domingo, 22 de enero de 2012

Jaca

En nuestra última visita al Pirineo, nos alojamos en la Hospedería de San Juan de la Peña, nuestra intención para el segundo día era ver el Monasterio Viejo de San Juan de la Peña, pero tuvimos la mala suerte, de que el día anterior, lo cerraron una semana.

Con esto, nos toco buscar un plan alternativo, dado que Jaca está a poco más de diez minutos en coche, y que hacía bastantes años que no la visitábamos, decidimos que era una buena alternativa, así que allí nos dirigimos.

Jaca, pertenece a la comarca de la Jacetanía, en el Valle del Aragón, en los últimos años, debido a la burbuja inmobiliaria, ha crecido de forma considerable, llegando a tener en el año 2011 13.299 habitantes, aunque en temporada alta, estas cifras se duplican, ya que muchas personas, tienen su segunda residencia en esta población.


Para dejar el coche, hay varios aparcamientos publicos y privados, repartidos a lo largo de toda la población, nosotros lo dejamos en la entrada, junto al Palacio de Deportes de hielo, desde allí, nos dirigimos a la Ciudadela de Jaca, también conocida como el Castillo de San Pedro. 


Del inicio de su construcción, no hay datos concretos, pero se piensa que fue, por el año 1595, y actualmente es la única que se conserva de forma íntegra en el mundo.


La visita a la ciudadela es guiada, tiene un precio de 10 € y una duración de 50 minutos, incluido en el precio se puede visitar el Museo de Miniaturas Militares, que cuenta con más de 35.000 piezas, formando ejércitos de todas épocas, que van desde el Antiguo Egipto, pasando por las Cruzadas, la segunda guerra civil o Cósobo.




Además del Museo de Miniaturas, se puede visitar una sala de exposiciones, donde se pueden ver fotografías  y documentación, acerca de la historia de la ciudadela.


Después realizamos la visita guiada a la ciudadela que comienza visitando la Iglesia de San Pedro, construida en el S.XVII, con portada barroca, en su interior destaca la pila bautismal de origen románico y el sarcófago del primer maestre del castillo Juan de Velasco.


La ciudadela vista desde el cielo, tiene forma de pentágono, en cada una de sus esquinas, hay un baluarte, que se construían para adelantar las defensas del castillo y evitar que los ataques destruyeran los muros exteriores. De los cinco baluartes, tan solo el que se encuentra más cerca de la antigua Jaca, es diferente ya que tiene un murete de protección.


Todo el recinto, se encuentra protegido por un foso de más de un kilómetro de longitud, normalmente los fosos se llenaban de agua, pero en este caso, es un foso seco, ya que se cree, que de esta forma era más fácil defender la ciudadela. Actualmente en el foso habitan una manada de ciervos, que fue un regalo de un general a otro.



Desde el baluarte, descendemos hacia los Polvorines, que se encuentran en la parte norte de la Ciudadela. Destacan sus gruesos muros, construidos con una piedra porosa que permitía absorver la humedad y mantener la temperatura.



Finalizamos la visita en el Cuerpo de Guardia, que se encargaban de la entada y salida de la ciudadela, además de subir y bajar el puente levadizo, que actualmente se encuentra fijo. Dentro se puede ver una fotografía aérea de la ciudadela, varios trajes de época y réplicas de las armas que se utilizaban.


Desde la Ciudadela, nos dirigimos hacia el centro de Jaca, donde se aglutinan gran parte de los comercios de esta población y los principales monumentos. Algo que me gusta mucho de Jaca, es que la mayoría de las calles del centro, son peatonales, lo que permite pasear tranquilamente a cualquier hora del día.

Bajando por la calle Mayor, nos detenemos, en el Ayuntamiento, construido entre los S.XV-XVI, con mezcla de estilo plateresco, en el que destaca su portada y renacentista, en el interior se puede ver la campana original de la torre del reloj.


Muy cerca de la calle Mayor, se encuentra la Plaza del Marqués de la Cadena, donde se sitúa La Torre del Reloj, construida sobre el año 1445, de estilo gótico civil.


La Torre, es también conocida como la Torre de la Cárcel, ya que sirvió como tal desde el año 1599, en la actualidad alberga la Comunidad de Trabajo de los Pirineos.


Junto a la Torre del Reloj, hay una estatua en bronce de Ramiro I, que fue el primer Rey de Aragón, cuyo palacio se ubicaba donde hoy esta la Torre del Reloj, y que fue destruido en un incendio en el año 1395.


Desde la Plaza del Marqués de la Cadena, nos dirigimos hacia la Catedral, a lo largo del camino, se pueden ver las conchas del camino de Santiago, y es que por Jaca, pasan varios caminos como el Francés y el Catalán.



Llegamos a la Catedral de San Pedro de Jaca, construidas entre los años 1077-1130, en un principio de origen románico, aunque una vez dentro se puede observar varios estilos.


El interior esta dividido en tres naves, dos laterales y una principal más alta que el resto con bóvedas de cruceria.


La Catedral tiene dos accesos, uno por la puerta occidental o principal y la meridional. Algunos detalles del interior, como la decoración de algunas bóvedas y el órgano


Desde el interior se puede acceder hasta el Museo diocesano, que es uno de los más importantes en el arte sacro, su entrada cuesta 6 €, aunque nosotros no lo visitamos ya que cierran a las 13:30 h.




Estando en Jaca, nos apetecía, patinar un rato o por lo menos intentarlo, así que nos dirigimos hacia la avenida Perimetral, donde habíamos dejado el coche y donde se encuentra el Pabellón de Hielo Jaca, que cuenta con dos pistas, y en el que hace unos años que habíamos estado. El precio de la entrada con patines es de 8 €


En los alrededores de Jaca. se pueden realizar varias rutas, una de las más conocidas es la ascensión a  Peña Oroel, que se puede realizar desde la misma Jaca, aunque la más normal, es realizarla desde el Parador de Oroel. La ruta se puede completar visitando la Ermita de la Virgen de la Cueva.


Una de las visitas que no puede faltar, si se esta por la zona, es el Monasterio Viejo de San Juan de la Peña, panteón de reyes y donde se dice que estuvo guardado el Santo Grial.


sábado, 21 de enero de 2012

La Fuente del Paco



Aprovechamos el buen tiempo que dan para este fin de semana, para hacer una escapada a la Jacetanía, el hotel elegido es la Hospedería de San Juan de la Peña. Como esta zona no la conozco mucho decido preguntar a nuestro compañero David del blog Rutas por el Pirineo.
 

Como voy con mi mujer, la ruta no tiene que ser muy exigente, de entre todas las opciones que me da David, al final me decanto por una circular que va desde Villanúa hasta el área recreativa de la Fuente del Paco. Para descargar el track, haz clic en el símbolo de Wikiloc.



El inicio de la ruta, lo realizamos desde el aparcamiento, de la oficina de turismo de Villanúa, a tan solo 300 metros de la entrada a la cueva de Bruixas. El día para ser finales de Enero, es bastante caluroso, pero hace viento.

Desde el aparcamiento caminamos unos metros hacia el pueblo, enseguida llegamos a un cruce debidamente señalizado, cogemos la pista de la izquierda, que en un ligero ascenso nos saca de Villanúa.

Cuando el asfalto desaparece, y justo unos metros antes de llegar a la altura del puente del ferrocarril, enlazamos con un sendero señalizado, por el que podemos ir a la Fuente del Paco y al Refugio de la Espata.



El sendero nos conduce por medio de un pinar, conocido como "La selva de Villanúa", por el que vamos ganando desnivel, de forma continua, pero sin muchas dificultades.

En uno de los numerosos claros, que hay a lo largo del pinar, nos detenemos para contemplar las vistas, donde destaca el pico Lecherín, cuya cumbre es la única que mantiene nieve, en este extraño invierno y las vías del ferrocarril del Canfranero, todo un referente en el valle.

Tras la pausa, seguimos subiendo por el pinar, llegamos a una bifurcación bien señalizada y continuamos subiendo por el sendero de la izquierda, hasta enlazar con una pista forestal.


La pista es totalmente llana, esta en buenas condiciones, y es perfecta para ciclar, el árbol que más predomina en esta zona, es el abeto, lo que hace de esta ruta perfecta para realizarla en los meses de verano, por su escasa dificultad, y las buenas sombras que ofrece.

Siguiendo la pista enseguida, llegamos a la zona recreativa de la Fuente del Paco, a pie de pista hay un refugio cubierto, que puede servir para un apaño, nos alejamos unos metros de la pista, y nos acercamos a la zona de Picnic, donde hay un bonito merendero y la Fuente del Paco, este nombre le viene, porque Paco, es una palabra aragonesa, que se utiliza para denominar a las laderas sombrías de las montañas, donde los rayos de sol, apenas dan.






La vuelta se puede hacer por el mismo camino, pero como a nosotros nos gustan las rutas circulares, regresamos por la pista de la Trapa. 

Así que dejamos la Fuente del Paco, nos reincorporamos a la pista principal, y continuamos rectos rumbo noroeste, en algunas hombrías, podemos ver algún resto de nieve. Cuando llegamos a una encrucijada de caminos, tenemos la opción de alargar la ruta hasta el Refugio de la Espata, nosotros cogemos la pista de la izquierda, y cruzamos un puente que salva las aguas del río Aragón.


Nada más cruzarlo, enlazamos con la pista de la Trapa, que en un ligero descenso, nos conduce por medio de un bosque mixto durante un kilómetro, después los árboles dan paso a una zona de verdes pastos y matorral bajo.

Hasta el momento practicamente no habíamos sentido el viento, pero ya en esta zona despejada, se nota bastante, siguiendo la pista, a nuestro paso vamos dejando algunas bifurcaciones pero siempre continuamos por la pista principal.

Nada más pasar una bifurcación, nos encontramos con un panel que nos indica la ubicación del Dolmén de Letranz, nos desviamos unos metros de la pista, y llegamos hasta él, donde aprovechamos para fotografiarlo y comer, ya que se encuentra situado en una pradera amurallada, que nos protege del viento.

Después de comer, reemprendemos la marcha, volvemos a la pista, y continuamos descendiendo con vistas ya a Villanúa, cuando la pista hace dos giros a la izquierda llegamos al mirador de Las Espeñetas, desde el que obtenemos unas fantásticas vistas de Villanúa, la sierra de los Ángeles, los Lecherines, y Collarada.

La zona del mirador cuenta con una zona de bancos, en los que poder descansar mientras se contempla el paisaje, nosotros proseguimos, y metros más tarde pasamos por un puente para salvar de nuevo la aguas del río Aragón.

En este punto vemos de nuevo el puente por el que va el Canfranero, y enlazamos con la pista asfaltada, que nos lleva hasta el aparcamiento, dando por finalizada está sencilla, pero bonita ruta circular, ideal para realizarla en familia.


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