El Montseny, es un macizo montañoso que se encuentra situado a 50 km de Barcelona, entre las comarcas de Osona, la Selva y el Vallés Oriental. Esta constituido por tres conjuntos montañosos, unidos entre si por los collados de Sant Marçal y de Formic: la carena de El Turó de l'Home (1.706 m) y Les Agudes (1.705 m); el Matagalls (1.697 m) y el Pla de la Calma (el Puig Drau, 1.344 m).
Una gran parte de este macizo, se integra dentro de las 30.120 ha que conforman el Parque Natural del Montseny, declarado como Parque Natural, entre los años 1977 (sector barcelonés) y 1978 (sector gerundense), siendo el más antiguo de Cataluña, además de unos de los más importantes, debido a que en el, se concentra un mosaico de bosques mediterráneo (encinas, alcornoques y pino carrasco), eurosiberiano (pino silvestre, hayas y abeto blanco), y borealpino (pradera alpina), por lo cual, en el año 1978, la UNESCO lo declaro Reserva de la Biosfera.
Por todos estos motivos, para la jornada de hoy, he planificado una sencilla circular, que me permitirá recorrer una pequeña extensión de la comarca barcelonesa del Vallés Oriental, atravesando uno de los principales bosques compuesto por hayas y abetos del Montseny, que es el más meridional de toda Europa, hasta coronar dos de sus principales atalayas, les Agudes y el Turó de l'Home, partiendo desde el aparcamiento de Santa Fe.
Siempre que vamos de vacaciones a la costa brava, de camino, capta mi atención la esbelta figura de Les Agudes, que emerge sobre los bosques que conforman el Parque natural del Montseny. Cada año, digo que tengo que ir, pero como nos cae algo alejados de donde nos alojamos (a unos 120 km), lo dejo para el día de vuelta a casa, para ir con la familia, aunque al final, siempre me dicen lo mismo “queremos aprovechar el último día de vacaciones en la playa”.
Como este verano no quiero que ocurra lo mismo, decido sacrificar uno de los dos días que me escapo a la montaña y hacer una única salida en solitario. El día anterior, estuvimos visitando la zona de volcánica de la Garrotxa, realizando un pequeño recorrido al volcán de Santa Margarida, para después irnos a la villa medieval de Santa Pau,y ya por la tarde, a la capital de la comarca de la Garrotxa, Olot, que visitamos pasados por agua, pudiendo ver desde lo alto del volcán de Montsacopa, como las nubes y las nieblas cubrían las montañas.
Con estos antecedentes, decido no madrugar, esperando que la fuerza del día me permita disfrutar de una jornada tranquila, por lo que hago incluso un receso para desayunar en el restaurante Coll de Ravell, que tiene una terraza ajardinada, con unas fantásticas vistas hacia el Parque natural, en el que definitivamente me introduzco por la carretera comarcal (GI-5201), donde voy alternando tramos de niebla con otros de sol, hasta llegar a la zona de aparcamiento situado junto a la ermita de Santa Fe de Montseny, en el que tan solo hay un vehículo, son las 8:30.
Sin nubes y rodeado de un bello hayedo, comienzo a caminar quince minutos más tarde, tomando un camino de tierra por el que dirección Norte/Este, cruzo por un puente las aguas de la riera de Santa Fe, donde hago caso omiso al sendero accesible que paralelo a la riera se dirige hacia la font del Frare, para tomar a continuación un sendero a mano izquierda, marcado con un hito, por el que me adentro en un espectacular hayedo, donde rápidamente el sendero se bifurca en dos.
Sin nubes y rodeado de un bello hayedo, comienzo a caminar quince minutos más tarde, tomando un camino de tierra por el que dirección Norte/Este, cruzo por un puente las aguas de la riera de Santa Fe, donde hago caso omiso al sendero accesible que paralelo a la riera se dirige hacia la font del Frare, para tomar a continuación un sendero a mano izquierda, marcado con un hito, por el que me adentro en un espectacular hayedo, donde rápidamente el sendero se bifurca en dos.
Mirando el mapa, observo como más adelante, ambos senderos se acaban uniendo en el cami de Santa Fe de Montseny al Vilar, por lo que al final, decido continuar por el ramal de la izquierda hacia el Pla dels Ginebrons, por un terreno completamente llano, fácil de caminar, donde el topónimo Ginebrons (enebros), no hace justicia a la realidad, ya que aquí lo que impera es un frondoso hayedo, en el que los rayos del sol intentan entrar, pero la espesura del bosque es tal, que en algunos tramos camino prácticamente en la oscuridad, pasando junto a los restos de una construcción, donde el bosque se abre por unos instantes.
Siguiendo el sendero, cuando apenas he recorrido un kilómetro y medio, enlazo con el cami de Santa Fe de Montseny al Vilar, por el que continuo dirección Oeste durante unos metros, pasando junto a una curiosa construcción ubicada en un claro, entre el bosque y la carretera, conocida como El Convent, rodeada en todo su perímetro por una cerca, desde la que observo la mole rocosa de Les Agudes.
Sin nubes y rodeado de un bello hayedo, comienzo a caminar |
Tomando un camino de tierra, por el que dirección Noreste |
Cruzo por un puente las aguas de la riera de Santa Fe |
Haciendo caso omiso, al sendero accesible que va a la font del Frare |
Para tomar a mano izquierda, un sendero marcado con un hito |
Por el que me adentro en un espectacular hayedo |
En el que rápidamente el sendero se bifurca en dos, tomando el ramal de la izquierda |
Hacia el Pla dels Ginebrons, por un terreno completamente llano, donde el topónimo Ginebrons (enebros) |
No hace justicia a la realidad, ya que aquí lo que impera es un frondoso hayedo |
En el que los rayos de sol, luchan por penetrar en el follaje, caminando a ratos en una oscuridad casi absoluta |
Pasando junto a los restos de una construcción, donde el bosque se abre por unos instantes |
Siguiendo el sendero, enlazo con el cami de Santa Fe de Montseny al Vilar, por el que continúo hacia el Oeste |
Pasando junto a una curiosa edificación, el Convent |
Desde la que observo la mole rocosa que conforman Les Agudes |
Con la esperanza de que aguante así durante el resto de la mañana, continúo caminando hasta alcanzar la carretera, donde justo al otro lado, marcado con un hito, detecto entre la vegetación el inicio de un sendero, al que accedo tras cruzar la carretera, por el que me adentro de nuevo en un frondoso hayedo, más salvaje que el tramo inferior que acabo de recorrer, en el que debido a la vegetación arbustiva, compuesta principalmente por helechos, zarzas y jóvenes hayas, resulta sencillo perder las trazas del sendero, marcado en algunos troncos con marcas de pintura roja, no muy frecuentes, que no siempre consigo localizar, aunque tampoco resulta un problema, ya que siempre que la vegetación lo permite, subo lo más directo posible hacia el Oeste.
A medida que voy ganando desnivel, la pendiente va aumentado, ganando metros lentamente, por un sendero tapizado de hojas, que en determinados puntos me obliga a ir con cuidado, mirando bien donde coloco el pie, no vaya a ser que tenga "premio", hasta enlazar ahora sí, con un amplio sendero por el que discurre el PR-C 208, que sube hasta las cimas de Les Agudes y el Turó de l'Home.
Poco a poco, la pendiente se va suavizando, avanzando cómodamente por el hayedo, que ofrece preciosos rincones en el que los rayos del sol apenas consiguen penetrar entre las ramas de las hayas, disfrutando en contadas ocasiones de algún claro, desde el que consigo divisar otra de las montañas que quiero coronar en la jornada de hoy, el Turó de l'Home, y sus vecinos, el Puig Sesolles, fácilmente reconocible por las antenas de las instalaciones militares que hay en la cima, además del Turó Gross, situado al Norte del massis del Montseny, que aunque veo que se encuentra despejado, mirando hacia el valle, observo como las nubes cubren las zonas bajas, subiendo rápidamente hacia la base de la montaña, esto pinta feo!
De momento, me olvido de la climatología; el día es estupendo para ser verano, la temperatura no llega a los 20º y el frescor que me ofrece el bosque, junto al murmullo de las aguas del barranc Sot de l'Mas Pas, me permiten caminar plácidamente disfrutando del entorno, siguiendo el sendero que realiza un par de lazadas, que desemboca en un amplio camino, por el que llego hasta el Pla de Briançó, bucólico rincón en el que se sitúa la font de Briançó, en la que hago una pausa para refrescarme y echar un trago.
Una vez en la carretera, la cruzo para coger un sendero marcado con un hito, escondido por la vegetación |
Por el que me adentro de nuevo en un frondoso hayedo |
Más salvaje que el tramo inferior que acabo de recorrer |
Donde aparece la vegetación arbustiva, compuesta por helechos |
Zarzas y jóvenes hayas, que forman una pequeña jungla, donde resulta sencillo perder el sendero |
Hasta enlazar con un amplio sendero, por el que discurre el PR-C 208, donde la pendiente se va suavizando |
Avanzando cómodamente por el hayedo, que ofrece preciosos rincones |
En el que los rayos del sol, apenas penetran entre las ramas de las hayas, disfrutando en contadas ocasiones |
De algún claro, desde el que diviso, el Turó l'Home (drcha) y el Puig Sesolles (izda) |
Además del Turó Gross, situado al Norte del massis del Montseny |
Al fresco que me ofrece el bosque y el barranc Sot de l'Mas Pat, camino plácidamente por el sendero |
Que realiza un par de lazadas, hasta desembocar en un camino por el que continúo |
Hasta el Pla de Briançó, bucólico rincón en el que se sitúa la font de Briançó, en la que hago una pausa |
Luego, continúo caminando unos metros hasta alcanzar una bifurcación (cota ± 1.500 metros), donde el PR-C 208 se ramifica en dos, teniendo la posibilidad de subir de forma directa al Turó l'Home por el col de Sesbasses, o tomar el ramal que sube a Les Agudes por el col Sesagudes, opción que es la que elijo, ya que llevo pensado hacer ambas cimas, uniéndolas por el forgars de Montclús.
Dicho y hecho, tomo el ramal de la derecha, por el que dirección Norte/Este voy bordeando en suave ascenso el espectacular hayedo, en el que a medida que voy ganando desnivel, va perdiendo frondosidad, pudiendo observar entre las ramas de las hayas, como las nubes van subiendo rápidamente, comenzando a cubrir la base de las montañas que componen la circular que estoy trazando, esperando que estás sean pasajeras, aunque todo hace indicar que las vistas van a ser reducidas.
Mientras tanto, me dedico a disfrutar del bosque, que a fin de cuentas es lo que me ha traído hasta el Parque natural del Montseny, donde las hayas van perdiendo porte, aunque el entorno es magnífico, por lo que antes de salir a cielo abierto, aprovecho que la pendiente se va acentuando, para hacer el primer descanso de la jornada y comerme un plátano, un puñado de frutos secos, además echar un trago de agua, mientras hago unas fotos con el móvil, para ponerle los “dientes largos” a los amigos, que a estas horas estarán trabajando.
Ya, con energías renovadas, me pongo en marcha para afrontar el medio centenar de metros de desnivel, que me quedan para alcanzar el coll Sesagudes (coll de Les Agudes en otros mapas), en el que el terreno se pone tieso, afrontando una de las rampas más duras de todo el recorrido, hasta que tras pasar por debajo de las ramas de una espectacular haya, salgo a cielo abierto, para alcanzar unos pasos después, el coll de Sesagudes, que separa la cima rocosa del Puig Sacarbassa (izda) y Les Agudes (drcha).
De momento, me voy a subir a Les Agudes, caminando por un sendero rocoso, por el que primero atravieso una zona de vegetación arbustiva, que en su parte final da paso a la roca, por la que avanzo cómodamente, hasta coronar la cima de Les Agudes, marcada con una placa metálica en forma de libro, en el que indica que estoy a 1.703 metros de altitud (en algunos mapas indican 1.705 metros), donde las vistas en general son reducidas y solo puedo disfrutar del cordal que la une con el Turó l'Home.
Luego, sigo caminando hasta alcanzar una bifurcación, donde el PR-C 208 se ramifica en dos |
Optando por el ramal de la derecha, por el que dirección Noreste |
Voy bordeando en suave ascenso |
Un espectacular hayedo, en el que a medida que voy ganando desnivel |
Va perdiendo frondosidad |
Pudiendo observar entre las ramas, como las nubes van subiendo rápidamente |
Comenzando a cubrir la base de las montañas |
Mientras me dedico a disfrutar del bosque |
En el que antes de salir a cielo abierto, aprovecho la sombra de las hayas para descansar |
Luego, camino un centenar de metros hasta salir a coll de Les Agudes |
Donde inicio el ascenso final por un terreno rocoso, hasta la cima de Les Agudes |
Marcada con una placa en forma de libro, donde hoy en general las vistas son reducidas |
Y solo puedo disfrutar del cordal que la une con el Turó l'Home |
En la cima, permanezco tan solo el tiempo necesario para comerme un plátano, ya que la niebla en vez de disiparse va subiendo poco a poco, así que tras recoger todo, regreso sobre mis pasos hasta el coll de Les Agudes, donde sigo caminando por un bonito sendero que dirección Suroeste va recorriendo el cordal, atravesando una sencilla pedrera salpicada de arbustos, por la que rodeo la cara Norte del Puig Sacarbassa, que con la mezcla de las neblinas y el sol, le da un aspecto fantasmagórico además de inexpugnable, aunque el acceso a la cima desde aquí, tan solo requiere de una sencilla trepada, pero hoy no está en la agenda.
Siguiendo el sendero, remonto los metros perdidos dejando atrás la tartera hasta alcanzar el coll de Sacarbassa, desde el que puedo continuar por el cordal, que une la cima central (Turó de l'Home Mort) y la más al Sur del Serrat dels Pous (Turó del Catiu d'Or), o continuar por el GR.5.2, que es la opción que elijo, por si las nubes va subiendo.
Disfrutando de las vistas que tengo desde el collado, sigo avanzando por un bonito sendero que atraviesa una zona de matorral bajo y helechos, que se van alternando con pequeñas manchas de hayas que además de ofrecer una agradable sombra, que hoy no es necesaria ya que a pesar de estar a finales de Julio hace una mañana muy agradable, me sirven como marco para fotografiar mi próximo objetivo, el Turó de l'Home, que tiene en su cima un observatorio meteorológico, además de su vecino el Puig Sesolles, mientras por el suelo corretea una lagartija roquera (Podarcis muralis).
Poco a poco me voy acercando a mi destino, caminando por un sendero prácticamente llano, con un ojo puesto en las nubes que cercan el Turó Gross, que de momento se mantienen en torno a los 1500 metros, lo que me permite disfrutar de las vistas a mi espalda de Les Agudes, para continuar progresando por un terreno salpicado de enebros con un buen porte, donde alcanzo la encrucijada que forma el coll de Sesbasses en el que confluyen el GR.5.2 y el sendero que recorre el cordal.
En este lugar, continúo unos metros por la pista principal que se dirige al Puig Sesolles, que abandono en cuanto localizo un camino que en suave ascenso me conduce hacia la cima del Turó l'Home, que va trazando largas lazadas y que da mucho rodeo, por lo que decido subir de forma directa siguiendo una trocha, por la que accedo a la aplanada cima del Turó l'Home, que es la montaña más alta del massis del Montseny, por encima de sus dos cimas más representativas como son Les Agudes o el Matagalls.
Como corre una agradable brisa, aprovecho para almorzar a pesar de que las vistas son limitadas, pero dentro de lo malo aún he tenido “algo” de suerte, ya que al Norte se ha despejado bastante, por lo que a las ya consabidas vistas de Les Agudes, se ve parte de la zona de Santa Fe y al Sur, el Turó del Samon, aunque en días despejados se ve la serra del Montec además del massis de Montserrat.
Siguiendo el sendero, remonto los metros perdidos dejando atrás la tartera hasta alcanzar el coll de Sacarbassa, desde el que puedo continuar por el cordal, que une la cima central (Turó de l'Home Mort) y la más al Sur del Serrat dels Pous (Turó del Catiu d'Or), o continuar por el GR.5.2, que es la opción que elijo, por si las nubes va subiendo.
Disfrutando de las vistas que tengo desde el collado, sigo avanzando por un bonito sendero que atraviesa una zona de matorral bajo y helechos, que se van alternando con pequeñas manchas de hayas que además de ofrecer una agradable sombra, que hoy no es necesaria ya que a pesar de estar a finales de Julio hace una mañana muy agradable, me sirven como marco para fotografiar mi próximo objetivo, el Turó de l'Home, que tiene en su cima un observatorio meteorológico, además de su vecino el Puig Sesolles, mientras por el suelo corretea una lagartija roquera (Podarcis muralis).
Poco a poco me voy acercando a mi destino, caminando por un sendero prácticamente llano, con un ojo puesto en las nubes que cercan el Turó Gross, que de momento se mantienen en torno a los 1500 metros, lo que me permite disfrutar de las vistas a mi espalda de Les Agudes, para continuar progresando por un terreno salpicado de enebros con un buen porte, donde alcanzo la encrucijada que forma el coll de Sesbasses en el que confluyen el GR.5.2 y el sendero que recorre el cordal.
En este lugar, continúo unos metros por la pista principal que se dirige al Puig Sesolles, que abandono en cuanto localizo un camino que en suave ascenso me conduce hacia la cima del Turó l'Home, que va trazando largas lazadas y que da mucho rodeo, por lo que decido subir de forma directa siguiendo una trocha, por la que accedo a la aplanada cima del Turó l'Home, que es la montaña más alta del massis del Montseny, por encima de sus dos cimas más representativas como son Les Agudes o el Matagalls.
Como corre una agradable brisa, aprovecho para almorzar a pesar de que las vistas son limitadas, pero dentro de lo malo aún he tenido “algo” de suerte, ya que al Norte se ha despejado bastante, por lo que a las ya consabidas vistas de Les Agudes, se ve parte de la zona de Santa Fe y al Sur, el Turó del Samon, aunque en días despejados se ve la serra del Montec además del massis de Montserrat.
Tras recoger, regreso sobre mis pasos, para continuar por un sendero que dirección Sureste recorre el cordal |
Rodeando la cara Norte del Puig Sacarbassa, a la que se puede acceder con una sencilla trepada |
Mientras remonto los metros perdidos y llego al coll de Sacarbassa, donde puedo ir por el cordal |
O por el GR.5.2, que es la opción que elijo, para seguir caminando |
Disfrutando de las vistas, alternando tramos de vegetación arbustiva |
Con manchas de hayas, en las que además de darme una agradable sombra |
Me sirven como marco para fotografiar el Turó l'Home (drcha)y el Puig Sesolles (izda) |
Poco a poco, me voy acercando a mi destino, avanzando por un sendero prácticamente llano |
Con un ojo puesto en las nubes que cercan la cima del Turó Gross |
Y a mi espalda, Les Agudes |
Hasta alcanzar el coll de Sesbasses, donde continúo unos metros por la pista principal que dejo |
Para seguir por un camino en suave ascenso, que abandono para subir de forma directa por una trocha |
Por la que llego a la cima del Turó l'Home, desde la que veo al Norte parte de la zona de Santa Fe |
Y al Sur, el Turó de Samón, aunque en días despejados se puede ver la serra del Montsec y el massis de Montserrat |
Después, en vez de regresar al coll de Sesbasses, cojo un sendero que baja por la cara Norte del Turó l'Home, paso junto al refugio – observatorio meteorológico, que cuenta con ser uno de los más antiguos de Calalunya, cuya construcción se inicio en el año 1881 pero debido a la climatología y a la falta de recursos, se finalizado en 1932, para continuar bajando hacia un collado con la mirada puesta en la montaña que hay tras el Puig Sesolles, el Turó Gros, que no descarto en visitar aunque de momento me conformo con bajar por el sendero hasta llegar al coll Pregón, que hace de divisoria entre el Turó l'Home y el Puig Sesolles.
Las vistas en días despejados tienen que ser fantásticas, de hecho hay un panel informativo sobre la zona, pero hoy no es el día. Aquí, el track que llevo abandona la pista para tomar un sendero que debería devolverme a Santa Fe por l'Avetosa, pero de momento como voy sobrado de tiempo me acerco primero a la cima del Puig Sesolles, a la que accedo por una pista cementada en poco más de dos minutos, repleta de antenas e incluso un helipuerto.
Sobre la marcha, al final decido acercarme al Turó Gros, así que desde la cima trazo una diagonal monte a través, por la que pierdo el desnivel ganado hasta enlazar con un camino herboso, por el que dirección Sureste alcanzo la collada Fonda, donde echo una mirada atrás para disfrutar de las vistas hacia Les Agudes, en el que se aprecia perfectamente toda la linea que marca el hayedo, que es en definitiva lo que me ha traído a este lugar, ya que siempre que vamos de vacaciones a la Costa Brava, era la silueta de está cima y sus bosques los que captaban mi atención.
A partir de este punto, el camino desaparece por lo que prosigo por el cordal, que no ofrece mayor dificultad que caminar monte a través, en un terreno despejado de vegetación, en el que pastan un grupo de cabras que pasan de mi tanto yo como de ellas, pero que ofrecen una bonita fotografía, cuando un trío se alza sobre una gran laja, coronando unos metros más arriba el Turó Gros (1552 m), desde el que disfruto de las vistas hacia la zona de Santa Fe, en el que el día va mejorando e incluso se ven algunas cimas que no consigo identificar.
Las vistas en días despejados tienen que ser fantásticas, de hecho hay un panel informativo sobre la zona, pero hoy no es el día. Aquí, el track que llevo abandona la pista para tomar un sendero que debería devolverme a Santa Fe por l'Avetosa, pero de momento como voy sobrado de tiempo me acerco primero a la cima del Puig Sesolles, a la que accedo por una pista cementada en poco más de dos minutos, repleta de antenas e incluso un helipuerto.
Sobre la marcha, al final decido acercarme al Turó Gros, así que desde la cima trazo una diagonal monte a través, por la que pierdo el desnivel ganado hasta enlazar con un camino herboso, por el que dirección Sureste alcanzo la collada Fonda, donde echo una mirada atrás para disfrutar de las vistas hacia Les Agudes, en el que se aprecia perfectamente toda la linea que marca el hayedo, que es en definitiva lo que me ha traído a este lugar, ya que siempre que vamos de vacaciones a la Costa Brava, era la silueta de está cima y sus bosques los que captaban mi atención.
A partir de este punto, el camino desaparece por lo que prosigo por el cordal, que no ofrece mayor dificultad que caminar monte a través, en un terreno despejado de vegetación, en el que pastan un grupo de cabras que pasan de mi tanto yo como de ellas, pero que ofrecen una bonita fotografía, cuando un trío se alza sobre una gran laja, coronando unos metros más arriba el Turó Gros (1552 m), desde el que disfruto de las vistas hacia la zona de Santa Fe, en el que el día va mejorando e incluso se ven algunas cimas que no consigo identificar.
En vez de regresar sobre mis pasos, busco en el mapa del GPS alguna alternativa, mirando las curvas de nivel, observo que el PR-C208 está a unos cincuenta metros en linea recta de donde me encuentro, cerca de las lindes del hayedo, así que sin pensármelo mucho, decido bajar directamente siguiendo una trocha que dirección Norte atraviesa una amplia pradera vestida de vegetación arbustiva, por la que voy avanzando más o menos bien, caminando con cuidado para no arañarme las piernas.
Justo al final, la trocha desaparece entre la vegetación, miro en una u otra dirección para ver si hay suerte, pero no encuentro su continuación, así que saco las perneras de la mochila, me las coloco y avanzo entre la vegetación, que a pesar de ser algo densa no tiene mucha altura (me llegan sobre los tobillos), alcanzando sin apenas dificultad las lindes del hayedo, en el que me interno realizando un corto descenso hasta desembocar en el sendero por el que discurre el PR-C208, justo a la altura del Pou del Comte.
Por un pronunciado descenso accedo al espectacular pozo de nieve, que cuenta con ser el primer pozo documentado (finales del S.XVI), en el que a primera vista resaltan sus dimensiones, estando catalogado como el más grande de todo el massis del Montseny, además del buen estado de conservación, que por lo visto es debido a una restauración que se hizo en el año 2013.
Justo al final, la trocha desaparece entre la vegetación, miro en una u otra dirección para ver si hay suerte, pero no encuentro su continuación, así que saco las perneras de la mochila, me las coloco y avanzo entre la vegetación, que a pesar de ser algo densa no tiene mucha altura (me llegan sobre los tobillos), alcanzando sin apenas dificultad las lindes del hayedo, en el que me interno realizando un corto descenso hasta desembocar en el sendero por el que discurre el PR-C208, justo a la altura del Pou del Comte.
Por un pronunciado descenso accedo al espectacular pozo de nieve, que cuenta con ser el primer pozo documentado (finales del S.XVI), en el que a primera vista resaltan sus dimensiones, estando catalogado como el más grande de todo el massis del Montseny, además del buen estado de conservación, que por lo visto es debido a una restauración que se hizo en el año 2013.
Después, en vez de regresar al coll Sesbasses, cojo un sendero por la cara Norte del Turó l'Home |
Que pasa junto al refugio-observatorio, |
Para continuar bajando hacia un collado, con la mirada puesta en el Turó Gros |
Hasta llegar al coll Pregón, donde subo por la pista hasta el Puig Sesolles |
Y sobre la marcha, trazo una diagonal monte a través, hasta enlazar con un camino que se convierte en sendero |
Al llegar a la collada Fonda, echo una mirada atrás para disfrutar de Les Agudes |
Para continuar monte a través,avanzando por el cordal en el pasta el ganado |
Llamando mi atención tres de cabras que se alzan sobre una enorme laja |
Unos metros más arriba |
Alcanzo la cima del Turó Gros, desde el que diviso algunas montañas de la zona que no consigo identificar |
Ahora, desciendo de forma directa por una trocha, atravesando una zona de matorral bajo |
Que desaparece cerca de las lindes del hayedo, donde echo una mirada atrás, para acto seguido |
Introducirme en el bosque, por el que desciendo hasta conectar con el sendero por el que discurre el PR-C208 |
A la altura del Pou de Comte, al que me acerco bajando por un sendero |
Ensimismado ante tal magnífica obra (la de kilos de nieve que cabrían en este nevero), las “Zancadas Ligeras” de unos correderos me devuelven a la realidad, por lo que remonto el sendero hasta salir de nuevo al sendero principal, por el que desciendo disfrutando de este bosque de hadas, repleto de rincones con mucho encanto en los que me deleito, mientras el sendero va trazando largas lazadas, donde aprovecho pequeñas zonas despejadas para disfrutar de las vistas hacia Les Agudes.
A medida que voy perdiendo desnivel, la humedad se hace latente, la mañana es muy agradable, casi sin darme cuenta, los abetos aunque en pequeña proporción comienzan a entremezclarse con las hayas, unas hayas que en algunas zonas captan mi atención, ya que son diferentes a las que estoy acostumbrado, porque tienen los troncos limpios de ramas y muy estilizados, con tan solo hojas en la copa, muy al estilo de los pinos de la sierra de Urbión o los montes de Valsaín.
Unos metros más abajo, comienzo a oír el discurrir de las aguas por la riera de Santa Fe, que a pesar de no llevar mucho caudal, forma rincones con mucho encanto al estar rodeado del espectacular bosque de la fageda Gran, que voy captando con la cámara hasta que el sendero desemboca en el área recreativa de la font de Passavets, en la que me detengo unos minutos a descansar, disfrutando del entorno
Luego, cruzo la carretera que va al embalse de Santa Fe, para continuar hacia Can Casares siguiendo las marcas blancas y amarillas del PR-C208, paralelo a la riera de Santa Fe, que debido a la aportación de otros barrancos lleva más caudal, filtrándose el agua en el sendero que poco a poco me va alejando del curso de la riera y me acerca a la carretera, que apenas se intuye por la frondosidad del hayedo, saliendo tras algo más de cuatro horas al aparcamiento.
Como he acabado más pronto de lo esperado, en vez de tomarme una cerveza en el Avet Blau, cojo la furgoneta para ir otra vez hasta el Coll de Ravell, donde me tomo una cerveza en la terraza-jardín mientras disfruto de las vistas hacia Les Agudes, y luego, vuelta al apartamento que tengo más de una hora de viaje.
A medida que voy perdiendo desnivel, la humedad se hace latente, la mañana es muy agradable, casi sin darme cuenta, los abetos aunque en pequeña proporción comienzan a entremezclarse con las hayas, unas hayas que en algunas zonas captan mi atención, ya que son diferentes a las que estoy acostumbrado, porque tienen los troncos limpios de ramas y muy estilizados, con tan solo hojas en la copa, muy al estilo de los pinos de la sierra de Urbión o los montes de Valsaín.
Unos metros más abajo, comienzo a oír el discurrir de las aguas por la riera de Santa Fe, que a pesar de no llevar mucho caudal, forma rincones con mucho encanto al estar rodeado del espectacular bosque de la fageda Gran, que voy captando con la cámara hasta que el sendero desemboca en el área recreativa de la font de Passavets, en la que me detengo unos minutos a descansar, disfrutando del entorno
Luego, cruzo la carretera que va al embalse de Santa Fe, para continuar hacia Can Casares siguiendo las marcas blancas y amarillas del PR-C208, paralelo a la riera de Santa Fe, que debido a la aportación de otros barrancos lleva más caudal, filtrándose el agua en el sendero que poco a poco me va alejando del curso de la riera y me acerca a la carretera, que apenas se intuye por la frondosidad del hayedo, saliendo tras algo más de cuatro horas al aparcamiento.
Como he acabado más pronto de lo esperado, en vez de tomarme una cerveza en el Avet Blau, cojo la furgoneta para ir otra vez hasta el Coll de Ravell, donde me tomo una cerveza en la terraza-jardín mientras disfruto de las vistas hacia Les Agudes, y luego, vuelta al apartamento que tengo más de una hora de viaje.
Ensimismado con tal obra, remonto hasta el sendero principal, por el que comienzo a descender |
Disfrutando de este bosque de hadas, en el que el sendero va trazando largas lazadas, donde el bosque clarea |
Permitiéndome observar de nuevo la cima despejada de Les Agudes |
Mientras los abetos en menor medida, van entremezclándose con las hayas |
Unos metros más abajo, comienzo a oír el discurrir de las aguas por la riera de Santa Fe |
Rodeado de la fageda Gran, que forma bucólicos rincones, a pesar de no llevar mucho caudal |
Hasta que el sendero, desemboca en el área recreativa de la Fon de Passavets |
Que en este época del año baja seca, pero está en un lugar muy atractivo |
Luego, cruzo la carretera para continuar por el PR-C208, hacia Can Casares |
Paralelo a la riera de Santa Fe |
Que debido a la aportación de otros barrancos, lleva más caudal |
Filtrando el agua en el sendero, que me va alejando del curso de la riera |
Y acercándome a la carretera, que apenas intuyo debido a la espesura del bosque |
Alcanzando después de cuatro horas el aparcamiento, donde entre los árboles despunta Les Agudes |
De vuelta al apartamento, me acerco al Coll de Ravet, donde me tomo una cerveza con vistas a Les Agudes |
Hola Eduardo,
ResponderEliminarToda una clásica del Montseny que te permite disfrutar de dos de sus cimas más emblemáticas así como perderte entre los preciosos hayedos, que encontraste de un verde espectacular.
Esta ruta la he realizado casi idéntica, solo que la realicé al revés y en el mes de diciembre, por lo que todo y transitar por los mismos caminos cambia considerablemente, ya que caminas sobre un manto de hojarasca y se pueden observar en lugar del verdor los tonos ocres de las hojas.
Todo un acierto que te acercaras al Montseny, para la próxima te recomiendo que subas al Matagalls, mírate la ruta que realicé para subirlo seguro que te gustará.
Salud y montaña.
Hola David.
EliminarLa idea inicial era dar una vuelta por el hayedo, pero preparando el recorrido vi que las dos cimas venían de paso, así que no me lo pensé, luego sobre la marcha fui añadiendo cosas, porque los tracks los llevo como referencia, pero no les suele hacer mucho caso.
Tomo nota del Matagalls para otra vez, aunque este año nos vamos a quedar en casa.
Un saludo
Hola Eduardo,
ResponderEliminar¡Que bonito es el massis del Montseny! Igual que tú siempre lo paso por la carretera y nunca he tenido ocasión de hacer rutas con profundidad por la zona. Aunque de pequeño estuve alguna que otra vez por allí. Ya hace un par de años que lo tengo en mente y espero poder recorrer esas mágicas montañas. Las fotografías, espectaculares.
¡Salud y montaña!
Hola Guillem.
EliminarYo tengo que decir que no sabía de su existencia, hasta la primera vez que veraneamos en la Costa Brava. Al pasar por la autovía, me extraño ver tal masa forestal y una picuda montaña que sobresalía, luego en casa investigue y me pareció una zona fantástica, así que aunque más tarde de lo deseado, la descubrí y me encantó, es de esos lugares que no se olvidan.
Un saludo
Entre este extraordinario paisaje de frondosos bosques, en los que el hayedo da un color bastante característico además de una frescura y olores muy envolventes, ver un rebaño de animales domésticos con sus cabras enriscadas componen una imagen admirable para guardar en la memoria.
ResponderEliminarDesde la terraza del pueblo, veo una cabra blanquinegra parecida a la de tu entrada. Está asilvestrada y me gusta, como si fuera un animal mas de los cortados, verla pastar hasta oscurecer el día. A veces, se tumba en la sombra y descansa largo rato.
Creo que la estoy cogiendo cierto aprecio.
Refrescante y acertada entrada para estos días de molesto calor.
Saludos.
Hola Javier.
EliminarTotalmente de acuerdo, la escena de las cabras enriscadas es de las que gustan, tanto que puse dos en esta entrada y el bosque una delicia, además ese día para no hacía mucho calor y era una delicia caminar bajo las hayas.
Un saludo
Hola Eduardo.
ResponderEliminarQue maravilla estos parques naturales que en un principio no te imaginas que tan cerca del mar haya esa frondosidad de hayedos y demás, y aparte, esas montañas con ese ambiente tan alpino en su parte alta.
Sin lugar a dudas, un destino senderista para conocer aquella comarca de primer orden, y que meteré en mi lista de lugares pendientes.
Un saludo.
Hola Toni.
EliminarPues si vas por esa zona, no lo dudes, es una maravilla y algo que como bien dices, uno no espera encontrarse estos bosques tan cerca del mar. De todas formas está zona, es muy bonita, tiene unas sierras muy chulas, más adelante publicaré otra entrada.
Un saludo
Buen reportaje del Montseny, me ha encantado. Enhorabuena Eduardo, un abrazo desde Cantabria.
ResponderEliminarHola Germán.
EliminarGracias, seguro que disfrutarías fotografiando su fauna, es una zona espectacular!.
Un saludo
Hola Eduardo.
ResponderEliminarPor allí no he estado nunca, asi que tomo nota para las pendientes...
Gracias por compartirlo¡¡
Fer
Hola Fer.
EliminarPues ya me extraña, porque mira que pateas monte. Sin duda merece la pena para ir a conocer la zona, tiene muchas opciones y está cerca de la Garrotxa, otra zona excepcional!.
Un saludo
¡Hola Eduardo!
ResponderEliminarGracias por traerme tan buenos recuerdos.
En Olot estuve un año ejerciendo como maestro, fue estupendo y luego he vuelto a ver algunos volcanes de la Garotxa.
En el Montseny siempre voy por el sudoeste desde rel Poblado de Montseny pues mi hija se casó en la Eermita de Sant Bernat.
En los lugars más inimaginables puedes encontrr motivos para disfrutar de la naturaleza y de la montaña. Esos no son ninguna escepción.
¡Que vaya bueno!
Hola Mariano.
EliminarMe alegro que esta entrada te haya traído buenos recuerdos. En Olot estuvimos en verano pasado y pesar de ser una población grande, nos encantó, en general todas las poblaciones de está zona están muy bien cuidadas y son maravillosas, en especial Santa Pau y Sant Llorenç de la Muga, dos pequeños pueblos medievales llenos de encanto.
Si tu hija se caso en la ermita de San Bernat, buen lugar sin duda eligió, la zona posee una gran belleza, yo elegí Santa Fe, porque era lo más "cercano" a mi lugar de vacaciones, pero sin duda otro año intentaremos veranear un poco más cerca, para buscar otras opciones, que seguro las hay a patadas.
Un saludo
Vaya rincones chulos para conocer! A apuntar...
ResponderEliminarHola David.
EliminarPues si, tenemos la suerte de vivir en un país, lleno de rincones con mucho encanto, no hace falta irse muy lejos y este año con el dichoso virus, es un buen año para hacerlo.
Un saludo
Hola Eduardo!!! Cuando estuve en la Garrotxa, me sorprendió tanto su entorno natural como sus pueblos pintorescos de trazado medieval. Lo del Montseny... Joder, sigue siendo una asignatura pendiente y mira que tiene buena pinta esta ruta que nos muestras. Bosques preciosos y cimas interesantes. Voy a tener que volver a la Garrotxa y de paso a este paraíso ��. Muchas gracias por compartir y refrescarme que debo de visitar aquellas montañas. Saludos
ResponderEliminarHola.
EliminarSi que es una zona muy bonita, mucha naturaleza y bellos pueblos, nosotros salvo un año que bajamos hasta el Cabo de Gata, el resto siempre vamos a la Costa Brava, que ofrece playa, montaña y unas temperaturas menos cálidas, al tener cerca los Pirineos.
El Montseny, es muy bonito, solo caminar por esos bosques, ya merece la pena.
Un saludo
Hola Eduardo:
ResponderEliminarEn Diciembre del 2019, estuvimos apunto de visitar ese zona, pero al final nos decidimos por Navarra, por lo tanto, creo que este año toca y además teniendo más información gracias a este gran artículo.
Me ha encantado ver ese bosque tan lleno de vida, creo que me acabo de convencer para visitarlo lo antes posible.
Una vez más, gracias por compartir lugares como este.
Un saludo compañero.
Hola Eulogio.
EliminarBueno, tampoco estuvo mal la elección, ambas poseen preciosos bosques y bellas montañas, aunque yo creo que la peor época del año es el invierno, estos bosques sin hoja, no son lo mismo, para el otoño tiene que ser una maravilla!.
Un saludo