Páginas

lunes, 12 de marzo de 2018

Circular con raquetas, al ibón de Piedrafita y arco natural, desde Lacuniacha


Ibón, es una palabra aragonesa que se utiliza para designar a los lagos de origen glaciar, ubicados en su mayoría a más de 2.000 metros de altitud. En el pirineo aragonés, se localizan más de 200, de los cuales 70 se encuentran en el Valle de Tena.

Uno de los más accesibles y visitados, es el ibón de Piedrafita, situado a 1.600 metros a los pies de Peña Telera, que con sus 2.764 metros, es la máxima elevación de cordal montañoso que conforma la sierra de Partacua o Partagua, que es la denominación histórica de uno de los tres quiñones en los que se dividía geográfica y administrativamente el Valle de Tena, entre los siglos XVI al XVIII, especialmente en valles y territorios de montaña con abundancia de pastos, que en el “Quiñón de la Partacua”, comprendía las poblaciones de Tramacastilla, Sandiniés, Escarrilla, Piedrafita, Bubal y Saqués.

Cuando el nivel de innivación es bueno, todo el paraje que rodea al ibón resulta perfecto para caminar con raquetas, debido a que es una zona con poca pendiente y extensos llanos, así que aprovecho que la semana pasada nevó con intensidad, para acércame hoy en compañía de Cosmin, con el objetivo de realizar una ruta circular al ibón de Piedrafita y al arco natural.


Como los días en invierno son cortos, pasadas las 9 llegamos hasta la población de Piedrafita, donde comprobamos que el manto de nieve no es continúo, así que para evitar portear las raquetas, seguimos subiendo por la pista con la furgoneta, hasta alcanzar el aparcamiento del Parque Faunístico Lacuaniacha.

La mañana es fresca, el termómetro marca -4º, pero el cielo está despejado y el sol comienza a calentar, lo que augura una buena jornada, aunque por el momento nos abrigamos.

Sobre las 09:30, iniciamos el recorrido con las raquetas en la mano; salimos a la pista principal, por la que caminamos unos metros hasta alcanzar una barrera que impide el paso de vehículos, junto al que se sitúa un panel informativo, que indica el kilómetro 0 de la pista de esquí de fondo, por la que avanzamos dirección Norte, hasta que la capa de nieve, aunque fina se hace continúa, por lo que decidimos calzar raquetas.

Tras la parada, seguimos caminando por medio de la pista forestal, evitando pisar la huella dejada por los esquiadores en días anteriores, por la que vamos rodeando un bonito pinar, dejando atrás la preciosa y poco visitada Sierra de Tendereña, tomando de referencia unas marcas de pintura multicolor, que indican que en esta pista convergen varios recorridos, para muy diferentes disciplinas, como esquí de fondo, marcha nórdica, senderismo o btt.

Rápidamente, la pista comienza a describir una sucesión de largas lazadas, que nos permiten disfrutar del pequeño macizo flanqueado por los embalses de Tramacastilla y Escarra, cuyo punto culminante es la modesta cima del pico Tarmañones o Pimindalluelo, además de la divisoria del Musales.

Después de un giro a la izquierda, en una zona de claros, justo a la altura del Cromlech Las Lastras, aparece la figura de la Peña Telera, acompañada de sus dos inseparables compañeras, como Peña Parda y la Corona del Mallo, a la que tengo pendiente una ascensión, por el curioso paso que forma la cueva del Forato.

A medida que ganamos desnivel, la vegetación va cambiando, los pinos comienzan a dar paso a la vegetación arbustiva. Cuando alcanzamos la cota 1.500 metros (2.1 km), llegamos al desvío a la Plana Terrosa, donde se puede realizar una circular al ibón de Piedrafita, que nosotros descartamos.

Hoy, seguimos por la pista principal que va paralelo al cauce del barranco del Boj; unos metros más arriba, alcanzamos las Planas de Saqués, en las que se ubica el Refugio Telera, que en algunos mapas figura como refugio de las Planas, que tiene como telón de fondo el pico de Tres Hombres, ubicado en el ramal montañoso de la estación de esquí de Formigal, que es conocido también como sierra Condiana.

Cuando el GPS marca el kilómetro 2.8, llegamos a una bifurcación, donde tenemos la posibilidad de ir hasta el ibón de Piedrafita por la pista, o continuar por el sendero que va por el barranco del Boj.

Desde el aparcamiento de Lacuniacha, salimos a la pista principal, que no tiene nieve continúa
Por la que caminamos hasta que la capa de nieve, aunque fina es continúa, por lo que calzamos raquetas
Tras la pausa, seguimos por la pista, rodeando un bonito pinar
Dejando atrás la preciosa y poco visitada sierra de Tendereña
Tomando de referencia unas marcas de pinturas multicolor, que indican la confluencia de varios itinerarios
Rápidamente, la pista comienza a describir una sucesión de largas lazadas
Que nos permite disfrutar de las vistas hacia el pico Tarmañones, y la divisoria del Musales
Tras un giro a la izquierda
aparece la figura de Peña Telera, acompañada de Peña Parda y la Corona del Mallo
A medida que ascendemos, la vegetación va cambiando, los pinos
Comienzan a dar paso a la vegetación arbustiva, aunque las vistas siempre son inmejorables
Sobre la cota 1.500 metros, llegamos al desvío a la Plana Terrosa, que descartamos para seguir por la pista
Dejando a nuestra derecha el refugio de Telera, que tiene como telón de fondo, el pico de Tres Hombres
Cuando alcanzamos el kilómetro 2.8, tenemos dos opciones para llegar al ibón de Piedrafita

Una de las opciones más utilizadas, es hacer una pequeña circular al ibón de Piedrafita, subiendo por el barranco del Boj y bajando por la pista o viceversa. Como nosotros queremos alargar el recorrido, preferimos ir por el barranco del Boj, que es mucho más atractivo, así que en este punto, abandonamos la pista, y cogemos el sendero por el que dirección Sur/Oeste, comenzamos a remontar el barranco, en el que nada más adentrarnos, aparece la figura de la Corona del Mallo.

Aunque la huella que seguimos es vieja, el sendero no tiene pérdida, ya que siempre vamos pegados a la margen izquierda del barranco, donde de vez en cuando, nos toca sortear algún arbusto o seguir por las rocas, tomando de referencias las marcas blancas y amarillas, que en su mayoría permanecen tapadas por la nieve.

Poco a poco, vamos acercándonos al ibon, la presencia cada vez más cercana de la Peña Telera, así nos lo indica. En un pequeño plano, el barranco se bifurca en varios ramales, la visión desde este lugar es impresionante, y de nuevo podemos disfrutar de tres de las emblemáticas montañas de la sierra de la Partacua (Corona del Mallo, Peña Parda y Peña Telera), aunque las vistas a nuestra espalda tampoco desmerecen, con las montañas del sector Panticosa, como el pico Serrato, la Peña Xuans o los Dientes de Batanes.

Tras disfrutar de las vistas, continuamos por la margen izquierda del barranco, que cuando se estrecha y divide en dos ramales, vadeamos en sendas ocasiones sin quitarnos las raquetas, ya que apenas exigen dar un par de zancadas con ellas puestas, eso si, con mucho cuidado para evitar dañar las puntas.

Superado, caminamos unos metros por el plano, hasta alcanzar una loma redondeada, que poco a poco vamos subiendo, hasta llegar a su parte alta, donde podemos disfrutar de la espectacular estampa que nos ofrece el circo formado por la Corona del Mallo, Peña Parda y Peña Telera, en cuya base se ubica el ibón de Piedrafita, cubierto por una gruesa capa de hielo,

Aprovechamos que afloran un par de piedras en la nieve, para realizar un descanso, comemos, bebemos, mientras disfrutamos de las vistas en tan idílico lugar, en el que prácticamente nos encontramos solos, que contrasta con el gentío que se aglutina en esta zona los fines de semana.

Con energías renovadas, nos ponemos en marcha hacia nuestro próximo objetivo, el arco natural, por lo cual bajamos hasta la cubeta, que cruzamos por el muro que represa el ibón, por el que alcanzamos la margen derecha del barranco, y continuamos avanzando cómodamente por terreno de falso llano, cercanos a las moles rocosas que conforman los picos de la sierra de la Partacua, dejando poco a poco atrás el ibón de Piedrafita, donde asoma el mallo rocoso que forma la cima de la Punta Cochata, mientras las vistas se van ampliando, pudiendo disfrutar de los picos Arriel, Palas, Serrato, Peña Xuans, los Dientes de Batanes e incluso el Vignemale, y todo el valle de la Ripera.

Cuando alcanzamos el kilómetro 5, el sendero que se dirige al arco natural se desvía hacia la derecha, introduciéndose en una zona de roca, donde la nieve parece algo discontinua, por lo que preferimos obviarlo, y continuar todo recto dirección Sur hacia la Plana Terrosa, donde disfrutamos de un primer plano de la imponente cima de Peña Blanca, que sin nieve se puede hacer en circular junto con la vecina Peña Roya y la Peña Sabocos, que con sus 2.757 metros, es la cumbre más importante de la parte occidental de la sierra de Tendeñera.

En pocos minutos, llegamos a un collado donde iniciamos el descenso hacia la Plana Terrosa, que observando su fisionomía tiene toda la pinta de haber sido un ibón, ahora colmatado, en el que habitualmente pasta el ganado, como así atestigua el refugio de pastores de la Plana Terrosa, en el que hacemos un breve descanso, para echar un trago, comer algo y quitarnos ropa, ya que el sol calienta de lo lindo.

Nosotros continuamos por el sendero que va paralelo al barranco del Boj
Donde aparece el circo que forman la Corona del Mallo, Peña Parda y Peña Telera
Y a nuestra espalda, el sector de Panticosa, con el pico Serrato, la Peña Xuans y los Dientes de Batanes
Tras vadear el barranco en un par de ocasiones, caminamos por el plano, hasta llegar a una loma redondeada
Por la que ascendemos hasta llegar a la parte alta, donde vemos el ibón de Piedrafita completamente helado
En el que las vistas hacia Panticosa se amplían
Después de la pausa, rodeamos el ibón por su izquierda, caminamos cómodamente
Por terreno de falso llano, dejando atrás el ibón, donde asoma el mallo rocoso de la Punta Cochata
Mientras las vistas se van ampliando, pudiendo disfrutar de la visión de los picos Arriel y Palas
Y de nuevo del sector Panticosa, además del Vignemale y el Valle de la Ripera
Cuando llegamos al kilómetro 5, el sendero que va hacia el arco natural, sube hacia una zona de rocas
Que tiene poca nieve, por lo que continuamos hacia la Plana Terrosa, con vistas a Peña Blanca
Al llegar a un collado, descendemos a la Plana Terrosa, en la que se ubica un refugio de pastores

Desde el refugio, ahora nos toca enlazar con el sendero oficial que se dirige al arco natural, así que desde la Plana Terrosa, comenzamos a remontar dirección Oeste el cauce de un barranco, tomando de referencia una línea de cercado, por la que vamos acercándonos a los bloques de roca que se sitúan varios de centenares de metros más arriba de donde nos encontramos.

Cuando llegamos a media ladera, enlazamos con una huella que horizontalmente cruza la ladera en la que nos encontramos, que creemos que viene desde la Hoya de Calatuero. Para no hacer más metros de los debidos, echamos un vistazo al GPS, comprobamos que estamos en lo cierto, así que tras un giro a la izquierda, continuamos con la travesía horizontal, que dirección Sur nos permite disfrutar de la Peña Blanca (sierra de Tendeñera), adentrándonos a los pocos metros en un pinar, donde la huella por desaparece por momentos, teniendo que ir atentos a las marcas de pintura que hay en los troncos de los árboles, además de tirar de intuición.


En el momento que el bosque clarea, alzamos la cabeza, localizamos cerca de la base del circo, el arco natural, al que nos quedan unos 200 metros de desnivel positivo para llegar hasta el, pero antes debemos encontrar el camino correcto, así que continuamos unos metros más por el bosque hasta salir a una vaguada, por la que continuamos dirección Sur/Oeste, hacia el anfiteatro que forman la Punta Cochaldo, y Peña Blanca (sierra de la Partacua), hacia la cual nos dirigimos, tomando de referencia los hitos que colocados cada ciertos metros, nos guían hacia el inicio de la canal del burro (no llegaremos).

Sobre la cota 1.670 metros, alcanzamos una planicie que en los mapas aparece como el Sarronal, donde nace el barranco del mismo nombre, en el que el sendero se dirige hacia los campos de las Cuernías que nosotros utilizaremos a la vuelta, para regresar hasta el aparcamiento de Lacuniacha, pero que por el momento obviamos, para seguir el ascenso, afrontando el tramo más duro del recorrido, en el que vamos trazando varias lazadas para reducir el esfuerzo, hasta que llegamos a la altura del arco natural, donde la huella se divide en dos.

La forma más rápida de llegar, sería coger la huella que de forma directa nos adentra en el bosque, pero como vamos con raquetas, y la pendiente a superar es bastante pronunciada, preferimos continuar por la huella que se dirige hacia la canal del Burro, por la que vamos rodeando la zona del arco natural, tomando de referencia los hitos, que nos llevan hasta la parte alta, donde los restos de un alud nos impiden el paso.

Mientras buscamos otras alternativas, en lo alto de la muralla vemos un bonito ejemplar de sarrio, que sabedor de que no somos un peligro para el, nos observa atentamente. Unos metros más abajo de donde se haya, comprobamos que existe un corto corredor, que nos puede llevar a la parte alta del arco natural, así que como no tenemos más opciones, decidimos probar suerte, por lo que realizamos un flanqueo a la derecha, hasta llegar al inicio del corredor, en el que rápidamente encontramos un hito, que nos indica que estamos en el buen camino.

Aunque no está completamente innivado, en la zona central el espesor es bastante bueno, por lo que avanzamos por el medio, hasta llegar a un pequeño resalte de unos dos metros de altura, que salvamos asiéndonos a los elementos naturales que tenemos al alcance de las manos, y clavando las puntas de las raquetas, hasta alcanzar la salida del corredor.

Una vez en la parte alta, contemplamos la posibilidad de bajar hasta la base del arco natural, cosa que desde este punto es imposible, ya que hay una caída bastante grande, que sin nieve se podría salvar, pero con nieve resulta muy peligroso, aunque no desaprovechamos la ocasión para hacer una fotografía utilizando la roca y el bosque como marco natural.

Descartada esta opción, ahora solo nos queda encaramarnos a lo alto del arco natural, que ya tenemos a la vista, así que sin más dilación, emprendemos el ascenso final por un bonito tramo de pinar, que enseguida dejamos a nuestras espaldas, para continuar a cielo abierto por la pala final, llegando a la parte alta del arco natural después de cuatro horas, desde el que tenemos una bonita panorámica, que va desde Peña Roya hasta el Macizo de los Argualas.

Desde la Plana Terrosa, comenzamos a remontar un barranco, tomando de referencia una linea de cercado
Por la que vamos acercándonos a unos bloques de roca, hasta que llegamos a media ladera
Donde enlazamos con la huella que viene de la Hoya, por la que seguimos con vistas a Peña Blanca
Hasta adentrarnos en un pinar, que cuando clarea
Podemos ver el arco natural. Unos metros más adelante
Salimos a una vaguada, por la que seguimos hacia el anfiteatro que forman la Punta Colchaldo y Peña Blanca
Sobre la cota 1.670 metros, llegamos al Sarronal, donde el camino se va hacia los campos de las Cuernias
Que utilizaremos a la vuelta, pero de momento seguimos ascendiendo, hasta que la huella se divide en dos
Donde continuamos hacia la canal del Burro
 Donde los restos de un alud, nos impiden el paso
Mientras en lo alto, un bonito ejemplar de sarrios nos observa
Unos metros más abajo, vemos un corredor, por el que accedemos por el centro
A la zona alta del arco natural, donde utilizamos la roca y el bosque como marco natural
Después, acometemos la pala final, hasta llegar al arco natural
Desde el que disfrutamos de una amplia panorámica, que va de Peña Roya al Macizo de los Argualas

El tiempo se nos echa encima, descendemos unos metros hasta la base del arco natural, donde comprobamos las dimensiones reales de este elemento arquitectónico formado en roca caliza, que gracias a que es un material blando, la naturaleza se ha encargado de moldear durante siglos. (la fotografía salió borrosa, he puesto otra sacada desde más abajo)

Después, retrocedemos sobre nuestros pasos, alcanzamos de nuevo la parte alta, descendemos por el bosque hasta llegar al corredor, donde apoyando las cuatro extremidades salvamos con cuidado el pequeño resalte; nada más pasarlo, caminamos por medio del corredor, por el que a medida que vamos perdiendo desnivel, las vistas se van ampliando, hasta poder disfrutar de varios de los dos miles que pueblan está vertiente Sur de la sierra de la Partacua, en el que distinguimos, Peña Blanca, Punta Cochaldo, además de las Forquetas de los Palomos y de los Güertos.

Una vez fuera del corredor, emprendemos el descenso hacia el Sarronal de forma directa, alejándonos del pinar, con la mirada puesta en el embalse de Búbal, que a pesar de las últimas precipitaciones y las continuas nevadas, todavía muestra un nivel bastante pobre.

En apenas viente minutos, alcanzamos el cruce de itinerarios en el que está vez sí, tomamos el que se dirige hacia los Campos de las Cuernias, no sin antes echar una mirada atrás, para comprobar lo lejos que en pocos minutos se ha quedado el arco natural, al que sin duda regresaremos cuando la nieve no regente estos páramos.

La temperatura empieza a descender, el sol se ha escondido tras la muralla caliza de la sierra, aprovechamos el poste indicador para colgar las mochilas, nos ponemos ropa de abrigo, comemos las últimas viandas, para acto seguido continuar con nuestro recorrido dirección Sur/Este, donde la huella comienza a ser poco nítida, además que se bifurca en uno u otro sentido, lo que nos toca ir atentos a las balizas azules y rosas, tomando de referencia la Peña Blanca (Sabocos), que se ubica frente a nosotros.

Poco a poco, vamos abandonando la planicie hasta adentrarnos en el barranco del Sarronal, entre pequeñas manchas de pinos, donde la nieve se acumula en mayor cuantía, por el que realizamos un corto pero pronunciado descenso, hasta llegar a una nueva zona de llanos, por la que avanzamos hasta alcanzar el desvío hacia la Plana Terrosa, cerca del barranco de los Furcos, donde podríamos alargar la circular hasta los Campos de Tiburcio atravesando la Selva de Búbal, que es la opción que manejábamos al inicio, pero como faltan menos de dos horas de luz, decidimos cambiar sobre la marcha.

En su lugar, tomamos el itinerario balizado ahora con marcas azul celeste, que por la Plana Terrosa se dirige hacia Piedrafita, por el que avanzamos a media ladera, deteniéndonos de vez en cuando para disfrutar de la amplia panorámica que tenemos de esta vertiente sur de la sierra de la Partacua, mientras a lo lejos vemos un pequeño refugio forestal con la divisoria de los Musales de fondo, al que llegamos en poco más de cinco minutos, que a pesar de su buena apariencia exterior, el interior se encuentra bastante sucio.

Desde la cima, bajamos hasta la base del arco natural (fotografía sacada desde más abajo)
Luego, regresamos sobre nuestros pasos, descendemos por el corredor
Por el que a medida que bajamos, las vistas hacia la cara sur de la sierra de la Partacua se amplían
Una vez fuera, iniciamos el largo descenso hacia el Sarronal, con la mirada puesta en el embalse de Búbal
En veinte minutos alcanzamos el cruce, donde tomamos el mal que va a los Campos de las Cuernias
No sin antes comprobar, lo alto que se ha quedado el arco natural
Dirección Sur/Este, continuamos por el llano, donde la huella se bifurca en uno u otro sentido
Hasta adentrarnos en el barranco del Sarronal, entre pequeñas manchas de pinos
Tomando de referencia Peña Blanca, que se ubica frente a nosotros
Hasta que próximos al barranco del Furco, alcanzamos un cruce de itinerarios
Donde continuamos a media ladera hacia la Plana Terrosa, disfrutando de las vistas de la sierra de la Partacua
Mientras a lo lejos, podemos ver la silueta de un refugio, con la divisoria de los Musales de fondo
Al que llegamos en poco más de cinco minutos

Desde el refugio, podemos ver la hoya en la que se asienta la Plana Terrosa, donde también divisamos parte del cordal formado por los picos Arroyeras y Cubiilillas que separa Formigal del Valle de Izás, e incluso al rey del pirineo occidental, el Midi d'Ossau.

Siguiendo la huella, descendemos hasta la parte baja de la Plana Terrosa, donde en vez de continuar por ella hasta salir a la pista principal, y regresar a Lacuniacha, como nos gusta ir por lugares menos transitados, decidimos cruzar la alambrada, para ir en busca del barranco de Feneros, que se encuentra a escasos metros de donde nos hayamos, no sin antes echar una mirada, para contemplar dos viejos conocidos como los picos Arriel y Palas, al que en esta ocasión se les une la Peña Foratata.

Dirección Norte/Este, comenzamos a perder desnivel por la amplia loma, pegados al cauce del barranco cubierto de nieve, que habitualmente no suele llevar agua. Poco a poco, la loma se va estrechando hasta encerrarse entre el matorral, lo que nos obliga a raquetear despacio, atentos a los escasos hitos que hay colocados a lo largo del barranco, pasando alguno de largo de vez en cuando, teniendo que regresar hasta encontrar el paso bueno.

Con algún que otro apuro, sobre la cota 1.430 metros, enlazamos con un viejo camino que muere unos metros más adelante (la salida está marcada con dos hitos), por lo que continuamos por el dirección Sur durante cien metros, hasta enlazar con una amplia pista de tierra, por la que vamos dirección Norte, recuperando los metros perdidos, apurando las raquetas por una fina capa de nieve, no pudiendo quitar la vista del entorno que nos envuelve.

Cuando nos adentramos en un bonito pinar, la nieve desaparece, nos quitamos las raquetas para llevarlas en las manos, ya que apenas nos queda un kilómetro, que se nos pasa volando, mientras charramos y observamos la Peña Blanca entre las ramas de los pinos, hasta alcanzar una finca de ganado, donde salimos a la pista que sube desde Piedrafita, por la que llegamos al aparcamiento de Lacuniacha, después de casi siete horas, habiendo disfrutado de una magnifica circular por un bello paraje del Valle de Tena.

Desde el refugio, podemos ver la hoya en la que se asienta la Plana Terrosa, a la que bajamos
Disfrutando de las vistas, hacia los picos Arriel y Palas
En vez de seguir por la Plana Terrosa, continuamos el descenso por el barranco de Feneros
Por una amplia ladera
 Que poco a poco se va estrechando entre matorral 
Lo que nos obliga a ir atentos a los hitos, que hay colocados a lo largo del barranco
Sobre la cota 1.430 metros, salimos a un viejo camino, por el que seguimos durante cien metros
Para enlazar con una pista, por la que continuamos dirección Norte
No pudiendo quitar la vista del entorno que nos envuelve
Hasta adentrarnos en un bonito pinar, donde la nieve desaparece
Y por el que caminamos, observando Peña Blanca entre las ramas de los pinos
Tras casi siete horas llegamos a Lacuniacha, donde echamos un última vistazo a la sierra de Tendeñera

10 comentarios:

  1. Hola Eduardo:

    Como suele ser siempre en todas tus entradas, no se puede poner ni una sola pega, de lo detalladas y bien explicadas que están.

    Lo que me ocurre siempre que leo tus crónicas y veo tus reportajes fotográficos, es que desde la primera palabra y la primera foto, ya te engancha y estás deseando ver más y nunca defraudan.

    Tienes mucha suerte de tener esos lugares tan bonitos y variados tan cerca.

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Eulogio.

      Es lo que intento transmitir en cada entrada, me alegro que te gusten, porque llevan muchas horas de trabajo.

      Esta zona del Valle de Tena es una gozada, simple pero de espectacular belleza, ya la zona de los picos es otro cantar.

      Un saludo.

      Eliminar
  2. Hola Eduardo,

    Espectacular la ruta que nos has expuesto.
    El entorno es inmejorable, y más aun cuando está cubierto por un bonito manto de nieve.
    La imagen del ibón completamente helado es una maravilla.
    Esta zona la tengo pendiente desde hace mucho tiempo, a ver si en algún momento me decido y hago una escapada para conocerla.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola David.

      La verdad que el entorno estaba precioso, y además al ir entre semana prácticamente realizamos todo el recorrido en soledad.

      Está zona da mucho juego, en cualquier época del año, cuando la nieve se retira se puede hacer en btt la vuelta a la Partacua, o subir a algunas de las cimas principales, donde Peña Telera es la reina.

      Un saludo.

      Eliminar
  3. Muy buenas fotos donde la belleza de la imponente Peña Telera, gran señora de la Sierra de Partacua, queda de manifiesto así como el entorno sobre el que se eleva.

    Salud y Montaña.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Carmar.

      Y que esperemos que dentro de unos días, si el tiempo lo permite, volvamos a disfrutar de su silueta, aunque sea desde la lejanía.

      Un saludo.

      Eliminar
  4. Hola Eduardo.

    Que gozada de fotos una tras otra, y todo muy bien explicado. La verdad que os hizo un día estupendo, y con las raquetas divinamente.
    Una cosa que está pendiente en mi lista, y ya está en las posiciones más altas es el Valle de Tena, y que suerte tenerlo más o menos cerca para estas escapadas invernales.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Toni.

      Es uno de los valles más visitados, ya que es de los más cercanos a Zaragoza, y a las provincias limítrofes, además de atesorar un buen puñado de 3.000, de bellas montañas y rincones de ensueño, como el que forma el ibón de Piedrafita con la Peña Telera.

      La verdad que el día salió espléndido, y mira que es raro, porque llevamos un invierno de mucha nieve, pero muy mal tiempo, sobre todo los fines de semana, una pena, pero al final la nieve, es el agua del verano, así que no hay mal que por bien no venga.

      Un saludo

      Eliminar
  5. Hola Eduardo.

    Mi querido Valle de Tena y su espectacular Partacua!!. Dos veces he estado en este idílico ibón, la primera cuando subimos a Peña Telera, y la segunda el verano pasado, siendo esta subida al ibón una de las excursiones que hicimos durante nuestra estancia en Pirineos Sur, ese día también llevábamos idea de subir a ver ese arco natural, pero el cielo empezó a amenazar tormenta y lo dejamos para otra ocasión, que seguro que al Valle de Tena, con lo que nos gusta, subiremos más veces jeje.
    Bonita excursión con raquetas, parece que con buena nieve y con unas bonitas vistas ya no solo de la Partacua, sino también de las montañas y sierras que rodean este fantástico valle aragonés.
    Mis raquetas este invierno lo han pasado guardaditas dentro del armario :-(

    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Dani.

      Está es una zona muy concurrida, así que con la escusa de visitar el arco natural, ya que está cerca del inicio de la canal del Pan, podéis subir al pico de la Pala de Alcañiz o a la Pala d'os Rayos, eso si, ambas ascensiones son bastantes largas.

      Yo este año si que me he acercado algo más de lo habitual, y más aún que hubiese ido si el tiempo acompañase, pero raro es el fin de semana, que ha salido bueno.

      Un saludo

      Eliminar