El circo de IP se encuentra ubicado al este del río Aragón, en la comarca de la Jacetania, tributando sus aguas al río Aragón, a través del barranco de IP, entre los pueblos de Canfranc y Canfranc-Estación.
Sus cumbres, ostentan alturas en torno a los 2700 metros, formando un arco de herradura, que, de Norte a Sur, van desde los 2666 metros de los picos de la Tronquera hasta los 2884 metros de la Peña Collarada, una mole de roca caliza, que, con el paso del tiempo, las glaciaciones y el agua, contiene un complejo sistema kárstico, compuesto por grutas, simas y fosas, que siguen modificándose por el efecto del agua que recorre su interior, en forma de ríos, lagos o sifones.
En el centro del circo, se ubica el ibón de Ip, un lago de origen glaciar represado, que hoy, en compañía de Pablo y su perro Budi, vamos a visitar, subiendo por el sendero de la Solana y bajando por el sendero de la Besera.
Como vivimos cerca, quedamos en Zaragoza, salimos sobre las
7 y en Castiello de Jaca, paramos a tomar café, que vamos sobrados de tiempo. Unos
minutos más tarde, volvemos a la carretera, pasamos Canfranc e intentamos
aparcar junto al puente de los Peregrinos, que, al ser entresemana, todavía
tiene algún hueco.
Mientras preparamos las mochilas, dejamos que Budi estire
las piernas, Pablo, lleva toda la semana “preocupado”, porque teme que el perro
se canse, yo, ya le he dicho, que, si me tuviera que preocupar por alguno de
los dos, lo haría por él y no por el perro 😅.
Sobre las 9:30, comenzamos a caminar con el sol iluminando La
Raca, hasta alcanzar el inicio de la circular, donde tenemos la opción de subir
por la Besera (derecha) o por La Solana (recto). Al ser verano, subiremos por
La Solana, ya que la subida es más tendida y el bosque aguanta a mayor cota
(cota ±1700), así que, seguimos por el camino principal, obviando la variante
que baja a Canfranc – Estación, donde podríamos subir por el Carretón,
aumentando distancia y desnivel, algo que se va de mis planes, ya que desde la
operación, me he puesto la barrera de no superar el kilómetro vertical.
Unos metros más adelante, cruzamos por un puente las aguas
del barranco de Ip, que secciona en dos el valle y por cuyas márgenes,
discurren paralelos los dos senderos que vamos a utilizar para subir y bajar
del ibón de Ip e iniciamos el ascenso, pasando por debajo del puente por el que
discurre el Canfranero, que da paso al pinar de la Solana, un denso pinar
salpicado de hayas, que, afortunadamente no hace honor a su nombre, porque ofrece un agradable frescor.
A medida que vamos ganando desnivel, la pendiente se
acentúa, el sendero, de vez en cuando se bifurca en dos, tomando siempre la opción marcada con un hito o las marcas amarillas y verdes de un sendero local, aunque en la mayoría de ocasiones los ramales se acaban unificando un poco más arriba, aprovechando los escasos claros que ofrece el
bosque, para observar al otro lado del barranco de Ip, los Campaniles de
Collarada.
Al pasar junto a un par de pinos con el tronco combado,
salimos a un pequeño claro, donde ahora sí, divisamos al completo la muralla
caliza que defiende los Campaniles y Collarada, difícil está última de
fotografiar, ya que tiene el sol justo encima, defendida por una vertical ladera cubierta por un denso pinar, entre las que discurre un sinfín
de canales y barranqueras, para acto seguido, continuar con la ascensión, donde poco a poco el bosque clareando, alternando tramos de bosque con otros a cielo abierto, cruzando un
barranco seco que desciende del monte Larrón, apoyando las manos para
superar un pequeño resalte y seguimos caminando, atravesando unos prados en
altura, donde junto a un par de pinos, decidimos para a descansar.
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Como es un día entre semana, aparcamos en el puente medieval de los Peregrinos |
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Donde comenzamos a caminar, hasta alcanzar la bifurcación, en la que tomamos el ramal que va por la Solana |
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Mientras observamos como despunta La Raca (fotografía sacada a la vuelta) |
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Obviando el ramal que va hacia Canfranc-Estación, cruzando por un puente |
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El barranco de Ip, que secciona el valle en dos y por cuyas márgenes discurren los dos senderos que vamos a utilizar |
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E iniciamos el ascenso, pasando bajo las vías del tren del Canfranero |
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Que da paso al pinar de la Solana, un denso pinar |
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Salpicado de hayas, donde a medida que vamos ganando desnivel, la pendiente se va acentuando |
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Aprovechando los escasos claros, para admirar el paisaje, donde destacan los Campaniles de Collarada |
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Tras pasar un par de pinos con el tronco combado, salimos a un pequeño claro, donde ahora sí |
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Divisamos la vertical ladera que defiende lo Campaniles, cubierta por un denso pinar, entre la que discurren un sinfín de canales y barranqueras |
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Para acto seguido, continuar con la ascensión, donde el bosque clarea, por lo que alternamos tramos de bosque |
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Con otros a cielo abierto |
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Cruzando un barranco seco que desciende del monte Larrón, donde apoyamos las manos para superar un resalte |
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Y a la sombra de unos pinos, paramos a descansar |
Unos minutos más tarde, regresamos al sendero que pierde inclinación, lo que permite que avancemos con mayor comodidad, en un tramo de gran belleza, donde el prado da paso a una amplia faja rocosa, por la que avanzamos admirando el espectacular tajo, que ha formado a su paso el barranco de Ip, con unas vistas de lujo, que a cada paso se van ampliando, pasando junto al refugio de la Canal de Ip, desde el que contemplamos perfectamente Collarada.
Tras echar un vistazo al refugio, continuamos caminando por el sendero, en un terreno prácticamente llano, donde vemos a lo lejos la redondeada loma tras la que se esconde el ibón de Ip, presidido por el Hombro de Escarra (Punta Balsera), la Punta del Águila y el pico Bucuesa (Pala de Alcañiz), en un tramo que para el que no esté acostumbrado, puede resultar algo confuso, ya que el sendero se difumina, pero el sentido a seguir es evidente, ya que debemos ir en todo momento paralelos al barranco, que ya tenemos a nuestra altura, observando unos metros por encima de donde estamos, la pista que baja del Carretón, que podrimos utilizar a la vuelta, aunque de momento, seguimos caminando, que llevamos un buen rato viendo la loma, pero, nunca llegamos, parando un instante al oír el ruido del rotor de un helicóptero que viene de la zona del macizo del Aspe, donde destacan los Mallos del Lecherín, pasando por encima de nuestras cabezas y posándose tras la loma, por lo que intuimos, vendrán hacer labores de mantenimiento.
Antes de continuar, echamos un vistazo a las espectaculares pedreras del entorno de Collarada, aunque ahora, nos interesa cruzar una barranquera, evitando tener que ganar más desnivel del deseado. Al final, intuyo, que lo haremos junto a un muro rocoso, por lo que seguimos caminando por el sendero, pegados al cauce de la barranquera que baja sin agua, que, cruzamos con un ojo puesto en el cauce y el otro, en el paisaje, donde sin duda destaca Collarada, pero no le va a la zaga, la piramidal figura de la Punta Escarra.
Ya, en la margen izquierda, el sendero se vuelve más claro, las vistas son espectaculares, captando mi atención sobre un resalte, una figura rocosa en forma de tortura, que, me hace recordar al amigo Carlos y aquella maravillosa jornada, en la que me enseño La Pedriza, ¡Cuánto se te echa de menos!, pasando por un edificio cerrado, en el que oímos un generador, que intuimos será para el pastor, ya que en las inmediaciones hay un cercado de ganado, donde el sendero se transforma en un camino, por el que avanzamos con los Mallos de Lecherín a nuestra espalda, mientras enfrente, podemos ver la alfombra verdosa que “disimula” la presa del ibón de Ip, pasando junto al refugio de Ip donde nos cruzamos con los operarios de la central que iban en el helicóptero, que ahora, se encuentra apostado en la presa, a la que llegamos y en la que se nos abre, una foto de postal, con la lámina del ibón con parte de el circo de Ip.
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Unos minutos más tarde, regresamos al sendero que pierde inclinación, donde el prado da paso a una amplia faja rocosa |
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Por la que avanzamos, admirando el espectacular tajo que a formado a su paso el barranco de Ip |
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Pasando junto al refugio de la Canal de Ip |
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Desde la que contemplamos Collarada |
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Luego, continuamos caminando, observando a lo lejos, la redondeada loma que esconde el ibón de Ip |
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Presidido por el Hombro de Escarra, la Punta del Águila y el pico Bucuesa |
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Observando unos metros por encima de donde estamos, la pista que desciende desde el Carretón, que podríamos utilizar a la vuelta |
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Aunque de momento, seguimos caminando, escuchando el ruido del rotor de un helicóptero, que viene de la zona del macizo del Aspe |
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Antes de continuar, echamos un vistazo a las espectaculares pedreras |
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Del entorno de Collarada, aunque ahora, nos interesa ver por donde cruzaremos una barranquera |
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Donde veo que el mejor lugar puede ser junto a un muro rocoso, así que seguimos caminando por el sendero |
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Cruzando con facilidad por ese punto, con un ojo puesto en el cauce y otro en el paisaje, donde además de Collarada |
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Destaca la piramidal figura de la Punta Escarra |
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Ya, en la margen izquierda, el sendero se hace más evidente, las vistas son espectaculares |
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Captando mi atención sobre un resalte, una figura rocosa en forma de tortuga, que me recuerda a la Pedriza |
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Pasando junto a un refugio cerrado, que tiene pinta de ser para el pastor, ya que hay un cercado en las inmediaciones |
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Donde el sendero se transforma en camino, por el que accedemos |
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A la presa del ibón de Ip, en la que ha aterrizado el helicóptero |
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Y desde la que disfrutamos de las vistas del ibón de Ip con su circo |
La idea, era darnos un baño, pero, sopla bastante viento y casi hace hasta frío, a pesar de estar a mediados de agosto, por lo que al final, buscamos un sitio a resguardo del viento, para comer.
Después, regresamos a la presa, la cruzamos de punta a punta, para descender por el muro de contención, hasta enlazar con el camino, que rápidamente es comido por la vegetación, por lo cual, caminamos unos metros campo a través, tomando de referencia el cauce del barranco de Ip que, a medida que vamos perdiendo desnivel, comienza a llevar más caudal, hasta que el sendero reaparece, por lo que continuamos bajando, siguiendo las marcas blancas y amarillas de un PR, aunque el sendero no tiene pérdida, por lo que aprovechamos que tenemos el sol a nuestro favor, para fotografiar el espectacular entorno de Collarada, en el que sin duda destacan las agujas que conforman los Campaniles e incluso su famoso “ojo”, mientras al otro lado tenemos la pista que sube al Carretón y de frente, omnipresente en todo el descenso, el pico Magdalena accesible por la otra vertiente por una pista de tierra (quiero subir con la bicicleta) con los Mallos de Lecherín.
Hasta el momento, el descenso es bastante suave, ya que, vamos atravesando amplias praderas sin apenas desnivel, hasta que sobre la cota 1600 metros, los pinos empiezan a salpicar el entorno, por lo que alternamos tramos de bosque con otros a cielo abierto, conformando un precioso paisaje, en el que incluso, vemos volar algunos buitres.
Unos metros más abajo, nos introducimos definitivamente en el pinar, que nos protege del viento, ahora, casi imperceptible. Al llegar a la altura de un barranco, aprovechamos para descansar, comemos, bebemos, para acto seguido, continuar con el descenso por un bonito sendero, donde a los pinos se les añaden los bojes y las hayas, formando un tupido bosque, que, en contadas ocasiones nos deja ver el entorno, mientras el sendero traza una sucesión de lazadas, pasando junto al desvío que sube a Collarada por la vía Rusell, a la que hace tiempo le tengo echado el ojo, pero, me falta el acompañante ideal para esta ascensión.
Nada más salir del bosque, vemos que estamos cerca del puente de los Peregrinos, este último tramo, con tanta lazada, se nos ha hecho un poco largo, pero ya queda poco, así que continuamos bajando, hasta alcanzar el punto donde cerramos la circular, desandando los últimos metros y tras más de seis horas de caminata, llegamos al aparcamiento, donde me aseo en las aguas del río Aragón, mientras Budi coge sombra bajo el coche.
Como cabía esperar, el perro, ha aguantado perfectamente la caminata, el dueño, ha acabado más cansado, así que recogemos todo, nos vamos a Canfranc a tomar una cerveza en el Alberge y vuelta a Zaragoza, cansados pero contentos, porque es una zona, que no defrauda.
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Después, cruzamos la presa de punta a punta, para continuar caminando por el muro de contención |
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Hasta enlazar con el camino, por el que avanzamos, que rápidamente es comido por la vegetación |
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Por lo que caminamos monte a través, tomando de referencia el cauce del barranco de Ip |
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En el que a medida que avanzamos lleva más caudal, hasta que el sendero reaparece |
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Iniciando un suave descenso, en el que aprovechamos el sol a nuestro favor, para fotografiar el entorno de Collarada |
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Mientras al otro lado, observamos la pista que sube al Carretón |
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Y de frente, el pico Magdalena con los Mallos de Lecherín |
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Sobre la cota 1600 metros, los pinos empiezan a salpicar el entorno |
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En el que alternamos tramos de bosque con otros a cielo abierto |
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Conformando un precioso paisaje |
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En el que vuelan los buitres |
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Unos metros más abajo |
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Nos introducimos definitivamente en el bosque, haciendo un descanso a la altura de una barranquera |
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Para acto seguido, continuar por el descenso, donde a los pinos, se le unen los bojes y las hayas |
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Obviando el desvío que sube a Collarada por la vía Rusell |
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Mientras el sendero, traza una sucesión de lazadas |
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Hasta sacarnos del bosque, donde observamos que estamos cerca del final y cerramos la circular |
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Desandamos los últimos metros y llegando al aparcamiento tras más de seis horas de caminata |
Estaba en falta tus paseos y por lo que nos dices es por una operación de la que parece te recuperaste bien. Tus fotos nos demuestran que era mas real tu preocupación que la de tu amigo sobre el perro el cual parece en ocasiones se sabía el camino.
ResponderEliminarSi hubiera ido con vosotros al ver el helicóptero me hubiera temido algo grave ya que por aquí son de ese color los de rescate de montaña.
Saludos.
Hola Tomás.
EliminarDe la operación estoy totalmente recuperado, algún día, da un poco de guerra, pero lo habitual. El perro, la verdad que muy bien, mejor de lo esperado, muy bien educado y andaba todo el rato a nuestro paso, no hacía falta llamarlo.
Está es una zona, muy bonita, eso sí, la vuelta son 1000 metros de desnivel, que no es para cualquiera. Cuando ves volar el helicóptero, no suele ser para nada bueno, pero, esta vez, era para subir al personal, para el mantenimiento,
Un saludo y felices fiestas.
¡Hola Eduardo!
ResponderEliminarAntes de abrir y viendo la foto de cabecera me he dicho que cómo podía ser. Claro, era verano y te lo comento porque a nosotros se nos ha escapado este otoño la Vía Russell a Collarada. El Circo de Ip tiene tantas opciones que siempre te queda algo nuevo por recorrer y conocer.
Es un valle algo largo pero compensa.
¡Que vaya bueno!
Hola Mariano.
EliminarSi, estuvimos este verano, pero, estoy un poco vago con el blog. La verdad, que es una zona, con muchas alternativas, pero, como comentas, todas son bastante largas, como la subida a Collarada por la Vía Russell.
Un saludo y felices fiestas.
Maravilloso recorrido, los paisajes son magníficos.Saludos
ResponderEliminarHola Charo.
EliminarSi, quitando que el ibón está represado, lo demás, es una maravilla.
Un saludo y felices fiestas.
Hola Eduardo.
ResponderEliminarQué buenos recuerdos me trae siempre el Ibón de Ip, primero por la inolvidable ascensión que hicimos a la Collada desde allí (hicimos como vosotros, subimos por la Solana y bajamos por la Besera) y la magnífica noche que pasamos en el refugio libre; y luego, unos años después, porque después de un periodo de mi vida muy complicado la subida al Ibón fue mi reencuentro con los Pirineos tras haber estado dos años sin subir. Es por eso que me ha hecho mucha ilusión leer este reportaje tuyo y ver las fotos de tan magnífico lugar.
Qué majo Budi, seguro que se hizo el doble de kilómetros, pero terminó, como bien apuntas, ni la mitad de cansado que vosotros 😉.
Un saludo!!
Hola Daniel.
EliminarRecuerdo perfectamente las dos veces que has estado en el ibón de Ip, la verdad, que es un paraje con mucho encanto y el refugio, está en muy buen estado, para pasar la noche.
Budi, la verdad que se porto muy bien, no tenía dudas, de que haría la circular sin problemas, pero, es que, además, fue todo el rato a nuestro paso, cosa que me resulto rara, porque, yo tenía un perro, que, en cuanto tocaba monte, se volvía loco y no paraba de ir de un sitio a otro 😀.
Un saludo y felices fiestas.
Espectacular, me imagino que ahora estos parajes estén cubiertos de nieve. Enhorabuena por el reportaje y gracias por compartir Eduardo, un abrazo desde Cantabria.
ResponderEliminarHola Germán.
EliminarSi, pero, tampoco te creas que a nevado mucho, por desgracia, es la tónica general de los últimos años, suelen caer, unas cuantas nevadas copiosas y con eso, tiran para adelante, una lástima.
Un saludo y felices fiestas.
Tu bonita afición, te ha hecho crear un reportaje de gran belleza.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola.
EliminarCon esos paisajes, resulta sencilla plasmarlo con unas buenas fotografías.
Un saludo y felices fiestas.
Hola Eduardo.
ResponderEliminarPreciosa ruta veraniega donde uno se relame con esos paisajes esperando que llegue el próximo verano para recorrerlos, aunque este año viene distinto porque haremos una visita navideña a los Pirineos.
El amigo Budi tenía pinta de quedársele poca cosa la rutita, y el helicoptero podría haber bajado antes a su dueño que a él, jejeje.
Salud y Montaña.
Hola Toni.
EliminarLos Pirineos, son una magnífica opción para recorrerlos en cualquier época del año. Seguro, que los disfrutáis mucho.
Budi, como cabía esperar, no tuvo problemas para hacer la circular, es más, ya en Zaragoza, se debió pegar unas buenas carreras 😆.
Un saludo y felices fiestas.