Para aprovechar las mejores horas de la mañana, no madrugo,
entorno a la diez llego a Fuendetodos, pero en vez de aparcar en el núcleo
urbano, lo hago en el aparcamiento del parque de la Balsa, en la que viven un
grupo de aves (cisnes negros, patos silvestres y ocas).
Desde el mismo aparcamiento, comienzo a caminar hasta
enlazar con el camino que se dirige hacia la sierra Gorda, por el que avanzo
durante medio kilómetro, a tramos entre muretes de piedra seca que delimitan
los campos de labor, tomando de referencia un solitario almez que se encuentra
cerca de un cruce de caminos, que alcanzo en cinco minutos, donde empieza la circular, que haré en el sentido de las agujas del reloj.
Si bien hay un camino que conecta con el que viene desde el Museo de Goya, acorto por un ribazo, para continuar tomando de referencia las marcas blancas y amarillas del PR-Z23, por el conocido camino de Fuendetodos a Valmadrid, que desciende trazando largas lazadas hacia la Val de Santa María, pasando junto a la paridera del Colladillo, mientras observo las primeras formaciones de la Hoz Plana.
A medida que voy perdiendo desnivel, el panorama va cambiando, el terreno estepario va dando paso a los pinos, que poco a poco se van adueñando de la margen izquierda del camino, alternando en algunas zonas con pequeñas parcelas de tierra, hasta alcanzar las llanuras de la Val de Santa María, desde la que veo la cabecera de la Hoz Mayor.
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Para aprovechar las mejores horas de luz, sobre las diez llego a Fuendetodos, pero en vez de aparcar en el pueblo |
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Lo hago en el aparcamiento del parque de la Balsa, en la que anidan varios grupos de aves |
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Desde el que comienzo a caminar, hasta conectar con el camino que se dirige a la Sierra Gorda |
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Por el que avanzo durante medio kilómetro, a ratos entre muretes de piedra seca, que delimitan los campos |
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Tomando de referencia un solitario almez, situado cerca de un cruce de caminos, al que llego en unos minutos |
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En este punto, inicio la circular obviando el camino, para acortar por el ribazo |
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Para continuar siguiendo las marcas blancas y amarillas del PR-Z23, por el camino de Fuendetodos a Valmadrid |
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Que desciende trazando largas lazadas |
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Hacia la Val de Santa María |
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Pasando junto a la paridera del Colladillo |
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Mientras observo las primeras formaciones de la Hoz Plana |
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A medida que voy perdiendo desnivel, el terreno estepario da paso a los pinos, que poco a poco |
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Se va adueñando de la margen izquierda del camino, alternando en algunas zonas con pequeñas parcelas |
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Hasta alcanzar la planicie de la Val de Santa María |
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Desde la que veo la cabecera de la Hoz Mayor |
Situada a un centenar de metros en línea recta, en vez de atravesar el labrado, avanzo por el camino principal hasta el final del campo, donde continúo monte a través, hasta acceder a un resalte que utilizo como mirador natural, desde el que disfruto a ojo de pájaro, de los paredones de más de 50 metros de altura, que conforman la Hoz Mayor, en cuyo entorno se cobija el buitre leonado, el águila real o el halcón peregrino, entre otras especies.
Después, regreso al camino por el que sigo disfrutando de una espléndida mañana de finales de otoño, hasta llegar un cruce de caminos, donde obvio el ramal de la izquierda por el que discurre la vereda de Fuendetodos, para continuar doscientos metros más hacia el Norte, tomando de referencia las marcas blancas y amarillas del PR-Z23, hasta llegar a la altura del focino de la Bajada, donde abandono el camino principal, para tomar otro secundario que sirve de acceso a un campo de cultivo (lo marco con un hito), que unos metros más adelante desaparece, por lo que sigo monte a través hasta llegar a la entrada del focino.
Según he leído, desde este lugar se baja de forma directa al interior del focino, como pega el sol de cara, bordeo la cabecera para ir a la otra punta y hacer unas fotografías, con el sol a mi espalda del Focino de la Bajada, además de las llanuras que van hasta la Puebla de Albortón, en la que se ubica la espectacular Foz de Zafrané, que cuenta con el privilegio de ser una de las escuelas de escalada más cercanas a la ciudad de Zaragoza, con más de 100 vías de un solo largo, dividida en 12 sectores, siendo el más espectacular el de la Cueva Madre o de las Grullas.
Mirando al interior del focino, observo que desde aquí es más factible bajar e incluso localizo un hito, así que con cuidado desciendo por una trocha hacia el interior del barranco, fijándome en una bóveda rocosa formada en la pared que cierra el Focino de la Bajada, a cuyo cauce no llego, ya que unos metros antes localizo una trocha por la que cómodamente atravieso una corta pedrera, accediendo definitivamente al cauce seco del focino, por el que avanzo admirando los verticales paredones que lo conforman, salpicado de enebros y almeces que han perdido sus hojas, hasta llegar a la altura de un árbol tumbado en medio del cauce, que salvo pasando con cuidado por un lateral.
Salvado este pequeño imprevisto, continúo siguiendo una senda por medio del cauce del hocino, que poco a poco se va abriendo a la vez que pierde altura, síntoma de que estoy llegando a la salida, que corrobora una senda que se interna en el monte, que decido seguir, pasando bajo la copa de algunos pinos, hasta salir a un camino que discurre paralelo al barranco de las Obrallas, a tan solo unos metros de la vereda de Fuendetodos, que intuyo va bordeando la parte superior del Focino de la Bajada.
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Situada a un centenar de metros, en vez de cruzar el labrado, continúo por el camino principal |
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Hasta el final del campo, donde avanzo monte a través para llegar a la cabecera |
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De la Hoz Mayor, con paredes que superan los 50 metros |
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En cuyo entorno se cobija el buitre leonado, el águila real o el halcón peregrino, entre otras especies |
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Luego, regreso al camino por el que sigo disfrutando de una agradable mañana, hasta alcanzar un cruce |
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Donde continúo caminando durante doscientos metros (PR-Z23), hasta llegar a la altura del Focino de la Bajada |
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Para tomar un camino secundario (derecha), que unos metros más adelante desaparece, por lo que sigo monte a través |
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Hasta llegar a la entrada del Focino de la Bajada, que fotografío con el sol de espaldas |
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Y de las llanuras que van hasta la Puebla de Albortón, en la que se ubica la espectacular Foz de Zafrané |
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Mirando al interior, observo una trocha, así que decido bajar por ella |
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Fijándome en una bóveda rocosa, formada en la pared que cierra el focino de la Bajada |
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Sin llegar al cauce, alcanzo una trocha por la que atravieso una pedrera hasta bajar definitivamente al cauce |
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Por el que avanzo admirando los verticales paredones que lo conforman, salpicado de enebros y almeces |
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Hasta llegar a la altura de un árbol tumbado en medio del cauce, que salvo por un lateral |
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Para continuar caminando por medio del cauce, dejando atrás el hocino y tomando una senda a mano derecha |
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Que me introduce en el monte, hasta salir a un camino, cerca de la vereda de Fuendetodos |
En este punto, continúo dirección Sureste dejando a mi espalda la paridera de la Balsa Nueva, mientras el camino se bifurca en dos, tomando el ramal de la derecha para adentrarme en suave ascenso en el pinar, donde aprovecho las ramas para jugar con el sol hasta alcanzar un punto elevado, desde el que observo la Hoz Mayor, a cuya entrada llego tras perder el desnivel ganado.
Hace unos años, estuve con la BTT por la zona, pero no pude entrar ya que la entrada estaba bastante vestida de vegetación, hoy en cambio, existe una senda muy pisada por la que me adentro en esta impresionante hoz, de altivas paredes mucho más espectaculares que el Focino de la Bajada, en la que ha crecido un precioso bosque mediterráneo, compuesto principalmente de almeces, arces de Montpellier y en las alturas, pinos, que sobreviven a duras penas en los lugares más insospechados.
A medida que me adentro en lo más profundo de la hoz, la vegetación se hace más latente, por lo que avanzo con precaución, debido a que las hojas cubren la senda, que no ofrece ninguna dificultad, ya que en todo momento discurre por medio del barranco, en el que de vez en cuando, miro a uno y otro lado, buscando posibles escapatorias para futuras visitas, hasta llegar a la pared que cierra la Hoz Mayor, junto a la que me detengo para echar un bocado.
Tras el descanso, regreso sobre mis pasos fijándome en los detalles y en las alturas, en busca del buitre leonado, aunque me tengo que conforman con un grupo de palomas torcaces, mientras en el interior de la hoz, veo que algo brilla en una placa lisa, así que me acerco con curiosidad, corroborando que se trata de una vía de escalada (en el club me dijeron que había alguna más, pero están todas bastante escondidas), para acto seguido, continuar caminando hasta salir de la Hoz Mayor.
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En este punto, continúo dirección Sureste dejando atrás la paridera de la Balsa, para adentrarme en el pinar |
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Por el que avanzo en ligero ascenso |
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Aprovechando las ramas para jugar con el sol |
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Hasta llegar a un punto elevado, desde el que visualizo la Hoz Mayor |
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A la cual me dirijo, perdiendo el desnivel ganado con anterioridad |
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Accediendo al interior, por una senda muy definida |
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Por la que avanzo disfrutando de las altivas paredes |
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Mucho más espectaculares que las que conforman el Hocino de la Bajada |
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En la que ha crecido un bosque mediterráneo, compuesto principalmente por almeces, arces de Montpellier |
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Y en las alturas, pinos, que sobreviven a duras penas en los lugares más insospechados |
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A medida que me adentro en lo más profundo de la hoz, la vegetación se hace más latente, por lo cual |
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Camino con cuidado, ya que las hojas tapan la senda, hasta llegar a la pared que cierra la Hoz Mayor |
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Tras el descanso, regreso sobre mis pasos, fijándome en los detalles |
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Y en las alturas, en busca del buitre leonado |
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Mientras en el interior, veo algo que brilla en una placa lisa |
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Descubriendo una vía de escalada, que por lo visto no es la única, aunque todas están bastante escondidas |
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Para acto seguido, continuar caminando hasta salir de la Hoz Mayor |
Contento por disfrutar de este magnífico enclave, marco con un hito la entrada a la hoz. Luego, continúo subiendo por el camino que se bifurca en dos, tomando el ramal que dirección Sur me adentra rápidamente en el pinar (los dos se unen más arriba), transformándose en un bonito sendero por el que acometo el tramo más duro de subida, hasta que desemboca en un camino.
A la sombra de los pinos, me abrigo para acto seguido, comenzar a remontar el camino que va por medio del pinar, bifurcándose en tres ramales. Mirando el mapa, observo que no muy lejos de aquí se ubica el Focino de la Higuera, miro el reloj, pero he prometido volver a la hora de comer, así que dejo la investigación para otro día, para continuar por el camino del medio, que bordea la Val de Santa María por la parte superior.
Poco a poco, el pinar va quedando atrás, los pinos escasean pero a cambio, las vistas se amplían pudiendo entrever el Moncayo, aunque hoy la luz no es la mejor para realizar fotografías a larga distancia, así que prosigo atravesando una zona de falso llano, donde el camino se bifurca en dos, continuando por el camino principal (izquierda), pasando junto al balsete del Soldado.
Unos metros más adelante, alcanzo el Estal de Vacas, una planicie atravesada por dos caminos que forman una cruz: el camino del Balsete del Soldado (recto), que enlaza más adelante con el camino de la Sierra Gorda y el camino de Estal de Vacas a la Quemada (derecha), que permite visitar monte a través, los restos de unas trincheras de la guerra civil española, situada en la zona de la Hoz Plana.
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Contento por disfrutar de este paraje, continúo por el camino que se bifurca en dos |
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Tomando el ramal que dirección Sur, me adentra en el pinar |
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Donde el camino se transforma en un bonito sendero |
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En el que acometo el tramo más duro de todo el recorrido |
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Hasta salir a un camino |
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Por el que continúo remontando el pinar, hasta que se bifurca en tres |
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Para continuar por el camino del medio |
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Que bordea la Val de Santa María por la parte superior |
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A medida voy ganando desnivel, el pinar va quedando atrás, las vistas se amplían |
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Pero la luz no es la mejor para fotografiar a distancia, así que prosigo caminando, hasta llegar a una bifurcación |
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Donde continúo por el camino principal (izquierda) |
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Atravesando una zona de falso llano, mientras a lo lejos |
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Observo como despuntan unas antenas, a las que no debo llegar |
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Pasando junto al balsete del Soldado |
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Y unos metros más adelante, al Estal de Vacas, una planicie cruzada por dos caminos |
Si bien la opción más cómoda es seguir por el camino del balsete del Soldado, quiero conocer esas trincheras, así que tomo a mano derecha la prolongación del camino de Estal de Vacas, por el que desciendo observando como un grupo de corzos saltan al camino sin advertir mi presencia, acercándose hasta quedarse a una decena de metros.
Petrificados, saco lentamente la cámara de fotos, les hago unas fotografías, recojo la cámara mientras ellos enfilan la huida hacia la Val de Santa María. Con una sonrisa de oreja a oreja (son de esos momentos difíciles de contar), continúo la marcha hasta que el camino desaparece a pesar de que aparece reflejado en el mapa.
Como tiene toda la pinta que lo han labrado o simplemente, ha sido devorado por la vegetación, cargo un track que llevo por si acaso, para seguir monte a través rodeando el campo, buscando las zonas más limpias de vegetación, aunque en general se va bien por cualquier sitio, hasta llegar a la altura de un aerogenerador, donde abandono la zona de labranza, para comenzar a subir de forma directa a la meseta, tomando de referencia el aerogenerador.
Una vez alcanzo la parte superior, atravieso la meseta trazando una línea recta, localizando los primeros restos hasta alcanzar una gran trinchera, que si bien no está tan bien conservada como la de la sierra Gorda, se distinguen los dos muros que la delimitaban, donde compruebo como desde está posición, controlaban Fuendetodos y su entorno.
Después, continúo hacia el Suroeste siguiendo los restos de una trocha, por la que llego al otro extremo de la meseta, en el que inicio un corto descenso monte a través, con la mirada puesta en Fuendetodos, pasando junto a los restos de la paridera Valandré hasta enlazar con el camino de la Sierra Gorda, por el que avanzo cerrando la circular.
Ahora, regreso sobre mis pasos por el PR-Z23 hasta el aparcamiento del parque de la Balsa, donde pretendía alargar el recorrido para visitar varios neveros de la zona, pero como me suele pasar cuando estoy en el monte, el tiempo vuela y es hora de comer, así que lo dejo para otra ocasión, porque quiero volver por la zona para investigar el resto de focinos.
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Como quiero visitar las trincheras, tomo el camino de Estal de Vacas, por el que desciendo observando como un grupo |
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De corzos saltan al camino y se acercan, sin percatarse de mi presencia, parándose a tan solo diez metros |
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Mientras ellos huyen hacia la Val de Santa María, continúo por el camino, que desaparece en el sembrado |
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O ha sido comido por la vegetación, por lo que avanzo monte a través rodeando el campo |
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Buscando las zonas más limpias, hasta llegar a la altura de un aerogenerador, donde abandono el campo |
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Para comenzar a subir de forma directa, tomando de referencia el aerogenerador |
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Una vez alcanzo la parte superior de la Meseta, la atravieso trazando una línea recta |
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Localizando los restos de las trincheras |
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Donde compruebo como desde esta posición, controlaban Fuendetodos |
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Y su entorno |
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Después, continúo hacia el Suroeste siguiendo los restos de una trocha |
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Por la que llego al otro extremo de la meseta, en el que inicio un corto descenso monte a través |
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Con la mirada puesta en Fuendetodos |
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Hasta enlazar con el camino de la Sierra Gorda, por el que avanzo cerrando la circular |
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Para regresar sobre mis pasos por el PR-Z23, hasta el aparcamiento del parque de la Balsa |
Bonito reportaje de una zona que no conozco y veo que merece una visita! Tomo nota!
ResponderEliminarHola David.
EliminarEs una zona poco conocida, pero mcerca de la ciudad, que da para hacer diversas actividades. La zona de la Foz de Zafrané, suele estar muy frecuentada por los escaladores.
Un saludo
¡Qué chula, seguro que te la copio pronto!
ResponderEliminarHola Ángel.
EliminarEstoy convencido de que te gustará, además se puede alargar o acortar al gusto.
Un saludo
Otro bello y bien explicado recorrido amigo, es como ir acompañándote a cada paso.
ResponderEliminarCordiales saludo y buena semana.
Hola Juan.
EliminarSi que es un sitio bonito y sorprendente, sobre todo viendo como es la zona que los rodea. Me alegro que te guste.
Un saludo
Hola Eduardo.
ResponderEliminarMenudo cambio del paisaje estepario al lado del pueblo al de las hoces y esos paredones rocosos tan chulos.
Se ve esos pinares bien frondosos y sanos. Que gran momento el de los corzos; si pudieras haber fotografiado tranquilamente unos buitres en sus buitreras ya te habrías ido a casa doblemente satisfecho ;-)
Un saludo.
Hola Toni.
EliminarSi, el contraste es espectacular, solo falto, ver posados o volando a los Gyps fulvus, pero bueno, el momento de los corzos, fue una pasada!.
Un saludo
Hola Eduardo,
ResponderEliminarFuendetodos es bien conocido por ser el pueblo de Goya, ya de pequeños lo estudiábamos en el colegio. Pero desconocía que tuviera unas hoces tan espectaculares. Esos paredones no tienen nada que envidiar a los de otros barrancos mucho mas populares.
Veo que por Zaragoza también hay parideras (bueno, lo que queda de ellas), pensaba que eran tradicionales de Guadalajara y el sur de Soria. Pero a fin de cuentas, son provincias limítrofes y comparten muchas costumbres y tradiciones. Incluso el paisaje que veo en las fotos de algunas de tus rutas por la provincia, me recuerda a veces a esa zona castellana.
saludos,
Hola Nuria.
EliminarPues sí y además el turismo del pueblo gira en torno a su figura (casa natal, museo …). Una buena opción es visitar el pueblo y dar una vuelta por los hocinos, sus neveros o los vestigios de la guerra civil (hacen visitas guiadas).
Cierto, aquí les llaman parideras, en Teruel les llaman Mas (Masía), todo depende de las zonas y como bien comentas, de la próximas de otras provincias.
La zona de Guadalajara no la conozco, la provincia de Soria tiene zonas similares pero también otras mucho más verdes.
Un saludo
Es una zona poco visitada por lo desconocida que es. He ido muchas veces y nunca me he topado con nadie. Me gusta por lo tranquila que es. Es una excursión muy interesante. Este tipo de barrancos nunca faltan en mi agenda, son mis lugares favoritos para ver determinado tipo de animales.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Javier.
EliminarUn par de veces que he estado, no me he cruzado con nadie, ni aún en tiempos de pandemia, donde todo el mundo se ha lanzado al monte.
Yo esperaba ver en las hoces a los buitres leonados, pero se ve que no era el día, habrá que volver.
Un saludo
Me sorprende la precisa y detallada descripcion de la ruta, para alguien que quiere hacerla debe ser muy provechosa y completa. Son regiones tan distintas de nuestras, polacas...saludos
ResponderEliminarHola grayna.
EliminarEl blog lo tengo como un pequeño diario, de vez en cuando, echo un vistazo a la entradas, me gusta recordar las actividades que he ido haciendo. Me gusta detallarlas, aunque a otras personas, no les gusta, va por gustos.
Yo Polonia, no la conozco, eso si, aquí frío hace y mucho, aunque ahora con el cambio climático, los inviernos son más suaves.
Un saludo
Hace unos años estuve por esa zona visitando Belchite y Fuendetodos en esta localidad visitamos un pozo de nieve, que por cierto hacia frio en su interior, y los museos casi obligado.
ResponderEliminarEn esta ruta nos comentas sobre las trincheras de la guerra civil durante el camino mi cuñada nos informaba donde la habían dicho haber fosas comunes de los paseados.
Saludos.
Hola Tomás.
EliminarSi, es una zona muy conocida, el pueblo viejo de Belchite y Fuendetodos, acaparan la mayoría de visitas, pero su entorno, aunque menos conocido, alberga rincones bien bonitos, como estas hoces y muchos vestigios de la guerra civil española, ya que en esta zona se desarrollo la batalla de Belchite.
Un saludo
Hola Eduardo,
ResponderEliminarQuien diría que tras una ruta que empieza con un entorno tan llano, encontraríamos estas dos preciosas hoces.
A ver si me puedo poner a escribir algo yo, que tengo mucho material pero poco tiempo libre para darle forma.
Salud y montaña.
Hola David.
EliminarSi, es una zona de contrastes, están estás dos, pero hay muchas más. La más conocida, es la foz de Zafrané, principalmente por sus vías de escalada y que está a media hora de Zaragoza.
Pues si, ya tengo ganas de ver lo que has estado haciendo estos días.
Salud y montaña!
Hola Eduardo. Buena ruta con amplios horizontes y sorprendentes cambios de ambiente, con ese Hocino de la Bajada y Hoz Mayor, que tienen muy buena pinta.
ResponderEliminarParece un lugar muy solitario y bastante desconocido. Gracias por compartir estos entornos que la mayoría tenemos todavía que descubrir.
Hola Casiaventurilla.
EliminarSi, salvo ahora en el confinamiento, son lugares solitarios, a excepción de la Foz de Zafrané. Conocerlos y visitar Fuendetodos, es una buena opción para pasar el día por la zona.
Un saludo