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martes, 31 de octubre de 2017

Cueva y dolmen de las Güixas, desde Villanúa


Con sus 2886 metros, el pico Collarada, es la máxima altura de la Comarca de la Jacetanía y la más representativa del macizo de Collarada, que forma parte del dominio geológico de las sierras interiores, constituido principalmente por calizas, cuya disolución generada por el agua, ha originado un modelado kárstico.

En su falda Oeste, se localiza la cueva de las Güixas, una oquedad con un desarrollo de más de 1.800 metros, repartidos en tres niveles de cavidades, formada por la disolución ahondada en roca caliza, que se comenzó a formar durante las últimas glaciaciones del Cuaternario.

El 16 de septiembre de 1929, se abrió de cara al público, cerrándose su acceso en varias ocasiones, hasta que, en el año 1996 se reabre definitivamente, pudiéndose ver mediante visita guiada, que es la opción que elegimos esta tarde, donde alargaremos la visita, intentando localizar el dolmen de las Güixas


Para la jornada de hoy, tenía previsto realizar una larga actividad, pero el día no acompaña, y en el aparcamiento me he tenido que dar media vuelta, dejándola para otro día.

Ya por la tarde, aprovechamos para realizar una visita cultura, así que desde Jaca nos acercamos hasta la población de Villanúa, donde vamos a visitar la cueva de las Güixas, en la que previamente hemos reservado plaza, a través de su página web

En el aparcamiento que hay nada más pasar el río Aragón, dejamos el coche, caminamos unos metros hasta llegar al centro de interpretación “Subterránea”, donde confirmamos la reserva, y nos comentan que se han cancelado varias reservas, así que hoy tendremos una guía en exclusiva para nosotros.

Antes de comenzar la visita, nos damos una vuelta por la planta principal, donde a modo de paneles, podemos ver diferente información acerca de Villanúa. Después, descendemos por una rampa hasta el sótano, donde se ha construido una réplica de la cueva original, en el que a modo de audiovisuales y animaciones, nos dan a conocer, detalles de la cueva.

Finalizado, salimos al exterior, mientras la guía cierra el edificio, nosotros nos adelantamos; cogemos el camino empedrado, que pasa junto al centro de interpretación, por el que vamos ganando suavemente desnivel, dejando atrás Villanuá, tomando de referencias las marcas blancas y rojas del GR.65.3, que comparte recorrido en este tramo, con el Camino de Santiago.

Dirección Norte/Este, llegamos al punto más elevado del recorrido, el empedrado da paso a la tierra, por la que continuamos paseando, por un amplio camino acondicionado con barandilla, por el que vamos paralelos al cauce del río Aragón, cuyas aguas discurren pausadamente más abajo, represadas para el aprovechamiento de la central hidroeléctrica de Villanúa, disfrutando de las vistas, en la que despuntan algunas de las cimas, que conforman el Valle del Aragón, aunque la que más destaca es La Raca.

En apenas doscientos metros, alcanzamos el desvío hacia la cueva de las Güixas, donde abandonamos el camino principal, y tomamos un corto tramo de escaleras, por el que rápidamente llegamos a la entrada de la cueva, que se encuentra cerrada.

En el aparcamiento, vamos al centro de interpretación "Subterránea", en la que vemos una réplica de la cueva
 Luego, salimos al exterior y nos vamos a un camino que pasa al lado, en el que hay varios paneles
Donde continuamos tomando de referencia las marcas blancas y rojas del GR.65.3
Una vez en el punto más elevado, el empedrado da paso a la tierra, por el que avanzamos 
Paralelos al río Aragón, disfrutando de las vistas
 Hasta llegar al desvío de la cueva de las Güixas
A la que accedemos subiendo por las escaleras

Permanecemos unos minutos en la entrada, hasta que llega la guía. Después, accedemos al interior, donde la temperatura baja notablemente; nos abrigamos, mientras nos adentramos en la cueva, por una pasarela que nos lleva pegados al cauce seco del río, que atraviesa la cavidad principal, y que se activa en época de deshielo o después de fuertes tormentas, saliendo al exterior por la puerta en forma de torrente.

Avanzamos unos metros, hasta la chimenea que comunica la cueva con el exterior, generada por el colapso del techo de la cueva al quedarse sin sustento, cayendo por su propio peso, y en el que cuenta la leyenda, que en noches de luna llena, las mujeres de Villanúa se reunían para celebrar sus aquelarres; cuando la luna se observaba desde la chimenea, estás se desnudaban para darse baños de luna, permaneciendo siempre jóvenes y bellas.

Si hasta el momento nos está pareciendo una visita muy agradable, gracias a las explicaciones de la guía, y que la estamos visitando en total soledad, al entrar en la sala principal, conocida como “La Catedral”, nos quedamos embelesados, ante tanta grandiosidad, con una sala de casi 20 metros de altura, cubierta de estalactitas, estalagmitas, columnas y gours, que gota a gota se han ido formando a lo largo de los siglos, dando forma a esta infinidad de estructuras calcáreas, que si la acción del hombre deja, seguirán evolucionando, dado que la cueva sigue activa.

Para disfrutar más de cerca de la sala, accedemos por una escalinata a la parte superior, desde la que obtenemos una perspectiva diferente, y en la que observamos en la pared, las inscripciones realizadas por los soldados en la guerra civil española, ya que la cueva fue utilizada como calabozo, aunque desde el Neolítico hasta el año 300 d. C, ha sido refugio para distintos grupos humanos.

En la actualidad, los únicos moradores de la cueva, es una colonia de unos 500 murciélagos, en el que se han contabilizado hasta ocho especies diferentes, que habitan en un espacio reservado de la cueva, que no es visitable, para la preservación de estos mamíferos voladores, que hacen que la cueva, este catalogada como Lugar de Interés Comunitario (L.I.C) dentro de la Red Natura 2.000.

Por otro tramo de escalinatas, descendemos hasta la base de “La Catedral”, donde echamos un último vistazo a la sala, y retrocedemos sobre nuestros pasos hasta la salida de la cueva, donde damos por finalizada la visita a la Cueva de las Güixas.

Antes de acceder al interior de la cueva nos abrigos, luego, caminamos por una pasarela
Que nos lleva pegados a un río, por el que llegamos a la chimenea, que conecta la cueva con el exterior
Unos metros más adelante, alcanzamos la sala principal conocida como "La Catedral"
Donde el agua gota a gota y con el transcurso de los años
Ha formado un sinfín de estalactitas, estalagmitas, columnas y gours
Para disfrutar desde otra perspectiva, subimos por una escalinata a la parte superior de la galería, en la que hay
Una galería en la habitan murciélagos, que no se puede acceder e inscripciones de presos, de la guerra civil
Una vez visitada, regresamos sobre nuestros pasos, finalizando la visita

Nos despedimos de la guía, que nos ha ofrecido una visita, amena y enriquecedora. Como vemos que el tiempo aguanta, y aun nos queda más de una hora de luz, decidimos alargar el recorrido, hasta el cercano dolmen de las Güixas, que no debe andar muy lejos, aunque la guía nos ha comentado que no se encuentra señalizado.

Dicho y hecho, descendemos por las escaleras hasta el camino principal, por el que continuamos dirección Norte/Este paralelos al río Aragón, alternando tramos de amplio camino despojados de vegetación, con otros de sendero rodeados de boj, por el que llegamos hasta una encrucijada de itinerarios, en el que no se indica la ubicación del dolmen.

Como imaginamos que no debe estar lejos de donde nos hayamos, indagamos en una y otra dirección. Al final, tomamos el “más razonable”, que es por el camino del medio, por el que seguimos andando durante cien metros, hasta llegar a la altura de una campa, donde se vislumbra un acceso obstruido intencionadamente con ramas, (imaginamos que será una propiedad privada …) en la que podemos ver en un lateral, el dolmen de las Güixas.

Con cuidado, accedemos a su interior, caminamos por la campa, hasta llegar a la altura del monumento megalítico del dolmen de las Güixas, de época Neo-Neolítica, del que podemos observar, como conserva la cámara funeraria completa, los monolitos laterales, y la cubierta, aunque el túmulo que la recubría está incompleto.

Desde la cueva, descendemos al camino principal, donde alternamos zonas de poca vegetación
Con otras de un espeso bosque de boj
Hasta llegar a una encrucijada de itinerarios, donde cogemos el camino "del medio"
Por el que continuamos durante cien metros, hasta llegar a una campa obstruida en su acceso
En la que se ubica, el dolmen de las Güixas, que conserva la cámara funeraria completa
La cámara funeraria, los monolitos laterales y la cubierta, aunque el túmulo que la recubre está incompleto.

Alegres con el hallazgo, regresamos sobre nuestros pasos hasta el cruce de itinerarios, donde tenemos la opción de alargar el recorrido, continuando por el sendero de As Follas, realizando una interesante circular.

Como ya se hace tarde, y el cielo sigue amenazando lluvia, nosotros decidimos regresar por el camino principal, echando de vez en cuando una mirada al macizo de Collarada, cuya cima principal, permanece tapada por la boira.

Chino a chano, alcanzamos las postrimerías de Villanúa, donde no podemos evitar echar un vistazo a las clásicas chimeneas, conocidas en el pirineo como “chamineras”, que con su forma troncocónica, coronadas con una piedra en forma de objeto, que habitualmente suele ser una cruz, se utilizaban para espantar a las brujas y los malos espíritus, costumbre que se mantiene hasta nuestros días.

Tras casi hora y media, llegamos al centro de interpretación, donde aprovechamos las últimas luces, para jugar a la rana en el río Aragón que baja muy menguado y hacer alguna fotografía, hasta bien entrada la noche. 

Una vez visitado, regresamos regresamos sobre nuestros pasos
Disfrutando de las vistas al macizo de Collarada
Cubierta por la boira
Hasta llegar a las estribaciones de Villanúa
Fijándonos en las curiosas chamineras
Tras casi hora y media, llegamos al centro de interpretación
Donde aprovechamos las últimas luces, para jugar a la rana en el río Aragón

8 comentarios:

  1. Hola Eduardo:

    Como de costumbre otra gran excursión o salida con la familia, voy a tener que coger nota de esa gran variedad que nos trasmites en cada uno de tus artículos o entradas.

    Por su entrada, nadie pensaría en la gran belleza de esa cueva y eso es lo que hace grande a este sitio y a muchos otros, que sin esperártelo, te sorprende continuamente.

    Felicidades compañero. Saludos.

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    1. Hola Eulogio.

      Pues si, una visita muy agradable para hacerla en familia. Antes de ir leí críticas de todos los tipos, así que fuimos "expectantes". Una vez visitada, fue todo un acierto, nos gusto mucho, y además al tener a la guía para nosotros solo, le dio un plus.

      Si vas por la zona, no dudes en visitarla, además hay un pack, en el que se incluye la visita guiada a la estación de Canfranc, que resulta interesante, para el que no la conozca.

      Un saludo.

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  2. Muy buena la opción elegida. Ideal para, en verano, huir del calor exterior al tiempo admira uno la maravilla de la naturaleza subterránea. Fue ésta una de las primeras cuevas que visité yo a mediados de los setenta. Claro que entonces entrabas rapelando, escalabas los muros interiores, te maravillabas con las salas a la luz de las lámparas de acetileno y alguna linterna y después salías ascendiendo por la cuerda a fuerza de brazos, que escalas no teníamos aún.
    En fin, un clásico que ahora, afortunadamente, se puede visitar en familia.
    Salud y montaña.

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    1. Hola Carmar.

      No conocía de ti esta faceta de espeleólogo, desde luego no hay actividad montañera que se te resista. Sin duda aunque el acceso es más complicado, visitar la cueva en su estado natural, tiene que ser muy bonito y reconfortante.

      A nosotros nos gusto mucho.

      Un saludo.

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  3. Hola Eduardo! Visita 100% recomendable y muy didáctica, solo os faltó recorrer un nuevo caminito de menos de 500 metros que, bordeando el río por una pasarela construida sobre un antiguo azud, te lleva hasta el desagüe de la cueva.
    Un saludo

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    1. Hola Jorge.

      A nosotros nos gusto mucho, y con la excusa de ver el desagüe de la cueva, ya tenemos excusa para volver.

      Gracias por la información.

      Un saludo.

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  4. Hola Eduardo.

    Con lo que nos gustan las cuevas a nosotros, me apunto esta en la agenda como complemento a unos días por los Piris.

    Un saludo.

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    1. Hola Toni.

      Pues si, es un buen complemento para finiquitar un día, o para esos días que sale malo. La cueva merece la pena y siempre se puede alargar dando una vuelta por la zona, que hay sitios bien majos en Villanúa.

      Un saludo.

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