguir bajando por el camino de Alcubierre, que marca las lindes de un bonito bosque |
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Transitando por la collada Luna, donde dejo el camino que se dirige al Monte Oscuro |
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Para dirigirme dirección Sur, en ligero ascenso, hasta la collada de Ojos de Mochuelo |
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En la que me detengo un instante para disfrutar de las vistas hacia San Caprasio |
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Y algunos barrancos de esta zona, con una toponimia de lo más curiosa (Ojos de Mochuelo y Lafachastis) |
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Luego, inicio un largo descenso con el piso en buen estado, por el que voy atravesando las Escayeruelas |
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Que a media ladera, se convierte en un camino de cabras, por el que llego hasta el barranco de la Loba |
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Donde continuo pedaleando por el camino de Alcubierre, disfrutando de las vistas hacia San Caprasio |
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La torre de la Torraza |
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Y el Santuario de Nuestra Señora de la Sabina |
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Al que me voy acercando, hasta enlazar con el camino de Perdiguera |
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Por el que accedo al núcleo urbano de Farlete, dando por finalizada esta bonita circular |
Hola Eduardo¡
ResponderEliminarMira que casualidad, hace poco también estuve andando por las sendas de esta zona de la sierra. Un lugar curioso y bonito, muy diferente¡¡
Salud¡
Fer
Hola Fer.
EliminarEs una zona que para ir de vez en cuando esta muy bien, sobre todo para correr o con la MTB, que si se sabe manejar bien, desde las mismas cuevas hay una senda que baja y que tiene que estar chula.
Un saludo
Hola Eduardo, bien chula esa ruta a la que le encuentro muchos parecidos con la mía del Pico del Remedio que comentaste. Incluido la pista, que se puede llegar a agradecer para los bicípedos ocasionales como tú, pero que cuando las pateas pueden llegar en muchos casos a hacerse pesadas. Un abrazo y que estés llevando bien la cuarentena.
ResponderEliminarHola Paco.
EliminarSi las pistas son más agradecidas para ir con la MTB que caminando, aunque está en general está bastante bien y como le comento a Fer, también está la opción de bajar por senda, pero yo de momento me conformo con ir cogiendo la forma.
Un saludo
Hola Eduardo.
ResponderEliminarGran idea la de recorrer estas serrezuelas en modo bicicleto, pues así abarcas más terreno, en un paisaje con tanto contraste, alternando estas relieves tabulares, tipo badlands con cárcavas, bancales, pinadas y esos cerros en alto.
Aunque lo que más me ha gustado es esa capilla rupestre eremitoria, además ubicada en un lugar muy chulo.
Lo dicho, una entrada más árida pero muy interesante para conocer todo tipo de sierras y serrezuelas de nuestros entornos.
Un saludo.
Hola Toni.
EliminarEs lo bueno que tiene la MTB, que permite abarcar varios puntos de interés, que de hacerlo caminando resultaría monótono, por los largos tramos de pista.
Por suerte o desgracia, este es un paisaje bastante repetido en la provincia de Zaragoza. Donde yo vivo es el pan de cada día, lo bueno que tiene es que si lo conoces, te permite disfrutar de unos bonitos barrancos, que están repletos de sendas por los que corren o ir con la MTB, eso si, en general yo prefiero el verde.
Un saludo
Hola Eduardo:
ResponderEliminarMe alegra vuelvas a retomar la bici de montaña. Me gusta el blog. Andando o en bici de montaña, el contacto con la naturaleza es estupendo en estos parajes y tantos otros que ofrecen los alrededores de Zaragoza. Aragón territorio extraordinario y lleno de contrastes únicos. Un saludo.
Hola.
EliminarSiempre me ha gustado la bicicleta, tanto la de carretera como la MTB y durante muchos años estuve federado, pero llego un momento en que eran más los problemas que me generaba, que los beneficios que me daban.
Ahora, me lo tomo en plan tranquilo, he cambiado el sillín, que me dejaba la próstata muy dolorida y el cuello, pues bueno, estiramientos e Ibuprofeno.
Ahora, toca quedarse en casa, pero en cuanto nos dejen salir, saldré al monte, tanto caminando como en MTB, los esquíes ya para la temporada que viene.
Gracias por la visita.
Hola Eduardo! Esa sierra de Alcubierre es uno de esos deberes pendientes que tengo desde hace tiempo, y mira que Daniel va mucho por allí
ResponderEliminara ver si después de esta tormenta, me acerco por allí, aunque estoy empezando a acumular demasiados deberes...
Hola David.
EliminarDaniel cunde mucho, es como Dios, está en todas partes!. Yo hacía muchos años que no iba y en cuanto pueda, me quiero acercar por la zona de Monegrillo, para realizar la ruta de los Miradores y algo más.
Un saludo
Vaya con la pueñetera y maldita batida. El caso es que me dejas con las ganas y, por lo que veo, también te debió de fastidiar bastante a raíz de las imágenes que le vas dedicando a medida que te alejas.
ResponderEliminarMe gustan las edificaciones antiguas ambientando el paisaje.
Es un recorrido por entorno muy interesante.
Saludos.
Hola Javier.
EliminarYa sabemos que hasta finales de marzo hay batidas de caza mayor y es fácil salir al monte y encontrarte con una.
Es un tema que tiene fácil solución, un calendario de batidas, que se publique al inicio de temporada, que es lo que se hace en algunas Comunidades Autónomas, como La Rioja.
Aunque me hubiera gustado ir, porque además desde la distancia tenía muy buena pinta, no pudo ser, pero ahí estará, para la próxima!
Un saludo y cuídate!
Toda España es un paraíso... Muchas gracias por tu comentario..
ResponderEliminarSaludos :-)))
Bienvenida al blog Ana.
EliminarSin duda, muchas veces nos vamos fuera, cuando en la puerta de casa, tenemos rincones con mucho encanto.
Un saludo
Hola Eduardo,
ResponderEliminarMuy interesante esta zona que nos muestra y que no conocía, además ha sido muy buena idea recorrerla en MTB, ya que te permite recorrer más kilómetros en menos tiempo.
Me han gustado mucho las cuevas de los Monjes, es impresionante encontrar un rincón así en un entorno tan inhóspito.
Yo la bici hace años que la tengo aparcada, a ver si más adelante me animo a comprarme una y vuelto a pedalear de nuevo.
Salud y montaña!!!
Hola David.
EliminarParte de la sierra de Alcubierre, se encuentra cerca de la AP2 que une Zaragoza con Barcelona. Es una zona muy buena para hacer en MTB, porque se puede adaptar los recorridos, en distancia y facultad.
Para muchos es objetivo es subir a San Caprasio, pero mi verdadero objetivo además de disfrutar del entorno, era visitar la torre de la Torraza y las cuevas de los Monjes, la primera no pudo ser, pero la segunda fue todo un acierto.
Un saludo
Guapa e interesante ruta, para tenerla en cuenta para una escapada aragonesa. Enhorabuena por el reportaje Eduardo!!!
ResponderEliminarTe mando el enlace de uno de los reportajes de bichos pirenaicos de los que he realizado, a ver si te gustan.
http://faunacompacta.blogspot.com/search/label/3.%20Trit%C3%B3n%20pirenaico
http://faunacompacta.blogspot.com/search/label/1.%20Urogallo
Hola German.
EliminarPara una escapada por la zona, quizás tengas sitios mejores, como la sierra de Algairen o para ti, la Laguna de Gallocanta.
En cuanto tenga un rato, le echaré un vistazo a esas dos entradas.
Un saludo
Hola Eduardo.
ResponderEliminarAl empezar a leer y ver las primeras fotos me he dicho "vaya zona más árida", pero luego he comprobado que algún bosquecete hay por allí, cosa que le da más alegría y variedad al pedaleo. Aunque para variedad la de la toponimia de la zona, me han gustado los de los barrancos de la Loba y del Mochuelo, o la Collada de la Luna, y me ha parecido muy curioso el de Lafachestis. También me ha chocado mucho leer Puig Ladrón o Puig Enebro, pues el vocablo puig parece más asociado a montañas valencianas, catalanas y baleares, muy curioso.
Y esas Cuevas de los Monjes me han recordado a las casitas del Barrio Minero de Libros en Teruel.
Un saludo.
Hola Dani.
EliminarPues, es que estamos hablando que el desierto de los Monegros, es el más extenso de Europa y lo cojonudo, es que en línea recta el río Ebro estará a unos 20 kilómetros.
Aún así, es una zona que tiene cosas chulas, como las cuevas de los Monjes, los Torrollones de la Gabarda, Juvierre con sus Tozales, y está repleta de restos de la Guerra Civil, que me imagino que de allí vendrá algún topónimo.
Del vocablo Puig, no tengo ni idea ... yo pocas veces lo he visto en los mapas, y las cuevas, en la provincia de Zaragoza son bastante comunes, algunas de ellas como en el Campo de Borja se utilizan como Bodegas.
Un saludo
Hola Eduardo:
ResponderEliminarMe alegra mucho volver a leer un artículo tuyo, últimamente nos tenía algo abandonados. Opino lo mismo que Dani, al principio de la ruta, me ha dejado un poco triste al ver la zona un poco árida, pero me he alegrado al ver que unas fotos más adelante ha cambiado el escenario.
Al final te ha quedado una ruta muy chula y para no estar en las mejores condiciones físicas, ha ido rápido.
Un saludo.
Hola Eulogio.
EliminarPues es que han sucedido muchas cosas en los últimos meses que me han obligado a dejar el blog apartado, aunque también he de decir, que yo no soy una persona muy constante.
La zona, no está mal, es un paisaje típico de la provincia de Zaragoza, que tiene cosa muy curiosas por descubrir, yo sin duda prefiero los bosques, pero de vez en cuando hay que cambiar.
La MTB es dura, y hace falta darle mucho para avanzar, aunque yo me lo tomo con tranquilidad, porque lo principal es disfrutar del paisaje, el tiempo me da igual hacerlo en 2 horas que en 3.
Salud!
Hola Eduardo...
ResponderEliminarBueno,bueno,vengo de verte esquiar a verte en MTB.Estás hecho un "multideportista"...jejeje.
Ese Desierto de los Monegros,no lo es tanto y ofrece también buena variedad de vegetación,con puntos atractivos.Sin duda con la bicicleta has abarcado más terreno,aunque a punto estuvieron esos cazadores de fastidiarte todo el plan.Por suerte no fue así.
Curiosos esos eremitorios excavados en la roca y también me ha llamado la atención lo del topónimo Puig,como apunta Dani.
Saludos.
Hola Juane.
EliminarPues si, me gusta darle a todos los palos, pero al final pasa, que no me centro en ninguno.
Esta zona de los Monegros, para ir de vez en cuando está bien, ofrece unos bonitos contrastes y lugares muy curiosos, como las cuevas de los Monjes.
Lo del topónimo, no tengo ni idea, puede ser por la cercanía a la provincia de Lleida, puede ser por la Corona de Aragón o simplemente que algún catalán, valenciano tuviera tierras en esta zona, vete tu a saber ...
Un saludo