Situada en el Sistema Ibérico, entre las comarcas de la Comunidad de Calatayud y Campo de Daroca, la sierra Modorra o sierra de Codos, constituye una alineación de 8 kilómetros que va desde Codos a Mainar, limitada al Norte por la depresión del río Grío, dominando hacia el Sur a Campo Romanos, que junto con la sierra del Espigar, la sierra de los Bodegones además de la sierra de la Dehesilla, está agrupada en una zona protegida con la figura de Lugar de Importancia Comunitaria, denominado “LIC Sierra de Vicort”.
Sus montes, forman parte del termino municipal de Torralbilla, Langa del Castillo y Codos, cuyas principales cimas se aprovechan de los topónimos de estas poblaciones, como es el caso del pico San Gil o pico Langa, que con sus 1302 metros es el punto culminante de la sierra Modorra, aunque el más conocido es el pico de Codos (1279 m), situado en la estribación más oriental, que hoy aprovechando la franja horaria de la mañana (de 6 a 10), voy a subir realizando una sencilla circular desde la población de Codos.
Para respetar la franja horaria de los mayores de 70 años, que puede resultar útil en las grandes ciudades pero absurda en los pueblos, ya que todos los que rodean las sierras de la provincia de Zaragoza no llegan a los 10.000 habitantes, por lo que tengo que respetar una franja que “no existe”, me levanto temprano y antes de las 8 de la mañana, dejo el coche en un pequeño aparcamiento situado junto a las escuelas.
Sin apenas perder tiempo, ya que dispongo de un par de horas, que es lo que calculo me va a costar realizar la circular, inicio el recorrido callejeando por Codos, tomando de referencia la torre del campanario de la iglesia de Santa María Magdalena, de origen renacentista construida en el siglo XVI y reformada en el siglo XVIII, en el que enlazo con el GR.90 que continúa subiendo por la calle San Blas, hasta salir a la parte alta donde el asfalto da paso a un camino de tierra, por el que avanzo pegado a un corral del que sale un perro ladrando, que me sigue hasta una bifurcación, en la que da comienzo la ascensión al pico de Codos.
En este lugar, podría comenzar el tramo circular pero mirando el mapa del GPS, veo que puedo trazar una pequeña diagonal, evitando un trozo de camino ya que ando algo justo de tiempo. Así que de momento, cojo el camino de la derecha siguiendo tan solo unos metros el GR.90, que en este tramo comparte trazado con el sendero local SL-Z60, que rápidamente se aleja del camino por un tímido sendero que utilizare a la vuelta, para continuar por el camino hacia unos muros construidos en piedra seca, en el que enlazo con otro camino por el que me dirijo hacia el Sur, echando una mirada atrás para observar la población de Codos con la sierra de Algairén de fondo, en el que sin duda destacan las antenas que pueblan su máxima elevación, el pico Valdemadera y más al Norte, la Atalaya.
Siguiendo el camino que comienza a estar salpicado de carrascas o encinas, que pueblan el talud que conforma la parte Sur de la sierra Modorra, atravieso la zona conocida como los Huertos de la Fuente, en el que el fruto principal es la uva de la que salen los caldos que componen la Denominación de Origen Cariñena, hasta localizar la entrada de un sendero marcado con un hito, donde abandono el camino para introducirme en una viña abandonada desde la que contemplo el objetivo del día, el pico de Codos.
Una vez atravieso la viña, rodeo hacia el Oeste las lindes del carrascal, hasta localizar marcado con un hito la continuación del sendero, donde echo una mirada al entorno en el destaca el pequeño cordal montañoso que va de la Peña del Acibillo al Puntal de San Íñigo, reconocible entre todas por la calvicie de su alomada cima ya perteneciente a la sierra de Vicort, para acto seguido, introducirme en el bosque siguiendo el sendero que poco a poco me permite remontar la cara Norte del pico de Codos, entre un bonito carrascal con sus ramas parcialmente cubiertas de liquen, cuyos troncos nacen sobre un suelo tapizado de gayubas o uva de oso, que tienen propiedades medicinales astringentes y antisépticas.
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Sobre las 8, aparco la furgoneta en las escuelas y comienzo a caminar (pico codos visto desde la Falaguera) |
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Hacia la parte alta, donde continúo siguiendo las marcas rojas y blancas del GR.90, hasta llegar a un cruce |
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En el que comienza la ascensión al pico de Codos por el SL-Z60, donde podría empezar la circular |
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Pero prefiero seguir unos metros por el GR.90/SL-Z60, que rápidamente se aleja, para ir hacia unos muros |
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En el que enlazo con otro camino por el que sigo hacia el Sur, viendo como Codos va quedando atrás |
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Y al Norte, la Atalaya |
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Siguiendo el camino, atravieso la zona conocida como los Huertos de la Fuente, donde abandono el camino |
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Para tomar a mano izquierda un sendero, por el que atravieso una viña |
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Desde el que visualizo el pico de Codos. Una vez atravieso la viña |
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Rodeo las lindes del carrascal hasta localizar un hito, donde echo un vistazo a la sierra de Algairén |
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Y el pequeño cordal montañoso que va de la Peña del Acibillo al Puntal de San Íñigo |
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Para acto seguido, adentrarme en un bosque de carrascas que pueblan la cara Norte del pico de Codos |
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Con sus ramas parcialmente cubiertas de liquen |
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Y los troncos que nacen sobre una alfombra de gayuba o uva de oso
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Sin pausa pero sin prisa, voy subiendo tomando de referencia los hitos que hay colocados a lo largo del sendero, avanzando entre carrascas que a ratos se juntan formando túneles naturales y otros se alejan, en el que a medida que voy ganando desnivel, los claros se van haciendo más latentes y en uno de estos, se encuentra una curiosa caseta de chapa cuyo origen desconozco, donde aprovecho que voy cogiendo altura para disfrutar de las vistas de la sierra de Algairén, además de otras de menor entidad del Campo de Borja, en el que destaca de derecha a izquierda, el Bollón de Tabuenca, la pared caliza de la Buitrera y la Peña de las Armas, aunque desde está perspectiva no estoy habituado a verlos.
De vuelta al sendero, continúo el ascenso por la cara Norte cubierta de un denso carrascal, bosque autóctono más representativo de estas sierras que se encuentran entre la Depresión del Ebro y el Sistema Ibérico, que tan bien se adaptan a estas tierras con escasas precipitaciones e invierno fríos, aunque esta “extraña” primavera donde ha llovido más de lo habitual, además de la nula presión que durante estos dos meses hemos ejercido, ha ocasionado que las hojas siempre verdes de esta variedad de carrascas (Quercus Rotundifolia), ofrezcan unos colores vivos a los que se le suma una amplia paleta de colores, con los brezos en flor, las rosas silvestres e incluso las orquídeas (Limodorum abortivum).
Siguiendo el sendero, avanzo atravesando el bosque en el que a cada paso las carrascas van perdiendo porte y se entremezclan con olorosas jaras, alternando tramos de bosque con pequeñas zonas de vegetación arbustiva, desde las que diviso los contrafuertes que protegen la cima principal del pico de Codos y una cota secundaria, hacia la cual me dirijo dirección Sur, pasando bajo las ramas de las carrascas que en determinados puntos cubren el sendero.
Sobre la cota 1150 metros, dejo atrás definitivamente el bosque, por lo cual aprovecho que el sol comienza a ganar altura para echar un trago de agua, mientras disfruto de las vistas que se van ampliando hacia la vecina sierra de Vicort, en el que se ven dos de sus principales cimas, el pico del Rayo y el alto de la Nevera, fácilmente reconocible por el radar del EVA nº1 (Escuadrón de Vigilancia Aérea) construido en plena guerra fría por los americanos que lo cedieron a España hace ya más de 50 años, que vigila el espacio aéreo del cuadrante Noroeste de la Península, por donde circula todo el tráfico que llega de Europa o entra de África, aunque ahora el que cobra importancia es el rey del Sistema Ibérico, el pico Moncayo o San Miguel.
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Sin pausa pero sin prisa voy subiendo atravesando el carrascal, que a tramos forma túneles naturales |
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Y otros se alejan |
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En el que a medida que voy ganando desnivel, los claros se hacen más latentes y en uno de estos |
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Localizo una curiosa caseta de chapa, donde aprovecho que voy cogiendo altura |
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Para disfrutar de las vistas a la sierra de Algairén, en el que destacan las antenas del pico Valdemadera |
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Además de otras sierras de menor envergadura, en el que despuntan el Bollón de Tabuenca |
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La Buitrera (derecha) y la Peña de las Armas (izquierda) |
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De vuelta al sendero, continúo el ascenso por la cara Norte del pico de Codos |
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Cubierto por un denso carrascal, donde está "extraña" primavera, le ha otorgado unos colores vivos |
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A los que se le suma una amplia paleta de colores, con los brezos en flor, las rosas silvestres |
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E incluso orquídeas (Limodorum abortivum)
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Siguiendo el sendero, avanzo entre las carrascas que van perdiendo porte y se entremezclan con |
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Las jaras, alternando zonas de claros, en los que veo el contrafuerte de la cima secundaria del pico de Codos |
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Hacia el cual me dirijo caminando dirección Sur |
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Pasando entre las ramas, que en determinadas zonas cubren el sendero |
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Hasta dejar el bosque atrás, donde disfruto de las vistas a la sierra de Vicort y justo detrás, el Moncayo |
Fuera de la protección del bosque, el sol todavía no calienta en exceso y corre una brisa que se agradece mientras voy remontando la cara Norte del pico de Codos, cuya población situada en el fondo del valle tiene una situación privilegiada, rodeada de tres sierras (Modorra, Vicort y Algairén), en el que sin duda destaca con una extensión de 300 kilómetros, la sierra de Algairén.
Cerca del contrafuerte, el sendero se difumina y los hitos comienzan a desperdigarse en varias direcciones, unos trazando una diagonal hacia un risco en el que hay una cruz de hierro y tres grandes hitos, mientras otros suben de forma directa hacia el pequeño contrafuerte de la cima secundaria, que es la opción que elijo más por tozudez que por dificultad, ya que ambas acaban con unos metros de diferencia en el amplio cordal, al que accedo tras una hora.
En este punto enlazo con el SL-Z60, por el que voy caminando en suave ascenso por el cordal, disfrutando de las vistas que ofrece el colorido campo de Daroca con la sierra de Cucalón de fondo, mientras fijo la mirada en el vértice geodésico que marca la cima del pico de Codos, al que me voy acercando sin sendero pasando por una cima secundaria, que en el mapa aparece como “El Pico”, para acto seguido, remontar los últimos metros hasta llegar a la cima del pico de Codos, que hace de muga entre la Comunidad de Calatayud y el Campo de Daroca.
Perfecto mirador del Sistema Ibérico, permanezco cinco minutos en la cima disfrutando de las vistas: al Norte de la sierra de Algairén; al Oeste de la sierra de Vicort con el pico el Moncayo de fondo; al Sur de las llanuras del Campo de Daroca con la sierra de Cucalón y al Este, de la sierra Modorra, donde centro mi atención en el herboso cordal que une está cima como la máxima elevación de la sierra, el pico Langa o San Gil, que quiere recorrer en otra ocasión, para cruzarme luego a la sierra de la Dehesilla, subiendo a la Atalaya, para volver recorriendo todo el cordal. |
Fuera de la protección del bosque |
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Sigo remontando la cara Norte del pico de Codos |
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Cuya población situada en el fondo del valle, tiene una situación privilegiada, rodeada de tres sierras |
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Cerca del contrafuerte, el sendero se difumina y los hitos van en una u otra dirección |
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Siguiendo los que me conducen de forma directa hasta el amplio cordal |
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Por el que continúo subiendo por el sendero local SL-Z60 |
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Disfrutando de la gama de colores que ofrece el Campo de Daroca con la sierra de Cucalón de fondo |
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Mientras fijo la mirada en el vértice geodésico del pico de Codos, pasando por la cota secundaria |
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Que en los mapas figura como "El Pico", para acto seguido, remontar los últimos metros hasta llegar |
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A la cima del pico de Codos, que hace de muga entre la Comunidad de Calatayud y el Campo de Daroca |
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Perfecto mirador del Sistema Ibérico; al Norte de la sierra de Algairén
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Al Oeste de la sierra de Vicort con el pico Moncayo de fondo |
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Hacia el el Sur, de las llanuras del Campo de Daroca con la sierra de Cucalón |
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Y al este la sierra Modorra, donde capta mi atención el cordal que une está cima, con el pico Langa o San Gil |
Me quedan algo más de tres cuartos de horas para bajar a Codos, así que regreso sobre mis pasos disfrutando del bello colorido que ofrecen de las llanuras del Campo de Daroca, hasta alcanzar el lugar en el que se ubica la cruz de hierro junto con tres grandes hitos, donde está vez, continúo caminando hacia el Noroeste por el amplio cordal limpio de vegetación, tan solo salpicado con algún que otro gran ejemplar de chinebro (enebro), atento a los hitos o las dispersas marcas blancas y verdes del SL-Z60, difíciles de ver, ya que están colocadas más para ser vistas subiendo que bajando, aunque la trayectoria a seguir es bastante evidente.
A medida que voy perdiendo desnivel, la vegetación va aumentando por lo que conviene ir más despacio, ya que a veces no es fácil encontrar los hitos. Al llegar a una pequeña loma, abandono el cordal para comenzar la bajada dirección Este por la cara Oeste del pico de Codos, salpicada en la parte superior por algunas carrascas, en la que aprovecho la sombra que me da una pareja para detenerme un instante y echar un trago de agua, mientras disfruto de las vistas hacia el pico Valdemadera, que si no pasa nada será el objetivo de la próxima salida, pero en vez de subir desde el Raso de la Cruz (Cosuenda), lo haré desde El Santo (Aguarón) por el barranco de Valdemadera.
Luego, continúo el descenso siguiendo una trocha que apenas se distingue entre la vegetación, fijándome bien en los hitos y echando un vistazo de vez en cuando un vistazo al GPS, pasando junto a un bonito pino doble, donde visualizo unos metros más abajo un cruce de senderos, hacia el cual me dirijo bajando lo más directo posible, cruzándome con un par de personas del pueblo, que se extrañan al verme bajar a estas horas y más aun, cuando les comento el tema de las franjas horarias de los mayores de 70, cuya respuesta es bien simple, pero si aquí somos cuatro y nadie sale a la calle …
Un minuto más tarde, alcanzo el cruce donde enlazo con el GR.90 que va a Langa de Castillo, que durante sus casi 170 kilómetros une Tarazona con Daroca, atravesando por completo el Sistema Ibérico zaragozano, que ahora hasta Codos compartirá trayecto con el sendero local SL-Z60, donde sigo el descenso por un claro sendero, en el que las carrascas junto con acebos, gayubas y las jaras, cuyo nombre viene de una palabra árabe que significa matorral, pueblan la cara Oeste del pico de Codos, en el que aprovecho que voy alternando con algunas tramos de pedrera, para disfrutar de las vistas.
Siguiendo las marcas rojas y blancas del GR.90, el descenso se va suavizando, las carrascas se entremezclan ahora con los pinos, además de pequeñas zonas de muros de piedra, que denotan que aquí en otros tiempos se cultivo, pero también, que estoy llegando al final del recorrido, cuyas calles vislumbro al salir del bosque, cuando el sendero desemboca en un camino de tierra.
Unos metros más adelante, abandono el camino para tomar a mano izquierda la continuación del GR.90, donde bajo por un sendero casi comido por la vegetación, por el que cierro la circular, adentrándome en el núcleo urbano bajando por la calle San Blas y la calle Mayor, hasta el aparcamiento, dando por finalizada después de dos horas esta bonita circular por una sierra desconocida, a la que seguro volveré más adelante.
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Luego, regreso sobre mis pasos |
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Observando el bello colorido que ofrecen las llanuras del Campo de Daroca |
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Hasta alcanzar el lugar en el que se ubica la cruz de hierro junto con tres hitos |
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Donde está vez, continuo caminando hacia el Noroeste por el amplio cordal |
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Limpio de vegetación, tan solo salpicado por algunos chinebros |
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Al llegar a una loma, abandono el cordal para comenzar la baja por la cara Oeste del pico de Codos |
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En la que aparecen las primeras carrascas, donde aprovecho la sombra que da una pareja |
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Para echar un trago de agua, mientras disfruto de las vistas del pico Valdemadera, para acto seguido |
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Bajar por una trocha, pasando junto a un pino doble, donde visualizo unos metros más abajo |
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Un cruce de senderos, hacia el cual me dirijo bajando lo más directo posible, enlazando con el GR.90 |
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Por el que continúo el descenso por un claro sendero, entre carrascas, acebos, jaras y gayubas |
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Alternando algunos tramo de pedrera, en el que la pendiente se va suavizando |
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En el que a medida que voy perdiendo desnivel, las carrascas dan paso a los pinos |
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Y pequeñas zonas de muros de piedra, que denotan que aquí en otros tiempo se cultivo |
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Unos metros más abajo, salgo a un camino de tierra, que abandono casi al instante, para tomar
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A mano izquierda, un sendero por el que llego después de dos horas a Codos |
Hola Eduardo, me la apunto, esta actividad tiene muy buena pinta para realizarla una mañana rapidilla. Este finde pasado fuímos a la Sierra de Algairén y vimos la misma explosión primaveral que en tus fotos.
ResponderEliminarUn saludo,
Angel
Hola Ángel.
EliminarSi, es un pico de estos para hacer rapiditos, aunque siempre se puede ampliar siguiendo el cordal. La verdad que está primavera está espectacular y la sierra de Algairén, es una pequeña joya, que yo cada año visito en varias ocasiones, a ver si la próxima coindicimos.
Un saludo
Otra ruta aragonesa que me apunto, que buena pinta tiene. Buen reportaje Eduardo, un abrazo desde Cantabria.
ResponderEliminarHola Germán.
EliminarSi, es un recorrido sencillo, pero muy agradable, una lastima que no pude localizar, la fauna de la zona, se oía pero no se dejaba ver.
Un saludo
Hola Eduardo,
ResponderEliminarImpresionantes vistas que has logrado en esta corta pero interesante ruta.
Veo que por allí también está todo muy verde, cuanto bien han hecho las lluvias de los últimos meses.
Salud y montaña.
Hola David.
EliminarEstá es una sierra pequeña, pero con mucho atractivo, a la que sin duda regresaré, pero ya en otoño, que ahora hace mucho calor.
La primavera, está espectacular, ha llovido muchísimo, aunque ahora ya llevamos unos días donde pega con ganas el sol
Salud y montaña
Me viene a la memoria un viaje que hice con una bicicleta GAC de las de paseo desde Zaragoza por esta zona de Codos. Todavía se veía algunos lugareños con los mulos. Y, en el peirón de ladrillo que hay al lado de la carretera vi mi primer escríbano soteño; precioso.
ResponderEliminarEnhorabuena por la ruta de un paraje muy atractivo.
Saludos.
Hola Javier.
EliminarMadre mía una GAC, de eso ya hace muchos años!. Yo no conocía esta sierra y me gusto bastante, una lastima no poder disfrutar de la fauna, pero cuando uno va mirando el reloj, no da tiempo para detenerse, descansar y observar.
Un saludo
Hola Eduardo.
ResponderEliminarPreciosa estas sierras con este verde, que fue un acierto ir y cogerla de esa guisa, que si vas ahora, te cocerás como está pasando en un montón de sitios. Me ha encantado la ubicación del pueblo de Codos, encajonado entre estas diversas sierras.
Menos mal que tenías un sendero pues ese carrascal tiene pinta de impenetrable, pero las vistas desde arriba son una gran recompensa, aunque con esa floración tan chula todo el camino fue un festín visual.
No sabía que a la gayuba le decían uva de oso. Aquí en la Serranía tenemos bastante.
Un saludo.
Hola Toni.
EliminarNo es muy común pillar con este verdor las sierras del Sistema Ibérico, que en cuanto entra la primavera, se achicharran por el sol, pero con está primavera tan lluviosa, están espectaculares.
El carrascal, como todos los bosques que forman la familia Quecus, son bastante inaccesibles, tiene mucho ramificaciones y suelen ser bastante molestos de transitar bosque a través, así que sin un buen sendero, yo prefiero no adentrarme si no es estrictamente necesario.
Aquí a la gayuba, generalmente se le conoce con ese nombre, aunque tiene ese segundo nombre, que yo no se si se utilizará mucho ...
Un saludo
Hola Eduardo,
ResponderEliminarQue ruta más interesante nos has propuesto para hacer cuando vayamos limitados de tiempo, una buena opción para hacer una parada rápida en medio de un viaje. Además los parajes están espectaculares, que pasada de primavera y principio de verano nos está regalando la naturaleza.
¡Salud y montaña!
Hola Guillem.
EliminarSi, este recorrido es para hacerlo para cuando se dispone de poco rato (una mañana) o se va de paso por la zona. Es una sierra muy interesante, a mí me gusto y sin duda volveré, aunque más adelante, que ahora no se puede estar de calor.
Un saludo
Hola Eduardo:
ResponderEliminarMe has sorprendido con este artículo, siempre que pasamos por Zaragoza en dirección al pirineo siempre vemos que esta provincia parece que le falta color, pido disculpas por generalizar y pensar que gran parte de esta provincia no tenía motivos para ser visitada en modo senderista.
Sin lugar a dudas, esta zona merece mucho ser visitada y ser disfrutada como lo son muchas en Aragón.
Un saludo compañero.
Hola Eulogio.
EliminarY no te falta razón, porque una buena parte de la provincia de Zaragoza, es estepa y desierto, pero tiene zonas con unos frondosos bosques, como el Parque Natural del Moncayo, la sierra de Luesia o estás sierras cercanas a la ciudad, como las de Vicort, Modorra y sobre todo Algairén, que si alguna vez cuando estáis en el pirineo y os sale malo el último día, bien merece una visita, ya que os cae de paso.
Un saludo