Para
seguir con la tradición, el primer trago de agua lo pego en la
fuente de San Gaudioso, después, continúo dirección Sur, tomando
de referencia por unos metros, las marcas rojas y blancas del
GR.90.1, hasta que alcanzo una bifurcación, donde tengo la opción
de subir al Moncayo, por el collado de Bellido, o por la vía
clásica, del circo de San Miguel, opción está última, que es la
que escojo, así que giro a la derecha, abandono el GR.90,1, y
prosigo en suave ascenso, por las lindes del pinar.
Nada
más cogerlo, llego a la altura de un numeroso grupo, que camina en
fila india por el estrecho sendero, como no es posible pasarlos, me
quedo al final; poco a poco, nos vamos adentrando en el pinar,
dejando atrás el santuario, y mucho más abajo, las llanuras del
Valle del Ebro, que hoy después de varios días, permanecen
despejadas, sin la molesta niebla.
A
medida que avanzo, la nieve comienza hacer acto de presencia de forma
discontinúa, al estar en una umbría, a estas horas es todavía
hielo, así que como de momento no puedo calzar crampones, voy
sorteando los tramos más peliagudos, por los laterales del sendero,
donde hay más tierra, y asiéndome a las ramas de los pinos con
cuidado, sin ejercer mucha presión, ya que las ramas de algunos de estos pinos, aunque su estado exterior parece saludable, en su interior pueden estar podridas.
En
un recodo el grupo se detiene, ahora es buen momento para pasarlos,
así que me despido de ellos, con la certeza de que más adelante nos
volveremos a encontrar, y a la marcheta, sigo dirección Oeste por
medio del pinar, disfrutando de estos minutos de soledad, que seguro
que cuando alcance el Pozo de San Miguel, se acabará.
Sobre
la cota 1.700 metros, llego hasta un pequeño claro donde la nieve
cubre el sendero, aunque las huellas lo rodean por la izquierda, yo
sigo todo recto por las lindes del bosque, hasta la altura de un
pequeño muro de piedras, que cierra el paso a un sendero secundario,
que sube hacia el circo de San Guadioso.
A
partir de este punto, el manto de nieve ya es continuo, no tiene mucho espesor, pero el suficiente para caminar cómodamente, hasta
salir del bosque, donde a lo lejos ya puedo ver, el espectacular
Circo de San Miguel.
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Desde el aparcamiento de Haya Seca, comienzo a subir por el camino del Mojón |
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Por el que llego al Santuario de Nuestra Señora del Moncayo y a la fuente de San Gaudioso |
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Y enlazo con el GR.90.1, por el que sigo hasta un cruce de senderos |
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Donde cojo el sendero que sube a la cumbre del Moncayo, por el circo de San Miguel |
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En el que me adentro en el pinar, donde comienzan a aparecer las primeras manchas de nieve |
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Sobre la cota 1700 metros, alcanzo un pequeño claro en medio del bosque, que paso por un lateral |
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Nada más cruzarlo, el manto de nieve ya es continuo y tras varias lazadas |
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Salgo del bosque; a lo lejos, ya puedo ver el circo de San Miguel |
Mientras
termino de ajustarlos, el grupo me sobrepasa, me coloco detrás de
ellos, justo en el inicio del canchal, previo al Pozo de San Miguel,
donde el sendero se bifurca en dos, a la izquierda por la vía
clásica de verano; recto al Cucharón, y al al Corredor de los
Gendarmes.
Del
grupo, la mayoría toma la vía de verano, tan solo cuatro se deciden
por las vías de invierno, yo para no molestar, me pongo al final, y
disfrutando del entorno, sigo caminando por medio del canchal, que
afortunadamente, tiene un espesor de nieve aceptable, lo que me
permite avanzar con comodidad.
De
camino al Pozo de San Miguel, me cruzo con dos montañeros, que acaban de bajar por
el Cucharón, me comentan que han subido por el Corredor de los
Gendarmes, y que a pesar de que no tiene mucha nieve, se sube
bastante bien.
Con estas buenas noticias, nos despedimos, continúo unos metros más hasta llegar al Pozo de San Miguel, donde el sendero se bifurca en dos, al Oeste por el Cucharón, y hacia Norte/Oeste al Corredor de los Gendarmes, opción que elijo, y por la que finalmente se decantan los integrantes del cuarteto.
Desde
el Pozo de San Miguel, inicio el tramo más entretenido de la
ascensión, los primeros metros son de entrenamiento, ya que la
pendiente todavía no es muy fuerte, y la fina de capa de nieve, hace
que camine cómodamente, sin apenas gastar energías.
Poco
a poco, la pendiente se va acentuando, el grosor de nieve es mayor, y
en estas cotas bajas está ya algo blanda, lo que hace que avanzar
resulte más costoso, ya que los crampones no hacen bien su trabajo.
Sobre
la cota 2.000 metros, alcanzo el primero de los gendarmes, que da
acceso al corredor central, tras pasarlo, cruzo un corto
tramo de piedras, que no han sido cubiertas por la nieve; después
continúo por el ancho corredor, donde la pendiente alcanza rampas
cercanas a los 40º, en las que el grupo tira a fuego,
aunque viendo las trazas que tiene uno de ellos subiendo, me da que
más tarde lo acabará pagando.
A
cada paso, el esfuerzo se nota cada vez más, la fuerte pendiente, y
la baja forma en la que estoy, comienzan hacer mella, además no
quiero forzar mucho, ya que el cuádriceps de la pierna derecha, no
está para muchos trotes, y hace tiempo que pide una sesión de
fisio.
Cuando
alzo la cabeza, compruebo que estoy a los pies del segundo de los
gendarmes, que se eleva vertical e imponente hacia el cielo, que con sus
veinticinco metros de altura, cuenta con una vía de escalada de V/V+,
equipada con parabolts, y que no me importaría subir.
Nada
más dejarlo atrás, debido a la falta de nieve, el corredor se
divide en dos, de momento opto por subir por el lado derecho, donde
la pendiente llega su máximo grado, con una inclinación de 45/50º, en el
que comienza a sobrarme la ropa, aunque como me encuentro próximo a
salir de la protección del corredor, prefiero aguantar.
Unos
metros más adelante, veo como el grupo para a descansar,
comentan que más adelante este tramo del corredor, apenas tiene
nieve, así que decido cambiarme al corredor izquierdo, donde parece
que la nieve es más continúa, por lo que comienzo un corto, pero
expuesto flanqueo, por el que alcanzo en un par de minutos la otra
vertiente, donde aprovecho para detenerme un instante, para disfrutar de las vistas que
hay desde este punto intermedio del corredor.
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Por medio del canchal, avanzo hacia el Pozo de San Miguel |
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Donde la huella se divide en dos. al Oeste por el Cucharón y hacia Noroeste, al Corredor de los Gendarmes |
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Opción esta última, que es la que escojo |
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En el que a medida que voy ganando desnivel, la pendiente se va acentuando |
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Y sobre la cota 2000 metros, alcanzo el primero de los gendarmes |
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Por el que accedo al corredor, que da acceso |
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Al segundo de los gendarmes, que cuenta con una vía de escalada V/V+ |
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Unos metros más adelante, la falta de nieve hace que el corredor se seccione en dos |
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Eligiendo el sector de la derecha, donde me detengo un instante para disfrutar de las vistas
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Antes
de seguir, hago unos estiramientos, después, reanudo la ascensión
por el corredor izquierdo, donde el manto de nieve al principio es
más permanente, pero al alcanzar un resalte de unos dos metros de
altura, está desaparece, por lo que tengo que hacer una sencilla
trepada, buscando las zonas de vegetación, para no estropear
las puntas de los crampones, y asegurarme un buen agarre.
Superado,
llego a la altura del grupo, que me preguntan si merece la cambiarse
a este lado, opción que les descarto, ya que más o menos están en
las mismas condiciones, y además más arriba la nieve se mezcla con
la hierba.
Con
este panorama, decido tirar para arriba, hasta llegar a la base de
una pared de roca, donde realizo un flanqueo a la derecha, buscando
las zonas con más nieve, hasta salgo definitivamente del Corredor de
los Gendarmes.
La
pendiente en este tramo disminuye ligeramente, dejo atrás al grupo,
que sigue descansando, y pongo los cinco sentidos en el siguiente
tramo, donde las huellas dejadas por otros montañeros, se dispersan, por lo que decido abrir mi propia huella, realizando una sucesión
de zetas, que me permiten reducir el esfuerzo, y alcanzar rápidamente
el inicio de la pala final.
Desde
este punto, apenas me queda medio kilómetro, y poco más de cien
metros de desnivel positivo, la fina capa de nieve se encuentra dura,
lo que permite que los crampones hagan bien su trabajo, y avance a un
ritmo lento pero continuado.
Poco
a poco voy ganando metros a la pala, de vez en cuando, echo una
miradas atrás para disfrutar de este día despejado del mes de
febrero, donde hoy diviso perfectamente los Pirineos, y como uno de
los integrantes del grupo, avanza a buen ritmo, hasta llegar a mi
altura, en apenas unos minutos.
Durante unos segundos permanecemos a la par, charrando un poco, después cada uno
sigue a su ritmo; tras algo más de dos horas, alcanzo la loma donde
enlazo con el GR.86, por el que sigo hasta llegar a la talla de la
Virgen del Pilar, rodeada por un gran chupón de hielo, y un minuto
más tarde al vértice geodésico de la Cima del Moncayo, donde
como es costumbre, toca pedir turno, para poder hacerme una
fotografía en solitario.
En uno de los vivac próximos a la cima, permanezco unos minutos, reponiendo fuerzas, mientras disfruto de las vistas hacia el Norte/Oeste de los Picos de Urbión, y al Este de los Pirineos.
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En el resalte, avanzo hasta la base de un muro de roca |
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Donde realizo un flanqueo a la derecha |
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Por el que salgo del Corredor de los Gendarmes |
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Y acometo la pala final, con la nieve algo dura, por la que avanzo a buen ritmo
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Disfrutando de las vistas hacia el Pirineo
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Y el pozo de San Miguel
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Hasta enlazar con el GR.86, por el que llego a la talla de la Virgen del Pilar y acto seguido |
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Al vértice geodésico, que marca la cima del Moncayo
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Desde el que disfruto de las vistas hacia el Noroeste de los Picos de Urbión |
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Y al Este de los Pirineos |
Son las doce y media, he prometido estar a la hora de comer, así que comienzo el descenso, de momento tomando de referencia las marcas rojas y blancas del GR.86, hasta llegar a la altura del Collado del Alto de las Piedras, donde el GR se dirige a tierras sorianas por el barranco del Colladillo.
Una
vez en el collado, me toca decidir la vía de descenso; izquierda por la
inclinada pala del Cucharón, o continuar unos metros más por el
cordal, y descender por la vía clásica de verano.
Aunque
me apetece más bajar por el Cucharón, creo que descenderé más
rápido por la vía normal de verano, así que continúo por el
cordal dirección Sur/Este, por el que en suave descenso paso junto
al mojón, que marca la irrelevante cima del Cerro de San Juan, desde
la que se divisan las siluetas de las sierras, y montañas adyacentes
al Parque Natural.
Desde el Cerro de San Juan, camino unos metros más por la planicie, hoy cubierta íntegramente de nieve, algo que no siempre es así, ya que el cierzo se encarga de transportar la nieve de la loma al Pozo de San Miguel, hasta alcanzar el collado desde el que inicio el descenso por la vía de verano, alejándome del peligroso tramo de la escupidera, donde un resbalón,
me catapultaría al vacío.
A
pesar del calor, la nieve a esta altitud permanece en buen estado, la
capa no es muy gruesa, lo que ayuda a descender a buen ritmo, sin
peligro, salvo por algún grupo que caminan como patos, por lo que
decido pasarlos, y dejarlos atrás lo antes posible.
Cuando llego a la parte media del descenso, me detengo un instante para disfrutar de las vistas, hacia el Sur del Circo de San Gaudioso, que tiene un espectacular blanco azulado, y al Oeste de los diversos corredores, que suben a la cima del Moncayo, en el que destaca el Corredor de los Gendarmes, que hace algo más de una hora que he recorrido.`
Tras
la pausa, reanudo el descenso, el sendero a estas horas se encuentra
muy pisado, a pesar de que son más de las dos de la tarde, todavía me cruzo con
algunos montañeros que suben a la cima, por lo que en algunos
puntos, comienzo a realizar varias lazadas fuera de sendero, para no
tener que esperar.
Después
de hora y cuarto de descenso, alcanzo el canchal donde esta mañana
he iniciado la circular, avanzo unos metros por la llanura, hasta
llegar a las lindes del pinar, donde se presenta una curiosa estampa,
en el que un grupo de monjas, con sus hábitos puestos, se hacen
fotos con el Circo de San Miguel de fondo.
Cerrado
el círculo, ahora tan solo me queda regresar hasta el aparcamiento
de Haya Seca, así que pausadamente, me adentro en el pinar, por el
sendero oficial de ascensión al Moncayo, por el que desciendo, hasta
llegar al pequeño claro en medio del bosque, en el que me detengo para quitar los crampones, ya que la capa de nieve a partir de este
lugar, es discontinúa.
De
nuevo en marcha, prosigo el descenso por el sendero, donde voy
esquivando las placas de hielo, ahora algo más blandas que esta
mañana, lo que me permite bajar sin ninguna complicación.
Tras
varias lazadas, salgo a las lindes del pinar, donde ya puedo ver el
tejado del santuario; unos metros más adelante, llego hasta la
bifurcación de senderos, en la que giro a la izquierda, y enlazo con el
GR.90.1 por el que continúo hasta el Santuario de Nuestra Señora
del Moncayo, que ahora si se encuentra abierto.
En
este punto, abandono el GR que desciende hacia la Fuente de los Frailes y sigo en
suave descenso por el camino del Mojón, por el que tras cuatro horas
y media, alcanzo el aparcamiento de Haya Seca, donde doy por finalizada
está ascensión matinal, por la que a mi parecer, es la vía invernal más bonita de ascensión al pico Moncayo o San Miguel, que si no tiene placas de hielo, o excesiva acumulación de nieve, no presenta grandes dificultades técnicas, para las personas habituadas a este tipo de actividades.
Antes de partir a Zaragoza, aprovecho para bajar con la furgoneta a la fuente de los Frailes, echar un trago, y hacer una tanda de estiramientos, para evitar tener mañana molestias en los cuádriceps.
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Cerrado en circulo, ahora toca regresar al aparcamiento de Haya Seca
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Así que continúo el descenso, adentrándome poco a poco en el pinar
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Hasta llegar a un pequeño claro en el bosque, donde me quito los crampones |
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Para avanzar disfrutando de este precioso pinar |
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Pisando con cuidado en algunas zonas, donde la nieve está dura
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Hasta alcanzar el cruce de senderos
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Donde enlazo con el GR.90.1, por el que desciendo pasando junto al Santuario de Nuestra Señora del Moncayo |
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Que abandono, para seguir por el camino del Mojón, por el que llego al aparcamiento de Haya Seca
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Chula ruta Eduardo. A mi también me gustó mucho y creo que la repetiré algún invierno más. Cuando están los gendarmes tapizados de hielo aquello parece la Patagonia.
ResponderEliminarSaludos y a mejorar esas dolencias de cuadriceps.
Hola David.
EliminarCuando están tapizados de hielo, tiene que ser espectacular!, pero para ese día, casi mejor quedarse en casa, que yo he pasado mucho frío en esa montaña.
El cuadriceps ya tuvo su sesión de fisio, y parece que de momento responde, aunque este año por trabajo no salgo todo lo que desearía.
Un saludo.
Lejos queda ya la nieve que embellece tanto al Moncayo cuando lo cubre.
ResponderEliminarAlgún invierno próximo, cuando las circunstancias nos sean propicias, miraremos de ascenderlo por esas chimeneas, a no ser que, como bien dice David, se presente con ese "hielo y viento patagónicos" que lo hacen tan imponente, en cuyo caso esperaremos a que el vendaval amaine.
Salud y Montaña, Eduardo.
Hola Carmar.
EliminarEse año la nieve ha sido escasa, han caído un par de nevadas grandes, pero en general no ha nevado mucho, además estos calores tan tempranos, no han ayudado a que la nieve se mantenga.
Las montañas ahí están, así que, días quedan para poder subirlas en unas condiciones aceptables, que para pasar frío siempre hay tiempo.
Salud y Montaña!
Hola Eduardo. Iba a leer tu ruta del robledal blanco de Mesomero y me encuentro con esta bonita sorpresa. Así da gusto encontrar el Moncayo, sin viento y sin una nube en el cielo. Guardo muy buen recuerdo de las tres invernales que he hecho al Moncayo, de la primera por que fue la primera invernal que hice en mi vida, de la segunda porque fue la primera que hice con Eva, y la tercera, que fue la de los gendarmes, porque quizás haya sido una de las invernales más perfectas que he hecho; buena nieve, un día precioso, buena compañía, y ya, sin ser excesivamente complicado, con un cierto grado de compromiso, ya que este corredor tiene ya unos tramos realmente tiesos.
ResponderEliminarCoincido también contigo en que esta vía es la más bonita para ascender al Moncayo en invierno. Esas vistas del Pirineo son impagables.
Salud y muchos más Moncayos en el futuro!!
Hola Dani.
EliminarEl robledal blanco del Mesomero, es un lugar poco frecuentado, y que tiene la peculiaridad de tener una pequeña masa de roble albar, muy poco frecuente por estas tierras, merece la pena hacer una visita por esa zona.
En cuanto al Moncayo, está semana me he metido caña, y como además es un monte que me conozco al dedillo, ha salido la crónica bastante rápida.
Con la de veces que he subido, yo creo, que es la que mejor climatología me he encontrado, la verdad que salió un día perfecto, tan solo una pequeña brisa en la cima, que siendo el Moncayo, es casi viento cero.
Para mi gusto en invierno, el Corredor de los Gendarmes, es la vía más chula para subir, eso si, si está con mucho hielo, y no se está habituado es peligrosa, pero con las condiciones en las que me lo encontré, se subía sin peligro y fácilmente, aunque esas rampas de 45/50º, te hace sudar de lo lindo.
Salud y Montaña!
Jo! teníamos planeado subir al Moncayo, precisamente por el corredor de los Gendarmes este invierno. Al final entre unos y otros no hubo cuorum... a ver el año que viene, que le tengo ganas.
ResponderEliminarSalud!
Hola Pirene.
EliminarEs lo que suele pasar cuando se depende de otras personas, a unos no les viene bien ese día, otros prefieren ir a otro sitio, y así se va pasando.
Esta ascensión es muy bonita, dura porque tiene unas rampas intermedias muy fuertes, pero que con buena nieve se disfruta mucho.
Un saludo.
Hola Eduardo
ResponderEliminarQue bonitas esas fotos del corredor semiblanco y los gendarmes a los lados, y las vistas tan diáfanas que te encontraste son de esas de henchir el pecho, de lo lejanas que llegan tocando Pirineos.
Es una montaña que he visto mucho en fotos, sobre todo gracias al blog de Dani, y maldita sea, pero alguna vez aunque me pille camino a los Piris, debemos parar y subirla.
Un saludo.
Hola Toni.
EliminarEsta subida por el corredor, es muy chula, y si encima se pilla un día despejado, las vistas de 360º son fantásticas, y no solo de los pirineos, lo malo es que muchas veces hay calima y no deja ver mucho, pero afortunadamente es esta ocasión no paso.
Ya te lo he dicho alguna vez, que puedes venir un fin de semana por la zona, que da para mucho, el pico Moncayo, es solo una pequeña muestra.
Un saludo.
Que envidia que pillases un día tan bueno en esa montaña que tantas veces tiene un tiempo endemoniado, un saludo.
ResponderEliminarHola Bruno.
EliminarTantas veces la he subido, que al final tenia que pillar uno bueno.
Un saludo.